miércoles, 31 de mayo de 2017

Real matutino real

¡Buenos días!

... O viceversa, que no sé si de verdad me siento el rey de estos matutinos o es verdadera su soberana magnanimidad. El caso es que los reverencio y ellos, en correspondencia, me rinden pleitesía, espero que real, sin boato palaciego, de la de verdad, aunque ellos sean una ficción mía soberanamente cierta para mí. Y todo este desvarío, no sé si absurdo, a la fresca de la mañana, sin tener recocido el seso por los calores del pasado fin de semana, ni el que parece querer volver a hacer, pues hoy tendremos 28ºC de máxima con sol y algunas nubes de armiño deambulando perdidas por la inmensidad celeste, casi de la mano junto a otras grises más sucias y plebeyas.

Antes de ayer por la tarde estuve en el cine viendo "El rey de los belgas" ("King of the belgians"), de Peter Brosens y Jessica Woodworth, y con Peter van den Begin, Lucie Debay, Titus de Voogdt, Bruno Georis, y Pieter van der Houwen. Es el primer film que veo de cualquiera de este par de directores (belga él y estadounidense ella). Una nota cultural necesaria: Bélgica está formada básicamente por dos grandes regiones, que tradicionalmente no se llevan demasiado bien, Valonia, al sur, donde se habla francés, y Flandes, al norte, donde se habla neerlandés.

Un ficticio rey de Bélgica, pelín alelado, que parece ausente del mundo y se siente una marioneta del protocolo palaciego, realiza una visita de estado a Turquía para estrechar lazos diplomáticos y tratar de una posible adhesión de estos a la Unión Europea, a la par que el palacio encarga a un ex reportero inglés de la guerra de los Balcanes venido a menos para que realice un documental sobre el monarca con el fin de mejorar su imagen de persona sosa y aburrida. Mientras se encuentran allí se produce una fuerte tormenta solar, que incluso provoca inusuales auroras boreales en Estambul, con lo que no son posibles los vuelos de avión ni la telefonía móvil debido a la inutilización de los satélites por la excesiva radiación electromagnética solar. En ese momento le llega al monarca la noticia de que la región de Valonia ha proclamado su independencia de Bélgica, que deja de existir como tal país y su puesto como soberano unificador carece de sentido. Sin esperar al restablecimiento de las comunicaciones y desoyendo los consejos del gobierno turco, decide regresar inmediatamente en autobús junto al cineasta y su reducido séquito, atravesando Europa a través de los Balcanes, cual migrantes refugiados, desharrapados e indocumentados.

Una buena película (nota: 6), extraña, road movie (momento patera movie incluido) con mirada de avieso documental, también socarrona comedia, no de las de reír sino de las de esbozar sonrisas retorcidas, plena de absurdas y delirantes situaciones, tanto que casi serían factibles y reales, por el irreal rey que las padece, y por la realidad de aquí y ahora, no solo aplicable a la misma Bélgica, obviamente, sino por ejemplo a esta España nuestra... y a toda la Unión Europea como inestable unidad.

Podría asemejarse la encorsetada corte palaciega belga del film, desconocedora de la realidad de su ciudadanía, con la burocracia de la UE, más preocupada del mercado que de sus ciudadanos, lo que podría llevarnos al Atomium (de Bruselas, la belga y la europea)... a atomizaciones nacionales, quería decir, más o menos posibles en el futuro próximo (sea en Bélgica, España o la UE), como ya lo fueron recientemente en los Balcanes. Una de política-ficción, y real (en ambos sentidos) toma de conciencia, con bastante carga metafórica sobre inmigración y cohesión (nacional e internacional) y sobre los absurdos sinsentidos protocolarios, el colmo del encorsetado eufemismo, vanas palabras en las antípodas de la verdadera realidad cotidiana de los ciudadanos de a pie, que se evaporan ante la prosaica y tozuda realidad.

Ahora algo de sabiduría ajena, que a lo mejor ayuda a que bajemos de nuestro pedestal, real o irreal:

 - "Malos reyes, muchas leyes".  (Refrán).

 - "Hablar a la real de España, sin usar torcida maña".  (Refrán).

 - "Todo ciudadano es rey bajo un rey ciudadano".  (Charles Simon Favart).

Besos y abrazos,

Don.
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lunes, 29 de mayo de 2017

Matutino confeso

¡Buenos días!

Os confieso que me siento aliviado, casi tanto como el clima primaveral con estas lluvias de hoy que suavizaron sobremanera los tórridos calores veraniegos de este fin de semana, de poder manifestaros mis pareceres sobre los más peregrinos temas en estos matutinos que tan bien me escuchan, aunque tampoco tenga muy claras mis culpas, así que tendré que hacer mayor introspección, pues no creo que sea moralmente aceptable tan solo largar mis cuitas para sentirme aligerado de ellas sin tratar de ponerles remedio. Por lo demás, la máxima para hoy menguó casi diez grados con respecto a las del fin de semana, y se nos quedará en unos reconfortantes 25ºC.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Las confesiones" ("Le confessioni"), de Roberto Andò, y con Toni Servillo, Connie Nielsen, Pierfrancesco Favino, Marie-Josée Croze, Moritz Bleibtreu, Lambert Wilson, y Daniel Auteuil. De este director italiano (también guionista, escritor y autor teatral) tan solo había visto uno de sus films, su anterior, "Viva la libertà" (2013).

En un lujoso hotel de la costa alemana va a celebrarse una cumbre del G8 con los ministros de economía de los 8 más poderosos países del mundo, y presidida por el director del FMI, quien el fin de semana previo celebra su cumpleaños y a cuya fiesta invita, además de a algunos de los ministros, a unos pocos destacados miembros de la cultura, entre los que se encuentra un monje cartujo, del que nadie sabe qué pinta ahí. Tras la fiesta, ya de madrugada, el director le confiesa que le invitó porque le admira y quiere confesar sus pecados con él, cosa que hace. A la mañana siguiente el director aparece muerto, y la policía considera al monje el principal sospechoso. Además, el resto de invitados políticos tiene miedo de que el fallecido le haya revelado un secreto plan del grupo para tomar radicales medidas que zarandeen de nuevo la economía mundial con el fin de beneficiar todavía más a los países miembros del clan, en detrimento del resto.

