lunes, 31 de mayo de 2021

Matutino servicial

¡Buenos días!

Enorme servicio el que me prestan estos matutinos, y creo que yo a ellos, en nuestra perfecta comunión de intereses, pero siempre con la libertad de que cada cual pueda hacer de su capa un sayo cuando sea menester, sin obligadas servidumbres. Por lo demás, estos últimos días de primavera parecen entregados al irremediable poder del verano por venir, en este día de calor, mucho, con mucho sol, alguna nube sumisa ante su poderío, y una máxima prevista por los madriles de 30ºC. Para librarse de su implacable yugo y que no nos sofoque en exceso no nos quedará otra que buscar las sombras.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Siervos" ("Služobníci", 2020), de Ivan Ostrochovský, y con Samuel Skyva, Samuel Polakovic, Vlad Ivanov, Vladimír Strnisko, y Milan Mikulcík. Es el tercer largo, y primero que veo, de este director eslovaco.

Año 1980 en la antigua Checoslovaquia, donde el gobierno comunista tolera de mala gana y tiene controlada a la Iglesia Católica, tanto por la policía secreta como por una organización eclesial, "Pacem in terris", básicamente integrada por su jerarquía, que colabora con el régimen y reprime cualquier conato de disidencia, como medio de no desaparecer a pesar de la opresión política; a la par que otros de miembros de la clerecía abogan clandestinamente por no someterse, ni seguir directrices políticas de ningún bando, regresando a los orígenes del cristianismo, casi que volviendo a las catacumbas. Dos jóvenes amigos ingresan en un seminario y mientras estudian allí se verán abocados a elegir entre el colaboracionismo, y así quitarse de problemas, o la rebeldía, para ser fieles con sus principios éticos.

Película que poco me llegó, casi que me aburrió (nota: 4), de bellísima fotografía en blanco y negro muy cuidada, que bastantes veces, más que escenas en movimiento parecía una sucesión de encuadres estáticos, muy pictóricos, manieristas, de hieráticos rostros, que me recordó a películas clásicas europeas de antes que yo naciera. Mucha perfección formal, demasiada formalidad incluso, casi que de arte y ensayo, pero en cuya historia no entré mucho y que destila, en palabras de su director, que "todos somos siervos de una u otra ideología"... sea esta política, religiosa, económica, etc.

Ahora un par de citas de sabiduría ajena, amén de la que hace un par de líneas os he citado del director del film hoy glosado, que espero nos sirvan bien para mejor entender nuestras particulares servidumbres:

 - "El hombre que no es capaz de luchar por la libertad, no es un hombre, es un siervo".  (Georg W. F. Hegel).

 - "La libertad no es con frecuencia para el hombre sino la facultad de escoger su servidumbre".  (Gustave Le Bon).

Besos y abrazos,

Don.

_____

miércoles, 26 de mayo de 2021

Pequeño matutino

¡Buenos días!

Tan pequeño como todos y cada uno de los que fueron lo han sido al principio; tan pequeño que parece ajeno a los problemas de los grandes, sin saber que terminará por crecer y por aceptar, más o menos, lo que le tenga que acaecer allende los besos y abrazos; tan pequeño... Y el sol que hoy sale se hace tan grande conforme asciende que ni las nubes pueden velar su poderío calórico, que elevará la máxima prevista para hoy hasta los 27ºC por los madriles.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Pequeño país" ("Petit pays", 2020), dirigida por Eric Barbier, basada en la exitosa novela homónima autobiográfica de Gaël Faye, también cantante además de escritor, y con Djibril Vancoppenolle, Jean-Paul Rouve, Dayla De Medina, Isabelle Kabano y Veronika Varga. Es el sexto largo de este director francés, de quien había visto su anterior, "Promesa al amanecer" ("La promesse de l'aube", 2017).

Año 1992 en Burundi. Un niño de 10 años vive feliz junto a su hermana pequeña, su padre francés y su madre ruandesa (expatriada desde hace años), mientras juega con sus amigos. Todo su mundo empieza a desmoronarse con la separación de sus padres, el golpe de estado al poco de las primeras elecciones democráticas en su país, y los ecos que llegan del país vecino, de Ruanda, donde se ha desatado un estallido de crueles venganzas, masacres, sangre y violencia, en el intento de exterminio de los hutus contra los tutsis, y viceversa. Cuando allí parece haberse calmado la situación, un nuevo incidente traslada el conflicto a Burundi.

