martes, 30 de junio de 2020

Matutino más que blanquecino

¡Buenos días!

Sale el sol en este tórrido día de verano (37ºC de máxima prevista por los madriles), en el que se le congelan a uno las ganas de hacer nada, so pena de sudar la gota gorda, y lo hace sonrosado, para ir amarilleando conforme asciende, hasta casi cegarnos en su cenit, casi que dejándonos in albis, visual y mentalmente, sin ganas, repito, de hacer poco más que dejar pasar el día hasta que llegue la oscura y algo más fresca noche, si es que tal llegara a suceder.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Un blanco, blanco día" ("Hvítur, hvítur dagur", 2019), de Hlynur Palmason, y con Ingvar Eggert Sigurdsson, e Ída Mekkín Hlynsdóttir. Segundo largo, y primero que veo, de este director islandés.

En una remota localidad islandesa un veterano policía, de baja por depresión tras el reciente fallecimiento de su amada esposa en un accidente de tráfico, cuida con esmero de su predilecta nieta mientras su hija trabaja, lo que le permite en parte aliviar su pena. Sospecha que su mujer tenía un amante, y se obsesiona con descubrir la verdad, lo que hace que se ponga en peligro tanto a sí mismo (física y mentalmente), como a sus seres queridos.

Película que me dejó algo frío (nota: 5), a pesar de algunas virtudes, intermitentes en su metraje y principalmente concentradas en su segunda mitad. Thriller psicológico, de buenas maneras visuales, diferente manera de narrar, parca en palabras, algo fría en sentimientos, muy pausada e introspectiva, especialmente al principio, y que ganó en interés para mí conforme avanzaba. Nos habla de luces y sombras del alma, del dolor por la pérdida de la persona amada, y de rencor reconcomido al constatar el engaño, que lleva a venganzas que pueden revolverse no solo contra uno, sino contra lo que más se quiere.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, que no sé si algún día nos ayudarán a distinguir lo blanco de lo negro:

 - "Pésames, pascuas y días, el hombre que aquí vive ni los da ni los recibe".  (Refrán).

 - "Más gusta de las blancas el que pasó las moradas".  (Refrán).

 - "Observa todo lo blanco que hay en torno tuyo, pero recuerda todo lo negro que existe".  (Lao-Tsê).

Besos y abrazos,

Don.
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miércoles, 24 de junio de 2020

Lobera matutina

¡Buenos días!

Trato de mantener el orden y la limpieza en esta leonera matutina, tratando de arreglar algún estropicio que otro de mis revoltosos matutinos, que no hacen otra cosa sino lo que les es propio, a saber, juguetear con mis entendederas y salir por ahí a desparramarlas. Y el verano no se esconde en su madriguera, por mucho que hoy hayamos amanecido con bastante nubosidad, que el sol volverá a salir con fuerza y aplomo por la tarde, según las previsiones, que nos aventuran unos muy calurosos 35ºC de máxima por los madriles. Ya disfrutaremos del frescor cuando se pueda.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Los lobos" (2019), de Samuel Kishi Leopo, y con Martha Lorena Reyes Arias, Maximiliano Nájar Márquez y Leonardo Nájar Márquez. Es el segundo largo, y primero que veo, de este director mexicano.

Una joven madre soltera viaja con sus dos hijos, de 8 y 5 años, desde México a Estados Unidos en busca de un futuro mejor. Sin papeles, consigue alquilar un cochambroso apartamento en un barrio marginal donde deja durante muchas horas al día a sus dos hijos solos mientras se desloma trabajando de día y de noche. En la habitación los niños escuchan cuentos de su abuelo, reglas de comportamiento y lecciones de inglés que su madre les deja grabados en un destartalado casete, mientras miran por la ventana, y juegan, construyendo un universo imaginario a través de sus dibujos (ambos se representan como lobos ninja) en papeles viejos y en las paredes de la habitación, anhelando que su madre cumpla su promesa de llevarlos algún día a Disneylandia.

