martes, 31 de julio de 2018

Matutino en la picota

¡Buenos días!

Arrecian los calores veraniegos, más conforme vayan avanzando los días y rebasemos la cuarentena en las máximas por primera vez este hasta ahora llevadero verano, que hoy quedarán en 36ºC. Además, y a la par, las mínimas serán tropicales, absolutamente insomnes, rozando los 25ºC (hoy 19ºC). Insoportable también para las picotas, esa variedad de cerezas cuya temporada, si no ya, parece que está tocando a su fin, y ellas lo asumen con naturalidad. A pesar de todo la vida sigue, y salto de nuevo a esta palestra matutina, cada vez que me place, esperando no me pongáis en la picota ni sometáis a público escarnio por ello.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Llenos de vida" ("Place publique"), de Agnès Jaoui, y con ella misma, Jean-Pierre Bacri (ambos, además de ex cónyuges en la vida real desde hace pocos años, son los coguionistas), Léa Drucker, Kévin Azaïs, Nina Meurisse, Sarah Suco, y Héléna Noguerra. Es el quinto largo como directora de esta también actriz, guionista, y cantante, de quien había visto sus cuatro anteriores, siempre en comandita con su ex pareja: "Un cuento francés" ("A bout du conte", 2013), "Háblame de la lluvia" ("Parlez-moi de la pluie", 2008), "Como una imagen" ("Comme une image", 2004), y "Para todos los gustos" ("Le goût des autres", 2000).

Una mujer acude a la fiesta de inauguración de la nueva casa campestre de su hermana, productora de televisión. Allí, entre gente del famoseo y demás desconocidos, se encuentra con su ex, famoso presentador de televisión de programas basura en horas bajas. Ella sigue fiel a sus ideales de juventud, y él se ha convertido en todo un cínico. Además, también está la hija de ambos, escritora emergente que acaba de publicar su segunda novela y en la que pone de hoja perejil a sus padres. Entre canapés y copas de champán sobrevuelan los reproches, se ventilan pasadas heridas, pero la fiesta sigue, pese a quien le pese.

Una buena película (nota: 6) esta comedia coral que pone de relieve, y en sutil solfa, los conflictos entre campo y ciudad, generacionales entre jóvenes y mayores, entre sus ideales y desencantos, además de hablar de las crisis de edad y criticar las redes sociales (la casi pornográfica exposición de la mayoría, siempre tuneada) y la obsesión por los selfies, a la moda de lo Eco y lo Bío, a la telebasura, y demás vanidades y postureos... todo un retrato social, divertido y con cierto poso de amargura por eso de que no solo envejecen las gentes sino también sus valores e ideales, que quedan carcas y demodés. Por cierto, ¿alguien sabe de qué va el título en español, nada que ver con el original?

Ahora un par de citas de sabiduría ajena, que ahí os dejo para público conocimiento:

 - "En boca del discreto, lo público es secreto".  (Refrán).

 - "El hombre discreto, alaba en público y amonesta en secreto".  (Refrán).

Besos y abrazos,

Don.
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viernes, 27 de julio de 2018

Desafiante silencio matutino

¡Buenos días!

Difícil que os rete a nada, dada mi proverbial verborrea a base de aporrear tecla tras tecla para ir desgranando el torrente de ideas que bullen entre mis neuronas y que se atropellan por salir tratando de no quedarse coartadas por el limitado espacio de cada matutino. Así que pues sí, no me puedo callar, y el único silencio que tal vez pueda permitirme esté en el espacio reflexivo entre uno y el siguiente. Y estos calores veraniegos, no demasiado tórridos este año, nos provocan, especialmente en las horas centrales del día, a sestear al amparo de la quietud de cualquier sombra que nos quiera cobijar. La máxima para hoy será de 35ºC por los madriles, con llevaderas noches sin sudor y que no revolucionan nuestro normal dormir.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La revolución silenciosa" ("Das schweigende klassenzimmer"), de Lars Kraume, y con Jonas Dassler, Judith Engel, Tom Gramenz, Michael Gwisdek, Max Hopp, y Lena Klenke, entre varios otros más, que es un film coral. Es el segundo largo que veo de los de este director alemán, tras su anterior, "El caso Fritz Bauer" ("Der staat gegen Fritz Bauer", 2015). En ambos narra sendos episodios de la reciente historia de su país, que quedó dividido en dos tras el fin de la II Guerra Mundial, y así como en el anterior estaba referido a la Alemania Federal, la occidental, en el hoy glosado está referido a la Alemania Democrática, la comunista.

Año 1956 en la Alemania del Este, pocos años antes de que se construyera el muro de Berlín. Un par de estudiantes de último curso de instituto descubren en un viaje furtivo a Berlín Occidental, en el que se cuelan en un cine, que en el noticiario previo a la película se habla de la revuelta de los húngaros contra la invasión del ejército soviético desde el final de la guerra. De vuelta a su ciudad hablan con el resto de compañeros de clase y acuerdan por mayoría que en solidaridad con los húngaros fallecidos en la lucha por su libertad guardarán un minuto de silencio al comenzar las clases de ese día. Esto supone todo un desafío a las autoritarias autoridades, comenzando por los adoctrinados profesores, que no están dispuestas a tolerar tal insumisión, llegando incluso a oídos del mismísimo Ministro de Educación, quien tomará cartas en el asunto.

Una estupenda película (nota: 8), este drama político, basado en hechos reales, de tensión in crescendo, bien narrado, con muy buenas maneras, y con el que pasé un muy buen rato, entretenido con las peripecias de este grupo de chavales, amén de darme que pensar con los varios temas que deja caer. A través del inocente acto simbólico de los idealistas jóvenes, y de la montaña que se hace de ese grano de arena por parte de los jerarcas (cosas del miedo, al que se responde con represión), se nos habla del desafío al autoritarismo, tanto en las esfera socio-política como en la personal, al de los padres, tanto los de la patria como los genéticos, cosa muy propia y sumamente natural cuando se está en la adolescencia y en la primera juventud. También destila que hay que estar al unísono y como una piña en determinadas situaciones, unas pocas y escogidas por su relevancia (el problema está en saber discernir cuales son estas), y en el resto de ellas, la mayoría del tiempo, debe primar la libertad individual de cada cual de hacer lo que más le plazca.

Pues, no sé si a la chita callando, hemos llegado a la sección de la sabiduría ajena, así que ahí os dejo revueltas unas pocas citas para que escojáis las que mejor os acomoden, o todas, a vuestro libre albedrío:

 - "Habla solo en dos circunstancias: cuando se trate de algo que conoces bien, o cuando la necesidad así lo exige. Solo en estos dos casos es preferible la palabra al silencio; en los demás, es preferible callar que hablar".  (Isócrates).

 - "Un rostro silencioso con frecuencia expresa más que las palabras".  (Ovidio).

 - "Los silencios no prestan testimonio contra sí mismos".  (Aldous Huxley).

 - "Memoria selectiva para recordar lo bueno, prudencia lógica para no arruinar el presente, y optimismo desafiante para encarar el futuro".  (Isabel Allende).