Una buena película (nota: 6), esta historia de crecimiento, durísimo crecimiento, de tomar conciencia del mundo en que vivimos, de sus eventuales horrores, de pérdida de la inocencia y de destierro del paraíso infantil, pleno de divertidas aventuras, debido a la irracionalidad y la barbarie. Plena de tensión, aunque casi toda la violencia queda fuera de campo, solo la percibimos cuando retumba la casa, como por ejemplo la separación de los padres como pequeña muestra del brutal desmembramiento social, salvo una escena hacia el final, la del explícito linchamiento, que me recordó a la escena final de la maravillosa "La lengua de las mariposas" (1999) de José Luis Cuerda. Amén de conflictos étnicos y de tomar partido por imposición, nos habla de conflictos de identidad, de quién soy, a dónde pertenezco... lo que no debe llevarse muy allá.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, pequeños fragmentos que espero engrandezcan nuestras entendederas:

 - "Con pequeña brasa suele quemarse la casa".  (Refrán).

 - "No os entreguéis por demasiado tiempo a la cólera; una cólera prolongada engendra el odio".  (Ovidio).

 - "Con la concordia crece lo pequeño; con la discordia se arruina lo más grande".  (Salustio).

Besos y abrazos,

Don.

_____

martes, 25 de mayo de 2021

Matutinos sudores

¡Buenos días!

Tras haberme estrujado las meninges, y aporreado con denodado esfuerzo el teclado para dejar negro sobre blanco lo que destilaron, me enjugo esos humores sobrantes, y le doy al botón de enviar para que este matutino llegue donde tenga que llegar. Por lo demás, sudar, lo que se dice sudar, salvo que hagamos ejercicio con cierta constancia, no creo que suceda hoy, con los relativamente frescos 25ºC de máxima prevista por los madriles, en este precioso y soleado día de primavera, casi que de color de rosa, y de todos los demás que nos ofrece este florido mes de mayo, sin apenas nubes, ni nubarrones por supuesto, que hagan sombra al rutilante sol... al que dejaré de adorar a poco que se caliente un poco más.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Sweat" (2020), de Magnus von Horn, y con Magdalena Kolesnik. Esta coproducción polaca y sueca, con protagonista polaca, es el segundo largo, y primero que veo, de este director sueco.

Una celebridad de las redes sociales polacas, una instagramer con más de 600.000 seguidores, una hermosa y escultural joven que dedica su vida a entrenarles con clases de fitness y a dar consejos para mejor alimentarse y para motivarles positivamente en sus vidas, a la par que va promocionando toda clase de productos comerciales, pues su trabajo es ser influencer, está empezando a tomar conciencia de que su vida no es tan rosa como la pinta en las redes, que se siente sola, y así lo deja manifestado en su último post, que se hace viral. Además, este inesperado ataque de emotiva sinceridad en directo, casi que impúdico, provoca que le salga un acosador, lo que le genera cada vez mayor inquietud.

Una muy buena película (nota: 7), que me enganchó, magnética, mucha de cuya atracción fue debida a su seductora protagonista, a la que observamos durante tres días de su vida, cruciales para ella, momentáneamente atascada en su encrucijada vital, momentos cotidianos de intimidad y momentos de intimidad mostrados al mundo. Nos habla de los peajes que deben pagar los influencers por ese excesivo exhibicionismo, tanto físico como emocional, tal vez narcisista, quizá puro postureo, o todo junto y a la vez. Gajes del oficio.

Ahora, justo cuando rompe a sudar mi cuerpo tras este intenso ejercicio matutino, y por eso de hacer caso del aforismo ese de "mens sana in corpore sano", me pongo ya mismo a ejercitarme con las citas de sabiduría ajena:

 - "Al entrar en sociedad deben cogerse las llaves del corazón y meterlas en el bolsillo; los que las dejan en su sitio son estúpidos".  (Goethe).

 - "Cuando el hombre no se encuentra a sí mismo, no encuentra nada".  (Goethe).

 - "El llanto es tan saludable como el sudor, y más poético. Hay que aplicarlo siempre que sea posible, como la medicina antigua aplicaba la sangría".  (Alejandro Casona).

Besos y abrazos,

Don.

_____

lunes, 24 de mayo de 2021

El primer matutino

¡Buenos días!

Hace ya tanto tiempo que ni recuerdo exactamente cuando fue que acogí en mi regazo, y casi que amamanté, a ese primer matutino que llegó a mi vida. Sé que fue en las postrimerías del siglo pasado, a principios de 1999, pero poco más. Tal vez, en alguna excavación arqueológica en los recovecos de mi memoria pudiera averiguar algo más al respecto. En cualquier caso no me queda otra que imaginar cómo pudo ser. Siempre me queda la estrecha amistad que forjé con ellos desde entonces. También hace ya mucho que fue el inicio de esta primavera que nos envuelve, y para rememorarlo, este pasado fin de semana, y hoy mismo, volvimos al relativo frescor desde el calor casi que veraniego de la semana pasada, con máximas rondando la veintena, y que hoy remontan algo con los 23ºC de máxima prevista, con nubes y claros.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "First cow" (2019), de Kelly Reichardt, basada en la novela "The half-life" de Jon Raymond, y con John Magaro, Orion Lee, y Toby Jones. Es el primer largo que veo de los de esta directora.

