martes, 27 de agosto de 2019

Matutino convencido de su culpabilidad

¡Buenos días!

Presumo, que es más cómodo que buscar pruebas fehacientes y contrastarlas por si alguna fuera falsa, es más, estoy convencido, cual acto de fe, que esto debe ser así, porque es culpable de hacerme sentir bien por el mero hecho de estar trasteando en lo más hondo de mi ser. Y la mañana de hoy, algo presumida, se nos despierta con sol vestido de algunas nubes, restos de las tormentas y chaparrones de ayer, pero creo, gracias a las muy fiables pruebas que me aportan las predicciones meteorológicas, que el verano volverá por sus fueros a no mucho tardar, aunque de momento, para hoy la máxima tan solo será de 27ºC.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Una íntima convicción" ("Une intime conviction"), de Antoine Raimbault, y con Marina Foïs y Olivier Gourmet. Basado en un caso judicial real, es el primer largo de este director francés.

Un hombre acusado del asesinato de su esposa desaparecida, al que todos dan por seguro culpable, es absuelto en primera instancia por falta de pruebas. Diez años después de los hechos, debe enfrentarse a un segundo juicio, pues el anterior fue recurrido por la Fiscalía. Una mujer, divorciada y cocinera de profesión, que asistió al primer juicio y que cree en su inocencia se obsesiona con el caso y por temor a un error judicial convence a un prestigioso abogado para que le defienda, y al que ayudará en su tiempo libre en la búsqueda de pruebas de quien pudo ser el verdadero culpable.

Una muy buena película (nota: 7) este thriller judicial, que es toda una apología de la presunción de inocencia, de la correcta praxis de las instituciones judiciales, y de la dificultad de su buena labor, que nos hace reflexionar sobre diversas cuestiones, tales como que juzgar (basados en convicciones sin pruebas) no es lo mismo que hacer justicia y que esto está muy por encima a encontrar un culpable. También de duda razonable (lo deseable) versus suposiciones sin pruebas (meras creencias), y de que la obsesiva búsqueda de la verdad puede llevar a ilusorios autoengaños que hacen perder el verdadero sentido de la realidad.

Pues en la sección de sabiduría ajena, para seguir abundando en estas cuestiones, ahí os dejo esta cita del director del film hoy glosado, con la íntima convicción, eso espero, que nos haga pensar a todos:

 - "Es fácil moldear a un culpable a partir de sentimientos y fantasías porque la naturaleza tiene horror al vacío, necesitamos que se haga justicia y necesitamos encontrar un culpable, desde la más íntima convicción. Nos decimos una verdad que parece lógica, racional, satisfactoria y final. Y no importa cuánto duden los demás, no importa la falta de pruebas, una vez que la convicción se insinúa, lo puede todo".  (Antoine Raimbault).

Besos y abrazos,

Don.
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lunes, 26 de agosto de 2019

Aire fresco matutino

¡Buenos días!

Bienvenido sea para aliviar nuestros sofocos veraniegos, en esta mañana que parece anunciar tormentas en cuanto doblemos cualquier esquina, a las que haremos frente con la mejor de nuestras sonrisas. La máxima prevista para hoy será de 29ºC.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Este niño necesita aire fresco" ("Der junge muss an die frische luft"), de Caroline Link, y con Julius Weckauf, Sönke Möhring, Luise Heyer, Hedi Kriegeskotte, Ursula Werner, y Joachim Król. De esta directora alemana había visto el más reciente de sus anteriores largos, "Destino Marrakech" ("Exit Marrakech", 2013).

Un chaval regordete vive con sus padres y su adolescente hermano mayor, también rodeado por el resto de sus parientes (abuelos, tíos, etc.), gente normal, algo estrambótica, a la que le encanta divertirse a la primera que surge. Es un niño muy imaginativo, desacomplejado, al que le encanta disfrazarse y hacer reír a los que le rodean. Su madre sufre depresiones y su padre pasa mucho tiempo trabajando fuera de casa, así que sus abuelos se suelen hacer cargo de él. Pocos años después su madre fallece y a través del humor logrará aliviar su gran pesar.

Una muy buena película (nota: 7), de esas de buen rollo, de congraciarse con el mundo, de seguir adelante, de perseverar a pesar de los pesares, riéndose si puede ser, esta tragicomedia, aunque sobre todo comedia. Basada en el libro autobiográfico de un muy popular cómico alemán, amén de actor, presentador... ¡vamos, un showman total!, se centra en su infancia, hablándonos del poder sanador de la risa, de la tolerancia ante el rarito, y de algunas que otras cositas más.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, que seguro ventilan y alegran nuestras neuronas:

 - "Una buena carcajada es uno de los mayores placeres físicos de la vida. Emitir sonidos también intensifica nuestra experiencia de gozo [...] En un terreno más sensual, oler un perfume o degustar un plato emitiendo un expresivo ¡Mmm! aumenta sin duda el aroma o el sabor. Y extasiarse en la contemplación de un cuadro, la lectura de una poesía, la conversación con un amigo, un paseo al aire libre o abandonarse a los encantos del amor, son algunos de los deleites más sublimes que podemos experimentar".  (Stella Resnick).