Besos y abrazos,

Don.
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miércoles, 25 de julio de 2018

Matutino fantástico

¡Buenos días!

Magnífico día de verano en casi toda su plenitud, pues aunque no agobia desmesuradamente hace el calor que debe, con 35ºC de máxima prevista para hoy por los madriles, sol a raudales y ni rastro de nubes. Además, las noches son razonablemente llevaderas en lo que a la somnolencia respecta. Así que, bien descansados, tendremos las necesarias fuerzas para soñar despiertos, más que fantasear, en que un mundo mejor es posible, mientras continuamos adelante con nuestros habituales quehaceres para intentar no tanto que sea posible como realmente efectivo.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Una mujer fantástica" (2017), de Sebastián Lelio, y con Daniela Vega y Francisco Reyes. De este director chileno había visto hace un par de meses su sexto y más reciente film, "Disobedience" (2017), magistral para mí. Además, había visto también su cuarto, "Gloria" (2013). Así que, como me prometí entonces, de repesca he tenido que ver el que en unos momentos os glosaré, que fue estrenado el pasado mes de octubre, y que este mismo año ganó el Óscar al mejor de habla no inglesa.

Una joven camarera aspirante a cantante y un hombre bastantes años mayor que ella, se aman y planean juntos su futuro. Tras una velada romántica y una noche de fiesta, él sufre una indisposición y ella lo tiene que llevar a urgencias, donde fallece. Las sospechas de la familia de él por la muerte repentina recaen sobre ella, mucho más teniendo en cuenta que les es insoportable que la amante sea una transexual, toda una ignominia. Tendrá que luchar contra viento y marea por reivindicarse y hacerse valer por lo que es, una mujer fuerte y decidida... una mujer fantástica.

Muy buena película (nota: 7), con estupendas maneras y modo de narrar, con leves pulsaciones de fantasía ensoñadora en medio de la sufrida realidad. En palabras de su propio director, es una película transgénero (aborda varios géneros cinematográficos, y de un modo bastante particular) sobre una persona transgénero. Por eso de ser la historia de una mujer que lucha por su autoestima, dignidad, y felicidad, levantándose tras cada decepción, tras cada humillación, recuerda a su anterior film, "Gloria". Pero va más allá, al hablar sobre una mujer poderosa, marginada e incomprendida por su condición sexual, firme en su propósito de seguir adelante a pesar de los palos que dificultan su camino. Además, también nos habla de como afecta a cualquier ser humano el vacío que dejan los que se van para no volver.

Ahora ahí os dejo unas citas de sabiduría ajena, espero que fantásticas para vosotros, que para mí ya lo son:

 - "La vanidad es tan fantástica, que hasta nos induce a preocuparnos de lo que pensarán de nosotros una vez muertos y enterrados".  (Ernesto Sábato).

 - "No digas de ningún sentimiento que es pequeño o indigno. No vivimos de otra cosa que de nuestros pobres, hermosos y magníficos sentimientos, y cada uno de ellos contra el que cometemos una injusticia es una estrella que apagamos".  (Hermann Hesse).

 - "Amar y sufrir es a la larga la única forma de vivir con plenitud y dignidad".  (Gregorio Marañón).

 - "Sólo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos los hombres. Así la poesía no habrá cantado en vano".  (Pablo Neruda).

Besos y abrazos,

Don.
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martes, 24 de julio de 2018

Matutino... y comieron perdices

¡Buenos días!

Igual que no como "pezqueñines", tampoco me voy a poner ahora a comer "avequeñines", que menos que un pollo no me zampo, por muy feliz que pudiera tal cosa hacerme, según el cuento, y quien te lo cuente. Es más, ahora estamos de comienzo del matutino, y cuan largo me lo fiais esto del final perdicero, que ya llegará, a su debido momento. Otra mañana que amanece de verano, fresca al alba, y calurosa como toca en las horas centrales, sin mucho agobio tampoco, mucho más hoy, en que las máximas bajan unos dos o tres grados respecto a ayer, quedándose en unos 33ºC previstos, con sol y raso de nubes, como casi siempre.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Happy end", de Michael Haneke, y con Isabelle Huppert, Jean-Louis Trintignant, Mathieu Kassovitz, Fantine Harduin, Toby Jones, Franz Rogowski, y Laura Verlinden. De este septuagenario director he visto casi todas sus anteriores películas, a saber, "El séptimo continente" ("Der siebente kontinent" ,1989), "71 fragmentos de una cronología al azar" ("71 fragmente einer chronologie des zufalls", 1994), "El castillo" ("Das Schloß", 1997), "La pianista" ("La pianiste", 2001), "El tiempo del lobo" ("Le temps du loup", 2002), "Caché (Escondido)" ("Caché", 2004), "Funny games" (2007), "La cinta blanca" ("Das weiße band", 2009), y "Amor" ("Amour", 2012).

Una familia de la alta burguesía afincada en Calais, cerca de los campamentos de refugiados que tratan de pasar al Reino Unido, posee una empresa de construcción. El patriarca, con síntomas de incipiente demencia senil, dejó tiempo atrás al cargo de la empresa a su hija mayor. Su otro hijo es médico. El único hijo de la primogénita es un joven amargado y rebelde que no parece vaya a heredar el negocio. El médico, casado en segundas nupcias y con un bebé, debe acoger a su otra hija, una introvertida preadolescente, pues su ex falleció, no se sabe si por accidente o suicidio.

Una buena película (nota: 6) de sarcástico título, que no me llegó tanto como otras del reverendísimo maestro Haneke, el rey absoluto en eso de mostrarnos el más perturbador lado de nuestra cotidianidad, la individual y la social, mientras nos provoca toda una catarata de preguntas y más preguntas... sin respuesta, salvo la que nos demos a nosotros mismos. No tan desabrida como sus anteriores, pero casi tan incómoda de ver como siempre. Enlaza tangencialmente con su anterior film, "Amor", porque los personajes de padre e hija están encarnados por los mismos actores en ambas y porque además hay un guiño a esta hacia el final.

Como dice el propio autor, nos habla del autismo de la moderna sociedad occidental de hoy día, anestesiada ante el sufrimiento ajeno, pues de refilón y como fondo de escenario, nos habla del problema de los refugiados e inmigrantes que cada vez más nos llegan, de los desheredados en general. Hipocresía social. También de redes sociales e incomunicación personal. Y de muertes accidentales (de no querer morirse y hacerlo) y provocadas (deseadas por el afectado y negadas por el resto). Amén de ser todo un desolador retrato de una familia con frías relaciones afectivas, microcosmos de toda la sociedad. Y todo resaltando las contradicciones inherentes a ello, caminando por el filo de la ambigüedad, sin decantarse y dejando un final totalmente abierto.

Ahora, casi al final, unas citas de sabiduría ajena que no sé si nos harán más felices, pero al menos dejan cierto... mucho poso de reflexión, comenzando por un par del propio director:

 - "El arte debe hacer preguntas y no avanzar respuestas, que siempre me parecen sospechosas, incluso peligrosas".  (Michael Haneke).