Década de 1820 en Oregón, territorio recién colonizado por los estadounidenses (hasta 1819 fue territorio español). Un cocinero contratado por una expedición de tramperos llega allí con ellos y se encuentra con un inmigrante chino, que ha sido marinero y es perseguido por unos hombres que quieren matarle y al que ayuda a esconderse. Ambos se hacen buenos amigos y deciden buscarse la vida montando un negocio de fabricación y venta de pasteles, pero para hacerlos necesitan leche que no tienen, así que la toman prestada, sin el conocimiento del dueño, el poderoso terrateniente del lugar, de la única vaca que hay en ese territorio, recién llegada allí, a la que ordeñan furtivamente cada noche.

Una muy buena película (nota: 7), con exquisitas maneras formales, pero que no me llegó del todo, aunque intuyo que si la veo en otro momento tal vez... Una del oeste (también buddy movie) en toda regla, y también y a la vez sumamente atípica, pues rompe sus añejos cánones. Es delicada, intimista, parsimoniosa, sin tiros, con la violencia fuera de campo, y nos habla con mucha sensibilidad de la amistad entre dos hombres en un entorno hostil, y también, de soslayo, de economía de trueque y de incipiente libre mercado capitalista y sus respectivas circunstancias.

Ahora un par de citas de sabiduría ajena, muy buenas amigas se han hecho ambas enseguida, y cuya primera es con la que comienza la película:

 - "El pájaro, un nido; la araña, una tela; el hombre, la amistad".  (William Blake).

 - "Al poseedor de las riquezas no le hace dichoso el tenerlas, sino el gastarlas, y no el gastarlas como quiera, sino el saberlas gastar".  (Miguel de Cervantes).

Besos y abrazos,

Don.

_____

viernes, 21 de mayo de 2021

A favor de los matutinos

¡Buenos días!

Perfecta conexión la que tengo con ellos, siempre en buena sintonía, así que me dejo llevar, navegando virtualmente en este soleado y muy caluroso día de primavera, con alguna nube enredada, no tanto en la web como enchufada por la corriente alterna de la brisa al celeste y apagada por ella al rato. La máxima prevista para hoy por los madriles será de 29ºC.

Ayer por la tarde no estuve en el cine, sino viendo en Netflix una película, de animación por ordenador (con retoques de animación tradicional en 2D). Se trató de "Los Mitchell contra las máquinas" ("The Mitchells vs the machines", 2021), de Michael Rianda y Jeff Rowe. Es el primer largo de ambos directores (y guionistas). Desde ya os recomiendo esta entretenidísima y divertidísima película, con la que me eché unas cuantas, y muchas, buenas carcajadas, amén de tocarme intelecto y corazoncito.

Los Mitchell (padre, madre, hija adolescente e hijo preadolescente; y estrábico y torpón perro) son una familia de raritos, tan raritos como lo podamos ser todos y cada uno de nosotros, y siempre al filo del desastre. La hija mayor se marcha a una universidad en la otra punta del país, a California, para estudiar en lo que más le gusta, hacer películas, y para reafirmar lazos familiares, últimamente en entredicho, deciden, para disgusto de ella, viajar todos juntos en su destartalado coche hacia allí. Pero mientras viajan se desata una sublevación tecnológica y las máquinas (todas con chip inteligente) se conjuran para eliminar al hombre del planeta. Al poco, esta familia serán los únicos humanos sobre la faz de la Tierra y se verán abocados a salvar la humanidad (y a la humanidad).

Espléndida película (nota: 8), muy original en sus formas, con la que pasé un rato la mar de estupendo, emocionándome y haciéndome pensar, a la par que me reía cada dos por tres. Nos habla de conflictos familiares intergeneracionales y analfabetismos tecnológicos, sean digitales, para las viejas generaciones, o analógicos, para las nuevas, y se critica nuestra dependencia tecnológica a los más diversos cachivaches, a veces casi que más inteligentes que nosotros... aunque siempre conciliadora sobre los pros y contras de la tecnología moderna, con sus bondades y peligros que hay que saber equilibrar, como todo en la vida real, y virtual.

Es curioso que no se haya estrenado en salas, cosas de la pandemia covid y el miedo de los estudios a no recaudar tanto como suponían, y se haya estrenado directamente en una plataforma digital, con sus adictivos algoritmos de recomendación (bastante absurdos para mí), cuando se critica en ella eso de nuestros enganches virtuales a las cosas digitales.

Esta película podría verse como la conjunción, amén de otras más, de estas tres películas: "Wall-E" (2008) de Andrew Stanton, también de animación digital, por eso de humanos viviendo en el espacio y máquinas en la Tierra; "Lluvia de albóndigas" ("Cloudy with a chance of meatballs", 2009) de Philip Lord y Chris Miller, también de animación, por eso de los cataclismos provocados por máquinas desbocadas; y la absolutamente magistral "Her" (2013) de Spike Jonze, por eso de una asistente virtual con sensual voz femenina que se rebela y encela por despecho contra su amo (y el resto de los hombres, los masculinos y en general).

