¡Buenos días!
No es casualidad que quieran volver las lluvias a nosotros, que simplemente estamos de otoño y es lo que toca. Nos despertamos hoy por los madriles con nubes y posibles lluvias, poca cosa en realidad, pero algo es algo. La máxima prevista para hoy será de unos 24ºC. Desde luego lo que sí es fundamental para mí es mi habitual cita con estos matutinos, que tanto me reconfortan y alivian de eventuales penas, liberando mi mente en los infinitos espacios que me abren, por donde deambulo a mi libre albedrío y sin cortapisas, plasmando en ellos mis desparrames.
Este fin de semana estuve en el cine viendo "Un simple accidente" ("Yek tasadef sadeh", 2025), de Jafar Panahi, y con Vahid Mobasseri, Mariam Afshari, Ebrahim Azizi, Hadis Pakbaten, Majid Panahi, y Mohamad Ali Elyasmehr. De este director iraní, perseguido por las autoridades de su país que, entre otras cosas, le tienen prohibido grabar películas, había visto tres de sus anteriores, las más recientes, "Los osos no existen" ("Khers nist", 2022), "Tres caras" ("Se rokh", 2018) y "Taxi Teherán" ("Taxi", 2015).
Un hombre conduce su coche, de noche, en el que también van su esposa, embarazada, y su hija pequeña. Atropella a un perro que no ha visto, se para a mirar y lo deja ahí tirado, moribundo. Sigue conduciendo, va a amanecer, su coche queda estropeado a consecuencia del golpe y pregunta a una persona que abre la verja de taller industrial para que le diga donde hay un taller mecánico cerca. Uno de los empleados de la factoría le reconoce y, muy azorado y a escondidas, se pone a seguirle. Cuando se encuentra a solas con él, sin mediar palabra, lo golpea y deja inconsciente, lo mete en la parte trasera de su furgoneta y se lo lleva al desierto con la intención de enterrarle allí mismo (vivo), como él mismo se siente, un muerto en vida. Pero duda.
Estupenda película (nota: 8), con intriga que hace que te involucres en lo que cuenta, que vi con sumo interés, la que más me ha gustado de su director de las que he visto, ganadora este año de la Palma de Oro de Cannes, hecha en la clandestinidad y con pocos medios, de similar modo a sus anteriores, pero con espléndidos resultados. Es toda una sátira con mucha miga, una crítica sangrante en la que se denuncia la situación de todo un país y de su opresivo y cruel régimen religioso dictatorial, que con el mordaz humor (negro) de algunas sus situaciones absurdas y rocambolescas nos habla de cosas terribles, como de las torturas sistemáticamente cometidas por ese tiránico sistema de gobierno y del dolor y rabia contenida de sus víctimas (las que sobreviven). A partir de un simple accidente de tráfico se desencadena toda una serie de caóticas desdichas que desembocan en su inquietante final abierto, tratando de hablarnos, dilemas morales incluidos, de cómo salir del círculo de odio y venganza, si es que se puede.
Pues simplemente llegó ya el momento de la sabiduría ajena, sin toparnos bruscamente con él, de un modo casual, con estas citas que no escogí fortuitamente:
- "La inquietud no es un accidente que a unos ocurra y a otros no. Está en la misma esencia de nuestro ser". (Ramiro de Maeztu).
- "El hombre puede soportar las desgracias que son accidentales y llegan de fuera. Pero sufrir por propias culpas, ésa es la pesadilla de la vida". (Óscar Wilde).
- "Entrar en el terreno de los hechos es entrar en el mundo de los límites. Las cosas pueden emanciparse de ciertas leyes accidentales o pegadizas, pero no pueden escapar a las leyes de su naturaleza. Se puede liberar a un tigre de su jaula, pero no de su piel manchada". (Gilbert Keith Chesterton).
- "¿Preguntas qué es la libertad? No ser esclavo de nada, de ninguna necesidad, de ningún accidente y conservar la fortuna al alcance de la mano". (Lucio Anneo Séneca).
Besos y abrazos,
Don.
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