 - "La alegría pone alas a nuestro corazón. Es gratis y está a nuestro alcance. Es la herramienta perfecta para airear nuestro espíritu y la cabeza en cualquier momento".  (Margarita Rojas).

 - "Una infancia dichosa es uno de los mejores dones que los padres pueden otorgar".  (Mary Cholmondeley).

 - "En muchos aspectos, la infancia es la época más importante de nuestra vida, cuando se gesta nuestra personalidad y se ponen los cimientos de lo que será nuestra futura conducta social".  (Juan Antonio Vallejo Nágera).

Besos y abrazos,

Don.
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domingo, 25 de agosto de 2019

Sabroso recetario matutino

¡Buenos días!

Cocidos en nuestros propios jugos, al calor del sol veraniego, vamos a quedar tan tiernos y sabrosos que no hará falta aderezo alguno para saborearnos con deleitosa fruición. Así que parece que no hay más receta que dejarnos mimar por el sol y dejar que este se vaya apagando camino del otoño aún lejano. Hoy tendremos 34ºC de máxima por los madriles, que serán menos mañana, cuando es posible que acabemos pasados por agua ante los eventuales chaparrones que pudieran caer. Pero eso será mañana.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "El cocinero de los últimos deseos" ("Kirin no shita no kioku"), de Yojiro Takita, y con Kazunari Ninomiya, Hidetoshi Nishijima, Go Ayano, Yoshi Oida, Aoi Miyazaki, Daigo Nishihata, y Yutaka Takenouchi. De este veterano director japonés había visto tan solo uno de sus anteriores películas, "Despedidas" ("Okuribito", 2008).

Un reputadísimo cocinero japonés, con un don que le permite replicar cualquier plato que haya probado antes, perfeccionista hasta la exasperación, quiebra con su afamado restaurante de alta cocina y queda entrampado por las deudas. Para intentar pagarlas se dedica a cocinar por encargo para gente adinerada que desea, antes de morir, que les elabore un último plato que recuerdan de su pasado, si están dispuestos a pagarle un millón de yenes por cada servicio. Un día recibe un particular encargo de un muy anciano cocinero chino, el más famoso de allá, para que le cocine un espectacular banquete imperial creado por otro cocinero japonés durante los años 30 del siglo pasado en la Manchuria invadida por los nipones, pero no dispone de las recetas, así que antes le encomienda que vaya a buscarlas, dándole tan solo una leve pista.

Una muy buena película (nota: 7), este entre melodrama y thriller culinario y existencial, en el que con la exquisita delicadeza japonesa se nos guisa un equilibrado momento de cine, a pesar de algún leve exceso de emotividad, bien digerido por mí gracias a la envolvente suavidad del conjunto. La trama se desarrolla en dos épocas, ligando a dos cocineros, uno de antes y otro de ahora, en el que este, más que indagar sobre un recetario del pasado, lo hace sobre sí mismo.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, preciados ingredientes con los que sazonar nuestro intelecto, últimamente bastante recocido por tanto calor:

 - "Deberíamos procurar alimentar la inteligencia percibiendo sensaciones; para ello tendríamos que oír una dulce canción, leer una hermosa poesía, ver una bella pintura y, si posible fuera, hablar algunas palabras sensatas".  (Johann W. Goethe).

 - "El zapato que va bien a una persona es estrecho para otra: no hay receta de la vida que vaya bien para todos".  (Carl Gustav Jung).

 - "La vida interior necesita una casa confortable y una buena cocina".  (D. H. Lawrence).

Besos y abrazos,

Don.
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miércoles, 21 de agosto de 2019

Verbenero matutino de virginal maternidad

¡Buenos días!

Sin muchas ganas de jarana, que tanto calor aplatana al más pintado, me dejo llevar al compás, tal vez de chotis, que me marcan estos matutinos, que me miman como una buena madre, y liberan tanto mi mente que casi me la dejan inmaculada. Sin embargo, el hasta ahora puro celeste libre de cualquier nubosidad se nos ha levantado gris, lo que tal vez nos traiga algún que otro chaparrón veraniego que alivie tanto calor. De hecho, la máxima prevista será de 28ºC, y hay una probabilidad del 50% de que algo nos caiga del cielo. ¡Alegría, alegría, que es posible que hoy chapoteemos algo!

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La virgen de agosto", de Jonás Trueba, y con Itsaso Arana (también coguionista junto con el director), y unos cuantos actores más. Hijo de su padre, Fernando, también colega de profesión, es el quinto largo de este joven director, de quien, salvo su segundo, había visto el resto de sus anteriores, a saber, "La reconquista" (2016), "Los exiliados románticos" (2015), y "Todas las canciones hablan de mí" (2010).