Esto me trae a colación este chiste que llegó a mí hace poco a través del "guasap":

 - Alexa, enciende la luz.
 - No soy Alexa, soy Siri.
 - Siri, enciende la luz.
 - ¡Qué te la encienda tu amiguita Alexa!

Bueno, que esto está empezando a salirse de madre y se me va de las manos, pasemos a la sección de sabiduría ajena y conectemos con ella:

 - "El hombre, desde que nace hasta que muere, es una máquina de romper juguetes".  (Amado Nervo).

 - "Una computadora puede ser llamada «inteligente» si logra engañar a una persona haciéndole creer que es un humano".  (Alan Turing).

 - "El auténtico problema no es si las máquinas piensan, sino si lo hacen los hombres".  (Frederic-Burrhus Skinner).

Besos y abrazos,

Don.

_____

miércoles, 19 de mayo de 2021

Matutino amanecer

¡Buenos días!

Tautológico título el de hoy para pasar otro paradisíaco momento en estos altares matutinos a los que asciendo cada vez que puedo, que ellos siempre me dejan y tengo franca la entrada, no os miento. Y poco a poco seguirán subiendo las temperaturas en estos días de primavera, soleada y con alguna nubosidad enredada por el cielo. De momento, la máxima prevista para hoy por los madriles será de 26ºC.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Valhalla rising" (2009), de Nicolas Winding Refn, y con Mads Mikkelsen. De este director danés había visto sus tres más recientes películas hasta la fecha: "The neon demon" (2016),"Sólo Dios perdona" ("Only God forgives", 2013), y la espléndida "Drive" (2011)... y ahora la anterior a esta, estrenada tardíamente por estos lares, 12 años después.

Siglo X en el norte de Europa, muy al norte. Un enigmático y taciturno guerrero de fuerza descomunal y muy hábil en las artes de la lucha que ha permanecido esclavizado durante muchos años como gladiador, mata a su amo y secuaces y logra escapar, junto con un niño que le sigue. En su huida topa con unos vikingos cristianos que van a luchar a Tierra Santa para conseguir gloria y riquezas, a los que se une. Perdidos en el mar en medio de espesa niebla y calma chicha, interminables, acaban en una tierra inesperada y desconocida.

Película que no me acabó de convencer (nota: 4), a pesar de su fascinante empaque visual, que parece marcar tendencia en sus siguientes películas, las tres más recientes, en esencia con similares mimbres formales, y de las que solo me gustó, y mucho, mucho, la de "Drive". A través de la casi que metafísica peripecia, envuelta en desasosegante atmósfera, del silencioso y solitario guerrero protagonista, empapada a ratos de extrema violencia y rojo sangre, a través de desconocidos mundos que abocan a universos interiores, del modo en que el planeta "Solaris" influye con su gravedad en los que se acercan a él, que a ratos también recuerda a los delirios en su busca de El Dorado de "Aguirre, la cólera de Dios" ("Aguirre, der zorn gottes", 1972) de Werner Herzog, se nos presenta una especie de simbiosis mitológica entre las creencias paganas vikingas y las cristianas (pasión y muerte de Cristo). Además, en el batiburrillo de referencias que creí ver, algunas escenas y encuadres me recordaron a una clásica película danesa, "Ordet" (1955) de Carl Theodor Dreyer.

Bueno, dejo de escribir y paso a la sección de sabiduría ajena, antes de que me anochezca, hoy tan solo con unos versos tan místicos como la película hoy glosada:

 - "¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel y estos hierros
en que está el alma metida!
Sólo esperar la salida
me causa un dolor tan fiero,
que muero porque no muero".  (Santa Teresa de Jesús).

Besos y abrazos,

Don.

_____

martes, 18 de mayo de 2021

Deshacer matutinos cuelgues

¡Buenos días!

Enganchado estoy a estos matutinos, bien lo sabéis desde siempre, no tenéis más que acudir a su almacén histórico, colgado en la web, pero dado lo bien que me va no voy a intentar reparar este eventual entuerto, momentáneo desaguisado que solo me aqueja durante un ratito por las mañanas, al filo del alba. Por lo demás, ya llevamos varios días primaverales de calores casi veraniegos, muy llevaderos por otra parte, que la canícula todavía no llegó, así que no reniego de ellos... ¡virgencita que me quede como estoy! Días como el de hoy, con 28ºC de máxima prevista, con sol, alguna nube colgada de sus rayos de cuando en cuando, y algo de brisa que alivia livianos sofocos.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Borrar el historial" ("Effacer l'historique", 2020), de Benoît Delépine, Gustave Kervern, y con Blanche Gardin, Denis Podalydès, y Corinne Masiero. Es el primer largo que veo de los de este par de directores franceses, también actores y guionistas.