Una película que no me acabó de convencer (nota: 5), irregular, este thriller de trasfondo sociopolítico y económico, pleno de secretos y confesiones, con maneras de suspense a lo Hitchcock y un estilo visual de cuidadas imágenes que apuntaban a un afectado manierismo estilístico. Además, la trama y el argumentario me parecieron algo crípticos y deslavazados en bastantes momentos, aunque en otros sí que me engancharon. También especie de fábula moral muy dispersa y con cómica retranca político-económica que no me hizo especial gracia.

Sin embargo, sí que me agradó lo que parece destilar de asemejar la economía con una religión moderna, con sus dogmas de fe (teorías, dicen) no necesaria ni suficientemente constatados de modo fehaciente, tal vez delirios de iluminados gurús, cuando no por malévolo interés propio, y que trata muchas veces de hacernos comulgar con ruedas de molino... sin antes confesar, ¡oh, sacrilegio!, sus verdaderas y aviesas intenciones...

Ahora unas citas de sabiduría ajena, con las que no espero convertiros a ningún ideario concreto, pero que tal vez ayuden a elegirlo, si tal fuera vuestro deseo:

 - "Algo habrá de malo en la riqueza cuando a todo el mundo le da vergüenza confesar que la tiene".  (Noel Clarasó).

 - "No nos hacemos mejores cuando ocultamos nuestros defectos; antes bien, nuestro valor moral aumenta con la sinceridad con que nos confesamos".  (Georg Ch. Lichtenberg).

 - "Confesamos nuestros pequeños defectos para persuadirnos de que no tenemos otros mayores".  (François de la Rochefoucauld).

 - "A confesión de castañeta, absolución de zapateta".  (Refrán).

Besos y abrazos,

Don.
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jueves, 25 de mayo de 2017

Matutino a presión que jamás pierde

¡Buenos días!

Como en una olla de esas me voy a sentir como siga subiendo el termómetro, que para hoy están previstos 33ºC de máxima por los madriles, con bochornosa sensación que no afloja, en mi caso por calor excesivo al que me gustaría disfrutar, y en el judicial o moral de algunos (bastantes) políticos y adláteres... ¡vaya usted a saber el porqué!... y esto lo digo por los casos que todavía no han salido a la palestra...

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "El caso Sloane" ("Miss Sloane"), de John Madden, y con Jessica Chastain, Mark Strong, Gugu Mbatha-Raw, John Lithgow, Michael Stuhlbarg, Sam Waterston, y Alison Pill. De este director había visto cuatro de sus anteriores films: "El exótico Hotel Marigold" ("The best exotic Marigold Hotel", 2011), "La deuda" ("The debt", 2010), "La verdad oculta" ("Proof", 2005), y "Shakespeare in love" (1998).

Una ambiciosa, implacable, fría y calculadora ejecutiva de una empresa consultora que trabaja para el lobby que mejor pague con el fin de intentar que los políticos modifiquen su voto ante determinadas leyes que les perjudican, sea a través de presión verbal o buscando trapos sucios para chantajearlos, la más reputada y temida en su profesión, decide cambiar de empresa cuando le encomiendan que haga presión para que no prospere una ley que pondría restricciones a la venta indiscriminada de armas en los Estados Unidos, alegando que no puede trabajar en algo que va en contra de sus ideales. Se marcha a la que lucha por lo contrario, para defender una causa que parece perdida de antemano.

Una muy buena película (nota: 7) este intenso thriller político con mucho empaque que, si bien al principio me descolocó, enseguida consiguió atraparme y hacerme pasar un rato estupendamente entretenido y darme bastante que pensar. Cuajada de vertiginosos diálogos, algunos bastante afilados, a través de la peripecia de la estratega protagonista, obsesionada con ganar a cualquier precio y que parece haber asimilado perfectamente las enseñanzas de "El arte de la guerra" de Sun Tzu, entre otras esa que dice más o menos que a veces para ganar hay que perder, se hace una crítica de los tráficos de influencias entre lobbies y políticos, más interesados estos en el dinero de mordidas y en conservar el sillón que en trabajar éticamente por el bien de la sociedad, pues lo hacen por los adinerados que les untan (con dinero o "puertas giratorias") para influir en sus decisiones. Resumiendo, ¡qué estamos regidos más por una plutocracia en la sombra que por una democracia! Por sus maneras y parte de su temática, me trajo reminiscencias de la estupenda "Michael Clayton" (2007) de Tony Gilroy.

Ahora unas citas de sabiduría ajena a las que espero hagáis caso y tengáis en buena consideración:

 - "Triunfan aquellos que saben cuando luchar y cuando no".  (Sun Tzu).

 - "De derrota en derrota, hasta conseguir la victoria".  (Mao Tse-Tung).

 - "Un abogado hará cualquier cosa para ganar un caso. A veces, incluso, puede llegar a decir la verdad".  (P. Murray).

Besos y abrazos,

Don.
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miércoles, 24 de mayo de 2017

Matutina aceptación del adiós

¡Buenos días!

Al final de este matutino, como con todos, nos volveremos a despedir, con fluida y armoniosa naturalidad, y cada uno seguiremos después nuestros respectivos caminos, que tal vez vuelvan a reencontrarse con renovados buenos días. El que no parece querer irse es este calor veraniego a destiempo, hoy de nuevo con 32ºC de máxima prevista, así que no preveo despedirme de él en bastantes días, a tenor de las previsiones, con lo que no me quedará otra que dejarme agobiar con resignación, pues luchar contra los inevitables elementos no lleva a buen puerto.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "No sé decir adiós", de Lino Escalera, y con Nathalie Poza, Juan Diego, y Lola Dueñas. Es el debut en el largo de este director, con el que ganó varios premios en el reciente Festival de Málaga.