Una joven a punto de cumplir los 33 años ha decidido quedarse sola en Madrid durante el mes de agosto, cuando la ciudad queda casi desierta. Se encuentra en una encrucijada vital de la que no sabe bien como salir, y durante unos días, con el trasfondo de las castizas verbenas de las madrileñas fiestas patronales, y el lento discurrir de la canícula por el que se deja llevar, se irá encontrando con desconocidos y viejos conocidos de los que hace tiempo no sabía.

Una película interesante intermitentemente (nota: 4), con sus más y sus menos, a ratos cautivadora, en otros irritante, y en el resto tirando a anodina, sobre una mujer en busca de sí misma al calor de un introspectivo verano, en el que mantiene conversaciones sobre esto y aquello, con unos y con otros, desconocidos y conocidos con los que se va topando al vuelo. Me pasa con todas las películas que he visto de este director que, salvo sueltos destellos, no me acaba de gustar su manera de enfocar el cine, básicamente porque buena parte de sus diálogos y algunas de las situaciones planteadas me parecen la mar de peregrinos.

Pues antes de que se me agoste este matutino, ahí os dejo unas citas de sabiduría ajena:

 - "Cuando llueve en agosto, llueve miel y mosto".  (Refrán).

 - "Cada cosa que existe es una virgen que ha de ser amada para hacerse fecunda".  (José Ortega y Gasset).

 - "Coged las rosas mientras podáis;
veloz el tiempo vuela.
La misma flor que hoy admiráis,
mañana estará muerta".
(Robert Herrick, "A las vírgenes, para que aprovechen el tiempo").

Besos y abrazos,

Don.
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martes, 20 de agosto de 2019

Matutino de cine

¡Buenos días!

Érase una vez... pero, ¿esto es un cuento o vamos a hablar de cine?... ¡qué más da, que viene a ser lo mismo!... Pues eso, érase una vez un matutino que no acabó con los consabidos besos y abrazos, que se despidió a la francesa... Bueno, no os creáis esto que os estoy diciendo, que no es más que un cuento... o una película que os estoy contando, según prefiráis. El que sí quiere ser de cine, ya veremos si llega a estrella fulgurante, es este día de verano, mucho más agradable que los anteriores, gracias a su algo más de frescor entre tanta canícula, con 30ºC de máxima previstos para hoy por los madriles.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Érase una vez en... Hollywood" ("Once upon a time in... Hollywood"), de Quentin Tarantino, y con Leonardo DiCaprio, Brad Pitt, y Margot Robbie. Noveno largo en solitario de este director y guionista, maestro del cine, de quien había visto la gran mayoría de sus anteriores, a saber, "Los odiosos ocho" ("The hateful eight", 2015), "Django desencadenado" ("Django unchained", 2012), "Malditos bastardos" ("Inglorious basterds", 2009), "Kill Bill (vol. II)" (2004), "Kill Bill (vol. I)" (2003), "Pulp fiction" (1994), y "Reservoir dogs" (1992). Salvo Django y Pulp Fiction, que me entusiasmaron, el resto no me agradaron gran cosa.

Los Ángeles, 1969. Una vieja gloria de las teleseries del oeste de los años 50 y 60, vecino de las emergentes estrellas cinematográficas Sharon Tate y Roman Polanski, trata de reconducir su carrera en el cine junto con su inseparable amigo, chófer, y doble suyo en todas sus escenas de acción. Pero la industria del cine está cambiando y ya no es lo que era, y él no acaba de asumir su nuevo rol en ella.

Una buena película (nota: 6), cuyas casi tres horas de metraje se me pasaron rápido, que no me desagradó, pero que tampoco me entusiasmó. Buena parte de la culpa de esto será debida a que es una película que se mira el ombligo (Hollywood ensalzándose nostálgicamente y criticándose), cosa que no suele gustarme salvo que sea el mío propio el que veo, por mucho que tenga las maneras del genial Tarantino, que se atreve incluso a reescribir gozosamente (también para mí) la historia real.

Peli de colegas, muy divertida, al estilo Tarantino, en la que se nos habla de éxito y fracaso en el Hollywood de los años 60, lo que vale para cualquier otra época, todo un homenaje a los actores (secundarios y de serie B) y dobles de acción que pasaron desapercibidos, excelentes profesionales que no llegaron a estrellas. Como siempre en sus obras, esta también rezuma cinefilia por cada poro de su sudorosa piel. Por cierto, como siempre, no os vayáis de la sala en cuanto empiecen los créditos finales, que en este caso hay un bonus final que echa humo.

Ahora en la sección de sabiduría ajena, no os voy a contar ningún cuento, sino que os dejo con este par de citas, que creo se llevan muy bien:

 - "Los auténticos actores son esa raza indomable que interpreta los anhelos y fantasmas del inconsciente colectivo".  (Ana Diosdado).

 - "Ver un asesinato por televisión puede ayudarnos a descargar los propios sentimientos de odio. Si no se tienen sentimientos de odio, podrán obtenerse en el intervalo publicitario".  (Alfred Hitchcock).