Tres vecinos y amigos de un suburbio están enganchados, de una u otra forma, a los cachivaches tecnológicos que hoy día nos dominan cual si fuéramos peleles, como modo de olvidar en parte sus patéticas vidas carentes de sentido, lo que no les trae sino continuos problemas. Una de ellos sufre extorsión por un video sexual; otro, amén de comprador compulsivo en la web, totalmente endeudado, tiene a su hija adolescente que es acosada en las redes sociales; y la última no cesa de recibir malas calificaciones de sus clientes en la aplicación web de la empresa para la que trabaja (y que la explota). Así que, con la ayuda de un pirata informático, deciden unir sus fuerzas para luchar cual Quijotes contra los gigantes tecnológicos que les muelen, e intentar recuperar sus vidas, las virtuales y las reales.

Buena película en general (nota: 6), original, pelín marciana, esta comedia absurda sobre los absurdos de nuestra relación con la tecnología, y por tanto muy cercana a la realidad, que podría haber sido más de lo que fue, pues me pareció como hecha a retales, una suma de varios sketch, algunos más logrados que otros, y que me hizo reír unas cuantas veces, aunque en otras se me heló la mueca, pues es una visión desencantada del asunto, de trasfondo algo amargo. Además de nuestra relación con las nuevas tecnologías y sus evidentes absurdos, también se satirizan de refilón los trabajos basura que nos van invadiendo a la par que esas nuevas tecnologías se van imponiendo. Acabaremos siendo engullidos por ellas y terminaremos por desaparecer de la faz de la Tierra.

No sé muy bien porqué pero, por esto y por aquello, aunque de otro estilo y sin ser comedia, me recordó a esta otra película francesa, "La comunidad de los corazones rotos" ("Asphalte", 2015) de Samuel Benchetrit, en la que uno de sus protagonistas principales era curiosamente uno de los codirectores de la glosada hoy.

Bueno, ahí os dejo un par de citas de sabiduría ajena, que tal vez nos ayuden a salir, o no, de algún que otro entuerto en el que nos hayamos podido meter. No las borréis de vuestra memoria:

 - "Abandónate al destino y adáptate a las circunstancias, pues lo que está escrito no se borra porque tú quieras".  (Omar Khayyam).

 - "Yo no puedo borrar mi vida entera, y si pudiera hacerlo no lo hiciera, pues ella me ha llevado a lo que soy".  (Rafael Alberti).

Besos y abrazos,

Don.

_____

lunes, 17 de mayo de 2021

Fototropismo matutino

Buenos días!

En estos soleados y cálidos días de primavera, no tanto asolado como cansado de asolearme en exceso, me refugio a la sombra de estos matutinos que tanto me estimulan y hacia los que siempre me dirijo en cuanto siento su presencia, frente a un teclado y en mi cómoda silla, en la que casi me falta enraizar, dorado tesoro inmaterial que me subyuga y mueve a ser mejor. Tras un fin de semana queriendo llegar a la treintena, hoy hará una pizca menos de calor con los 25ºC de máxima prevista.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Hijos del sol" ("Khorshid", 2020), de Majid Majidi, y con Roohollah Zamani, Javad Ezzati, y Shamila Shirzad. De este veterano y excelentísimo director iraní había visto dos de sus anteriores películas, deliciosas y recomendabilísimas, "Baran (Lluvia)" ("Baran", 2001) y "El color del paraíso" ("Rang-e khoda", 1999).

Un niño de 12 años y sus tres amigos hacen pequeños trabajos en un garaje, a la par que cometen pequeñas raterías, para sobrevivir y poder llevar algo de dinero a sus depauperadas familias. Un comerciante de pocos escrúpulos le encarga que encuentre un tesoro oculto bajo tierra, en un cementerio, al que podrán acceder si hacen un túnel desde los sótanos del colegio de enfrente, una institución benéfica que recoge niños de la calle para darles una educación y oportunidades de futuro. Para lograr acceder al tesoro él y sus amigos antes deberán matricularse en el colegio.

Estupenda película (nota: 8), que conmueve y da que pensar, divertida y entretenida, a pesar de su algo desolador final, con espléndida fotografía (como la de su cartel, que me encanta), con protagonistas infantiles, como en las otras dos que he visto de este director, que derrochan ilusión por vivir y disfrutar de su vida, por miserable que sea, en la medida de sus posibilidades. Especie de cuento que es drama, con sutiles insertos de comedia, tiene suspense, es cine de aventuras, y hace crítica social, en general, y del mundo infantil en particular, de su situación, especialmente los de clases nada favorecidas.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, que espero iluminen la oscuridad de nuestras craneales cavernas:

 - "Dar a un hijo mil onzas de oro no es comparable a enseñarle un buen oficio".  (Proverbio Chino).

 - "Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida".  (Pitágoras).

 - "Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres".  (Pitágoras).

 - "La sociedad paga bien caro el abandono en que deja a sus hijos, como todos los padres que no educan a los suyos".  (Concepción Arenal).