 - "Todo el que infringe la corriente principal de pensamiento, y no me refiero sólo al cine, generalmente es provocativo. Cualquiera que sea la antítesis a la norma y a la forma convencional, se le llama obsceno y provocativo. Así que espero que todas mis películas sean obscenas y provocativas".  (Michael Haneke).

 - "Lo mismo es nuestra vida que una comedia; no se atiende a si es larga, sino a si la han representado bien. Concluye donde quieras, con tal de que pongas buen final".  (Séneca).

 - "La muerte como final de tiempo que se vive sólo puede causar pavor a quien no sabe llenar el tiempo que le es dado a vivir".  (Viktor Frankl).

Besos y abrazos,

Don.
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jueves, 19 de julio de 2018

Páter matutinorum nada transfigurado

¡Buenos días!

¿El padre de los matutinos?... pues supongo debo ser yo, como siempre soy, y quizás también madre, que los germino y concibo para que cada mañana salgan al mundo y transmuten, como a ellos mejor les parezca, en las mentes de cada cual que quiera pasarse a conocerlos. Este verano no excesivamente ardoroso no pasará de momento a los anales como la madre de todos los veranos, ni como el padre, si es que queréis verlo de otro modo. Otra veraniega jornada sin grandes agobios, soleada, de noches llevaderas por debajo de la veintena, y máxima prevista de 33ºC.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Lola pater", de Nadir Moknèche, y con Fanny Ardant, Tewfik Jallab, y Nadia Kaci. De este director francés de origen argelino había visto uno de sus anteriores films, "Délice Paloma" (2007).

Un joven veinteañero, hijo de inmigrantes argelinos, que vive y trabaja en París como afinador de pianos, asiste apesadumbrado al funeral de su madre, fallecida repentinamente. Hijo único, ella le crio en solitario pues su padre les abandonó 20 años atrás cuando era un niño pequeño. Decide buscarle, pero cuando llega a la dirección de una casa de campo en el sur de Francia que le facilitó el notario se encuentra con una mujer con su mismo apellido, Lola, que regenta una academia de baile oriental. Le dice que no conoce a nadie con el nombre de su padre, y el joven, desconcertado, vuelve a casa. En realidad Lola es su padre, pues años atrás se sometió a una operación de cambio de sexo. Arrepentida de no haberle confesado a su hijo quien era realmente, viaja a París con la esperanza de reencontrarse de nuevo con él.

Una buena película (nota: 6), agradable y bien narrada, que me tuvo interesado en lo que cuenta, aunque con algunos peros... ¡qué no peras, ni lolas, de cirugía estética!... a los que no presté demasiada atención. Drama familiar tirando a convencional, sin estridencias, de buenas intenciones, sobre reencuentros padre-hijo, mutuo conocimiento, rechazos iniciales y finales de aceptación de la tozuda realidad.

Ahora, en la sección de sabiduría ajena, una cita sacada de una entrevista, que leí ayer en el periódico, al libérrimo filósofo Antonio Escohotado, que siempre me ha fascinado por sus razonamientos que hurgan en la llaga, y que me viene como anillo al dedo para lo tratado en la película hoy glosada:

 - "En mi caso, la veneración por mis padres es simplemente cumplir el mandamiento de honrar a padre y madre y, el que no es capaz de cumplir eso es un mierda. En privado puedes criticar determinados comportamientos pero, hacia los demás y como norma, honrar a los padres es sagrado".  (Antonio Escohotado).

Besos y abrazos,

Don.
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miércoles, 18 de julio de 2018

Matutino a cámara lenta

¡Buenos días!

Cuando el vértigo de la vida parece acelerarse, nada como un poco de reposo matutino, retratándome por estos lares para verla desde otra perspectiva, con otro enfoque, haciéndola discurrir con lentitud para mejor poder apreciarla. Y vuelta a las andadas. Y hasta la próxima. Por lo demás, estas primeras semanas de verano parecen también tomárselo con calma, no precipitándose hacia lo tórrido a las primeras de cambio, yendo pausadamente, para dejar que nos vayamos adaptando naturalmente. Hoy de nuevo sol, noches sin desvelos térmicos, y 33ºC de máxima prevista para hoy.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La cámara de Claire" ("Keul-le-eo-ui Ka-me-la", "Claire's camera", o "La caméra de Claire", que la peli es trilingüe), de Hong Sang-soo, y con Isabelle Huppert y Kim Min-hee. De este director y guionista coreano había visto cuatro de sus anteriores films: "En la playa sola de noche" ("Bamui haebyunaeseo honja", 2017), "Lo tuyo y tú" ("Dangsinjasingwa dangsinui geot", 2016), "Ahora sí, antes no" ("Ji-geum-eun-mat-go-geu-ddae-neun-teul-li-da", 2015), y "En otro país" ("Da-reun na-ra-e-suh", 2012).

Dos mujeres coreanas, que trabajan en una productora, se encuentran en Cannes promocionando una película allí durante el festival de cine. Quedan para charlar amablemente en un café, y la jefa le dice a su joven empleada que la despide porque ha dejado de confiar en ella. Poco después sabremos que es cuestión de celos, pues la joven, en una noche de borrachera se acostó con el director de la película... y pareja sentimental de la jefa. La chica, desolada y sin poder volver a su casa pues no pudo cambiar el billete de avión de regreso ya comprado por otro para volver cuanto antes, deambula triste por las playas del lugar. Se topa casualmente con una fotógrafa aficionada, enganchada a las fotos y profesora de profesión, que le pide si no le importa dejarse retratar, y con quien termina compartiendo confidencias. Esta a su vez ya hizo lo propio con el director y con la jefa.

Apenas nada me dijo (nota: 2) esta película, cuyo director, bastante pagado de sí mismo según mi parecer, va de mal en peor por lo que a mí respecta pues, incluso a pesar de tener parecidos mimbres todas, las tres primeras películas suyas que vi sí que me gustaron, incluso la del medio fue estupenda, pero esta y la anterior nada de nada, así que ya me aburre en su reiteración de mirarse el ombligo, y creo que no volveré a ver otra suya. Maneras casi de novato, supongo que impostadas, diálogos triviales, por no decir que además me parecían pueriles, y demás perlas, lo que me hace sentir con el pelo tomado.

Bueno, a ver si puedo remediar tal disgusto con alguna de las perlas de sabiduría ajena que tengo perdidas por la recámara y que no sé si nos retratarán mejor o peor:

 - "Es imposible hacer una buena película sin una cámara que sea como un ojo en el corazón de un poeta".  (Orson Welles).

 - "Afortunadamente, no tenemos por qué parecernos a nuestros retratos".  (Anatole France).

Besos y abrazos,

Don.
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martes, 17 de julio de 2018

Creando razonables monstruos matutinos

¡Buenos días!

