lunes, 1 de julio de 2013

Matutino al borde de la noche

¡Buenos días!

Estos matutinos a los que tanto quiero, son concebidos a eso del oscuro atardecer, gestados a golpe de tecla en la profunda noche, y paridos, soltados al mundo, casi cuando aún las luces del alba apenas se han desperezado, especialmente en invierno. Así que a pesar de su nombre, que les viene de cuando son difundidos, todo lo demás surge de la luminosa y cavernosa oscuridad, tanto la celestial como la de una sala de cine y la neuronal. Por lo demás, estamos de cada vez más contundente verano, sin apenas noches debido al todavía cercano, aunque ya pasado, solsticio estival, y la tendencia apunta a cada vez más calor, superando con bastante holgura los 35ºC para mediados de esta semana.

Este fin de semana estuve en el cine viendo una película que desde ya os recomiendo muy, pero que muy encarecidamente que vayáis a ver. Una imprescindible delicatessen. Se trató de "Antes del anochecer" ("Before midnight"), de Richard Linklater, y con Ethan Hawke y Julie Delpy. De este director había visto algunos de sus anteriores films: "A scanner darkly (Una mirada a la oscuridad)" ("A scanner darkly", 2006), "Escuela de rock" ("School of rock", 2003) ... y sobre todo estas otras dos joyitas cinéfilas, junto con la glosada hoy, que se encuentran en mi altar cinematográfico, y que son "Antes del atardecer" ("Before sunset", 2004), y "Antes del amanecer" ("Before sunrise", 1995), que nos muestran a la misma pareja protagonista, norteamericano y francesa, que interpretan siempre los mismos actores, nueve y dieciocho años antes, con treintaipocos y veintipocos años, respectivamente.

Ahora, recién entrados en la cuarentena, tras haberse conocido en 1995 de veinteañeros en un día de charlas en Viena, y haberse reencontrado 9 años después en París, cuando fue a presentar su afamada novela en la que narraba la experiencia anterior y volvieron a coincidir en otro fugaz día de charlas sobre el amor y la vida de cada uno, él casado y con un hijo, ella libre y anhelante, los vemos ahora durante unas vacaciones de verano en Grecia con su par de gemelas, tras nueve años de convivencia en común, siguiendo con sus apasionantes charlas que diseccionan con naturalidad el día a día de la pareja y el amor.

En este delicioso film, que me encantó, en un entorno de idílicas vacaciones, aunque nada es perfecto, se nos muestra a esta pareja, que empieza a mostrar sus primeros desconchones, que pueden amenazar ruina (reales y hermosas ruinas, si son bien conservadas), y hacer tambalear su compromiso a largo plazo, pues el día a día no es fácil y lo romántico ya no tiene el lustre de los principios, tal y como se muestra en las dos primeras de la trilogía, que abordan el amor romántico. Julie Delpy, en una entrevista, lo expresa espléndidamente:

 - "La película le parecerá romántica a quien haya mantenido una relación prolongada de pareja, y no tanto a quien no haya pasado por esa experiencia".

De las tres, sublimes todas, la que más me sigue gustando es la segunda, que fue la primera que vi y me dejó delicada y firme impronta, y esta tercera estaría a su nivel, e incluso por encima, si no fuera por la parte de la comida de despedida con sus anfitriones griegos, algo recargada y donde empieza a gestarse la crisis, y que hubiera dejado reducida a su mínima expresión, a un leve esbozo impresionista, que lo importante son los diálogos de la pareja, como en las dos anteriores. Espero con ilusión la posibilidad de una tetralogía para dentro de 9 años.

Ahora algo de sabiduría ajena que nos ayude a reconstruir desperfectos vitales, comenzando por un piropo, para dar algo de lustre romántico aunque anochezca:

 - "Quisiera ser una lágrima para nacer en tus ojos, rozar tus mejillas, y morir en tus labios".  (piropo anónimo).

 - "La vida conyugal es una barca que lleva dos personas en medio de un mar tormentoso; si uno de los dos hace algún movimiento brusco, la barca se hundirá".  (León Tolstoi).

 - "El verdadero secreto de la felicidad consiste en exigir mucho de uno mismo y muy poco de los otros".  (Albert Guinon).

 - "Un matrimonio dichoso es un edificio que debe rehacerse cada día".  (André Maurois).

 - "Un matrimonio feliz es una larga conversación que parece siempre demasiado breve".  (André Maurois).

Besos y abrazos,

Don.
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