 - "Los niños son el recurso más importante del mundo y la mejor esperanza para el futuro".  (John Fitzgerald Kennedy).

Besos y abrazos,

Don.

_____

jueves, 13 de mayo de 2021

El buen matutino que seré

¡Buenos días!

No recuerdo muy bien ya el momento en que los matutinos y yo comenzamos nuestra andadura en común, que no queda constancia escrita de ello, solo de algunos de aquellos primeros escarceos que quedaron en mi memoria, y de otros escritos que recuperé de la papelera, para luego lanzarme a la reiterada edición de ellos tras cada película vista, y es posible que en un incierto futuro me funda tan bien con ellos que de buena mañana sea un conjunto más o menos ordenado de letras en lugar de células. Y otra buena mañana de primavera nos amanece, cada vez con menos viento, todavía con sol y nubes, y una máxima prevista de 20ºC por los madriles.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "El olvido que seremos" (2020), de Fernando Trueba, basada en la biográfica novela homónima de Héctor Abad Faciolince, inspirada en los recuerdos del autor colombiano sobre su padre, médico y activista por los derechos humanos asesinado en Medellín en 1987, y con Javier Cámara, Nicolás Reyes Cano, Juan Pablo Urrego, y Patricia Tamayo. De este veterano director español he visto casi toda su filmografía desde que debutara con su "Ópera prima" (1980), valga la redundancia. De las de este siglo he visto: "La reina de España" (2016), "El artista y la modelo" (2012), "Chico & Rita" (2010), "El baile de la Victoria" (2009), y "El embrujo de Shanghai" (2002).

Héctor Abad Gómez fue un padre de familia numerosa, médico, profesor universitario y activista pro derechos humanos que durante los años 70 y hasta su asesinato en 1987 en su violenta ciudad, Medellín (Colombia), se preocupó, amén de por el bienestar de su familia, por el de las clases menos favorecidas, por la pésima salubridad de sus condiciones de vida, abogando por una sanidad pública casi inexistente entonces en Colombia, y por la administración generalizada de vacunas para atajar diversas epidemias que asolaban Colombia, lo que le hizo muy incómodo ante los oligarcas que regían su país.

Una buena película (nota: 6), con sus más y sus menos; bastante convencional en sus maneras, quizá demasiado larga de metraje, pues me sobra buena parte del final, bastante afectada para mi gusto, desde el momento del asesinato del protagonista; de buenas intenciones sin embargo, educativa, retrato de un hombre bueno, en el buen sentido de la palabra bueno, parafraseando el verso del poema "Retrato" de Antonio Machado. Historia sobre bien educar, sobre inculcar buenos valores, de preocuparse por los demás, contada desde la admiración del hijo, de su idealizado recuerdo de él.

Ahora, como en todo buen matutino que se precie, ahí os dejo unas citas de sabiduría ajena, que espero no olvidéis:

 - "Alabar lo bueno y vituperar lo malo, justicia es lo que hago".  (Refrán).

 - "Si hacemos el bien por interés, seremos astutos, pero nunca buenos".  (Cicerón).

 - "Cuanto mejor es el bueno, tanto más molesto es para el malo".  (San Agustín).

Besos y abrazos,

Don.

_____

miércoles, 12 de mayo de 2021

Matutino imperdonable

¡Buenos días!

Imperdonable pues nada tengo que perdonarle, que ninguna ofensa me han hecho, hacen o harán, así que no hay día que no perdone uno solo de los matutinos que van surgiendo a mi paso tras cada recodo de mis circunvoluciones cerebrales, no renuncio a su inestimable compañía. Y tampoco nada tengo que perdonar a esta primavera con sus continuas veleidades, que es su ser natural y así lo tengo asumido, en este día de nubes y claros y alguna eventual y poco probable caída de gotitas, con 19ºC de máxima prevista por los madriles.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Yalda, la noche del perdón" ("Yalda", 2019), de Massoud Bakhshi, y con Sadaf Asgari, Behnaz Jaffari, y Babak Karimi. Es el segundo largo, y primero que veo, de este director iraní.

En el Irán de hoy en día una joven de 23 años ha sido condenada por un tribunal a la pena de muerte por haber matado accidentalmente a su marido, de 65 años. Según la ley islámica, si un familiar cercano del fallecido la perdona públicamente, quedará liberada de esa pena. El programa de mayor éxito en el país, de telerrealidad, ha conseguido que la condenada y la única hija del fallecido acudan allí, en directo, a escenificar ese perdón ante millones de espectadores durante la noche en que se celebra la tradicional festividad de Yalda, la del solsticio de invierno, la más larga del año. Pero durante el transcurso del programa todo lo previsto se va alterando en función de los acontecimientos que van sucediendo y cada vez está menos claro que el perdón llegue a producirse, para desesperación de los productores del programa y de la madre de la condenada.

