miércoles, 27 de julio de 2016

Matutinas misivas de amor inmortal eternamente correspondido

¡Buenos días!

Estos eternos días de sofocante verano casi cuarentón que estamos sufriendo últimamente y parecen no tener fin, sí que se corresponden con lo propio de estas fechas, no obstante no ceso de añorar días mucho más frescos, aunque sea fuera de lugar y estación, esos que tanto me gustan y por los que bebo los vientos, como hago con mis hadas y ninfas matutinas que tanto bien me procuran, y viceversa, en mutua correspondencia, no de la de escribir, que para eso ya plasmo mis anhelos en estos matutinos, cual carta al albur de los virtuales vientos informáticos, con la esperanza de que se distribuyan por el universo, y sean semilla de otros paralelos.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La correspondencia" ("La corrispondenza" - "Correspondence"), de Giuseppe Tornatore, y con Olga Kurylenko y Jeremy Irons. De este director italiano había visto algunos de sus anteriores films: la archifamosa "Cinema Paradiso" (1987), "Malèna" (2000), y las estupendas "La desconocida" ("La sconosciuta", 2006) y "La mejor oferta" ("La migliore offerta" - "The best offer", 2013).

Una estudiante de astrofísica, a punto de terminar su doctorado, y que trabaja como especialista de cine en escenas de acción, arriesgando su vida en ello, está locamente enamorada, y viceversa, de un maduro hombre que fue uno de sus profesores de universidad. Desde hace casi seis años mantienen una relación a distancia, pues apenas se ven cara a cara, a través de correspondencia, sea a través del clásico papel, o multimedia, mediante llamadas, "guasaps", o videoconferencias. Un día él desaparece, pero sigue dando señales de vida a través de los continuos mensajes de amor que sigue enviándole, y ella, intrigada, después de asumirlo, iniciará una desesperada búsqueda de respuestas a su ausencia, reconciliándose de paso con su traumático pasado.

Una muy buena película (nota: 7) este melodrama romántico, a pesar de sus altibajos. Historia de un amor excelso, más irreal que creíble, más allá del acá y del ahora, pero que terminó por engancharme. Se establecen correspondencias entre el amor inmortal y la aparente eternidad estelar, y del cosmos en general, pues los astros también nacen, tienen su esplendor y se evaporan para dar vida a nuevas estrellas y universos.

Ahora algo de sabiduría ajena, unas citas a modo de minimensajes que nos ayuden a fluir en nuestro cósmico devenir:

 - "Una carta es un soliloquio, pero una carta con postdata es ya una conversación".  (Lin Yutang).

 - "Escrita la carta, el mensajero no falta".  (Refrán).

 - "El amor no vive mucho tiempo de dulces miradas y de cartas de amor".  (George Sand).

 - "Me llamas tu vida, llámame tu alma; porque el alma es inmortal, y la vida es un día".  (Paul Charles Bourget).

Besos y abrazos,

Don.
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martes, 26 de julio de 2016

Musical y crepuscular elegía matutina

¡Buenos días!

Es tanta la fuerza del sol en estos días de tórrida calorina estival, con máximas térmicas que vuelven otra vez a dejarse querer por la cuarentena, que parece no llegar jamás a su ocaso diario. El caso es que llega, pero no lo parece. Añoro, sin lamentar mucho su ausencia, que algún día volverá, el gratificante frescor de hace ya muchas semanas, tantas que casi se me olvidó, y me dejo aplatanar por la canícula, tanto que ni fuerzas me deja para tararear algo desentonadamente a ver si cae algún chaparrón y refresca.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Sunset song", de Terence Davies, basada en la novela homónima de Lewis Grassic Gibbon, y con Agyness Deyn, Peter Mullan, y Kevin Guthrie. De este director británico había visto tan sólo su anterior film, "The deep blue sea" (2011).

A principios del s,XX, poco antes de comenzar la I Guerra Mundial, en una aislada granja de un pequeño pueblo escocés, vive y subsiste una familia cultivando la tierra. La hija mayor, adolescente, sueña con ser maestra, y su vida, y la de toda la familia, es condicionada por el autoritario y violento padre. Pocos años después se queda sola al cargo de la granja, se enamora, se casa, tiene un hijo, y comienza la guerra.