Una estresada ejecutiva, cabreada permanentemente con el mundo, con problemas para gestionar sus emociones y que se entrega a diversas toxicomanías para intentar ahogar sus pesares, recibe la llamada de su hermana, que le dice que su padre, con quien hace tiempo que no se habla, está gravemente enfermo y el médico le ha dado pocos meses de vida. Ese mismo día se traslada a la casa familiar en un pueblo de Almería, y una vez allí, puesto que no acepta el diagnóstico facultativo y contra la opinión de todos, se lleva furtivamente a su padre para que lo traten en Barcelona. Durante el viaje, en su huida hacia adelante de una realidad que no quiere afrontar, intentará retomar apresuradamente la relación con su padre.

Una muy buena película (nota: 7) este drama familiar que acongoja desde las antípodas del sentimentalismo, con el que al principio no empatizaba, que no me lo ponía fácil, pero que al final sí consiguió engancharme, por su estupendo modo de enfocar estas peliagudas cuestiones sobre afrontar la muerte (la propia o la de allegados) a través de estos dos personajes de difícil carácter y con bastante minusvalía emocional e incapaces de expresar adecuadamente y en su justo momento los sentimientos que les oprimen.

Ahora unas citas de sabiduría ajena con las que despedir circunspectamente a este matutino que acepta que su tiempo se acabó y se nos va cuando debe:

 - "¡Lo terrible no es la llegada de la muerte, sino el adiós a la vida!".  (Maurice Maeterlinck).

 - "Si quieres poder soportar la vida, debes estar dispuesto a aceptar la muerte".  (Sigmund Freud).

 - "El arte de vencer las grandes dificultades se estudia y adquiere con la costumbre de afrontar las pequeñas".  (Cristina Trivulzio di Belgioioso).

 - "Aceptar nuestra vulnerabilidad en lugar de tratar de ocultarla es la mejor manera de adaptarse a la realidad".  (David Viscott).

Besos y abrazos,

Don.
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martes, 23 de mayo de 2017

Matutinos de los que no quiero irme

¡Buenos días!

Me hipnotizan, me atrapan, y me dejo hacer, que no quiero salir, ni por patas ni por las buenas, una vez entro en ellos, dado lo muy bienvenido que me encuentro por aquí. Y no es falsa cortesía, que lo digo de corazón y con todas mis entrañas. Y parece que quiere empezar a hervir todo mi entrañable ser con este calor ya de verano mismo, aunque todavía quede algo menos de un mes para el de calendario, cuando el próximo solsticio, pues con estos 32ºC de máxima prevista para hoy por los madriles, y sol a raudales, que ennegrecerán todavía más mi piel, no pienso ya en otra cosa que en dejarme ir hacia otros lares algo más frescos y norteños.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Déjame salir" ("Get out"), de Jordan Peele, y con Daniel Kaluuya, Allison Williams, Catherine Keener, Bradley Whitford, Betty Gabriel, y Caleb Landry Jones. Es el debut en el largo de este director.

Una pareja de novios, él negro y ella blanca, deciden que ya es hora de que él conozca a sus futuros suegros, y viceversa. Así que se van a pasar un fin de semana a la mansión campestre que los padres de ella, que no saben que es afroamericano, tienen en el sur de los Estados Unidos. Al principio, a él le choca el comportamiento demasiado amable de su futura familia política pero no le da mayor importancia, pero a medida que vaya transcurriendo el tiempo irá haciendo descubrimientos a cada cual más inquietante.

Una muy buena película (nota: 7) este thriller, afilado como un bisturí, con algo de terror y bastante comedia negra (y no solo por el color de la piel de algunos de sus protagonistas), que empieza como una comedia familiar e interracial y del miedo a no ser aceptado (por los suegros, o en general por el resto de sociedad), siempre con un inquietante runrún a lo largo de todo su metraje de intriga y suspense, perturbador, saltos en la butaca incluidos, y que muy al final deviene en pesadilla con liberadora explosión de violencia catártica y un puntual toquecito gore.

Además, impregnándolo todo, como salpicones de tomate frito por todo nuestro ser, una demoledora crítica social con sarcástica retranca sobre las falsas apariencias de bienintencionada tolerancia, y sobre el imperante racismo, latente cuando no descaradamente abierto, de buena parte de la sociedad estadounidense... y de cualquiera otra.

Ahora, antes de abandonar por hoy los matutinos, unas citas de sabiduría ajena que nos ayude a aflorar lo mejor de nosotros mismos... ¿o era al revés, que salga fuera lo malo y nos quede dentro lo bueno?... no sé ya como iba esto... ¿y el resto?:

 - "El escarmentado huye del vado".  (Refrán).

 - "Huye en todo de la demasía".  (Baltasar Gracián).

 - "El hombre sueña con escapar, pero no debe correr para ser libre. Si uno huye de sí mismo, su prisión irá con él".  (Gustave Thibon).

 - "El retirarse no es huir ni el esperar es cordura si el peligro sobrepuja a la esperanza".  (Miguel de Cervantes).

Besos y abrazos,

Don.
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lunes, 22 de mayo de 2017

Matutina despedida de lo más chic

¡Buenos días!

Desde luego que sí, que cuando me despido con mis besos y abrazos lo hago con la mayor de las elegancias, o eso creo, así como también es desde siempre todo un hábito, no sé si de diseño de alta costura o de prêt-à-porter, que me siento obligado, sin sentirme, a hacer... ¡toda una aparente paradoja! Los que no parecen decirnos adiós son este sol y calor casi veraniegos (máxima prevista para hoy de 29ºC, y subiendo para próximos días) que hoy nos acompañan amablemente en nuestro aventurero devenir vital, siempre al albur de lo que nos depare el destino, sin destino fijo sin embargo.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Goodbye Berlín" ("Tschick"), dirigido por Fatih Akin, basado en la novela homónima de Wolfgang Herrndorf, y con Tristan Göbel, Anand Batbileg, y Mercedes Müller. De este director alemán de origen turco había visto tres de sus anteriores films, "Soul kitchen" (2009), "Al otro lado" ("Auf der anderen seite", 2007), y "Contra la pared" ("Gegen die wand", 2004).