Besos y abrazos,

Don.
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lunes, 19 de agosto de 2019

Matutino de veraneo

¡Buenos días!

Pues sí, están de vacaciones, ya que salvo algunas fugaces apariciones como esta, cual ojos del Guadiana en estiaje, en el que vuelven a dejar volar su fantasía elevados de (o sumergidos en) la realidad, disfrutan de su merecido descanso estival. Verano que hoy parece haber vuelto a a aflojar una pizca, tratando de retomar fuerzas para otro arreón. Pero de momento a disfrutar de lo que nos toca, sol y 32ºC de máxima prevista para hoy por los madriles.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "La casa de verano" ("Les estivants"), de Valeria Bruni Tedeschi, y con ella misma y un montón de actores más, que es un film muy coral. Quinto largo como directora italiana de esta también guionista y actriz, monumental actriz, de quien amén de muchos como intérprete tan solo había visto su debut como realizadora, "Es más fácil para un camello..." ("Il est plus facile pour un chameau...", 2003).

Tras una dolorosa ruptura sentimental, abandonada por su pareja, una atribulada directora y actriz de cine se retira durante el verano a la casona veraniega familiar en la Costa Azul francesa a escribir junto con su coguionista su próxima película, de carácter autobiográfico, rodeada de sus familiares (hija pequeña, madre, hermana, abuela y demás allegados) y empleados de la casa, cada uno con sus muy peculiares maneras de ser, sus neuras.

Película interesante en su delirante caos (nota: 5), pero con la que no acabé de conectar salvo momentos sueltos, muy buenos. Tragicomedia familiar, muy coral, que parece autobiográfica, una autobiografía imaginaria para tratar de dar sentido a su vida real, en palabras de su propia creadora. También comedia bufa, caricaturesca, cual espejos deformantes de feria, sobre una familia y una sociedad, en el que los límites entre cine y realidad parecen difusos, en definitiva, metacinematografía o extravagante metarrealidad ficcionada, por decirlo de alguna manera.

Y ahora unas citas de sabiduría ajena, para seguir cultivándonos, aunque sea de vacaciones:

 - "La hormiga es sabia, pero no lo suficiente como para tomarse unas vacaciones".  (Clarence Day).

 - "El cambio de costumbres es el único medio de que disponemos para mantenernos en vida y rejuvenecernos. Tal es el objetivo del cambio de aires y de lugar del viaje de recreo".  (Thomas Mann).

Besos y abrazos,

Don.
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jueves, 15 de agosto de 2019

Mis bienamados y muy conocidos matutinos

¡Buenos días!

Por enésima vez me enamoro de ellos cada vez que vengo por aquí, siempre con sensación de déjà vu, pues los conozco tan bien como la palma de mi mano. Y ya conocemos todos como es el verano, calor y más calor, y así es hoy, con sol radiante y 35ºC de máxima prevista por los madriles. Yo, más que enamorarme de él, prefiero que pase página y nos entreguemos al otoño.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Amor a segunda vista" ("Mon inconnue"), de Hugo Gélin, y con François Civil, Joséphine Japy, y Benjamin Lavernhe. Es el tercer largo y primero que veo de este director francés.

Unos jóvenes adolescentes se conocen en el instituto; flechazo instantáneo; se ennovian y con el tiempo se casan. Son felices. Él alcanza su sueño de ser escritor y triunfa totalmente con su saga literaria de ciencia ficción. Ella ve frustrados sus anhelos de ser una prestigiosa concertista de piano. Con el tiempo su relación se va enfriando a causa de que él está absorto en su éxito literario. Una noche discuten. Se duermen, y cuando él despierta se encuentra en un mundo paralelo en el que nunca conoció a la mujer de su vida y son perfectos desconocidos. Con la ayuda de su amigo de siempre tratará de reconquistar desde cero a la que fue su esposa con la esperanza de revertir la distorsión espacio-temporal.

Una película normalita (nota: 5), con sus más y sus menos, agradable, que se deja ver, con tendencia a ser olvidada cual amor de verano que ya no volverá a nosotros. Comedia romántica con trasfondo de cine fantástico, y con gags, unos más resultones que otros, bastante tontorrones a veces, en la que el protagonista vive la pesadilla de tener que recomenzar su amor con la mujer de su vida, que parece haberle olvidado (o no conocido nunca, más bien), desde un punto de partida distinto al original. Por temática y desarrollo me recordó a otras similares películas, mejores, mucho, muchísimo mejores que esta.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, que nos ayuden a conocernos mejor, a nosotros y al resto, y a enamorarnos de todo lo que nos rodea, por primera o enésima vez:

 - "Todo lo desconocido se supone maravilloso".  (Tácito).

 - "Siempre suspiramos por visiones de belleza, siempre soñamos mundos desconocidos".  (Máximo Gorki).

 - "La aventura, la gran aventura, es ver surgir algo desconocido, cada día, en el mismo rostro: es algo más grande que todos los viajes alrededor del mundo".  (Alberto Giacometti).