Una buena película (nota: 6), espléndida formalmente, este drama, familiar en su primera parte, cuando se narra la adolescencia de la protagonista, y romántico en la segunda, por su apasionada historia de amor. Bellísima fotografía, exquisita, muy pictórica, por luz, composición y encuadres. Historia de esta mujer enclaustrada en la apartada granja, apegada a su terruño, que decide renunciar a sus sueños y que va perdiendo rápidamente la inocencia infantil, forjando su carácter, por la fuerza de los acontecimientos, muy especialmente por las nefastas consecuencias de los bélicos. Narrada poéticamente por la joven, está impregnada de lírica melancolía, con su punto de desgarro, a la vez que es áspera y desabrida, por momentos, como el mismo clima escocés.

Ahora algo de sabiduría ajena, con unas pocas citas que he ido eligiendo de aquí y de allá:

 - "El ocaso de una gran esperanza es como el ocaso del sol: con ella se extingue el esplendor de nuestra vida".  (Henry Wadsworth Longfellow).

 - "«Mi corazón es joyero de tu beso», dijo la nube de ocaso al sol".  (Rabindranath Tagore).

 - "Lleva tu cruz cantando y no suspirando. En todo mercado vale más una sonrisa que mil lamentos".  (Charles Lamb).

Besos y abrazos,

Don.
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lunes, 25 de julio de 2016

Matutino que no sé si adolece

¡Buenos días!

Tras unos pocos días en los que el verano se nos vino a menos, bajando sus febriles y desmesurados calores, cosa que se agradece, parece que hoy va volviendo por sus fueros y nos agobia de nuevo con calor desmedido, que no nos deja ni a sol ni a sombra, con máximas previstas de 35ºC, y nos roba los humores -los sudorosos-, y casi la necesaria intimidad. Habrá que ir soportándolo con buen humor hasta que se vayan por sí solos, o nos tengamos que ir a lugares más frescos, ya veremos, lo que antes tenga que suceder.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Lolo, el hijo de mi novia" ("Lolo"), de Julie Delpy, y con ella misma (también de co-guionista), Dany Boon, Vincent Lacoste, y Karin Viard. Es el sexto largo como directora de esta también actriz y guionista, de quien había visto tres de sus anteriores como directora, "Dos días en Nueva York" ("2 days in New York", 2012), "El Skylab" ("Le Skylab", 2011) y "Dos días en París" ("Deux jours à Paris", "2 days in Paris", 2007); y varios como actriz, como esa deliciosa trilogía fílmica de Richard Linklater: "Antes del amanecer" ("Before sunrise", 1995), "Antes del atardecer" ("Before sunset", 2004), y "Antes del anochecer" ("Before midnight", 2013).

Una parisina divorciada, cuarentona, e hipocondríaca, ejecutiva del mundo de la moda, pasa unas vacaciones junto a su mejor amiga en Biarritz, donde conoce a otro divorciado, un informático provinciano bonachón, algo friki y nada glamuroso. Lo que comienza como una aventura de verano, se consolida en amor y él se traslada a París para vivir juntos. Pero en su casa también está el adorado hijo de ella, un veinteañero malcriado, egoísta y manipulador empeñado en dificultar todo lo posible este incipiente noviazgo, para así volver a conseguir monopolizar todos los mimos de mamá.

Una buena película (nota: 6) con la que eché algunas risas, con algunos altibajos, que nos habla de la eterna adolescencia de los hijos malcriados, y las nefastas consecuencias para los padres que no supieron hacerlo bien, por consentirlos en exceso. Todos los personajes son algo neuróticos, pero más la madre, y sobre todo el psicótico hijo. También es una comedia romántica, perturbada por las malévolas trapacerías del muchacho que no quiere perder la insana relación con su madre.

Ahora algo de sabiduría ajena que seguro nos ayuda a evitar cualquier tipo de padecimiento:

 - "La adolescencia ha sido la única época de mi vida en la que he aprendido algo".  (Marcel Proust).

 - "Quien no tiene el espíritu propio de su edad padece toda la desgracia de su edad".  (Voltaire).

 - "La tontería es la más extraña de las enfermedades: el enfermo nunca sufre, los que de verdad la padecen son los demás".  (Paul Henri Spaak).

Besos y abrazos,

Don.
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martes, 19 de julio de 2016

Esgrimiendo matutinos

¡Buenos días!

Más que utilizarlos para lograr quien sabe qué, en ellos arguyo las reflexiones, no sé si desvaríos, que me provocan los films que suelo ver la tarde anterior. Por lo demás, otro día más de tórrido verano, con máximas al filo de la cuarentena, que nos dejan touché en cuanto asomamos por la intemperie, así que no queda otra que aprender a esquivar las certeras acometidas de los rayos solares al abrigo de las sombras o con el escudo de cualquier artilugio a modo de parasol.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La clase de esgrima" ("Miekkailija"), de Klaus Härö, y con Märt Avandi, Ursula Ratasepp, y Lembit Ulfsa. Es el quinto largo y primero que veo de este director finés.