Otra mañana más en la que por aquí me dejo caer, sin romántica languidez, para fomentar la irracional creación de fantasías que liberen mi mente de los monstruos que pudieran atenazar mis despiertas entendederas, cual homeopática medicina para tratar de evitar eso que Francisco de Goya nos mostraba en una de sus obras más emblemáticas, el aguafuerte "El sueño de la razón produce monstruos" (1799). Por lo demás, no creo que, de momento, y basado en las razonables previsiones meteorológicas, el verano vaya a sacar a la luz esa bestia que lleva dentro y que nos derrite con tórridos sofocos. Hoy, llevadero día de calor veraniego, con impoluto sol, máxima prevista de 34ºC, y noche nada tropical que permite dormir, y soñar, razonablemente.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Mary Shelley", de Haifaa Al Mansour, y con Elle Fanning, Douglas Booth, y Bel Powley. Es el segundo largo de esta directora saudí, de quien ya vi su muy buen debut con "La bicicleta verde" ("Wadjda", 2012).

Nos narra la vida de Mary Shelley (1797-1851), autora de la famosísima novela gótica "Frankenstein o el moderno Prometeo" ("Frankenstein: or, The Modern Prometheus", 1818), y su tormentosa, tortuosa y apasionada relación amorosa cuajada de altibajos con el poeta romántico Percy B. Shelley, de quien se enamoró perdidamente cuando le conoció con 16 años. Ante la oposición de su familia a la relación con ese vividor (estaba casado y con una hija), ambos decidieron fugarse acompañados por la hermanastra de ella. Tras varias vicisitudes, acaban como invitados en una mansión que Lord Byron tenía en Ginebra, donde holgaban en largas jornadas de vida disoluta, y creativa, y lugar donde ella concibió su más afamada novela, cual exorcismo de un gran dolor que la atenazaba a causa de la muerte de su primer hijo y de los desencantos de su amor.

Una estupenda película (nota: 8) que os recomiendo, que comenzó correcta y sin alharacas, fluyendo con naturalidad, siguió así casi todo su metraje, pero ya cerca de su final se me vino arriba, y me cautivó con arrobo, y casi que podría decirse que al estilo romántico del siglo XIX, entre otras cosas por lo que destila con elegancia. Es un drama romántico, sobre una inquieta e inconformista adolescente, a la que la vida y el amor le harán sufrir, y lo que necesariamente aprenderá de ello, en el entorno de una sociedad que ninguneaba todo lo femenino. Con gran esfuerzo y empeño se hizo valer y logró que le reconocieran la autoría de una de las obras cumbres del romanticismo gótico y pionera de la ciencia ficción moderna, podría decirse que metafóricamente autobiográfica, pues los padecimientos del monstruo son los de su autora.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, de ambos tórtolos, una de él, más halcón y con poético y embaucador pico de oro, y dos de ella, que mucho dicen en sus dudas:

 - "La luz del sol ciñe a la tierra
y la luna besa los mares:
¿para qué esta dulce tarea
si luego tú ya no me besas?".  (Percy B. Shelley).

 - "¿Por qué no he de continuar por estas olas indómitas y a la vez sumisas? ¿Qué podría detener un corazón decidido y la voluntad firme de un hombre?".  (Mary Shelley).

 - "¿Cómo es posible contemplar a un ser tan noble destruido por el dolor sin experimentar una profunda pena?".  (Mary Shelley).

Besos y abrazos,

Don.
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lunes, 16 de julio de 2018

Lo que sigue al seguimiento matutino

¡Buenos días!

Sigue el verano a lo suyo, aunque sin perseguirnos insistentemente con su agobiante canícula, lo que es de agradecer, y estamos teniendo unos llevaderos días de estío, de momento. Hoy, como siempre, sol a raudales y máxima prevista de tan solo 31ºC. ¡Qué siga así en días venideros!... Aunque, ¡ya veremos si no nos da una lógica sorpresa más adelante!

Este fin de semana no estuve en el cine, aunque sí viendo una película, enlatada, es decir, en DVD. Se trató del debut en el largo de un excelentísimo director, y el único de sus diez que aún no había visto: "Following" (1998), de Christopher Nolan, y con Jeremy Theobald, Alex Haw, Lucy Russell, y John Nolan. Los otros nueve son: "Memento" ("Memento", 2000), "Insomnio" ("Insomnia", 2002), "Batman begins" (2005), "El truco final" ("The prestige", 2007), "El caballero oscuro" ("The dark knight", 2008), "Origen" ("Inception", 2010), "El caballero oscuro: la leyenda renace" ("The Dark Knight rises", 2012), "Interstellar" (2014), y "Dunkerque" ("Dunkirk", 2017).

Un viejo escucha la historia que un joven le cuenta: que quiere dedicarse a la escritura y para encontrar inspiración sigue a la gente con la que se cruza por azar en la calle, tratando de averiguar más cosas sobre él (o ella). No es un pervertido, lo hace por mera curiosidad, y sigue unas reglas que se autoimpone. Toda va bien hasta que comienza a saltárselas debido a su creciente obsesión con ello, y a que uno de sus perseguidos le descubre, un tipo con mucha labia que se encara amablemente con él y le propone que le acompañe para que vea a lo que se dedica; e intrigado, lo hace.

Una buena película (nota: 6) de ingeniosísimo guion, thriller de intriga, con giros argumentales, rodada en blanco y negro, a la manera del clásico cine negro, pero con elementos novedosos. Las maneras formales, algo desaliñadas, no sé si de novato con ínfimo presupuesto disponible, no me acabaron de convencer. Está rodada en dos tiempos, que se van alternando simultáneamente, narración fragmentada, y levemente solapada, que recuerda a su siguiente película, la absolutamente magistral para mí "Memento". Al principio, en cierto modo, me recordó a una joyita cinéfila para mí, "La soga" ("Rope", 1948) del maestro Alfred Hitchcock. En definitiva, que con este debut ya apuntaba, cual titubeante principiante, todos los elementos que caracterizarán su siguiente cine.

Ahora, de seguido, ahí os dejo unas citas de sabiduría ajena:

 - "El escritor, muchas veces, es como un caballo de carreras que ha perdido su jinete y ya no sabe porque está corriendo ni dónde está la meta y, sin embargo, se le exige seguir corriendo aunque no sepa ni hacia dónde ni por qué razón".  (Antonio Gala).

 - "Me divierten las gentes que quieren seguir unas reglas, porque en la vida no hay más que lo excepcional".  (Jules Renard).

 - "El hombre no debe seguir ciegamente un derrotero fijo".  (Ángel Ganivet).

 - "El destino puede seguir dos caminos para causar nuestra ruina: rehusarnos el cumplimiento de nuestros deseos y cumplirlos plenamente".  (Henry F. Amiel).

Besos y abrazos,

Don.
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viernes, 13 de julio de 2018

Matutino sumido en la duda

¡Buenos días!

Sin duda alguna hoy es un día de verano, soleado y muy caluroso, con 35ºC de máxima prevista, así que tras refugiarme aquí por un ratito de esas inclemencias, gracias a su caluroso afecto maternal, o paternal, según prefiráis, que refresca mis propios sentimientos, ya puedo seguir a lo mío con otro aire, mirando adelante sin preocuparme gran cosa de lo que queda tras mi estela, no vaya a ser que acabe amojamado antes de tiempo, sea por mi escaso salero o por lo que sea. De todas formas intentaré divertirme y disfrutar lo que pueda en el tránsito de mi continuo presente.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Sácame de dudas" ("Ôtez-moi d'un doute"), de Carine Tardieu, y con François Damiens y Cécile de France. Es el tercer largo de esta directora francesa y primero suyo que veo.