Una muy buena película (nota: 7), con buen ritmo, que seguí con interés, intensa y angustiosa por momentos, con intriga y algún giro argumental, que nos va desvelando poco a poco los intereses ocultos de cada uno de los implicados, y que hurga en los intríngulis y vicisitudes del perdón, de lo difícil que es ejercerlo... y de la telerrealidad y sus miserias, como su mediática pornografía emocional, parece que mal endémico general, no solo en occidente, que ese programa existió realmente, y en el que no te jugabas ganar o perder una pareja, por ejemplo, sino la misma vida. Reflexiona sobre cuestiones morales, lo poco conveniente que es eso del ojo por ojo, y hace crítica social, tanto de la condición femenina en ese país donde la religión se inmiscuye en todo, como de la diferencia de clases sociales, entre otras.

Ya sabéis que en estos matutinos jamás perdono las citas de sabiduría ajena, así que si me perdonáis un momento, me pongo a buscarlas... y ahí os dejo las que encontré:

 - "El perdón es la fragancia que derrama la violeta en el talón de quien la aplastó".  (Mark Twain).

 - "A perdonar solamente se aprende en la vida cuando a nuestra vez hemos necesitado que nos perdonen mucho".  (Jacinto Benavente).

 - "No hay paz sin justicia, no hay justicia sin perdón".  (Juan Pablo II).

 - "La última y definitiva justicia es el perdón".  (Miguel de Unamuno).

Besos y abrazos,

Don.

_____

martes, 11 de mayo de 2021

¿Dónde irán los matutinos?... ¡Qué cruz!

¡Buenos días!

Bueno, en realidad no me importa donde vayan, que ya son mayorcitos y saben muy bien lo que hacen... ¡Peso que me quito de encima, y me permite lavarme las manos!... aunque en realidad no tanto, que en cierto modo velo por ellos, pues mientras los creo les voy enseñando artes que les sirvan para desenvolverse por ellos mismos más adelante, y que espero les funcionen. Aunque ya sin chaparrones imprevistos, las nubes van y vienen por el cielo, velando a ratos el sol, haciendo que caliente menos y que las máximas no pasen de los 18ºC.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Quo vadis, Aida?" (2020), de Jasmila Zbanic, y con Jasna Djuricic. Es la primera película que veo de esta directora bosnia, que está basada en un hecho real, en la matanza de Srebrenica (un genocidio en toda regla), durante la guerra de los Balcanes.

Julio de 1995 en Srebrenica (Bosnia y Herzegovina). Aida trabaja como intérprete para los Cascos Azules de la ONU, desplegados a las afueras de la localidad en la que vive para impedir que las tropas serbobosnias que la asedian la tomen. Cuando estas entran en la ciudad desoyendo todas las advertencias internacionales, la población civil huye despavorida a refugiarse en la base de la ONU temiendo ser asesinados, entre ellos su marido y sus dos hijos, a los que intentará salvar, dado que conoce por su trabajo información importante de lo que está aconteciendo.

Una muy buena película (nota: 7) esta angustiosa crónica de aquellos horribles hechos, que te mantiene en constante tensión de qué pasará, por mucho que se sepa lo que ocurrió entonces. La violencia no se muestra explícitamente, queda fuera de campo, y quizá por esto parece más terrible. A través de las idas y venidas, y dudas morales, de la protagonista va conformándose este alegato contra el odio al otro porque sí, porque es diferente, y contra las guerras, consecuencia de lo anterior, cual especie de efecto mariposa de consecuentes fatalidades por las que nos dejamos arrastrar en nuestra ceguera racional.

Bueno, llegó el momento de ir a por la sabiduría ajena, a buscarla donde esté, que tal vez nos ayude a sobrellevar alguna que otra carga anímica:

 - "Ni Cristo pasó de la cruz, ni yo paso de aquí".  (Refrán).

 - "Mira adónde vas, pero no te olvides de dónde vienes".  (Refrán).

 - "Lleva tu cruz cantando y no suspirando. En todo mercado vale más una sonrisa que mil lamentos".  (Charles Lamb).

Besos y abrazos,

Don.

_____

lunes, 10 de mayo de 2021

Unos cuantos buenos matutinos

¡Buenos días!

Son los más, por no decir todos, los matutinos en los que me encuentro sumamente bien, plácidamente reconfortado con su mera presencia, sin necesidad alguna de otro doping que no sean ellos mismos. Con ellos me basta para disfrutar de la vida, al menos este ratito mañanero, como también disfruto de estos días de primavera, plácida y tumultuosa a la vez, de soleada y tranquila calidez casi veraniega (rozando la treintena) los pasados viernes y sábado, y de arrebatadas tormentas tanto ayer domingo como hoy, con máximas por debajo de la veintena.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "4 días" ("Four good days", 2020), de Rodrigo García, y con Glenn Close y Mila Kunis. De este maravilloso director, hijo de Gabriel García Márquez, que se prodiga más en series de televisión, y que llena de sensibilidad e inteligencia todas sus películas, he visto seis de sus siete anteriores, comenzando por su maravilloso debut con "Cosas que diría con sólo mirarla" ("Things you can tell just by looking at her", 2000), toda una exquisitez, y siguiendo con "Nueve vidas" ("Nine lives", 2005), "Passengers" (2008), "Madres e hijas" ("Mother and child", 2009), "Albert Nobbs" (2011), y "Últimos días en el desierto" ("Last days in the desert", 2015). Me falta solo por ver su segunda, "Ten tiny love stories" (2002).