Un chaval berlinés de 14 años, de familia acomodada, cuya madre es alcohólica y cuyo padre está siempre ausente, se siente marginado en su clase y además la chica por la que suspira no le hace el más mínimo caso. A mediados de curso llega a su aula un nuevo compañero, emigrante ruso oriental, Tschick, también bastante friki, al que él y todos los demás desprecian. Se acaba el curso, vacaciones, su madre ingresa en una clínica de desintoxicación, su padre se va de viaje de negocios por varias semanas (en realidad de vacaciones con su despampanante amante), y Tschick se planta en su casa y le propone viajar hasta el culo del mundo, sin móvil ni mapas, con un destartalado coche que acaba de robar. Toda una aventura.

Una buena película (nota: 6), con sus más y sus menos, bien hecha, divertida y entretenida, esta road movie de veraniegas aventuras adolescentes, pelín surrealistas, de crecimiento personal durante su tránsito de descubrimiento del mundo, mundo en el que no parecían encajar muy bien los dos protagonistas. En su peculiar odisea por los límites de lo prohibido, se verán inmersos en disparatadas situaciones, cruzándose con personajes más raros si cabe que ellos mismos.

Ahora, como con cada matutino, me despido de vosotros con unas citas de sabiduría ajena, citas con las que os emplazo hasta el próximo:

 - "No hay beso que no sea principio de despedida; incluso el de llegada".  (George Bernard Shaw).

 - "En un mundo de fugitivos el que transita el justo camino, parece huir".  (John Milton).

 - "Una de las ventajas de ser desordenado es que uno está continuamente haciendo nuevos y excitantes descubrimientos".  (Thomas Middleton).

 - "Las despedidas siempre duelen, aun cuando haga tiempo que se ansíen".  (Arthur Schnitzler).

Besos y abrazos,

Don.
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jueves, 18 de mayo de 2017

Desde el paradisiaco umbral matutino

¡Buenos días!

Otra mañana más en la que tras un breve momento de expiatoria introspección a las puertas de entrada de los matutinos me adentro sin mayores titubeos en ellos, con su plena aquiescencia, a disfrutar de este edén colmado de anímico maná para mí que casi me hace sentir un superhombre, dejando atrás eventuales e infernales tormentos... y muy probablemente también hoy, primaverales tormentas, con sus consabidos rayos y truenos y más o menos breves jarreadas de agua. La máxima para hoy por los madriles baja ocho graditos respecto a la de ayer, y se quedará en 20ºC, casi paradisiaca temperatura, suavizando sobremanera los ardores casi veraniegos de recientes días, purgándolos, diría yo.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Paraíso" ("Rai"), de Andrei Konchalovsky, y con Julia Vysotskaya, Christian Clauss, y Philippe Duquesne. De este veteranísimo director ruso, amén de alguna de sus anteriores películas rodadas en Hollywood en el pasado siglo, había visto su inmediata anterior, "El cartero de las noches blancas" ("Belye nochi pochtalona Alekseya Tryapitsyna", 2014).

Durante la II Guerra Mundial las vidas de tres personas se entrecruzan: durante una redada una condesa rusa afincada en París, y miembro de la resistencia francesa, es arrestada por esconder en su piso a dos niños judíos y será interrogada por un policía francés colaboracionista, al que trata de sobornar ofreciéndole sus favores sexuales. De resultas, será deportada a un campo de concentración, donde se encontrará con un alto oficial de las SS allí destinado, también aristócrata, y con el que tuvo un breve affaire romántico y sexual diez años antes cuando coincidieron casualmente de vacaciones en la Toscana.

Una muy buena película (nota: 7), de bella fotografía en blanco y negro, y muy original mirada sobre el asunto tratado, este drama que, a través de las asépticas confesiones de los tres personajes principales desde la purgatoria antesala al edén, que se van alternando con los hechos narrados, va relatando el infernal holocausto, trivial efecto colateral del paraíso ario (según sus ideólogos), expresando además cada uno las motivaciones de sus actos, mera consecuencia de la "normalidad" reinante en sus entornos, sin tener autoconciencia de su maldad. El horror y la condición humana llevada a situaciones de extrema supervivencia son mostrados con modesto recato y se destila la relatividad del bien y del mal y que estas atrocidades provocadas por entregarse ciegamente a un ideal están siempre al borde de volver a repetirse, solo hace falta el aleteo de una mariposa y las condiciones adecuadas.

Ahora unas citas de sabiduría ajena que no sé si serán la purga de Benito, pero seguro que remedian algo:

 - "Los amos del pueblo serán siempre aquellos que puedan prometerle un paraíso".  (Remy de Gourmont).

 - "Solo durante los tiempos difíciles es donde las personas llegan a entender lo difícil que es ser dueño de sus sentimientos y pensamientos".  (Anton Chejov).

 - "El hombre no toma conciencia de su ser más que en las situaciones límite".  (Karl Jaspers).

 - "La felicidad no consiste en realizar nuestros ideales, sino en idealizar lo que realizamos".  (Alfred Tennyson).

 - "Y no hay deleites humanos
ni más grandes ni más sanos
que estos que son mi ideal:
pan de trigo candeal
comido en paz y entre hermanos".  (José María Gabriel y Galán).

Besos y abrazos,

Don.
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miércoles, 17 de mayo de 2017

Matutinos amores al sol que abrasan conflictos

¡Buenos días!

Otra jornada de calor veraniego, con 28ºC de máxima prevista, en estos primaverales días que invitan a solazarse al sol y disfrutar de las amorosas bondades que nos ofrece y que restañan cualquier eventual resquemor.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo una película que os recomiendo encarecidamente que vayáis a ver, que me encantó. Se trató de "Bajo el sol" ("Zvizdan"), de Dalibor Matanic, y con Tihana Lazovic y Goran Markovic. Es el primer largo que veo de este director croata.

Tres historias de amor entre sendas, y distintas (aunque interpretadas por los mismos dos actores), parejas de amantes veinteañeros, ella serbia, él croata, durante los ardorosos veranos de tres años significativos para la antigua Yugoslavia, hoy atomizada por la pasada radiación bélica en multitud de presuntas nacionalidades: en 1991, cuando está a punto de estallar el conflicto; en 2001, cuando la posguerra acaba de comenzar; y en 2011, casi hoy en día.