Un hombre viudo, mediada la cuarentena, que vive en un pueblo de la Bretaña francesa y que trabaja como desactivador de explosivos, acude al médico con su joven hija embarazada de padre desconocido para que le hagan unas pruebas de ADN para saber si el feto hubiera podido contraer o no una enfermedad hereditaria por vía paterna. Queda descartado tal problema, pero de resultas el médico manifiesta al hombre que quien creía que era su padre no es su padre biológico. Atónito, y sumido en un mar de dudas, decide iniciar la búsqueda para saber quién le engendró. En sus pesquisas topará con una mujer que le fascina y de la que se enamorará perdidamente, y viceversa, y al poco encuentra a su auténtico progenitor en un pueblo cercano, lo que le deparará aún más sorpresas con las que no contaba.

Una muy buena película (nota: 7), que vi con sumo agrado, amable y simpática comedia romántica de equívocos apenas edulcorada (mi diabetes cinéfila estuvo de enhorabuena, bueno de casi de "endoshorasbuena"), por un lado conservando sus clásicos esquemas en lo básico, y muy original por otro lado, pues hay otros elementos entrelazados con ella, ya que nos habla de paternidad responsable, de familias poco convencionales, de la búsqueda de la identidad familiar, sea por sangre o sentimientos, del amor tardío, y de la soledad de los ancianos. El trabajo del protagonista, desactivador de explosivos perdidos, no es banal, pues es toda una metáfora de andar con sumo cuidado al escarbar lo que se oculta en el pasado... a tal efecto, consultar en la sección de sabiduría ajena la última cita, de la propia directora del film hoy glosado.

Pues eso, ahí os dejo unas citas de sabiduría ajena, que tal vez nos saquen de dudas, o no:

 - "Quien no duda, no reflexiona; quien reflexiona, no ve, permanece en la ceguera, la perplejidad y el error".  (Al Ghazali).

 - "Entre la fe y la incredulidad, un soplo. Entre la certeza y la duda, un soplo. Alégrate en este soplo presente donde vives, pues la vida misma está en el soplo que pasa".  (Omar Khayyam).

 - "No es la carne y la sangre, sino el corazón, lo que nos hace padres e hijos".  (Friedrich von Schiller).

 - "Al profundizar en el pasado, y volver a los orígenes, corremos el riesgo de volar por los aires el presente".  (Carine Tardieu).

Besos y abrazos,

Don.
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jueves, 12 de julio de 2018

Matutino descollar

¡Buenos días!

No, no voy a ponerme, ni quitarme, collar ni medalla alguna por hacer estos matutinos, que solo con estar con ellos me engalano. Ni maquillar mis sentimientos, que aquí los plasmo tal cual me vienen. Así que espero que me veáis y aceptéis tal cual soy, sin prejuicios, ni adornos que me enmascaren. Como hoy hará el sol que está comenzando a despuntar en este no demasiado caluroso día de verano que se nos viene encima con sus 33ºC de máxima prevista, mostrarse ante nosotros sin tapujos, sin nube alguna que lo vele ni obnubile.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La número uno" ("Numéro une"), de Tonie Marshall, y con Emmanuelle Devos, Suzanne Clément, y Richard Berry. Es el primero de los largos de esta directora francesa que veo.

Una brillante y talentosa ejecutiva con impresionante currículum es de las pocas mujeres que ha conseguido llegar a ocupar un alto cargo en el consejo de dirección de una gran multinacional francesa, que se dedica a la producción energética. Un día es tanteada por algunas socias de un club de mujeres influyentes, para que sea candidata a ocupar el máximo puesto directivo, que va a quedar vacante en breve, de una empresa pública que cotiza en bolsa, una de las 40 más importantes del país, lo que la convertiría en la primera mujer en conseguir un puesto de tal magnitud. Se comprometen a ayudarla en tal cometido. Pero enseguida todo tipo de obstáculos empiezan a levantarse ante tal propósito. Se desata una guerra de tráfico de influencias entre los dos candidatos (ella y otro) que va embarrándose hasta incluso sacar a la luz trapos sucios para desprestigiar al rival, con inocentes víctimas colaterales de por medio.

Una muy buena película (nota: 7), que empezó no gustándome mucho pero que fue de menos a más, de mirada femenina y feminista a lo que nos narra, cual si de un thriller de intriga se tratara, el mundo de los altos ejecutivos empresariales, y de sus tejemanejes, tradicionalmente vedado a las mujeres, y la desigual lucha de estas por hacerse un justo hueco en él mientras sufren misóginas humillaciones, más o menos soterradas y envueltas en cínica cortesía, en su cotidiano desempeño profesional, y tratando además de compaginarlo con mejor o peor suerte con su ámbito personal. También nos habla de tráfico de influencias, de la labor de zapa de los lobbies (corporativos grupos de presión), de corrupción, de prevaricación, de mantener el poder caiga quien caiga, y de a qué se está dispuesto a hacer o renunciar para lograrlo al máximo.

Ahora ahí os dejo unas cuantas destacadas citas de sabiduría ajena, que tal vez nos ayuden a despuntar en nuestro conocimiento de lo que nos rodea:

 - "La abundancia de palabras y la ignorancia predominan en la mayor parte de los hombres; si quieres sobresalir de la mayoría inútil, cultiva tu conocimiento y envuélvete en nubes de silencio".  (Cleóbulo).

 - "¿Quieres dejar de pertenecer al número de los esclavos? Rompe tus cadenas y desecha de ti todo temor y todo despecho".  (Epicteto de Frigia).

 - "Se llama bueno al que quiere ser siempre el primero, pero también al que no quiere sobresalir en detrimento de nadie".  (Friedrich Nietzsche).

Besos y abrazos,

Don.
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miércoles, 11 de julio de 2018

Estos despreocupados matutinos llegarán lejos

¡Buenos días!

Sin mayores preocupaciones que las propias del proceso creativo, estos matutinos nacen cada mañana para fluir lo más lejos que les dé el ánimo que a sí mismos se insuflen. Toda vez que les tecleo las pautas de su derrota, ya es cosa suya llegar donde les plazca. No muy lejos, sin embargo, nos llevarán nuestros pasos debido al sofoco de estos días de tórrido e indolente verano, que vivimos sin otra preocupación que ponernos a la sombra en los momentos de mayor inclemencia solar. Hoy, no obstante, parece aflojar algo la canícula, con 33ºC de máxima prevista.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "No te preocupes, no llegará lejos a pie" ("Don't worry, he won't get far on foot"), de Gus van Sant, basado en las homónimas memorias autobiográficas del caricaturista John Callahan, y con Joaquin Phoenix, Jonah Hill, Rooney Mara (tan deliciosa como siempre, toda una debilidad para mí), y Jack Black. De este director he visto casi todos sus últimos films, comenzando por el estupendo "Elephant" (2003), el primero suyo que vi (me faltan los anteriores a este), y luego casi todos los demás, "Last days" (2005), "Paranoid park" (2007), "Mi nombre es Harvey Milk" ("Milk", 2008), "Restless" (2011), y "Tierra prometida" ("Promised land", 2012).