Estupenda película (nota: 8), que me encantó y emocionó, y que por tanto os recomiendo. Preciosa, y tan hermosa como su actriz protagonista. Historia basada en la propia infancia de su director y coguionista, maravillosamente narrada, con pequeños injertos de documental, que retrata con una autenticidad que desarma, y desde el punto de vista de los niños, la durísima vida de los migrantes, con sus muchas penurias y alguna que otra pequeña gran alegría, y también nos habla de soledad, de dificultades de integración, de ponerse en el lugar del otro, de solidaridad, y de esforzada maternidad. No os la perdáis.

Pues ahí os dejo unas citas de sabiduría ajena, de entre las que encontré rebuscando en el contenedor donde suelo guardarlas:

 - "A quien guarda su casa, su casa le guarda".  (Refrán).

 - "El mundo que me gusta es un mundo sin límites ni fronteras, donde no hubiera una sociedad de naciones, sino una sociedad de hermanos unidos".  (José Luis Sampedro).

 - "El vínculo más básico que tenemos en común es que todos vivimos en este pequeño planeta. Todos respiramos el mismo aire, todos valoramos el futuro de nuestros hijos y todos somos mortales".  (John F. Kennedy).

Besos y abrazos,

Don.
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martes, 23 de junio de 2020

Los matutinos y las máximas

¡Buenos días!

Bien avenidos están ambos, máxime cuando vamos llegando al momento de la despedida, en el que debo tomar la decisión no ya de encontrarme a mí mismo gracias a ellas, inducidas por las citas ajenas, sino la de salir de ellos hasta mi regreso, para retomarlos con renovadas ilusiones cuando toque. El verano, ya sí que sí, parece haber llegado a todo su apogeo desde sus mismos inicios de calendario, con máxima prevista para hoy por los madriles de unos tórridos 37ºC, con noches que ya empiezan a ser insomnes por los humores que nos hacen que rezumemos, y no los de reír precisamente.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Matthias & Maxime" ("Matthias et Maxime", 2019), de Xavier Dolan, y con Gabriel D'Almeida Freitas y el propio Xavier Dolan (también guionista y demás). Octavo largo de este precoz director canadiense, de quien ya había visto dos de sus anteriores, "Sólo el fin del mundo" ("Juste la fin du monde", 2016) y la portentosa "Mommy" (2014).

Un grupo de jóvenes, recién treintañeros, amigos desde la infancia, se reúnen para una fiesta en casa de uno de ellos, donde la hermana pequeña del anfitrión necesita a dos de ellos para que participen como actores en un corto cinematográfico que debe presentar como proyecto de sus estudios universitarios. Maxime, que en breve se irá al extranjero a trabajar, se presenta voluntario, y Matthias, con novia y un buen trabajo, lo hace al perder una apuesta con el resto, y allí mismo ruedan la escena, consistente en un beso entre los dos. Tras esto, ambos empezarán a cuestionarse sobre cuales son sus auténticas preferencias sexuales.

Una buena película (nota: 6), que me gustó más a partir de su mitad, con algunos momentos espléndidos y con bellas imágenes, que nos habla de amistad, de amor, y de encontrarse a uno mismo. Sin embargo no llegó a encandilarme, a pesar de sus similares maneras, como sí que lo hizo la primera suya que vi, "Mommy". De hecho, en la hoy glosada, también trata colateralmente de las difíciles relaciones materno-filiales.

Ahora, antes de despedirme, como antes dije, unas citas de sabiduría ajena, que tal vez devengan en máximas que nos guíen:

 - "Es muy difícil diferenciar entre la amistad y el amor. La amistad es mejor porque no hay celos... Pero de verdad no encuentro la diferencia, la amistad es como el amor, conoces a una persona y de repente tienes un pasado común. Con los amigos entras en tal estado de comunión que las palabras ya son inútiles, hay una comunicación no verbal, un entendimiento muy intenso que dispensa las palabras".  (Antonio Lobo Antunes).

 - "El encuentro de dos personalidades es como el contacto entre dos sustancias químicas: si hay alguna reacción, ambas se transforman".  (Carl Gustav Jung).

 - "Si un hombre se encuentra a sí mismo, posee una casa donde morará con dignidad todos los días de su vida".  (James Michener).

Besos y abrazos,

Don.
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miércoles, 17 de junio de 2020

Floral polinización matutina

¡Buenos días!