Sobresaliente drama (nota: 9) que, vuelvo a repetir, me fascinó y os encarezco que no os perdáis, amén de por su belleza formal y sensuales imágenes, por su intimismo y maravilloso modo de narrar haciendo elipsis de la guerra, parco en diálogos, pues lo dice todo casi sin ellos, tanto en las desoladoras historias de amor (e incluso sexo) como en las profundas metáforas socio-políticas que estas destilan, tanto para la propia sociedad balcánica, como para cualquier otra... ¡Todo un aviso a navegantes!

Tres historias de amor condicionadas por la guerra y sus secuelas: la primera de amantes que luchan por llevar su amor fuera de todo conflicto entre Montescos y Capuletos que se lo impida, la segunda de amantes que no acaban de serlo por resquemores de recientes conflictos, y la tercera de amantes que lo fueron y tratan de restañar pasadas inquinas. Todos condicionados por guerras y sus traumas y heridas, difíciles de cicatrizar por odios hacia el otro, todavía y parece que siempre latentes por allí, e incluso por doquier con mayor o menor intensidad. En definitiva, a pesar de cierto fatalismo en que esto vuelva a repetirse, deja vislumbrar rendijas de esperanza en que el amor y la reconciliadora paz puedan asentarse y suavizar asperezas.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, que tal vez nos ayuden a amar al prójimo tanto, o más si acaso, como a nosotros mismos:

 - "No hay nada nuevo bajo el sol, pero cuantas cosas viejas hay que no conocemos".  (Ambrose Bierce).

 - "En la guerra como en el amor, para acabar es necesario verse de cerca".  (Napoleón I).

 - "El amor es lo más parecido a una guerra, y es la única guerra en que es indiferente vencer o ser vencido, porque siempre se gana".  (Jacinto Benavente).

 - "Tal vez estemos en este mundo para buscar el amor, encontrarlo y perderlo, una y otra vez. Con cada amor volvemos a nacer y con cada amor que acaba se nos abre una enorme herida. Yo estoy llena de mis orgullosas cicatrices".  (Isabel Allende).

Besos y abrazos,

Don.
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martes, 16 de mayo de 2017

La mirada matutina

¡Buenos días!

Conforme miro lo que me rodea a través de este filtro matutino, mi modo de mirar va cambiando, especie de constatación del principio de incertidumbre, pues cambia tanto lo que se mira como el mismo mirón. Por lo demás, la primavera sigue acalorándose a base de sol, pocas nubes y casi nulo viento, y para hoy tendremos una máxima prevista de 28ºC por los madriles, lo que empieza a ser ya para mí un calor casi del demonio.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Demonios tus ojos", de Pedro Aguilera, y con Ivana Barquero y Julio Perillán. Tercer largo de este director, de quien había visto su primero "La influencia" (2007).

Un joven director de cine afincado en Los Ángeles descubre por casualidad en una web erótica una película de porno casero en la que su protagonista parece ser su hermana pequeña. Sorprendido, decide viajar hasta Madrid por unos días para visitar a su hermana que vive con su madre (madrastra de él), a quienes no ve hace años. Iniciará una investigación que devendrá en una obsesiva atracción por su hermana.

Una película que en general no me convenció (nota: 4), que a ratos sueltos me irritaba y en otros sí que despertó mi interés, como con la escultural belleza de Ivana Barquero, y las buenas actuaciones de los dos protagonistas. Turbio drama con altibajos, quizá especie de cuento erótico, algo perturbador, sobre ambigüedades y transgresiones morales (y sexuales), sobre la pérdida de la inocencia en un mundo de redes sociales en las que buena parte de nuestras intimidades están impúdicamente exhibidas, cuando no invadidas, y del otro lado el consecuente voyeurismo de penetrante mirada, que no hay oferente sin demandante, y viceversa.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, otro modo de mirar las cosas que tal vez cambie nuestra perspectiva:

 - "Vive de manera que puedas mirar fijamente a los ojos de cualquiera y mandarlo al diablo".  (Henry Louis Mencken).

 - "Dime, oh Dios, si mis ojos, realmente, la fiel verdad de la belleza miran; o si es que la belleza está en mi mente, y mis ojos la ven doquier que giran".  (Miguel Ángel Buonarroti).

 - "Cuando los ojos ven lo que nunca vieron, el corazón siente lo que nunca sintió".  (Baltasar Gracián).

Besos y abrazos,

Don.
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lunes, 15 de mayo de 2017

Familiares desavenencias matutinas

¡Buenos días!

Maravilloso día de primavera, de grato disfrute, tras los pasados y livianos frescores y chaparrones de la semana pasada, con 26ºC de máxima prevista para hoy por los madriles y alguna que otra nube que no estropea, sino todo lo contrario, que lo matiza con sutileza, el radiante y alegre sol que todo lo ilumina, borrando cualquier atisbo de disgusto que pudiera sobrevenirnos.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Maravillosa familia de Tokio" ("Kazoku wa tsuraiyo"), de Yoji Yamada, y con Isao Hashizume, Kazuko Yoshiyuki, Yû Aoi, Satoshi Tsumabuki, Masahiko Nishimura, Tomoko Nakajima, Shozo Hayashiya, y Yui Natsukawa. Es el sexto largo que veo de este octogenario y prolífico director japonés, que lleva dirigidos tantos como años tiene, y de quien había visto anteriormente cinco de sus más recientes, todos de este siglo: "La casa del tejado rojo" ("Chiisai ouchi", 2015), "Una familia de Tokio" ("Tokio kazoku", 2013), y los tres de la trilogía de samuráis en horas bajas, "Love and honor" ("Bushi no ichibun", 2006), "The hidden blade" ("Kakushi-Ken: Oni no tsume", 2004), y "El ocaso del samurái" ("Tasogare Seibei", 2002).