John Callahan (1951-2010) es un joven totalmente enganchado al alcohol que sufre un grave accidente de tráfico a los 21 años, estando totalmente borracho, que le deja al borde de la muerte y tetrapléjico. Incluso después, maldiciendo su desgracia, sigue bebiendo desmedidamente, hasta que un día decide acudir a una sesión de alcohólicos anónimos, donde conoce a una especie de gurú de la autoayuda y el buenrrollismo que le anima a acudir a un peculiar centro de rehabilitación que dirige, gracias al cual consigue dejar la bebida y descubrirá su talento para dibujar viñetas cómicas de humor muy inteligente y corrosivo, y de mal gusto para algunos, en los que hace escarnio, entre otros, de los minusválidos como él mismo, lo que le aliviará anímicamente y terminará por hacerle famoso.

Una buena película (nota: 6), con momentos excelentes y otros que me dejaron algo frío, este biopic más bien centrado en el largo y proceloso proceso de desintoxicación alcohólica del autodestructivo dipsómano de tortuosa vida que se nos muestra. Sin excesos, gracias al alivio del sarcástico y políticamente incorrecto humor del protagonista, nada victimista consigo mismo, es de optimista superación personal, del arte como bastón de apoyo que ayude a superar los obstáculos que uno mismo se pone en la vida, y que fluye con la hermosa serenidad que el director suele imprimir a sus obras.

Ahora unas citas de sabiduría ajena que nos eviten innecesarias preocupaciones y lleven a nuestras entendederas lo más lejos posible de sí mismas:

 - "Quien pisa con suavidad va lejos".  (Proverbio chino).

 - "Acepta los riesgos, toda la vida no es sino una oportunidad. El hombre que llega más lejos es, generalmente, el que quiere y se atreve a serlo".  (Dale Carnegie).

 - "Los sufrimientos son como nubes pasajeras: que de lejos nos parecen negras y de cerca apenas son grises".  (Jean Paul).

 - "Sólo aquellos que se arriesgan a ir demasiado lejos pueden descubrir hasta dónde se puede llegar".  (T. S. Eliot).

Besos y abrazos,

Don.
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martes, 10 de julio de 2018

Ni un ápice de matutino divismo

¡Buenos días!

Tras tantos años en este embriagador mundo matutino ya no creo que vaya a dejarme embaucar por los oropeles de la fama, porque ni me llegará cuando sea un pipiolo, que hace ya muchos años que dejé de serlo, o eso creo, ni de hecho me ha llegado, que este recóndito sitio matutino tan solo es conocido por unos pocos iniciados y no soy ni ídolo de masas ni de errantes peregrinos que por aquí se dejan caer de cuando en cuando. El que sí parece que se nos está viniendo arriba es este verano que desde hace unos pocos días nos ha empezado a dar la brasa y sofocar a base de bien, y hoy sigue, con 35ºC de máxima prevista, y lo peor, con casi tropicales noches toledanas.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo una película documental. Se trató de "Whitney", de Kevin MacDonald. De la filmografía de este director británico había visto hasta ahora cuatro de sus anteriores largos, tres de ficción y un documental: "Mi vida ahora" ("How I live now", 2013), "La legión del águila" ("The eagle", 2011), "La sombra del poder" ("State of play", 2009), y el sobresaliente y recomendabilísimo documental "Touching the void" (2003).

Whitney Houston (1963-2012) ha sido hasta ahora la única artista (hombre o mujer solista o grupo) en conseguir siete números 1 consecutivos en las listas musicales de éxitos de Estados Unidos, vendiendo más de doscientos millones de discos en todo el mundo, amén de protagonizar algunos taquillazos de cine. Toda una diva del R'n'B, del soul y del pop, especialmente durante los años 80 y 90. Pero su brillante carrera, salud y portentosa voz, comenzaron a tambalearse debido a diversos escándalos y adicción a las drogas, hasta su temprana muerte (quizá por accidente, quizá por suicidio) a los 48 años.

Una muy buena película (nota: 7), muy bien hecha, pero con algún pero que otro. Básicamente a través de entrevistas a familiares y amigos, inéditas imágenes de archivo, películas caseras y demás, se hace un retrato de su vida, de su fulgurante ascenso profesional y estrepitosa caída, mostrando sus luces pero sin esconder sus sombras, tanto de la persona como de la artista, así como de su familia y como influyó en ella tanto para bien como para mal. No obvia temas escabrosos, sin embargo a veces peca de algo de sensacionalismo, aunque tampoco como para cortarse las venas. En cierto modo parece una investigación con el fin de tratar de desentrañar las causas para que tan brillante artista pudiera acabar como acabó.

Ahora una pizca de sabiduría ajena que tal vez nos ayude a mejor sobrellevar los peajes de la buena (o mala) reputación:

 - "Otro gallo le cantara, si buen consejo tomara".  (Refrán).

 - "La primera gran dificultad consiste en ganar buena reputación; la segunda, en conservarla toda la vida; la tercera, en preservarla después de muerto".  (Benjamin R. Haydon).

 - "La estimación es como una flor; una vez pisoteada o ajada, no vuelve a recobrarse nunca".  (Giacomo Leopardi).

Besos y abrazos,

Don.
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viernes, 6 de julio de 2018

Matutinas perrerías

¡Buenos días!

No, estos matutinos no me maltratan, ni yo a ellos, faltaría más, si acaso nos tratamos como los mejores amigos que somos entre nosotros, nos cuidamos mutuamente y nos lo agradecemos, si no con lametazos sí tácitamente al menos. Aunque vuelve a apretar a cada día que pasa (hoy 32ºC de máxima prevista, y subiendo) todavía no nos tortura el verano a base de sofocante torridez, y eso que le agradecemos... no sé si con algún hueso que otro para que se entretenga con ello y nos deje en paz.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Los perros", de Marcela Said, y con Antonia Zegers y Alfredo Castro. Es el segundo largo de ficción de esta directora chilena, tras algunos documentales, y primero suyo que veo.

Una mujer de 42 años, perteneciente a la alta burguesía chilena, casada y que está de tratamiento hormonal para intentar ser madre, es continuamente minusvalorada por parte de su padre, acaudalado empresario, y marido. Asiste a clases de equitación y de repente, al llegar la policía al picadero, se entera que su profesor, ex coronel del ejército, por quien siente admiración y de quien se está enamorando, está siendo procesado judicialmente por ser responsable de desapariciones y torturas durante la dictadura de Pinochet. Entra en crisis existencial.

Una película que no me llegó del todo, pausada y tirando a aburrida (nota: 5), que conturba, pero no por esto fue que no me convenció, sino por sus maneras de narrar. E incomoda además por el alelado tambaleo emocional de la protagonista, una pija malcriada y consentida, que se enamora de un monstruo, que con ella es encantador, y los presuntos buenos no lo son tanto, tienen lo suyo. Hasta que al final se cae del guindo.