En estos últimos días de la florida primavera, según calendario, vuelvo a dejarme fecundar por estos matutinos, a los que tanto cuido, esperando germinen en mí sus anímicas poluciones, tras bullir en mis entendederas y que tan bien me sientan. La mañana nos ha florecido con un radiante sol acolchado entre regordetas nubes por entre las que retoza y con 26ºC de máxima prevista por los madriles.

Antes de ayer por la tarde estuve... ¡por fin en una sala oscura de cine!, tras unos cuantos meses de desconfinamiento cinéfilo en salas. Estuve viendo "Little Joe" (2019), de Jessica Hausner, y con Emily Beecham, Ben Whishaw, y Kit Connor. De esta directora austriaca había visto uno de sus anteriores largos, "Lourdes" (2009).

Una madre soltera trabaja en un laboratorio de I+D+i como jefa de un equipo que trata de desarrollar mediante ingeniería genética nuevas especies de plantas que beneficien a la humanidad. Su última creación es una, a la que llaman Little Joe, cuya flor tiene la propiedad de que cuando una persona la huele, si la ha cuidado con esmero, entra en un estado de plácida felicidad, sin producir aparentemente ni alergia ni ninguna otra toxicidad. Conforme va avanzando la investigación va tomando conciencia de otra inesperada e inquietante propiedad de la planta, uno de cuyos ejemplares ha llevado de incógnito a su casa, como regalo para su hijo preadolescente Joe, para paliar su sentimiento de culpa por no cuidar tanto como debiera de él, a causa de la excesiva dedicación a su trabajo.

Película morosa que me dejó frío (nota: 4), no solo por la frialdad general en sus maneras y la de sentimientos de sus personajes (y no solo tras haber sido polinizados por la flor). Es una especie de distopía, de ciencia ficción, aunque esto no tanto, que andamos cerca de conseguir parecidos logros, que nos hace reflexionar sobre los límites éticos de la ingeniería genética, y el atontamiento de nuestras sociedades, cada vez más propensos los humanos a dedicarles más tiempo a cosas, animales o plantas, que a nuestros propios congéneres. También habla de maternidad, de los previos al síndrome de nido vacío, de las dificultades de romper el cordón umbilical con los vástagos cuando hay que empezar a hacerlo gradualmente. Recuerda bastante a "La invasión de los ladrones de cuerpos" ("Invasion of the body snatchers", 1956) de Don Siegel, y sus posteriores remakes.

Ahora unas floridas citas de sabiduría ajena que dejen constancia de lo sembrados que estaban sus autores:

 - "La idea es polen luminoso de esa flor divina que se llama inteligencia. La inspiración lo arranca y el viento de la publicidad lo lleva en sus alas para fecundar almas lejanas y sedientas de saber".  (Amado Nervo).

 - "La felicidad escucha mal las amonestaciones de la prudencia; es demasiado ciega, es arrogante para ver precipicios bajo las flores que cubren su camino. Ella posee la ciencia de gozar y desprecia todas las otras".  (Concepción Arenal).

 - "Algunos aman las flores y los animales porque son incapaces de entenderse con sus semejantes".  (Sigrid Undset).

 - "La causa de los males de la humanidad es la precipitación, el deseo de ir deprisa, rigiéndose por ideas en flor. Así, las flores se ajan y los frutos nunca llegan".  (Ángel Ganivet).

Besos y abrazos,

Don.
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lunes, 15 de junio de 2020

Chicas matutinas

¡Buenos días!

Bueno, no tanto, que creo ya pasaron de la problemática adolescencia, tras algo más de veinte años dándome algo de guerra por aquí, por estos lares matutinos donde se desbravaron algo a lo largo del tiempo transcurrido. Ya todo parece algo más tranquilo, cosas de la edad, supongo, no sé si de la suya o la mía. Soleada mañana casi de verano, con 28ºC de máxima prevista, tanto por la cercanía al veraniego solsticio del próximo fin de semana, como por el mayor calorcito que vuelve a hacer, así que saldremos a disfrutar de la vida a pesar de eventuales inclemencias, sean del tipo que sean.