A principios de la década de los 50, un joven campeón de esgrima llega de incógnito a un pequeño pueblo de Estonia, que la Unión Soviética se anexionó tras la II Guerra Mundial, escondiéndose de la policía secreta de Stalin que le persigue. Allí se encarga de impartir las clases de educación física del colegio. Además funda un club deportivo de esgrima donde los chavales se apuntan con entusiasmo, toda una novedad para su aburrida existencia, convirtiéndose en la figura paternal que necesitan, dado que la mayoría son huérfanos de guerra. Este éxito provoca las cicateras envidias e insidias del anodino y mediocre director, quien logra averiguar su verdadera identidad, al indagar en su pasado. Cuando éste alcance al profesor, deberá decidir entre huir y salvarse o no defraudar a sus pupilos.

Una buena película (nota: 6), agradable y de ritmo pausado, con momentos de contenida emoción, y alguna ligera sobredosis de épica deportiva al final, no muy de mi agrado en general, aunque tolerable en este caso, por la contención general en los modos de narrar, así que no me llegó la sangre al río. A través de esta historia de profesor que dota de nuevas ilusiones a la gris vida de sus alumnos se nos habla de lo importante que son ciertas personas para marcar el buen camino de otras, muy especialmente si son niños.

Ahora algo de sabiduría ajena, un útil útil que, bien usado, puede proporcionarnos grandes logros:

 - "La verdadera inteligencia no es una herramienta, sino una mano capaz de esgrimir con provecho cualquier herramienta de la que se trate".  (Thomas Carlyle).

 - "Excelente maestro es aquel que, enseñando poco, hace nacer en el alumno el gran deseo de aprender".  (Arturo Graf).

 - "Lo que el maestro es, es más importante que lo que enseña".  (Karl A. Menninger).

 - "Uno recuerda con aprecio a sus maestros brillantes, pero con gratitud a aquellos que tocaron nuestros sentimientos".  (Carl Gustav Jung).

 - "Con mis maestros he aprendido mucho; con mis colegas, más; con mis alumnos todavía más".  (Proverbio hindú).

 - "Todos pueden superar sus circunstancias y alcanzar el éxito si tienen dedicación y pasión por lo que hacen".  (Nelson Mandela).

Besos y abrazos,

Don.
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lunes, 18 de julio de 2016

Matutina metamorfosis nada apolillada

¡Buenos días!

El verano, en su constante cambio y aparente errático devenir, cual mariposa buscando quien sabe qué, nos ha vuelto a estampar de bruces, cual polilla cegada por la luz, contra la calorina más arrebatada, que hoy las temperaturas máximas volverán a rozar con suavidad, casi sin tocarla, la cuarentena, y por mucho que aleteen los lepidópteros será imposible que la brisa que levanten nos refresque lo más mínimo ni nos provoque el más mínimo efecto.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "The Duke of Burgundy", de Peter Strickland, y con Sidse Babett Knudsen y Chiara D'Anna. Es el tercer largo de este director británico y primero suyo que veo.

Dos entomólogas, especialistas en mariposas y polillas, viven su amor a través de un pautado ritual, entre el fetichismo y el delicado sadomaso, con una dominanta y la otra sumisa, que se repite un día tras otro sin apenas variaciones. Pero llega un momento en que una de las amantes empieza a desear una relación más normal, mientras la otra se va obsesionando y queriendo cada vez más ahondar por el camino que están llevando. Esto puede que haga tambalear su amorosa relación.

Una bastante insólita película (nota: 5), que me produjo sentimientos encontrados, muy sensorial y de turbadoras atmósferas cerradas de crisálida y algún espacio abierto en el que aletear libremente, realmente fascinante en lo visual, con una fotografía hermosísima, y una sugerente banda sonora, pero que durante gran parte de su metraje casi que me aburrió, aunque al final consiguió atraparme por su sutil inteligencia emocional en el retrato de una relación amorosa, sea del tipo que sea, que debe subsistir ante la rutina, los eventuales celos, y cualesquiera otros vaivenes amorosos por ambas partes.