Asimismo habla del silencio cómplice de una parte de la sociedad que no ve ni quiere ver (ni oír) lo que realmente sucedió, cuando no fue parte activa del horror y se oculta con mentiras, de las heridas sociales mal cerradas a causa de la dictadura, todo con un enfoque muy turbio. ¡Ah!, y también es todo un alegato feminista sobre no ser ellas ninguneadas ni reducidas a meros úteros gestantes. Y de rebelarse incluso ante el propio conformismo. Una cosa que sí que me gustó mucho fue la perruna metáfora final, aunque también había más repartidas por el resto del metraje, así como caballunas, pero evaporadas de mi mente por el sopor general.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, que tal vez nos consuelen si tuviéramos un día de perros:

 - "Todos los hombres son dioses para su perro. Por eso hay tanta gente que ama a sus perros más que a los hombres".  (Aldous Huxley).

 - "Amo a los perros porque nunca le hacen sentir a uno que los haya tratado mal".  (Otto von Bismark).

 - "No es tan dañoso oír lo superficial como dejar de oír lo necesario".  (Quintiliano).

 - "No hay peor sordo que el que no puede oír; pero hay otro peor, aquél que por una oreja le entra y por otra se le va".  (Baltasar Gracián).

 - "El amor no es capaz de ver los lados malos de un ser; el odio no es capaz de ver los lados buenos".  (Giovanni Papini).

Besos y abrazos,

Don.
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jueves, 5 de julio de 2018

Matutino de amor libre

¡Buenos días!

Libres sois cada uno de vosotros de amar lo que bien os plazca, como yo hago en este momento con los matutinos, comprometido casi cada mañana con ellos, a pasarme por aquí a echar unos desparrames, en este utópico paraíso de serenidad y armonía, para después bajar de esta nube y posarme en la cotidianidad como si tal cosa, siguiendo con el resto de mis rutinas. Sin agobiar todavía, el verano nos va queriendo cada vez más, apretando más su abrazo, lo que nos sube el ardor. Máxima prevista para hoy de 30ºC, y subiendo cada vez más para en pocos días, al principio de la próxima semana, volver a rozar la cuarentena.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Formentera Lady", de Pau Durà, y con José Sacristán, Sandro Ballesteros, Nora Navas, y Jordi Sánchez. Es el debut en el largo de este director, también actor y guionista.

Un viejo músico hippie llegó a la pequeña isla de Formentera en los años 70, y allí sigue, viviendo solo en una destartalada cabaña al borde del mar, sin luz eléctrica, y tocando el banjo cada noche en el garito de un amigo por un poco de dinero. Un día llega desde el continente su hija, a quien hace años que no ve, pues viene a dejarle por una temporada a su nieto de diez años, ya que ha encontrado trabajo en el extranjero y no lo puede tener con ella hasta que consiga un buen alojamiento allí. Tras su rechazo inicial no le queda otra que hacerse cargo de él, lo que le trastocará su vida de casi ermitaño obnubilado entre lisérgicos éteres.

Película que, con sus más y sus menos, me dejó ni fu ni fa (nota: 5) y cuyo título hace referencia al de un tema del grupo de rock King Crimson en el que se homenajeaba a este paraíso hippie de los años 70. La peripecia crepuscular del viejo protagonista cuya obligación de tener que cuidar de su nieto despierta en él olvidados recuerdos, de un pasado que se fue para no volver y al que debe enfrentarse, de sus pérdidas emocionales, de sus buenos y malos actos de entonces, de sus irresponsabilidades, falta de compromiso, y demás de antaño, no me dijo gran cosa, aunque a ratos me interesó.

Ahora dejo a vuestro libre albedrío que intiméis con esta o aquella cita que por aquí os dejo desparramadas:

 - "El hombre es libre, tiene que ser libre. Su primera virtud, su gran hermosura, su gran amor es la libertad".  (Juan Ramón Jiménez).

 - "Bajo el verdor con un poco de pan, vino, el libro de un poeta, y tú cantando a mi lado en el desierto, ¡el desierto me sería un paraíso!".  (Omar Khayyam).

 - "La memoria es el único paraíso del que no podemos ser expulsados".  (Jean Paul Richter).

 - "El que vive retirado dentro de su inteligencia y espíritu, vive en el paraíso".  (Francis Beaumont).

 - "La soledad es a veces la mejor compañía, de modo que un corto retiro acelera un dulce retorno".  (John Milton).

Besos y abrazos,

Don.
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miércoles, 4 de julio de 2018

Matutino, o casi, en la cuarentena

¡Buenos días!

Que sí, que es un matutino en su plenitud, que sale junto con el sol de cada día que le toca; y no, no está enfermo, si acaso de amor, ni debe guardar aislado reposo durante cuarenta períodos, sean eones o nanosegundos. Tampoco han cumplido los cuarenta, que tienen casi la mitad, una veintena. Así que como el título no me cuadra con la realidad de su ficción, pues me pongo a hablar del tiempo, como cuando no sé sabe qué decir en una situación incómoda. Pues eso, tibio día de verano, soleado y con máxima prevista de 28ºC por los madriles. Disfrutemos con lo que hay. No queda otra.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Casi 40", de David Trueba, y con Lucía Jiménez y Fernando Ramallo. De este director había visto todos sus anteriores largos de ficción, a saber, "Vivir es fácil con los ojos cerrados" (2013), "Madrid, 1987" (2011), "Bienvenido a casa" (2006), "Soldados de Salamina" (2002), "Obra maestra" (2000), y su ópera prima "La buena vida" (1996).

Dos amigos desde la infancia, ambos llegando a la cuarentena, y que fueron novios por un breve tiempo en la adolescencia, se reúnen de nuevo tras muchos años sin verse para dar una pequeña gira de conciertos en locales reducidos de ciudades de provincia. Ella fue cantante de éxito en su juventud junto a un grupo musical y luego en solitario, y ahora lleva retirada un tiempo, desde que se casó y se dedicó a criar a sus dos hijos; él trabaja como comercial para una empresa de cosmética ecológica, hace las veces de manager en esta efímera tournée, y quiere relanzar la carrera musical de su amiga.

Película agradable de ver, de ritmo calmado, pero que no me llegó (nota: 5), no me llegaron, salvo a ratos, las tribulaciones de sus dos personajes. Road movie, o película de viajes, por el espacio allende nosotros y por el interior, en el que los personajes hablan y hablan, de su pasado, de su vida actual, se hacen confidencias, abren su alma, romántica a su manera, de primerizos amores latentes suspendidos en el tiempo y que no acaban de posarse. Nos habla de esas manidas crisis de los cuarenta, pero asumidas sin aspavientos ni dramas, sin aparente sensación de fracaso por esos añorados amores ya pasados y que no podrán ser, de seguir adelante.