Este fin de semana terminé de ver otra serie televisiva de Netflix, "Derry girls" (2018-2019), creada por Lisa McGee, y con Saoirse-Monica Jackson, Louisa Harland, Nicola Coughlan, Jamie-Lee O'Donnell, Dylan Llewellyn, Siobhan McSweeney, Tara Lynne O'Neill, Kathy Kiera Clarke, Tommy Tiernan, Ian McElhinney, y Leah O'Rourke. Consta de dos temporadas, de 6 capítulos de unos veintipocos minutos cada una, aunque se está preparando una tercera.

En Derry (Londonderry para los protestantes), durante los años 90, al final del conflicto norirlandés, ciudad partida por la mitad, entre barrios católicos y protestantes separados por un muro, vive junto a su peculiar familia (padre, madre, tía, prima y abuelo) una joven de 16 años. Asiste cada día a un colegio de monjas junto a sus tres mejores amigas, una de ellas su prima. Al cuarteto de deslenguadas y revoltosas adolescentes que no cesa de meterse en problemas (uno en cada capítulo), se une el primo inglés de otra de ellas, matriculado excepcionalmente en esa escuela femenina para evitar conflictos, pues si sus familiares lo hubieran hecho en uno masculino hubiese sido machacado por sus compañeros debido a su procedencia y acento, siendo el único chico de la escuela, y de la pandilla de chicas, lo que le hace sentirse cual pez fuera del agua, por ser hombre e inglés, estudiando en un colegio femenino en zona católica.

Muy buena serie (nota: 7), muy, muy divertida, con su punto de causticidad, basada en las vivencias de su creadora, plena de situaciones entre lo extravagantemente surrealista y la más absoluta normalidad cotidiana de cualquier adolescente y de la sociedad norirlandesa de entonces, en la que amén de hablarnos sobre adolescencia y transición a la madurez, a través de las traviesas peripecias de su quinteto protagonista (las cuatro chicas y el chico que no cesa de gritar a los cuatro vientos que no es gay), lo hace soslayada y entreveradamente de otras cuestiones sociopolíticas, siempre con un enfoque muy cómico de pasadas situaciones muy trágicas, que ya se sabe, la comedia no es más que tragedia más tiempo, sabio aforismo con muchos padres.

Ahora unas pocas y pequeñas citas de sabiduría ajena, como suelo antes de despedirme:

 - "No basta con ser joven. Es preciso estar borracho de juventud. Con todas sus consecuencias".  (Alejandro Casona).

 - "De mis disparates de juventud, lo que me da más pena no es el haberlos cometido, sino el no poder volver a cometerlos".  (Pierre Benoît).

 - "Feliz aquel que fue joven en su juventud, feliz aquel que supo madurar a tiempo".  (Alexandr S. Pushkin).

Besos y abrazos,

Don.
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viernes, 12 de junio de 2020

Dedicado a mis amados matutinos

¡Buenos días!

Otra mañana más en la que, con esmerada dedicación, me pongo a escribir más o menos en secreto otro matutino para luego lanzarlo al mundo, cual mensaje de homenaje en una botella, al albur de las corrientes informáticas, con la esperanza, o no, de que alguien lo lea. La mañana se nos ha despertado semisoleada, a ratos con nubes que no parecen dejarnos solos, ni a sol ni a sombra, cual fieles enamoradas que cuidan de que no nos abrasemos con los solares ardores, hoy alicaídos sin embargo, quizá debido al cada vez más fuerte viento que nos lleva en volandas. La máxima prevista para hoy, inusualmente baja para las fechas en que nos encontramos, será de 21ºC.

Ayer por la tarde estuve viendo en Netflix "A todos los chicos de los que me enamoré" ("To all the boys I've loved before", 2018), de Susan Johnson, basado en la novela homónima de Jenny Han, y con Lana Condor, Noah Centineo, y John Corbett. Segundo largo, y primero que veo, de esta directora.