Con maneras estilísticas de cierto tipo de cine de los años 70, en parte del erótico, pero tamizado por maneras muy esteticistas; con un modo de narrar suavísimamente sincopado; al final me indujo a similares reflexiones que me produjo otro film, antiguo, que vi hace unos diez años, "El sirviente" ("The servant", 1963) de Joseph Losey, y que plasmé en su correspondiente matutino. Dicho de otro modo, si hay un desequilibrio de poder en una pareja, en el que uno domina más que otro, ¿realmente el que aparentemente domina es el verdadero director de hacia dónde va la relación? En cualquier caso, haya equilibrio o desequilibrio, siempre hay un toma y daca entre ambas partes, y en su buena conjugación está la clave, siempre con el verdadero amor de por medio.

Ahora algo de sabiduría ajena, que seguro evita se apolillen nuestras mentes con aleteos de aire fresco:

 - "¿Qué es el amante; qué el amado? Su diferencia no es de cantidad, sino de calidad. En toda relación amorosa hay, en último término, un devoto y un Dios, un esclavo y un amo. Uno habla y el otro responde".  (Antonio Gala).

 - "Sólo podemos dominar a la naturaleza si la obedecemos".  (Francis Bacon).

 - "Sobre la gran balanza de la fortuna, raramente se detiene el fiel; debes subir o bajar; debes dominar y ganar o servir y perder, sufrir o triunfar; ser yunque o martillo".  (Goethe).

 - "La manera en que una persona toma las riendas de su destino es más determinante que el mismo destino".  (Karl W. von Humboldt).

Besos y abrazos,

Don.
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miércoles, 13 de julio de 2016

Vítores a la transformación matutina

¡Buenos días!

Estos matutinos andróginos como los mismos ángeles, que no sé muy bien cual es su sexo, a lo mejor porque no lo tienen, porque eso es potestad de los seres vivos, y no de todos, están en continua transformación, imperceptible en el día a día, pero sin pausa, tanto que cuando parpadeo y veo que han pasado casi 18 años desde que me nacieron, y lo poco que se parecen entonces y ahora aun siendo los mismos, es que ni me lo creo, y es de aplaudir y alegrarse por ellos. Lo mismo me pasa con estos pocos días (máxima prevista para hoy de 31ºC) de verano descafeinado, por comparación a la reciente canícula de anteriores días, que me tienen tan exultante de alegría que palmeo a ver si se animan y así continúan por muchos días, e incluso se me travisten en otros de retozón frescor... pero va a ser que no, que el verano es como es, y así habrá que aceptarlo, tal cual.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Viva", de Paddy Breathnach, y con Héctor Medina, Jorge Perugorría, y Luis Alberto García (estupendas interpretaciones de los tres). Es el primer largo que veo de este director irlandés.

Un chico de 18 años, de generoso corazón, abandonado por su padre cuando tenía 3 años y luego huérfano de madre, cuidado por su abuela, sobrevive como puede en La Habana peinando señoras en su casa y arreglando pelucas en un cabaret de travestis, a la par que sueña con subirse al escenario y actuar como transformista (o drag queen) en el espectáculo de variedades cabareteras. Lo termina por hacer, con el nombre artístico de "Viva", pero un día aparece su desaparecido padre, alcohólico, famoso ex-boxeador y también ex-presidiario, al que todos daban por muerto aun sabiendo que no lo estaba, y se instala sin permiso en su casa, comportándose como padre autoritario al que no gustan las maneras de su hijo. Sus particulares penurias les obligarán a convivir.

Una buena película (nota: 6) con una estupenda fotografía, por su luz y composición, y espléndida banda sonora de maravillosos boleros... y de algún otro tipo de canción más, como la que se escucha al acabar el film, "El amor" de Rafael Pérez Botija, de fabulosa letra, y desgarrada interpretaciónde Massiel, haciendo playback el personaje protagonista en la apoteosis final. Entre el drama y el melodrama, con emoción in crescendo hacia el final, como no puede ser menos, nos cuenta esta relación paterno-filial y sus conflictos familiares por la condición sexual del hijo y la búsqueda de su identidad, a la par que de trasfondo queda reflejada, como en difuminado documental, la actual realidad social habanera, y cubana por extensión. Tiene alguna reminiscencia de la excelente y recomendabilísima "Fresa y chocolate" (1993) de Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío, y no sólo porque Jorge Perugorría aparezca en las dos como protagonista y en papeles antagónicos.

Ahora algo de sabiduría ajena, que ayude a transformarnos, que nada es, todo fluye, que decía Heráclito, y también a vitorear la alegría de vivir a pesar de los pesares:

 - "La vida es un constante proceso, una continua transformación en el tiempo, un nacer, morir y renacer".  (Hermann Keyserling).