 - "Reconsideras tu vida conforme la vas viviendo, de la misma forma que si estuvieras escalando una montaña y continuamente vieras los mismos paisajes desde distintos puntos de vista".  (Doris Lessing)

Besos y abrazos,

Don.
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miércoles, 14 de agosto de 2019

Matutina fraternidad a prueba de bombas

¡Buenos días!

Otra mañanita más que me reúno con uno de mis muy bien avenidos matutinos, tan unidos, a pesar de sus diferencias, que no parece haber nada que los desmorone. Como este verano, que hoy quiere volver a venirse arriba, y más en días sucesivos, con los 33ºC de máxima prevista por los madriles, tras un inicio de semana y pasado fin de semana de agradable frescor veraniego, con máximas por debajo de la treintena.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Lola y sus hermanos" ("Lola et ses frères"), de Jean Paul Rouve, basada en una novela de David Foenkinos, coguionista junto con el director, y con Ludivine Sagnier, José García, y el propio director. Es su cuarta película, y primera que veo suya, como director, que ya vi otra como actor, "C'est la vie" ("Le sens de la fête") de Eric Toledano y Olivier Nakache.

Lola, una treintañera que trabaja como abogada especializada en divorcios y que acaba de emparejarse con uno de sus clientes, tiene dos hermanos algo más de diez años mayores que ella, un optometrista que va a casarse por tercera vez, y un ingeniero de una empresa de demoliciones divorciado y al cargo de su hijo. Los tres, cada uno con sus peculiaridades, viven en una ciudad de provincias y, pase lo que pase, se reúnen todos los primeros jueves de cada mes ante la tumba de sus padres. Además, vuelven a verse en la boda del hermano mayor, y las discusiones y tensiones entre ellos surgen de nuevo. Pero a pesar de todo son inseparables.

Una muy buena película (nota: 7), con la que pasé un rato agradable y me dio algo que pensar, esta amable y divertida melodramedia familiar, poco convencional, sobre la agrietada relación de tres hermanos, cada uno con sus particulares cuitas que no ven como superar por sí mismos, que amenazan desmoronar su fraternal unión, pero de cimientos tan sólidos que se sostiene a pesar de sus pesares, mientras se van sosteniendo mutuamente.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, que tal vez ayuden a reforzar nuestros contrafuertes para afianzarnos a pesar de nuestras grietas:

 - "Siete hermanos de un vientre, cada uno de su miente".  (Refrán).

 - "Un dedo no hace mano, pero sí con sus hermanos".  (Refrán).

 - "No es fácil tratar con testarudos. No hay argumento que valga. Regla para tratar con ellos: «Ninguna encina se derrumba al primer hachazo; una gotera quiebra la peña más dura»".  (José Ortega y Gasset).

 - "Si das la luz para encender la vida de tu hermano, en ti brillará más esplendorosa".  (Albert Schweitzer).

Besos y abrazos,

Don.
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viernes, 9 de agosto de 2019

Los patrones de la hormiguita matutina

¡Buenos días!

Otra mañanita más que despierta y en la que, grano a grano, pespunte a pespunte, voy dando forma, sin apenas tajos, a mi libre albedrío, como siempre, a cada matutino. Parece que sigo constantemente los mismos patrones, pero algo debe ir cambiando sutilmente, pues no son los mismos que en sus principios. Como los días de verano, que parecen todos iguales en su soleada canícula, pero no siempre es así, con leves variaciones. Hoy se nos viste de sol desnudo y 32ºC de máxima prevista.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "El despertar de las hormigas", de Antonella Sudasassi Furniss, y con Daniella Valenciano y Leynar Gómez. Es el debut en el largo de esta directora costarricense.

Una joven, casada y con dos niñas, trabaja como modista en su propia casa de un pequeño pueblo para así mejorar los humildes ingresos familiares. Su esposo quiere tener otro hijo, en concreto un varón, pero ella no quiere, aunque no se atreve a decírselo. Le parece suficiente su familia y lo que desea ampliar es su pequeño negocio. Además, el entorno familiar presiona sutilmente para que aumenten su prole.

Una muy buena película (nota: 7), sencilla y natural, con puntadas oníricas, este drama intimista que nos introduce con delicadeza en el universo femenino, y el familiar, inmerso en un ambiente sensual y dulcemente asfixiante, pero pertinaz, típico del trópico, que dicta, sin decir directamente, como deben comportarse las mujeres, siempre serviciales, como mandan las tradiciones, siguiendo patrones heredados, sin atender a sus propios deseos. Asistí con interés a la toma de conciencia de su algo atribulada protagonista, a su despertar, para tratar de ser como ella desearía, hilando su propio porvenir, sin ir en femenina hilera cual hormiga, cortando con los patrones impuestos, lo que le induce un indefinido malestar consigo misma y del que no sabe bien como desembarazarse.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, para tal vez despertar nuestra conciencia e intelecto, y para ayudarnos a hilvanar a nuestro gusto nuestra propia existencia:

 - "La única costumbre que hay que enseñar a los niños es que no se sometan a ninguna".  (Jean Jacques Rousseau).