Una joven de 16 años, que vive con su padre viudo y sus dos hermanas, está enamorada en secreto del novio de su hermana mayor (quien parte lejos del hogar para su iniciar su primer curso de universidad, tras haber roto la relación). Es tímida, soñadora, y jamás ha tenido novio. Le ha escrito una carta de amor, que no ha enviado, y que ha guardado en una caja escondida en su habitación junto con otras dedicadas a otros chicos de los que en su día se enamoró por una u otra razón. Por error, la caja se mezcla con otras con objetos que la familia donará, y las cartas acabarán por ser enviadas a sus destinatarios, quienes comienzan a buscarla para pedirle explicaciones, lo que por accidente la lleva a formalizar un noviazgo fingido con uno de ellos para tener una excusa para no dar la cara ante el resto... pero el roce hace el cariño y...

Buena película (nota: 6) esta comedia romántica adolescente, con algunos toques de modernidad, bonita y que vi con agrado, con inocente encanto y final feliz, a pesar de algún momento que amagó con hacerme rechinar por algún tópico, típico de las americanadas. Obviamente, también va de maduración emocional durante el proceso de enamoramiento.

Bueno, pues en la sección de sabiduría ajena os dejo unas citas, como siempre, quedándome prendado de algunas de ellas las más de las veces:

 - "Piensan los enamorados que los otros tienen los ojos vendados".  (Refrán).

 - "Enamorarse no es lo difícil, pero sí acertar a expresar ese estado".  (Alfred de Musset).

 - "Los hombres que fingen estar enamorados consiguen más que los que verdaderamente lo están".  (Ninon de Lenclos).

 - "Creo que no te quiero, que solamente quiero la imposibilidad tan obvia de quererte como la mano izquierda enamorada de ese guante que vive en la derecha".  (Julio Cortázar).

Besos y abrazos,

Don.
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jueves, 11 de junio de 2020

Nula maestría matutina

¡Buenos días!

Ni de lejos llego a ser maestro en el arte de manejarme con los matutinos, si acaso me las apaño lo mejor que puedo y sé con ellos, con aciertos y errores, dando palos de ciego e incluso haciendo oídos sordos, cosas que espero sepan disculparme, que las hice con la mejor de las intenciones... esperando no haber ido con ello empedrando el camino a mi infierno, parafraseando el aforismo. Pues ya queda menos para que esta pipiola primavera aprendiz de todo, pues hubo días que remedaron al resto de las tres estaciones, e incluso a ella misma, ceda el paso a la veraniega madurez. De momento lo hace con una soleada mañana, que se enmarañará de nubes a la tarde, con 25ºC de máxima prevista por los madriles.

Ayer terminé de ver otra serie televisiva de Netflix, "Master of none" (2015-2017), creada por Aziz Ansari y Alan Yang, dirigida por estos dos y otros más, e interpretada por Aziz Ansari, Noël Wells, Eric Wareheim, Lena Waithe, Kelvin Yu, y Alessandra Mastronardi. Consta de dos temporadas, de 10 capítulos de unos 30 minutos cada una. De un par de los varios directores de los diversos capítulos había visto algunas de sus películas anteriores: "El círculo" ("The circle", 2017) y "The end of the tour" (2015) de James Ponsoldt, y "El amigo de mi hermana" ("Your sister's sister", 2011) de Lynn Shelton.

Un treintañero hijo de emigrantes indios, nacido y criado en Nueva York, ciudad en la que vive, trabaja como actor, aunque solo consigue papeles en anuncios y pequeños secundarios en películas de segunda, en los que debe interpretar con acento fingido a otros indios, encasillamiento del que ya está harto. Es un tipo dubitativo, apoyado por un peculiar grupo de amigos, que no tiene muy claro que rumbo tomarán ni su vida profesional ni la sentimental, plena de fugaces encuentros amorosos, y algún corto noviazgo, con chicas de la más diversa condición.