Un septuagenario, tras haber pasado un día jugando al golf y tomando unas copas con su amigo, llega a su casa al atardecer totalmente borracho, donde su abnegada mujer le recuerda que es el día de su cumpleaños. Él le pregunta que qué quiere pues de regalo, y ella le contesta que algo barato, ya que tan solo tiene que firmar la solicitud de divorcio que le presenta ya cumplimentada. Aturdido por la noticia, pues no entiende nada tras haber estado casi cincuenta años casados, el anciano cascarrabias y con cierta desconsideración hacia su mujer, se sume en la melancólica resignación. Poco a poco irán conociendo la noticia los miembros de su familia: sus tres hijos y respectivas parejas y sus dos nietos, que todavía viven en su mayoría bajo el mismo techo familiar, tan atónitos como su padre, lo que desatará una pequeña crisis familiar que hará aflorar algunos reprimidos resentimientos del pasado.

Una muy buena película (nota: 7) esta comedia que me hizo reír más cuando me provocaba la sonrisa que cuando se empeñaba, sin mucho éxito, en arrancarme carcajadas a base de momos y algo exagerados gags visuales, que tal vez funcionen en Japón, pero que a mí no me llegaron. Nos hace reflexionar sobre las relaciones familiares a partir de pequeños detalles cotidianos de costumbristas escenas domésticas, y comprender la armonía esencial que subyace en muchas de las tontorronas (o no tanto, según los casos) desavenencias familiares. Precisamente esto parece ser el leitmotiv del film, pues en él se dice que la verdadera armonía de las piezas musicales está en sus pequeñas disonancias, y tal vez esto pueda explicar el porqué su autor nos incrusta esos simples y algo tontorronas situaciones cómicas en medio del sereno melodrama y del sutilmente sarcástico humor subyacente, verdaderamente gracioso aunque apenas perceptible, que sin el contrapunto de slapstick tal vez no tendría tanta relevancia.

Ahora unas citas de sabiduría ajena que, cual versos sueltos, nos ayuden a bien rimar nuestros devenires:

 - "Nada nos puede impedir sentir esta maravillosa felicidad de ser preferidos a otros".  (André Maurois).

 - "El vínculo que une a tu auténtica familia no es de sangre, sino de respeto y alegría mutua".  (Richard Bach).

 - "Ante cualquier desavenencia no caigamos en el error de dudar, bien de su inteligencia, o bien de su buena voluntad".  (Otto von Bismarck).

 - "Toda la armonía total de este mundo está formada por discordancias".  (Séneca).

Besos y abrazos,

Don.
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miércoles, 10 de mayo de 2017

A vueltas con los reunidos matutinos que todo lo ven

¡Buenos días!

Tendré que tener cuidado con los giros que dé sobre mí mismo, no vaya a ser que acabe potando, vomitando incluso alguna palabra presuntamente inapropiada que luego me pueda pasar factura... cosas de las redes sociales. Además, tanta revolución circular hará que no vea muy claro lo que me rodea, con lo que mis reflexiones y miradas curiosas y furtivas desatinarán algo, o mucho, o incluso mejoren, ¡vete a saber! Las que han vuelto otra vez bien agrupaditas son las nubes, que amenazan dejarnos tormentosos chaparrones de primavera ya para hoy mismo, y en días sucesivos según las previsiones, que también dicen que hoy habrá como máximo 21ºC por los madriles.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "El Círculo" ("The Circle"), dirigido por James Ponsoldt, basado en la novela homónima de Dave Eggers, y con Emma Watson, Tom Hanks, John Boyega, y Karen Gillan. Es el quinto largo de este director, y segundo que veo tras su anterior, "The end of the tour" (2015).

En un futuro cercano, casi inminente, una joven que acaba de finalizar sus estudios con magníficas calificaciones es contratada por la más poderosa empresa multinacional TIC (Tecnologías de la Información y las Comunicaciones), "The Circle", que prácticamente monopoliza el sector, comenzando como operadora del departamento de atención al cliente. Encuentra un idílico ambiente laboral que da rienda suelta a su creatividad, obteniendo unos excelentes ratios en su desempeño profesional y entusiasmándose con su labor. Al poco los dos fundadores de la compañía le ofrecen la posibilidad de participar en un experimento, interactuando con unos novedosos sistema operativo y gadgets, y quedando expuestas para la aldea global hasta sus más recónditas intimidades.

Una muy buena película (nota: 7) que me indujo muchas interesantes reflexiones, y que aunque al principio no conectaba bien conmigo, ¿quizá por problemas en la cobertura?, al final acabó por engancharme, como un buen videojuego, no sé si como una red social, de las que no soy muy amigo, de las que me mantengo bastante al margen, tal vez es que sea un outlyer.

Thriller de ciencia ficción algo distópica, o mucho, según se mire, sobre el poder de las grandes corporaciones multinacionales que fagocitan e incluso pueden usurpar las tareas del Estado. También sobre democracia, privacidad invadida por las nuevas tecnologías (el big brother o el big data, tanto monta), incluso a veces con nuestro conocimiento, consciente o inconsciente; tecnologías que vemos como la panacea, aunque en realidad, casi seguro, no lo sean; tan solo herramientas que habrá que saber manejar con mesura, pero sin demonizar, y valorando ecuánimemente el precio a pagar, y no solo el monetario, este casi el más trivial. Tan solo tener cuidado que sus eventuales bondades no se vuelvan en nuestra contra por un uso, o abuso, descontrolado y desregulado.

Pues, rodando, rodando, hemos llegado al club de la sabiduría ajena, donde os cito (cual lúcidos morlacos) e incito con estas tres citas:

 - "Una computadora es para mí la herramienta más sorprendente que hayamos ideado. Es el equivalente a una bicicleta para nuestras mentes".  (Steve Jobs).

 - "Vivimos en una sociedad profundamente dependiente de la ciencia y la tecnología y en la que casi nadie sabe nada de estos temas. Ello constituye una fórmula segura para el desastre".  (Carl Sagan).

 - "En el círculo se confunden el principio y el fin".  (Heráclito de Efeso).

Y no solo en el aspecto geométrico, sino en el metafórico sociogrupal, diría yo...

Besos y abrazos,

Don.
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martes, 9 de mayo de 2017

Real confraternidad matutina

¡Buenos días!

