Un matutino, unos buenos días

¡Buenos días!

Mi sexto sentido me dice que este saludo mañanero con el que comienzo entre admiraciones devendrá en lo que sea que tenga que ser en función de mis imaginados pensamientos y consecuentes acciones que los ejecuten y que al final, mirando atrás desde los besos y abrazos de la despedida, tomaré conciencia de lo acaecido con este matutino, ya perfectamente visible, lo que me permitirá seguir adelante hasta llegar al próximo que tenga que ser. El otoño, que en estos últimos días ha semejado ser algo parecido a lo que imaginamos que es, y que en anteriores días no veíamos por ningún lado, hoy sigue por sus fueros, con gris nubosidad, apenas esbozadas lloviznas casi imperceptibles, y una máxima prevista por los madriles de 19ºC.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Un año, una noche" (2022), de Isaki Lacuesta, adaptación de la novela "Paz, amor y Death Metal" (2018), de Ramón González, superviviente del atentado en la sala Bataclan de París, y con Nahuel Pérez Biscayart y Noémie Merlant. De este director había visto dos de sus anteriores largos, "La próxima piel" ("La propera pell", 2016) y "Murieron por encima de sus posibilidades" (2014).

Ramón es un joven español residente en París, que convive con su pareja francesa. Los dos y otra pareja de amigos acuden a un concierto de rock en la sala Bataclan la noche del viernes 13 de noviembre de 2015. Se produce allí un ataque terrorista con multitud de fallecidos, aunque ambos logran, cada uno por su lado, sobrevivir. A partir del momento en que salgan de ahí ya no volverán a ser los mismos y su relación empezará a minarse.

Estupenda película (nota: 8), con espléndidas actuaciones, hermosas maneras formales, algunas muy maravillosas imágenes, y un modo de narrar excelente, contada a retazos temporales entremezclados del devenir de las vidas de los protagonistas, de sus imaginaciones y de sus recuerdos de aquella fatídica noche. Compleja historia sobre cómo vive cada cual el mismo hecho traumático y como este afecta a sus respectivas vidas y lo difícil que es, para unos más que para otros, el retomar el pulso a la vida de nuevo; sobre las diversas maneras en cómo nos impacta y nos enfrentamos a ello, o lo obviamos, negándonos a expresarlo, encerrándolo dentro mientras nos consume; que me fue atrapando poco a poco hasta conseguir que me encantara y que me desarmó con su giro final que de repente me hizo ver otra película además de la que ya había visto. En ocasiones me pasa esto, que lo invisible veo.

Ahora, para ayudarnos a decir adiós, nada como un poco de sabiduría ajena, hoy solo una cita, un único encuentro para reencontrarnos:

 - "A menos que tu corazón esté totalmente abierto y tu mente en orden, no puedes esperar ser capaz de adaptarte a responder sin límites, a manejar los acontecimientos de manera infalible, a enfrentarte a dificultades graves e inesperadas sin turbarte, dirigiendo cada cosa sin confusión".  (Sun Tzu).

Besos y abrazos,

Don.

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