Serie entre aceptable y buena (notas por temporadas: 5-6), sin alharacas, que fue de menos a más, mejorando conforme avanzaba, tanto considerando los capítulos de cada temporada (en general mejor los últimos, y desconcertantes los primeros de la primera), como cada una de ambas (la segunda mejor que la primera). Una mirada un tanto extravagante a la normalidad cotidiana, sobre los diversos temas que interesan al hombre orquesta de la serie (su cocreador, codirector, coguionista e intérprete principal), tales como, por ejemplo, la diversidad social, la desigualdad racial, la religión o la orientación sexual, entre otros, tratados en cada capítulo, cual si de una tira cómica al estilo Mafalda se tratase. Y sobre todo de las vicisitudes amorosas de cualquier hijo de vecino. Todo tratado con tintes de amable comedia, con toques de dulce amargura. Algunos capítulos, y momentos sueltos de otros, me parecieron muy interesantes. Además, en otros se perciben claros guiños cinéfilos, especialmente en el capítulo uno de la segunda temporada, todo un homenaje a esa obra maestra que es "Ladrón de bicicletas" ("Ladri di biciclette", 1948) de Vittorio de Sica.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, con las que espero no tanto llegar a ser maestros como aprender:

 - "Oficial de mucho, maestro de nada".  (Refrán).

 - "No ha aprendido la enseñanza de la vida aquel que no supera un temor cada día".  (Ralph Waldo Emerson).

 - "El aprendizaje debe ser un proceso de toda la vida, no un proceso que termina cuando uno logra alguna medida de reconocimiento. Cuando uno cree que sabe todo lo que tiene que saber es improbable que pueda mostrar de nuevo creatividad significativa".  (Robert J. Sternberg).

 - "Todavía me quedan muchos errores por cometer. El desafío no consiste en evitarlos, sino en aprender de ellos y luego en cometer otros y seguir aprendiendo. No hay porqué avergonzarse de cometer errores si los reconocemos y nos beneficiamos de ellos".  (Esther Dyson).

Besos y abrazos,

Don.
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viernes, 5 de junio de 2020

El jodido acabose matutino

¡Buenos días!

Siempre es difícil despedirse de estos mis bien amados matutinos cuando llegamos a su final, pero bueno, no es para tanto, es lo que hay, y ya volveremos otro día a disfrutar de ellos. Pues hoy también terminamos otra nada puñetera semana laboral, y lo haremos con sol inmaculado y 27ºC de máxima prevista por los madriles.

Ayer terminé de ver otra serie televisiva de Netflix, "The end of the f...ing world" (2017-2019), creada por Jonathan Entwistle, dirigida por él y otros, y con Jessica Barden y Alex Lawther. Está basada en el cómic homónimo de Charles Forsman. Consta de dos temporadas, de 8 capítulos de unos 20 minutos cada una, que vi en dos arreones durante dos días, cual si viera sendos largometrajes algo largos, lo que de hecho son, dos largometrajes subdivididos en ocho capítulos cada uno. Difusa, muy difusa la frontera, por entre la que es fácil perderse, la que hay entre películas de cine y miniseries televisivas, y por supuesto películas para televisión (plataformas). Yo no tengo nada claro en que categoría las metería. En cualquier caso, me encantó; os la recomiendo. No os la perdáis.

Un joven de 17 años, callado e introvertido, cree desde que era niño que es un psicópata. Después de haber matado toda clase de bichos, cada vez más grandes, siente que ha llegado el momento de dar un paso más, matar a una persona para ver si puede llegar a ser un asesino en serie. Se fija en una nueva compañera de instituto, una chica rebelde, lenguaraz, borde con todo el mundo. Ambos son unos inadaptados, les aburre la vida que llevan, sus respectivas familias les parecen estúpidas... y sienten que no encajan en el mundo (como cualquier adolescente que se precie). Ella le propone fugarse juntos, y lo hacen robando el coche del padre de él. Ahora él lo tendrá más fácil para asesinarla... pero durante su accidentado periplo, pleno de impedimentos para que logre su fin, se irán enamorando, aunque incapaces de decírselo al otro, lo que todavía se lo irá poniendo más difícil.