 - "El verdadero heroísmo está en transformar los deseos en realidades y las ideas en hechos".  (Alfonso Rodríguez Castelao).

 - "Nunca creí que pudiéramos transformar el mundo, pero creo que todos los días se pueden transformar las cosas".  (Françoise Giroud).

 - "Renunciar a mi pasión es como desgarrar con mis uñas una parte viva de mi corazón".  (Gabriele d' Annunzio).

Besos y abrazos,

Don.
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martes, 12 de julio de 2016

Gran y bonachón matutino de ensueño

¡Buenos días!

Estos enormes matutinos que tanto cuidan de mí con bondadoso esmero, y viceversa, casi que los sueño a la luz de la sala oscura cada vez que veo una película en ella. Hoy parece que la calorina que llevamos arrastrando, y que nos arrastra totalmente aplatanados, tanto que no levantamos un palmo del suelo, desde el pasado fin de semana, con máximas queriendo alcanzar la cuarentena a la sombra, tiende a ser más amistosa y no estrujarnos tanto, pues para hoy la máxima se quedará en 34ºC, y en próximos días rozará la treintena. Todo un alivio.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Mi amigo el gigante" ("The BFG. The Big Friendly Giant"), basada en el cuento homónimo (en inglés) de Roald Dahl, dirigida por Steven Spielberg, y con Mark Rylance, Ruby Barnhill, Jemaine Clement, Penelope Wilton, Rebecca Hall, Rafe Spall, y Bill Hader. De este director he visto la gran mayoría de sus films, casi todos. En concreto, de los de este siglo, he visto: "Lincoln" (2012), "Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio" ("The adventures of Tintin: Secret of the Unicorn", 2011), "Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal" ("Indiana Jones and the kingdom of the crystal skull", 2008), "Munich" (2005), "La terminal" ("The terminal", 2004), "Atrápame si puedes" ("Catch me if you can", 2002), "Minority report" (2002), y "A.I. Inteligencia Artificial" ("A.I. Artificial Intelligence", 2001).

Sofía, una despierta e imaginativa niña que vive en un orfanato, en una de sus muchas noches de insomnio, al asomarse por la ventana descubre por casualidad a un gigante merodeando por la ciudad al abrigo de las sombras. Este, temiendo que ella diga a los demás humanos de su existencia, se la lleva con él a la Tierra de los Gigantes. Ella descubre que él es bondadoso y vegetariano -no así el resto de los gigantes, que se alimentan de niños-, y que además de protegerla de ellos, se dedica a recoger y coleccionar buenos sueños que por las noches insufla a los humanos para que tengan un buen dormir. El resto, sin embargo, planean asaltar la ciudad para comerse a todos los niños. A Sofía se le ocurre ir a pedir ayuda a la reina de Inglaterra.

Una estupenda película (nota: 8) que os recomiendo, sobre amistad y lo mágico de los sueños, que combina personajes de carne y hueso con animación digital, que también se usa para convertir a los actores reales en algunos personajes fantásticos. A pesar de algún pero, como la parte en la que se prepara y ejecuta el traslado de los gigantes, en general me gustó mucho y pasé un rato agradabilísimo viéndola, y estrujándome algo las meninges. No en vano está basada en un cuento de Roald Dahl, un mago de la inteligente literatura infantil, de quien había visto hasta ahora sendas y espléndidas adaptaciones de otras dos obras suyas (hay más que no he visto), también muy recomendables: "Matilda" (1996) de Danny DeVito, y "Charlie y la fábrica de chocolate" ("Charlie and the chocolate factory", 2005) de Tim Burton. Por lo visto en las tres, Dahl capta a la perfección el alma infantil, tratando a los niños como gente muy lista y poniéndolos como héroes de sus historias, la mar de fantásticas, con su punto de oscuridad y algo de miedo, rápidamente superado por sus sabias decisiones. La vida, en definitiva, que puede ser difícil y terrible, pero también con sus cosas buenas, que hay que seguir adelante y saber disfrutarla... y con buen humor.

Ahora, a hacer buenas migas con la sabiduría ajena, gigantescamente buena para tratar de hacernos mejores:

 - "Es mejor saber después de haber pensado y discutido que aceptar los saberes que nadie discute para no tener que pensar".  (Fernando Savater).

 - "Si consigo ver más lejos es porque he conseguido auparme a hombros de gigantes".  (Isaac Newton).

 - "La confianza en la bondad ajena es testimonio no pequeño de la propia bondad".  (Montaigne).

 - "Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro".  (Platón).