 - "Amo la fuerza, y de la fuerza que amo, una hormiga puede mostrar tanta como un elefante".  (Stendhal).

Besos y abrazos,

Don.
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miércoles, 7 de agosto de 2019

Indómito matutino desesperado

¡Buenos días!

No espero otra cosa cada vez que llego a los matutinos que encontrarme la mar de tranquilo y a cultivarme en la medida de lo posible y así poder escribirlos y describirlos según me van dejando ellos que lo haga. Hoy el verano parece haberse domesticado, han bajado las temperaturas, con los 30ºC de máxima prevista por los madriles. Espero que dure, aunque si no, no desesperaré, que ya queda menos para el próximo equinoccio.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "El peral salvaje" ("Ahlat Agaci"), de Nuri Bilge Ceylan, y con Dogu Demirkol y Murat Cemcir. Es el octavo largo de este prestigioso director turco, de quien había visto hasta ahora sus cinco últimos (me faltan los dos primeros), a saber, "Sueño de invierno" ("Kis uykusu", 2014), "Érase una vez en Anatolia" ("Bir zamanlar Anadolu'da", 2011), "Tres monos" ("Üç maymun", 2008), "Los climas" ("Iklimler", 2006), y "Lejano" ("Uzak", 2002).

Un joven que acaba de terminar sus estudios universitarios de magisterio regresa a su pueblo natal, a la casa de sus padres. Tiene la intención de presentarse a las oposiciones de maestro, y también de publicar la novela, quizá ensayo, quizá ambos a la vez, con el mismo título que la película, que ha escrito mientras estudiaba, pero no tiene dinero para hacerlo, ni sus padres tampoco, empeñados en grandes deudas debido a la ludopatía de su padre, también maestro de escuela, y de la que trata de salir. Inicia un periplo entre diversas gentes que puedan financiarle y asesorarle, a la par que se va reencontrando con el resto de familiares y diversas amistades.

Muy buena película (nota: 7) este drama familiar de relaciones paterno-filiales, de metraje desmedido, a mi entender, que me hubiera quedado en magistral, como otras anteriores suyas, si el autor se hubiese esmerado en el corte y confección, es decir, en recortarlo bastante, pues todas sus inmensas bondades quedan diluidas entre tanta desmesura métrica. Como siempre, suma profundidad de contenido, cual pozo inacabado siempre en trance de ir más hondo, y bellísimas imágenes y maneras estéticas, pero a ratos sueltos y serenamente extendidos y distendidos, con tres de ellos sublimes para mí. Además, de refilón, me pareció un ejercicio de metaliteratura cinematográfica, o viceversa, o allende o aquende, pues cine, literatura y la vida misma, la de sus autores, sean de ficción o reales, están entrelazadas.

Se centra en el deambular, por el espacio físico y el intrínseco anímico, del desubicado y desesperanzado protagonista, al que no parece gustarle su vida, ni su familia, ni nadie, ni él mismo, cabreado con todo y con todos, y consigo mismo; ni sabe cómo hacer para salir de esa situación. Todo a través de largos planos secuencia repletos de diálogos muy filosóficos de profunda sabiduría, e incluso de agrias discusiones, pero sumamente serenas en general, lanzando su veneno con dulzura, cual sanador jarabe infantil. Si queréis saber que pinta el peral salvaje en la historia, aparte de ser el título de su novela, esperad a casi la última escena, la última charla con su padre, uno de esos exquisitos momentos del film.

Ahora, para tratar de domar nuestra desesperanza en la medida de lo posible, ahí os dejo algo de sabiduría ajena, amén de la mucha que se espeta en el film, comenzando por dos recomendaciones al director del film por si las leyera (¡quién sabe!), me hiciera caso, y consiguieran arrebatarme de pleno sus obras:

 - "Lo bueno, si breve, dos veces bueno; y aun lo malo, si poco, no tan malo. Más obran quintasesencias que fárragos".  (Baltasar Gracián).

 - "Si tu intención es describir la verdad, hazlo con sencillez y la elegancia déjasela al sastre".  (Albert Einstein).

 - "A veces nuestro destino semeja un árbol frutal en invierno. ¿Quién pensaría que esas ramas reverdecerán y florecerán? Mas esperamos que así sea, y sabemos que así será".  (Goethe).

Besos y abrazos,

Don.
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martes, 6 de agosto de 2019

Matutino sonrojante

¡Buenos días!