Espléndida serie (nota: 8) esta comedia negra, no para reír a carcajadas sino de esquinadas sonrisas, y también especie de psicopática tragicomedia romántica adolescente, muy desapegada (en apariencia), plena de situaciones extravagantes, muy adictiva, de original e inteligente mirada introspectiva al proceso de enamoramiento, y al amor, que es de lo que va en definitiva, así como al autoconocimiento y maduración personal que ello conlleva, pues el contacto con el otro nos hace ser mejores que antes. En su primera temporada recuerda bastante a las andanzas de los protagonistas de estos dos clásicos del cine, "Thelma & Louise" (1991) de Ridley Scott, y "Bonnie and Clyde" (1967) de Arthur Penn, y transcurre durante algunas semanas. La segunda temporada, que retoma a la pareja protagonista dos años después, cuando se reencuentran, se desarrolla tan solo durante un par de días y va por otros derroteros, pero ahondando en su muy peculiar relación sentimental.

Bueno, parece que este matutino se acaba, toca a su fin, no sin antes dejaros las consabidas citas de sabiduría ajena, que tal vez nos ayuden a superar eventuales jodiendas que podamos padecer:

 - "Una manía constante del ser humano es querer matar a los que al cabo han de matarlo. El fastidio, el tiempo, he aquí con lo que queremos acabar, antes que ellos, a su vez, acaben con nosotros".  (Gustavo Adolfo Bécquer).

 - "La pasión representa la avalancha del corazón humano; un solo aliento puede acabar con su reposo".  (George Bullwer Lytton).

 - "No se debe anteponer a la búsqueda de la felicidad el satisfacer lo que se desea. El deseo es solo un apetito que cuando se sacia se acaba. La felicidad es, por su parte, el saber compartir con otra persona todo lo que se tiene".  (Edmond Picard).

Besos y abrazos,

Don.
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miércoles, 3 de junio de 2020

Muchos años a la sombra de los matutinos

¡Buenos días!

Otra mañana más en la que me encierro por un rato en estos matutinos, jaula de puertas abiertas de la que puedo salir cuando me plazca, para que, lejos de los rigores solares casi veraniegos que ya nos amenazan, poder escribir a la fresca lo que buenamente me apetezca, escondido tras su protección, pero dando la cara de cuando en cuando. Ya son más de veinte años con ellos, larga condena que disfruto con deleite. La mañana se nos ha levantado soleada, pero las nubes vespertinas irán asombrando al sol, no tanto a mí, conocedor de las previsiones meteorológicas de que hay posibilidad de tormentillas vespertinas, cosas del calor casi (y sin casi) veraniego de estos días... hoy con 29ºC de máxima prevista.

Ayer por la tarde estuve viendo en Netflix "7 años" (2016), de Roger Gual, y con Juana Acosta, Àlex Brendemühl, Paco León, Manuel Morón, y Juan Pablo Raba. Es el cuarto largo (y primera producción cinematográfica española de Netflix) de este director, de quien había visto sus dos primeros, "Remake" (2006) y "Smoking room" (2002), esta codirigida con J. D. Wallovits. Además había visto dos obras de teatro suyas, la adaptación teatral de su debut cinematográfico, "Smoking room", y "Más allá del puente", dirigida por él pero escrita por otro.

Los cuatro socios fundadores, y amigos, de una exitosa empresa de ingeniería, llevan reunidos todo el sábado para tratar de encontrar una urgente solución al grave problema que tienen. Ante la imposibilidad de ello, citan por la noche a un mediador de conflictos para que les ayude a tomar una decisión, difícil decisión que debe ser tomada antes del día siguiente, cuando la policía registrará su empresa en busca de pruebas, los detendrá y llevará a la cárcel. Aunque son copartícipes del delito, deben acordar entre ellos quien de los cuatro será el chivo expiatorio que tendrá que pasarse los próximos siete años en la cárcel, pues han defraudado mucho dinero a Hacienda, y así al menos la empresa y tres de ellos se salvarían.

Una estupenda película (nota: 8), que seguí con suma atención, y que se me pasó en un suspiro, por lo breve (menos de hora y media de metraje) e intensa; y ya sabéis lo del sabio refrán: "Lo bueno si breve, dos veces bueno", que no hacen falta más de dos horas para contar cosas interesantes, muy interesantes, y los que no lo logran o bien están muy pagados de sí mismos o tienen incontrolable diarrea mental que debería ser tratada, como lo del autopagamiento, creo yo.