En estos calurosos y serenos días de primavera, esta parece querer hermanarse con el verano por venir, no importa que las nubes de hoy parezcan querer impedírselo, aunque ni se acercan a conseguirlo, dada su tenaz y sosegada perseverancia. Además, las mimosas nubes, cual borras de algodón, tampoco es que aprieten demasiado, más bien todo lo contrario, que todo lo acarician. Para hoy tendremos por los madriles 27ºC de máxima prevista.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Un reino unido" ("A united kingdom"), dirigido por Amma Asante, basado en el libro "Colour bar" de Susan Williams, y con David Oyelowo y Rosamund Pike. Es el tercer largo de esta directora británica, de quien había visto su anterior, "Belle" (2013).

En 1947 el joven heredero al trono de Bechuanalandia (la actual Botsuana, independiente desde 1966), protectorado británico al norte de la República Sudafricana, se encuentra en Londres estudiando. Allí conoce a una oficinista de la que se enamora, y viceversa, y a pesar del racista rechazo de sus respectivas familias y amigos deciden casarse a los pocos meses. Se trasladan al país africano para la proclamación de él como rey, no sin tensiones tampoco, pero la cosa no quedará ahí, pues estos hechos provocarán un grave conflicto diplomático entre el Reino Unido y la República Sudafricana, país que acababa de instaurar el régimen del apartheid, con lo que la pareja será presionada de diversas maneras para que se divorcie y así aliviar tensiones políticas entre ambos países.

Una buena película (nota: 6), que vi con agrado, este drama romántico, también biopic, donde lo más interesante es el conocimiento de este episodio histórico. Me trajo algunas reminiscencias de la espléndida y recomendable "Loving" (2016) de Jeff Nichols. Además del romance real, en ambos sentidos, que desafió todo tipo de obstáculos, habla más o menos de refilón de racismo, feminismo, prejuicios, injusticias, tejemanejes y mentiras políticas, y algunas que otras conexas cuestiones más.

Ahora, ahí os dejo tres citas de sabiduría ajena de un archifamoso personaje histórico del país vecino del líder político del que trata el film hoy glosado, casi coetáneos ambos, y con similar ideario político conciliador:

 - "Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, o su origen, o su religión".  (Nelson Mandela).

 - "Mi ideal más querido es el de una sociedad libre y democrática en la que todos podamos vivir en armonía y con iguales posibilidades".  (Nelson Mandela).

 - "La gente tiene que aprender a odiar, y si ellos pueden aprender a odiar, también se les puede enseñar a amar, el amor llega más naturalmente al corazón humano que su contrario".  (Nelson Mandela).

Besos y abrazos,

Don.
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lunes, 8 de mayo de 2017

Perdido en la búsqueda de los áureos matutinos

¡Buenos días!

Radiante sol de dorada refulgencia el que hoy nos ilumina en nuestra constante búsqueda matutina, y ni con su diáfana luz encuentro al matutino de hoy, tal vez porque esté ahora mismo dentro de él, escribiéndolo, y los árboles no me dejan ver el bosque, en esta selva de letras que no ceso de teclear. Calor casi tropical, aunque sin su humedad, absolutamente distraída en estas tierras de secano, con lo que los 28ºC de máxima prevista para hoy por la asfáltica jungla de los madriles serán razonablemente llevaderos.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Z. La ciudad perdida" ("The lost city of Z"), dirigida por James Gray, y con Charlie Hunnam, Sienna Miller, Robert Pattinson, y Tom Holland. Está basada en el libro homónimo de no ficción escrito por David Grann que relata las peripecias amazónicas de un militar y explorador británico de principios del siglo XX. Es el sexto largo de este director, de quien había visto sus tres anteriores más recientes: la estupenda "El sueño de Ellis" ("The immigrant", 2013), la sobresaliente "Two lovers" (2008), y "La noche es nuestra" ("We own the night", 2007).

A un oficial del ejército británico, Percy Fawcett (1867-1925), se le encomienda en 1906 la misión de dirigir una expedición de la Royal Geographical Society a la selva del Amazonas con el fin de dirimir las fronteras entre Brasil y Bolivia. Tras múltiples penalidades lo logra, queda fascinado por la jungla y al descubrir por el camino algunos vestigios arqueológicos se obsesiona con la búsqueda de los restos de una civilización perdida, el El Dorado de los conquistadores españoles, que él llama Z. Aunque ridiculizado por la comunidad científica, consigue que le financien diversas expediciones a esa zona, interrumpidas por la I Guerra Mundial (1914-18). En su última expedición, en 1925, desaparecerá junto a su hijo mayor sin dejar rastro alguno.

Una muy buena película (nota: 7), diferente en su clasicismo, de estupenda factura técnica y bellísima visualmente, pero que no llegó a entusiasmarme del todo, a medio camino entre el relato biográfico de exploración geográfica y la poética y ensoñadora introspección del viaje de conocimiento interior. Obsesiva búsqueda la de este hombre con problemas para encajar en su encorsetada sociedad victoriana y para conciliar sus deberes familiares para con su mujer e hijos con su pasión de ir allende lo desconocido. Según he leído, este explorador fue la fuente de inspiración del archifamoso personaje de ficción cinematográfica Indiana Jones.

Ahí os dejo ahora unas citas de sabiduría ajena, de las que he ido encontrando en mis matutinos derroteros en busca de quien sabe qué:

 - "Espera mil años y verás que se vuelve preciosa hasta la basura dejada atrás por una civilización extinta".  (Isaac Asimov).

 - "No dejaremos de explorar y el fin de nuestra exploración será encontrar el punto de partida y conocer el lugar por primera vez".  (T. S. Eliot).

 - "Si conoces que vas perdido, muda consejo y camino".  (Refrán).

 - "Bien perdida, no es perdida, aunque se pierda, la vida".  (Refrán).

Besos y abrazos,

Don.
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domingo, 7 de mayo de 2017

Matutino que alza el vuelo

¡Buenos días!

Otro matutino más, tan mirlo blanco para mí como cualquiera otro de ellos, que se eleva decididamente al poco de abrirle el cascarón de la oscura caverna de mis entendederas, sin lastres que le impidan surcar sus anhelos a su libre albedrío. No le pediré que me rinda cuentas por dejarme, ni espero que él por permitírselo. Quid pro quo entre dos seres libres y con capacidad para decidir. Por lo demás, la soleada primavera resurge de sus cenizas tras los chaparrones de antes de ayer que, bien mirados, y mejor utilizadas, abonaron todavía más su exultante y pizpireta verde lozanía. Para hoy tendremos 26ºC de máxima prevista, y subiendo para días posteriores.