 - "Si hay algo que he aprendido, es que la piedad es más inteligente que el odio, que la misericordia es preferible aún a la justicia misma, que si uno va por el mundo con mirada amistosa, uno hace buenos amigos".  (Philip Gibbs).

Besos y abrazos,

Don.
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lunes, 11 de julio de 2016

Valeroso y valioso matutino

¡Buenos días!

Otra mañana más a la que nos enfrentamos sin miedo, sabiendo de nuestro valor, en ambos sentidos, que no tiene límite ni precio, que ya puede hacer el calor que quiera hacer, como hoy, con 37ºC de máxima pronosticada, intentando fundirnos, los humores y tal vez los dineros a base de abusar del aire acondicionado, que seguiremos adelante como si tal cosa.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Money monster", de Jodie Foster, y con George Clooney, Julia Roberts, Jack O'Connell, Caitriona Balfe, y Dominic West. Es el cuarto largo como directora de la también actriz Jodie Foster, y segundo suyo que veo tras "El castor" ("The beaver", 2011). Como actriz la he visto en bastantes más films.

Un showman, muy teatrero y pagado de sí mismo, que presenta un popular programa sobre finanzas de un modo ampulosamente bromista y en el que se dedica a recomendar alegremente valores en los que invertir, está a punto de comenzar otro de sus espectáculos de telebasura. Al poco de empezar, es secuestrado en directo por un airado inversor, que le obliga a ponerse un chaleco con explosivos que amenaza con detonar si no le explican claramente, ante la cámara y todos los telespectadores, el porqué de su misteriosa e inexplicable ruina, que se produjo al seguir uno de los consejos de inversión del programa y en el que se decía que era apuesta segura.

Una muy buena película (nota: 7), entretenida y emocionante y que da que pensar. Thriller con buen ritmo en el que la tensión se mantiene durante el metraje y cuya historia es contada en tiempo real. Se critican las malas artes del capitalismo, cuando deviene en gran estafa financiera, en la que los timados somos los pobres 'pringaos' que no sabemos de la misa la media, y los timadores se van casi todos de rositas tras una cortina de humo a base explicaciones "inextrincables". Y también, de un modo bastante mordaz y socarrón, y muy jocoso, a la telebasura, en concreto a esos programas presuntamente informativos que son más de show circense que otra cosa, buscando miserablemente los mayores ratios de audiencia mezclando pseudoinformación con cucamonas.

Ahora algo de valiosísima sabiduría ajena, que nos dé algo más de razón, y razones, para luchar contra los irracionales monstruos de la ignorancia:

 - "Saber mucho no es lo mismo que ser inteligente. La inteligencia no es sólo información, sino también juicio, la manera en que se recoge y maneja la información".  (Carl Sagan).

 - "El problema es que la televisión amalgame y convierta en papilla informe la realidad, la ficción, lo fundamental, lo secundario, el divertimento y la reflexión".  (Jean Renoir).

 - "Entre el honor y el dinero, lo segundo es lo primero".  (Refrán).

 - "Perder de mala manera el dinero constituye generalmente un verdadero delito; pero adquirirlo de mala manera es peor; aunque lo peor de todo es derrocharlo".  (John Ruskin).

 - "Generalmente se juzgan los hombres por el crédito que disfrutan o por las riquezas que poseen".  (François de la Rochefoucauld).

 - "En este mundo de información, de técnica, el pobre está marginado del circuito económico".  (Gustavo Gutierrez Merino).

 - "Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante".  (Ryszard Kapuscinski).

Besos y abrazos,

Don.
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miércoles, 6 de julio de 2016

Reales espejismos matutinos

¡Buenos días!

No espero un minuto más y me pongo a la tarea matutina, siempre con renovado optimismo suceda lo que suceda, y desparramo aquí mis desvaríos mañaneros, ilusiones no sé si multidimensionales, que realmente creo ver, y proyecto todo lo que pasa por mi cabeza sobre el plano bidimensional de una hoja en blanco con algo de negrura... en las letras escritas, que no en su composición escrita... eso espero. Sigue haciendo mucho calor, con máximas rondando los 35ºC, y ya con el seso sorbido y recocido trato de extraerle las últimas gotas de humor a la cosa, no sé si del sudoroso o del gracioso.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Esperando al rey" ("A hologram for the king"), de Tom Tykwer, basada en la novela homónima (en inglés) de Dave Eggers, también coguionista junto con el director, y con Tom Hanks, Alexander Black, Sarita Choudhury, y Sidse Babett Knudsen. De este director alemán había visto sus cuatro más recientes films anteriores: "El atlas de las nubes" ("Cloud atlas", 2012), "Three" ("Drei", 2010), "The international (Dinero en la sombra)" ("The international", 2009), y "El perfume. Historia de un asesino" ("Das parfum. Die geschichte eines" o "Perfume. The story of a murderer", 2006).