Una joven treintañera, drogadicta desde hace más de diez años, acude a su madre para que la ayude a desintoxicarse mediante un nuevo tratamiento, para el que necesita estar previamente 4 días al menos sin haber consumido nada. La madre desconfía pues es el decimoquinto intento y en principio la rechaza en su casa, pero una madre es una madre y decide darle una nueva oportunidad estando esta vez constantemente a su lado para evitar su recaída.

Una buena película (nota: 6) este melodrama basado en un hecho real, la más normalita, junto con su anterior, de todas las que he visto de este director, que en general han ido de más a menos desde su excelentísimo debut. Mantiene las características maneras formales y estilísticas del resto de su filmografía, así como el intimismo de las relaciones que nos muestra, femeninas siempre, entre madres e hijas casi siempre, lo que me encanta, pero el convencional desarrollo de esta desmerece algo según mi parecer. Amén de esta relación materno-filial nos narra, obviamente, el problema de la drogadicción a través de esta historia de superación, con todas las dificultades habidas en su camino.

Ahora, en esta sección de sabiduría ajena, a la que estoy enganchado, ahí os dejo estas tres citas:

 - "Todo se soporta en la vida, con excepción de muchos días de continua felicidad".  (Goethe).

 - "La batalla más difícil la tengo todos los días conmigo mismo".  (Napoleón Bonaparte).

 - "Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte".  (Jaime Sabines).

Besos y abrazos,

Don.

_____

miércoles, 5 de mayo de 2021

Vespertino Studio Ghibli

¡Buenas tardes!

A partir de ahora, tras cada visionado de una película del "Studio Ghibli" os relacionaré en la siguiente tabla todas las que son, actualizada con la última vista, ordenadas según mis particulares preferencias con su respectiva nota calificativa (sobre 10), y en caso de empate, dejándome llevar por mi pálpito.

Studio Ghibli se fundó en 1985 y sus dos principales integrantes son los insignes maestros Hayao Miyazaki e Isao Takahata (este ya fallecido), además de directores de la mayoría de las de su catálogo, 23 hasta la fecha, si consideramos su obra fundacional, "Nausicaä del Valle del Viento", que aunque de un año anterior (1984), marcó las señas estilístico-argumentales del resto de su catálogo fílmico, y además la mayoría de sus creadores pasaron a formar parte del recién fundado Studio. Aunque los dos fundadores me encandilan con sus obras, y algunos otros más también, mi corazoncito cinéfilo está un poco más con Takahata, pues sus maneras sintonizan mejor con mis gustos.

Así que, ahí están sus 23 anime, todos más o menos recomendables según mi parecer, incluso algunos imprescindibles, aunque otros no me gustaran tanto. Pinchando sobre el título de cada película podréis leer lo que escribí sobre ella en su momento:

AÑO

PELÍCULA

DIRECTOR

NOTA

2013

El cuento de la princesa Kaguya

Isao Takahata

10

1988

La tumba de las luciérnagas

Isao Takahata

10

2010

Arrietty y el mundo de los diminutos

Hiromasa Yonebayashi

10

2001

El viaje de Chihiro

Hayao Miyazaki

9

1984

Nausicaä del Valle del Viento

Hayao Miyazaki

9

2014

El recuerdo de Marnie

Hiromasa Yonebayashi

9

2008

Ponyo en el acantilado

Hayao Miyazaki

9

1995

Susurros del corazón

Yoshifumi Kondô

9

1986

El castillo en el cielo

Hayao Miyazaki

9

1991

Recuerdos del ayer

Isao Takahata

8

2004

El castillo ambulante

Hayao Miyazaki

8

2013

El viento se levanta

Hayao Miyazaki

8

1999

Mis vecinos los Yamada

Isao Takahata

7

1992

Porco Rosso

Hayao Miyazaki

7

1997

La princesa Mononoke

Hayao Miyazaki

7

1988

Mi vecino Totoro

Hayao Miyazaki

7

1989

Nicky, la aprendiz de bruja

Hayao Miyazaki

7

1993

Puedo escuchar el mar

Tomomi Mochizuki

6

2011

La colina de las amapolas

Goro Miyazaki

6

1994

Pompoko

Isao Takahata

5

2006

Cuentos de Terramar

Goro Miyazaki

5

2020

Earwig y la bruja

Goro Miyazaki

4

2002

Haru en el reino de los gatos

Hiroyuki Morita

4


Besos y abrazos,

Don.

_____