Enrojecido estoy estos días, no tanto por vergüenza, que apenas tengo, cada vez menos con la edad, sino por el inclemente sol que, gracias a sus rayos infrarrojos, los que dan calor, y los ultravioletas, los que te ponen moreno o rojo como un cangrejo, según sea el tipo de piel de cada cual, me hostiga sin piedad cada vez que asomo más allá de mi sombreado refugio matutino. Pues eso, otro día de tórrido verano, con 36ºC de máxima prevista por los madriles. Ya caerá su dictadura a no mucho tardar.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Rojo", de Benjamín Naishtat, y con Darío Grandinetti, Andrea Frigerio, Alfredo Castro, y Diego Cremonesi. Es el primer largo que veo de los de este director argentino.

Corre el año 1975, pocos meses antes del golpe de estado que instauró la dictadura militar en Argentina. Un hombre extraño llega a una tranquila ciudad de provincias. En un restaurante, y sin motivo aparente, monta un altercado ofendiendo a un reconocido abogado de la ciudad, un hombre sereno, quien acaba por humillarle verbal y públicamente, con la anuencia del resto de comensales, quienes le expulsan del local. Cuando el abogado sale del restaurante junto a su mujer, es abordado de nuevo y agredido por el extraño, huyendo este perseguido por el picapleitos. Cuando le alcanza, el desconocido saca una pistola y se dispara a sí mismo en la cabeza. A partir de entonces tomará una decisión que esconderá y mantendrá en secreto.

Una buena película (nota: 6) este metafórico thriller político, de muy buenas maneras formales y con un modo de narrar algo diferente que produce extrañeza y momentos de suspense bastante incómodo, como el que genera la espléndida escena tras la no menos estupenda escena inicial, lo mejor de la película para mí, que parte de una situación bastante absurda, al menos en apariencia. La violencia latente no se ve, pero casi que se mastica.

Inquietante alegoría de la amoralidad de la gente corriente, de la presunta buena gente, la de toda una sociedad (la argentina o cualquier otra), que hace aflorar lo más infame de su ser, que guarda silencio ante la más absoluta injusticia, cuando no saca provecho de determinadas debilidades ajenas, sintiéndose impune. En definitiva, la incubación del bergmaniano huevo de la serpiente.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, espero que buena sombrilla ante posibles rojos sofocos:

 - "Tendremos que arrepentirnos en esta generación, no tanto de las malas acciones de la gente perversa como del pasmoso silencio de la gente buena".  (Martin Luther King).

 - "¡Basta de silencios! ¡Gritad con cien mil lenguas! Porque, por haber callado, ¡el mundo está podrido!".  (Santa Catalina de Siena).

Besos y abrazos,

Don.
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lunes, 5 de agosto de 2019

¡Matutino a escena!

¡Buenos días!

Tampoco es que quiera ponerlos en la picota, sino más bien me gustaría que se lancen allende mío sin red, aunque los acoja si quisieran volver, a representar su modo de ser por doquiera que fueran. Y el verano ahí sigue, actuando según sus más clásicos cánones, sin todavía atreverse a romper con ellos, ni siquiera para refrescarnos algo el ambiente, aunque sea de tapadillo. Así que cual pacientes espectadores soportaremos sus 36ºC de máxima prevista para hoy gracias al inclemente sol que hoy volverá a lucir en el celeste escenario.

Este fin de semana estuve en el teatro viendo una obra del grupo Ron Lalá. Se trató de "Crimen y telón", dirigida por Yayo Cáceres, e interpretada por Juan Cañas, Íñigo Echevarría, Miguel Magdalena, Daniel Rovalher, y Álvaro Tato. Es la segunda obra que veo de este grupo teatral, tras la genial y magistral "Cervantina". En ambas se mezclan, con sumo ingenio y gran humor, teatro y música en directo. Como dije entonces, en cuanto tengáis oportunidad de ver uno de sus montajes, os recomiendo muy encarecidamente que lo vayáis a ver. ¡Requetemagníficos!, en todos sus aspectos, por actuaciones, por el ingenio verbal de sus obras, y la trepidante acción de su desarrollo. Por si la vez anterior no lo hubiera hecho expresamente, ahora, sí que sí, me declaro impenitente ronlalista.

Corre el año 2039, y la inteligencia artificial lleva casi 20 años dominando la Tierra, rigiéndola global y dictatorialmente. Todos los humanos que no se sometieron fueron desterrados a Marte. La sociedad terrestre vive entregada al consumo desaforado y al bienestar obligatorio por ley, sin ninguna de las Artes, totalmente prohibidas, pues por ejemplo las metáforas son delito y hay pena de muerte para quien rime poesías. La Música y el Teatro resisten en la ilegalidad, trapicheando de estraperlo, pero un detective descubre en un escenario clandestino el cadáver del Teatro, aparentemente suicidado, por lo que la Triple A (Agencia Anti Arte) le encarga investigar las causas.