Bueno, que yo también tengo tendencia a dispersarme (y a lo de mirarme el ombligo), volvamos a la película. Espléndidas actuaciones de los cinco, pero a mí me gustó especialmente la de Paco León; duelos verbales, mucho diálogo que mucho dice, profundo; y giros de guion. Durante la tensa velada se pondrá a prueba la amistad de los participantes quedando al descubierto sus miserias, las de ellos y, como consecuencia, las de nuestra propia sociedad occidental.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, que espero nos absuelvan de nuestra eventual ignorancia:

 - "Cada cual tiene sus penas; todos están condenados igualmente a gemir: el compasivo por los sufrimientos ajenos, el egoísta por los propios".  (Thomas Gray).

 - "Los temores, las sospechas, la frialdad, la reserva, el odio, la traición, se esconden frecuentemente bajo ese velo uniforme y pérfido de la cortesía".  (Jean Jacques Rousseau).

 - "Nadie puede censurar o condenar a otro, porque nadie conoce perfectamente al otro".  (Thomas Browne).

Besos y abrazos,

Don.
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martes, 2 de junio de 2020

Bestial matutino sin nación

¡Buenos días!

Otro extraordinario matutino que llega nosotros sin rudeza ni informático límite fronterizo que coarte su dispersión allende ellos mismos, cual civilizados ciudadanos del mundo que nos convencen de sus tesis con su argumentario, o no, pero sin cabrearse por ello. La primavera más recuerda al verano de calendario próximo a venir, trasmutando su ser poco a poco, sin violentarse con el estío que al final llegará, en menos de tres semanas, con este día soleado de 31ºC de máxima prevista por los madriles, tras las tormentillas de este pasado fin de semana.

Fin de semana en el que estuve viendo en Netflix, durante uno de los chaparrones, "Beasts of no nation" (2015), de Cary Joji Fukunaga, basado en la novela homónima de Uzodinma Iweala, y con Abraham Attah e Idris Elba. Tercer largo de este director, de quien había visto sus dos anteriores, "Jane Eyre" (2011), y "Sin nombre" (2009).

En un país africano indeterminado que se encuentra en plena guerra civil con varios bandos, un niño, travieso y espabilado, vive feliz junto a sus padres, su hermano mayor adolescente y su hermana pequeña, en una zona de seguridad controlada por las tropas de la ONU. Pero la situación cambia repentinamente, y las tropas gubernamentales, tras un golpe de estado, entran en su pueblo y arrasan con la población civil, muriendo su padre y su hermano y quedando separado de su madre, que fue previamente evacuada junto con su hermana. Huye despavorido a la selva y allí es recogido por los guerrilleros de otra facción combatiente liderada por un cruel señor de la guerra de mesiánicas maneras, donde le instruirán en el combate, manipulando su mente con consignas y drogas para que odie a todo lo que no sea su causa, viéndose obligado a cometer terribles atrocidades.

Una muy buena película (nota: 7), hermosa visualmente, este descarnado (en algún momento incluso literalmente) retrato de la guerra y sus horrores y de los niños-soldado, sin contemplaciones, aunque con cierta pátina poética en su violenta exposición del infierno terrenal, a través de la inocente mirada, que se va descastando paulatinamente henchida de alucinógenos, del chaval protagonista. Recuerda en ciertos pasajes a los episodios de "Apocalypse now" (1979) de Francis Ford Coppola en los que aparece el personaje encarnado por Marlon Brando, pero también a la calmada poética de los films de Terrence Malick. Además me recordó a una película nigeriana que vi hace años, "Ezra" (2007) de Newton Aduaka, aunque esta empieza su historia más o menos donde acaba la de la hoy glosada.

Ahora toca algo de sabiduría ajena, internacional, que nos aporte nociones para tratar de limar, si es que se puede, nuestros repuntes de brutalidad:

 - "Las tristezas no se hicieron para las bestias sino para los hombres; pero si los hombres las sienten demasiado se vuelven bestias".  (Miguel de Cervantes).

 - "El burro no es tan bestia como piensa el que lo piensa".  (Refrán).

 - "La causa justa, toda causa justa, se convierte en injusta en el momento en que la llevamos hasta sus últimas consecuencias".  (Hans M. Enzensberger).

Besos y abrazos,

Don.
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