Por eso de que retoma las vidas de los dos protagonistas de su debut cinematográfico con los mismos actores, tiene reminiscencias de las mejores películas de Richard Linklater, sublimes estas para mí, pero como antes dije, solo a ratos sueltos me gustó la hoy glosada, y entre ellos, el recrearme con Lucía, muy buena actriz, que canta bien, y resplandece de hermosura, irradia luz, como su propio nombre indica.

Casi hemos llegado al final, y en la sección de sabiduría ajena ahí os dejo unas citas, no cuarenta, que se me antojan demasiadas, sino su decena convertida en unidad, finalizando con una del propio director:

 - "A los dieciocho años se adora; a los veinte, se ama; a los treinta, se desea; a los cuarenta, se reflexiona".  (Charles Paul de Kock).

 - "Cuando se tienen veinte años, se cree haber resuelto el enigma del mundo; a los treinta se empieza a reflexionar sobre él y, a los cuarenta, se descubre que es insoluble".  (August Strindberg).

 - "Los primeros cuarenta años proporcionan el texto; el resto de la vida, los comentarios".  (Arthur Schopenhauer).

 - "Para mí, la nostalgia es sentir que el pasado era mejor [...] Cada uno tiene que vivir su tiempo [...] No hay que pensar en las oportunidades perdidas".  (David Trueba).

Besos y abrazos,

Don.
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martes, 3 de julio de 2018

Nos seguimos viendo en los matutinos

¡Buenos días!

Otra mañana más que vuelvo a encontrarme con los matutinos, donde mi mente se eleva por encima de las eventuales adversidades para volver al mundo terrenal con otro modo de ver las cosas. El verano sigue pacífico, sin abusar, sin bombardearnos con su inclemente poderío térmico, con lo que las temperaturas siguen agradables, con 30ºC de máxima prevista para hoy por los madriles. No nos engañemos, volverá a la carga con todo su rigor en cuanto nos descuidemos.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Nos vemos allá arriba" ("Au revoir là-haut"), basado en la afamada novela homónima de Pierre Lemaitre, dirigido por Albert Dupontel, y con él mismo, Nahuel Pérez Biscayart, Laurent Lafitte, Niels Arestrup, Émilie Dequenne y Melanie Thierry. Es el sexto largo, y segundo que veo tras "9 meses... de condena" ("9 mois ferme", 2013), como director de este también guionista y actor, de quien además he visto algunas películas más en las que actuaba para otros directores.

Año 1920 en una ciudad colonial francesa en Marruecos. Un hombre detenido declara en la gendarmería acusado de varios delitos. Inicia su relato en noviembre de 1918, a pocos días de terminar la I Guerra Mundial, cuando conoció en las trincheras a otro soldado, aficionado al dibujo. El último día de la guerra, contraviniendo órdenes superiores de cese de hostilidades, el miserable teniente de su compañía ordena un ataque, en el que el segundo acaba gravemente herido, al borde de la muerte y con el rostro completamente desfigurado. Ya licenciados, se trasladan a París, y el primero le ayuda y cuida, mientras sobreviven a la miseria como buenamente pueden, hasta que ambos idean una estafa para embolsarse parte del dinero de los corruptos gobernantes y magnates que les enviaron a la guerra y siguen enriqueciéndose todavía más tras ella.

Una tragicomedia algo excéntrica que, salvo ratos sueltos, no me llegó (nota: 5). La historia no me acabó de cautivar, el tono que le dio el director me mantuvo incómodo (no he leído la novela y no puedo comparar), aunque formalmente tiene su punto de originalidad, eso sí, algo sobrecargada en su barroquismo y delirio. Humor negro, un tanto peculiar, situaciones extrañas y desconcertantes, sombrías. Con su abierto deje antibelicista, y de crítica socio-política, esta fábula nos habla de picaresca en la posguerra, de los míseros por subsistir y de los codiciosos poderosos por abusar todavía más, de los demoledores efectos en toda sociedad de cualquier guerra, se gane o se pierda; también de corrupción, traumas bélicos que se arrastran hacia el futuro, venganza, olvido y perdón.

Me trajo leves reminiscencias tanto de películas, como las portentosas "Senderos de gloria" ("Paths of glory", 1957) de Stanley Kubrick y "Johnny cogió su fusil" ("Johnny got his gun", 1971) de Dalton Trumbo, por sus historias, o "Delicatessen" (1991) de Jean-Pierre Jeunet y Marc Caro, por algunas de sus maneras formales; como de obras literacias, como las picarescas del Siglo de Oro o la novela gótica de Gastón Leroux "El fantasma de la ópera" ("Le fantôme de l'Opéra", 1910).

Ahora, antes de volvernos a ver en el siguiente matutino, ahí os dejo un par de citas de sabiduría ajena:

 - "No se puede ganar una guerra, como tampoco se puede ganar un terremoto".  (Jeannette Rankin).

 - "Uno cree que muere por la patria y muere por los industriales".  (Anatole France).

Besos y abrazos,

Don.
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lunes, 2 de julio de 2018

Matutino de nueva luna de amarga miel

¡Buenos días!

Apenas se ve por la mañana la plenitud lunar, casi total, que hoy toca, así que nada de nada de aprendices lunas que ya fueron o vendrán, y además, con esta maravillosa suavidad térmica, 29ºC de máxima prevista para hoy, todo es dulzura climática, nada de plomizos amargores por el inclemente sol de tórrido verano. Disfrutemos lo que tenemos que ya habrá tiempo para capear como mejor sepamos lo que vendrá.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "En la playa de Chesil" ("On Chesil Beach"), de Dominic Cooke, basado en la novela homónima de Ian McEwan, y con Saoirse Ronan y Billy Howle. Es el primer largo de este director.

Inglaterra, año 1962. Una joven pareja recién veinteañera llega a la habitación de un hotel al borde de una playa. Se acaban de casar y se disponen a pasar su primera noche de bodas. Pasean románticamente por la playa, charlan amorosamente y cada uno va rememorando diversos pasajes de su vida anterior, como se conocieron y sus vicisitudes como novios. Se aman profundamente pero conforme se acerca la noche y el momento de consumar el matrimonio la situación se va tensando.

Una muy buena película (nota: 7), con sus más y sus menos, que empieza con hermosura contemplativa, sigue con lacónica parsimonia, va mejorando bien pasada su mitad, aunque su final me desmereció levemente el resto. Drama romántico sobre este par de inocentes tortolitos, unos pipiolos en casi todo, especialmente en lo sexual y lo emocional, que empieza y sigue con dulzura para tornándose en amargura conforme avanza, cosas de la inexperiencia juvenil, lo que marcará profundamente el resto de sus vidas.

Ahora ahí os dejo, cual perlas, unas cuantas citas de sabiduría ajena, recogidas cual conchas arrumbadas en la playa y seleccionadas para dar lustre a nuestras entendederas:

 - "Indudablemente la época más feliz del matrimonio es la luna de miel; lo malo es que para repetirla, han de suceder cosas muy desagradables".  (Noel Clarasó).

 - "Los amantes de Teruel, tonta ella y tonto él".  (Refrán).

 - "En los comienzos de un amor, los amantes hablan del porvenir; en su declive, hablan del pasado".  (André Maurois).

Besos y abrazos,

Don.
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