Este fin de semana estuve en el teatro viendo la obra "Blackbird", escrita por David Harrower, dirigida por Carlota Ferrer, e interpretada, magníficamente, por Irene Escolar y José Luis Torrijo. Otra vez más que me dejó fascinado esta portentosa actriz que es Irene Escolar, a quien hace poco vi también en teatro en "El público" de Federico García Lorca, amén de haberla visto algunas veces más actuar tanto en cine como en televisión.

Una mujer joven visita sorpresivamente en su puesto trabajo a un hombre maduro que queda conmocionado por tal hecho. Quince años atrás, cuando ella tenía 12 y él 40, mantuvieron una fugaz y prohibida pasión amorosa. Él, tras varios años de prisión acusado de abuso sexual a menores, ha cambiado de nombre y residencia, ha rehecho su vida con otra mujer, y no quiere recordar nada de aquello; pero ella, que no ha olvidado nada, viene a pedirle cuentas no sabe con qué intención, quizá con ganas de venganza, tal vez buscando reavivar aquel amor, pero siempre queriendo saber qué pasó.

Una muy buena obra (nota: 7) que nos pone frente a incómodas cuestiones éticas, confrontándonos a ellas sin rubor ni tapujos. Historia de un desgarro emocional, sobre cómo afrontar el dolor por el amor perdido y no resuelto en su momento, bien olvidando para tratar de seguir adelante, bien reconcomiéndose y estancándose en el pasado, siempre bordeando los límites de la moralidad vigente y provocando que los espectadores se hagan preguntas, muchas y variadas, poliédricas.

Dado que parece que el leitmotiv de esta obra, amén de algún caso real, pudiera ser la canción de los Beatles "Blackbird", compuesta en 1968 por John Lennon y Paul McCartney, la sección de sabiduría ajena de hoy no puede sino contener sus traducidos versos (quitados los estribillos):

 - "Mirlo que cantas al final de la noche,
toma estas alas rotas y aprende a volar.
Toda tu vida has estado esperando
este momento para alzar el vuelo.

Mirlo que cantas al final de la noche,
toma estos ojos hundidos y aprende a mirar.
Toda tu vida has estado esperando
este momento para ser libre.

Vuela, mirlo, vuela,
hacia la luz de la noche oscura y negra [...]". (Lennon & McCartney).

Besos y abrazos,

Don.
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viernes, 5 de mayo de 2017

Manejando los hilos matutinos

¡Buenos días!

Otro matutino más que sale de la factoría de mis sinápticas tramas neuronales y que, casi desde el mismo momento en que lo cuelgo en el mundo virtual, rompe ataduras conmigo para decidir vivir su propio destino, sin apenas dejar que lo maneje a mi antojo más allá de su salida al mundo. Por lo demás, no sé quién ha sido el que, tras varios días de sol y tirando de sus hilos, ha decidido ponernos nubarrones cada vez más grises esta mañana que amenazan con chaparrones y tal vez rayos y truenos, ratitos de sol, y vuelta a empezar... las típicas tormentas primaverales que van y vienen... con 22ºC de máxima prevista para hoy por los madriles.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La mano invisible", de David Macián, y con José Luis Torrijo, Esther Ortega, Eduardo Ferrés, Josean Bengoetxea, Bárbara Santa-Cruz, Daniel Pérez Prada, Marina Salas, Elisabet Gelabert, Marta Larralde, Bruto Pomeroy, y Christen Joulin. Es el primer largo de este director, que está basado en la novela homónima de Isaac Rosa.

Tras un proceso selectivo once personas en paro de larga duración, cosas de la crisis, son contratadas por una misteriosa empresa para que desempeñen reiterativamente, un día tras otro en jornadas de ocho horas, su profesión en una nave industrial con presencia de público que asiste gratuitamente a la función, especie de reality show en directo sin cámaras de por medio. Un albañil que levanta un muro y al final lo derriba, una costurera que cose prendas de vestir que luego destruye, un mecánico que desmonta un coche para volver a montarlo pieza a pieza, un carnicero que despieza animales para luego tirar todo a la basura, una teleoperadora que realiza una encuesta CATI sobre satisfacción en el trabajo, etc. No saben realmente para qué están allí, y además, conforme avanzan los días, les van exigiendo más rendimiento por el mismo salario. Los roces entre ellos aumentan.

Una buena película (nota: 6), bien hecha y con buenas actuaciones, esta curiosa propuesta de absurda situación de partida (o no tanto), bastante minimalista, y que da bastante que pensar. Especie de parábola social sobre la insatisfacción, explotación y precariedad laborales, sobre el trabajo reiterativo sin significado ni aparente utilidad ni mucho sentido. ¿Es posible motivarse en esas situaciones? ¿Sirve para algo lo que hacemos en nuestros trabajos? ¿Hasta dónde podríamos aguantar? Estas y otras variopintas cuestiones nos provoca este film.

Ahora unas citas de sabiduría ajena con las que hacer trabajar algo más a nuestras entendederas:

 - "Los hombres, en general, no son sino marionetas maltratadas por un titiritero".  (Giovanni Papini).

 - "Es una locura trabajar toda la vida si nuestra imaginación y nuestros esfuerzos no tienden hacia un objeto determinado".  (Marco Aurelio).

 - "Cuando el trabajo es un placer la vida es bella. Pero cuando nos es impuesto, la vida es una esclavitud".  (Máximo Gorki).

 - "Quien trabaja lo hace con la esperanza de ganar con ello un día la liberación de su vida, de poder en su hora dejar de trabajar y... comenzar de verdad a vivir".  (José Ortega y Gasset).

 - "Si a la gente le gustara de veras trabajar, aún estaríamos labrando la tierra con arados de madera y cargándonos los bultos a la espalda para llevarlos de un lado para otro".  (William Feather).

Besos y abrazos,

Don.
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