Un alto ejecutivo norteamericano venido a menos, tanto en su vida profesional como familiar, pues arruinó con sus decisiones a la anterior empresa en la que trabajaba, y en la actual es un empleado más del montón, y se acaba de divorciar y tiene que tratar de vender su casa (con el mercado inmobiliario colapsado por la crisis) para poder pagar la universidad de su hija, con la que trata de no perder el contacto, es enviado por su nueva empresa, quien le da una última oportunidad, a Arabia Saudí para tratar de vender al rey un nuevo y avanzado sistema tecnológico de telecomunicación mediante hologramas. A su llegada es todo un desastre: nada de lo que le prometieron en las negociaciones previas se cumple, choca contra la burocracia y las caóticas costumbres locales, impenetrables y desconcertantes para él, y no consigue apenas avanzar en sus gestiones. Pero a pesar de sus penurias trata de irradiar un forzado optimismo para conseguir vender el producto.

Una muy buena película (nota: 7), que vi con mucho agrado, esta comedia de mirada perpleja, a ratos absurdamente surrealista, y con algún toque de melodrama, que nos retrata las venturas y desventuras del protagonista, perdido en su vida y en medio del desierto, esperando a un rey que puede salvar su futuro, y que nunca llega. Como lejano eco subyace cierta sorna crítica sobre nuestro sistema económico actual, con constantes síntomas de tambaleo que amenazan derrumbe (burbujas inmobiliarias y demás). A pesar de tan negros augurios, puede haber ciertos síntomas de esperanza, y tal vez nuevas oportunidades.

Ahora algo de sabiduría ajena que espero nos ayude a separar lo real de lo ilusorio:

 - "Palabra de rey, siempre se cumplía; pero eso era en otros días".  (Refrán).

 - "El poder absoluto fue y será siempre la causa de la decadencia y de las desgracias de los pueblos, que tarde o temprano llegan a padecer los mismos reyes".  (Barón de Holbach).

 - "Quien espera, desespera; y quien viene, nunca llega".  (Refrán).

 - "El que vive esperando morirá ayunando".  (Benjamín Franklin).

 - "Hay que esperar cuando se está desesperado, y andar cuando se espera".  (Gustave Flaubert).

 - "En última instancia, todo tiene arreglo, menos la dificultad de ser, que no lo tiene".  (Jean Cocteau).

Besos y abrazos,

Don.
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martes, 5 de julio de 2016

Desmoronamiento matutino

¡Buenos días!

Otra jornada más de muy caluroso verano nos espera, con vespertinos amagos tormentosos, cuando al atardecer el cielo se nos vuelva a cuajar de gris, y las nubes amenacen, con truenos, rayos y centellas, desmenuzarse en multitud de gotitas, o gotazas, o directamente lo hagan sin advertencias, llorando quien sabe qué penas, para volver a reconstruirse a la siguiente. El perpetuo ciclo natural de destrucción y creación, que es necesario lo uno para lo otro y viceversa.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Demolición" ("Demolition"), de Jean Marc Vallée, y con Jake Gyllenhaal, Naomi Watts, Chris Cooper, Judah Lewis, y Heather Lind. De este magnífico director canadiense ya había visto anteriormente sus cinco más recientes films: "Alma salvaje" ("Wild", 2014), "Dallas buyers club" (2013), "Café de Flore" (2011), "La reina Victoria" ("The young Victoria", 2009), y "C.R.A.Z.Y." (2005).

Un exitoso corredor de bolsa que trabaja en la empresa financiera de su suegro, acaba de perder a su joven mujer en un accidente de tráfico. Aunque ante los demás parece que lo lleva con entereza, queda sumido en un extraño shock y desconcertado por su desconexión emocional ante lo sucedido. Es incapaz de llorar ni sentir nada, y comienza a comportarse de un modo muy raro, desmontando compulsivamente todo tipo de objetos, yendo cada vez a más, incluso destrozándolos. Al escribir una carta de reclamación comercial por un mal servicio de una máquina expendedora, va explayándose y contando su vida y sincerándose a alguien desconocido. Tras esa larga carta, continúa con toda una serie en la que sigue relatando sus vivencias más íntimas. La responsable del servicio de atención al cliente, intrigada y fascinada por tales cartas, y que siente casi tanta desolación vital, decide ponerse en contacto con él. Ambos establecerán una muy peculiar conexión emocional.