Sobresaliente espectáculo teatral total (nota: 9), divertidísimo, con las genuinas y geniales maneras que distingue a sus creadores, aunque me gustó una pizca menos que el anterior suyo que vi. Con las maneras del thriller de género negro y de futuro distópico de ciencia ficción, se hace un homenaje en toda regla al teatro, a partir de su asesinato en la ficción, en el que el público somos involucrados, rompiéndose la cuarta pared, pues somos testigos, cómplices y sospechosos del crimen... todo un ejercicio de metateatro en el que se reflexiona, con música y sumo humor e ironía, satirizando con muy versados versos, tanto declamados como cantados, sobre el teatro y nuestra sociedad, jugueteando con referentes del teatro culto y la más popular iconografía artística de hoy. Se hace además todo un repaso a la historia teatral, desde la antigüedad clásica hasta nuestros días, de un modo la mar de didáctico y educativo.

Bueno, pues llegó el momento de que salten a la palestra matutina unas citas de sabiduría ajena, que espero nos hagan reflexionar antes de que nos acusen de no hacerlo y de que caiga definitivamente el telón tras los besos y abrazos:

 - "Quien mata el tiempo no comete crimen, se suicida a sí mismo".  (Anónimo).

 - "La vida se diferencia de una obra teatral en esto: no tiene argumento, todo es vago, incierto, inconexo, hasta que el telón cae sin resolver nada".  (George Bulwer-Lytton).

 - "El teatro no puede desaparecer porque es el único arte donde la humanidad se enfrenta a sí misma".  (Arthur Miller).

Besos y abrazos,

Don.
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jueves, 1 de agosto de 2019

Matutino de catárticos rituales solsticiales

¡Buenos días!

Es pleno verano. Tanto por sensación térmica como, sobre todo, por calendario, ¿o era al revés?, ya que pasamos hace semanas por el punto solsticial de verano, y no recuerdo haber hecho nada especial para celebrar ese día; total, ¿para qué?, si nada de particular interés me sucedió, que fue un día sin propiedades especiales, como otro cualquiera, como hoy, en el que me desperté, viví disfrutando y me acosté. Así que no había necesidad de purificación alguna, más allá de la rutinaria ducha mañanera y beber vasos de agua a demanda de mi sed, como siempre. Nada, y todo, es tan importante como para que haya celebración, que como decían en Alicia en el país de las maravillas, reduciendo al absurdo, ¿para qué celebrar un cumpleaños al año cuando puedes celebrar 364 o 365 no cumpleaños al año?... Además, mi aversión al sol, salvo en breves momentos, me lleva a no estar muy a gusto los días de verano, cosas de los sofocos de la canícula. Aunque hoy es relativamente suave, con 34ºC de máxima prevista por los madriles.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Midsommar", de Ari Aster, y con Florence Pugh, Jack Reynor, Will Poulter, y William Jackson Harper. Es el segundo largo de este director, de quien había visto su anterior, su debut, "Hereditary" (2018), aclamado en general por la crítica pero que a mí me dejó ni fu ni fa.

Es invierno, una joven se sume en la desesperación tras el asesinato de sus padres por parte de su hermana bipolar, que luego se suicida. Las relaciones con su novio tampoco pasan por su mejor momento. Se acerca el verano y su novio y amigos, estudiantes de antropología, planean ir a una remota comunidad muy al norte de Suecia, de donde es originario uno de ellos, para estudiar sus rituales en torno al solsticio de verano, cuando el sol jamás se oculta tras el horizonte. El novio, con disgusto de sus colegas, invita a la chica a ir junto a ellos. Les reciben unas luminosas gentes inquietantemente amables que, tras ingerir unos alucinógenos bebedizos, se dejan llevar por turbias y extrañas ceremonias ancestrales, cual especie de esotérica secta religiosa, a las que les invitan a participar.

Película demasiado larga y que apenas nada me dijo (nota: 4), aun a pesar de sus buenas maneras formales. Podría decirse que es una de terror, pero iconoclasta, con lo que casi no es eso, aunque lo ronda y contenga unos cuantos mazazos de gore bastante desagradables. Es un cuento, casi que una fábula, de miedo en la medianoche boreal veraniega, es decir, a plena luz del día, que recrea fantasiosamente una serie de cultos nórdicos ancestrales, y muy catárticos, que ejercen gran influjo, cual si estuvieran poseídos, sobre sus acólitos. Fábula bastante extravagante que parece, aunque yo no lo vi nada claro, y eso sin haber tomado brebaje lisérgico alguno, criticar rituales sociales y religiosos de este nuestro primer mundo y cualesquiera otros aledaños. También socarrona crítica sobre el regreso de ciertos iluminados espirituales y sus hipnotizados seguidores, organizados en superguay comuna, a las esencias ancestrales de la humanidad, de presunta pureza, y tampoco nada civilizadas vistas desde nuestro apenas civilizado mundo.

Ahora, como de costumbre, que ya es tradición, ahí os dejo unas citas de sabiduría ajena:

 - "La tradición es la personalidad de los imbéciles".  (Maurice Ravel).

 - "Cuantas más costumbres tiene, menos libre e independiente es un hombre".  (Immanuel Kant).

 - "La única costumbre que hay que enseñar a los niños es que no se sometan a ninguna".  (Jean Jacques Rousseau).

Besos y abrazos,

Don.
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