Una muy buena película en general (nota: 7), con sus más y sus menos, que comenzó estupenda, cautivándome sus muy extraños, desconcertados y desconcertantes personajes y situaciones, y que se me fue desmoronando algo conforme avanzaba para terminar por rehacerse un poco al final. Algo similar a lo que tiene que hacer el autodestructivo personaje, que comienza desmontando y destrozando objetos antes de tomar conciencia que debe hacer lo mismo consigo mismo para conseguir reconstruir y rehacerse una nueva vida, y conseguirá reconectarse emocionalmente a la vida gracias a la mujer que lee sus cartas y al muy peculiar hijo de ésta.

Ahora en la sección de sabiduría ajena os dejo una cita, y un trozo de poema, a modo de primera piedra y algo de argamasa a partir de los cuales podamos construirnos y reconstruirnos:

 - "En esta vida es fácil morir. Construir la vida es mucho más difícil".  (Vladimir Maiakovski).

 - "No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.

No te rindas
que la vida es eso,
continuar el viaje
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros
y destapar el cielo [...]".  (Mario Bendetti).

Besos y abrazos,

Don.
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lunes, 4 de julio de 2016

Los matutinos algo querrán

¡Buenos días!

Eso creo, aunque yo que los creo no tengo muy claro que podría ser, y a lo mejor ellos mismos tampoco, que están al borde de su mayoría de edad, y aparte de disfrutar todo lo que puedan de su vida no lo saben muy bien. Desde luego, lo que yo quiero es que este ya tórrido verano refresque algo, y lo que no quiero es sudar y sudar, ni quedarme aplatanado, por muy quieto que esté. Máxima prevista para hoy de 36ºC por los madriles.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Todos queremos algo" ("Everybody wants some!!"), de Richard Linklater, y con Blake Jenner, Glen Powell, y Zoey Deutch. De este director había visto siete de sus anteriores films, a saber, "Escuela de rock" ("School of rock", 2003), "A scanner darkly (Una mirada a la oscuridad)" ("A scanner darkly", 2006), "Bernie" (2011)... y sobre todas las cosas, su trilogía, esas tres joyitas cinéfilas que no os deberíais perder, que son imprescindibles, especialmente para mí la segunda: "Antes del amanecer" ("Before sunrise", 1995), "Antes del atardecer" ("Before sunset", 2004), y "Antes del anochecer" ("Before midnight", 2013). Además de su muy sobresaliente film anterior, "Boyhood (Momentos de una vida)" ("Boyhood", 2014).

Verano de 1980. Un joven que va a iniciar su etapa universitaria llega a la casa en la que convivirá con sus nuevos compañeros del equipo de béisbol de la universidad. Quedan tres días para que empiece el curso, tiempo para fiestas, alcohol y porros, conocer chicas e integrarse con sus nuevos amigos, antes del inminente comienzo de sus responsabilidades adultas.

Una muy buena película (nota: 7) que se ve con agrado, divertida, esta historia de estudiante que llega a la universidad, un nuevo mundo que se abre ante sus ojos, de aires algo nostálgicos y de la que el propio director y guionista reconoce ciertos tintes autobiográficos. Por su naturalismo, pleno de conversaciones, tanto transcendentales como triviales, recuerda en algo a su anterior film, "Boyhood (Momentos de una vida)" ("Boyhood", 2014), en el que se retrataba toda una vida de un joven, desde su infancia hasta recién abandonada la adolescencia, y en la hoy glosada, el breve fragmento que supone esa entrada en la edad adulta.

Ahora algo de sabiduría ajena, que seguro nos ayuda a bien decidir que es lo que realmente queremos:

 - "Saber es relativamente fácil. Querer y obrar de acuerdo a lo que uno quisiera es siempre más duro".  (Aldous Huxley).

 - "Fluctuamos entre los más diversos pareceres; no queremos nada con entera libertad, ni de un modo absoluto, ni constantemente".  (Montaigne).

 - "Es preciso saber lo que se quiere; cuando se quiere, hay que tener el valor de decirlo, y cuando se dice, es menester tener el coraje de realizarlo".  (Georges Clemenceau).

 - "El querer lo es todo en la vida. Si queréis ser felices lo seréis. Es la voluntad la que transporta las montañas".  (Alfred de Vigny).

Besos y abrazos,

Don.
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