lunes, 22 de agosto de 2022

No me niego a ser abducido por mis matutinos

¡Buenos días!

Esa poderosa atracción que ejercen los matutinos sobre mí, tanta que acabo succionado por ellos para que acaben por sorberme el seso y poder destilar estas letras que voy tecleando, siempre termina por dejarme inerme ante sus deseos. Pero bueno, sé que antes o después seré regurgitado al mundanal ruido de nuevo... y como nuevo. Y no es nada nuevo que, tras unos días de relativo frescor, la ola de cansino calor ha vuelto por sus fueros, aunque parece que algo menos furibunda esta vez. La máxima prevista para hoy será de 36ºC por los madriles.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Nop" ("Nope", 2022), de Jordan Peele, y con Daniel Kaluuya, Keke Palmer, Brandon Perea, Michael Wincott y Steven Yeun. Tercer largo de este director tras "Nosotros" ("Us", 2019) y "Déjame salir" ("Get out", 2017).

En un remoto y árido valle californiano, en un rancho de caballos de alquiler para cine y espectáculos, cerca de un pequeño y familiar parque temático sobre el western, ambos de capa caída, hace unos meses que están sucediendo extraños e inexplicables fenómenos escondidos tras las nubes. Los hermanos que gestionan el rancho se obsesionan intentando captar con cámaras el misterio.

Película un tanto dispersa en su transcurrir (nota: 5), aunque de estupendas maneras, de tensión suavemente creciente y que vi con interés a pesar de algunos momentos de desconcierto por mi parte. No cumplió con todas las expectativas que puse en ella, dada mi experiencia con las anteriores de este director. Y aunque no soy muy amigo de las de terror, las de este cineasta sí que me gustaron porque no son exageradas y saqué de ellas segundas lecturas bastante interesantes, cosa que apenas conseguí con esta, que además también lo es de ciencia ficción (en concreto, de muy peculiares criaturas alienígenas), amén de bastante original. Parece una especie de fábula que quiere contarnos, a través de la odisea de sus protagonistas, sobre comprender a la naturaleza antes de interaccionar con ella, y sin abusar de ella, y que critica esa obsesión por la fama y el dinero a costa de casi todo, incluso la propia vida, como ciertos influencers que buscan esa foto viral de ángulos imposibles y acaban despeñados... todo muy sutil y difuminado, y que casi hay que cazar al vuelo. Y tampoco estoy muy seguro de que esas sean las lecturas.

A lo que tampoco me niego es a dejaros al final unas citas de sabiduría ajena:

 - "Me apoderaré del destino agarrándolo por el cuello. No me dominará".  (Ludwig van Beethoven).

 - "No es que mi vida sea rica, ni densa, ni preciosa, pero tengo miedo de lo que va a nacer, de lo que va a apoderarse de mí, y llevarme a no sé dónde".  (Jean Paul Sartre).

 - "Una dulce y triunfante libertad se apodera de aquellos que saben que van a morir pronto".  (Vicki Baum).

Besos y abrazos,

Don.

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martes, 16 de agosto de 2022

Matutino que no me duele

¡Buenos días!

Completamente sedado, cuando no anestesiado, me quedo a poco de entrar en este mundo matutino, mientras voy tratando de gestar a otra más de mis criaturas para que cuando se den a la luz del mundo cibernético lo hagan sin dolor y con las mejores perspectivas de, no tanto de supervivencia, como de vivir plenamente lo mejor posible. Por lo demás, tras haber superado la perezosa indolencia, perra vida, provocada por la desmedida canícula sin descanso de pasados días y semanas, no me duelen prendas en reconocer que ya voy padeciendo menos con este inclemente verano, de noches cada vez menos insomnes (cosas de su ya relativo frescor). La máxima prevista para hoy por los madriles será de unos muy soportables 29ºC.

Este pasado fin de semana terminé de ver una serie de televisión, de la BBC, que vi en Movistar+. Se trató de "Esto te va a doler" ("This is going to hurt", 2022), creada por Adam Kay, adaptación de su propio libro de memorias autobiográficas, dirigida por Lucy Forbes y Tom Kingsley, e interpretada por Ben Wishaw, Ambika Mod, Rory Fleck Byrne, Michele Austin, Alex Jennings, Ashley McGuire, y Harriet Walter. Consta de una temporada de 7 capítulos de unos 45 minutos de duración cada uno. De la codirectora había visto otra de las series que codirigió, "The end of the f...ing world" (2017-2019).

Año 2005. Adam Kay está realizando sus prácticas como médico interno residente (MIR), especializado en ginecología y obstetricia, en un hospital público de Londres, enfrentándose a jornadas maratonianas de 12 horas al día, situaciones surrealistas, doblando turnos a cada momento, con disponibilidad de 24 horas los 7 días de la semana, quedándose dormido en su coche cada dos por tres, malcomiendo, malviviendo, cargando con responsabilidades que no le competen, tomando decisiones a vida o muerte con el miedo a equivocarse, mientras acaba empapado de diversos fluidos corporales a cada momento, salvando la vida de otros, o dándosela, mientras la suya se está yendo a la mierda, todo por un mísero sueldo que apenas supera el coste del parquímetro.

Estupenda serie (nota: 8) de frenético ritmo y que te agarra por las gónadas (y demás partes íntimas) y no te suelta. Os recomiendo este drama hiperrealista que excreta mucho humor negro, o del color de cada uno de los múltiples humores corporales que fluyen por ella, algo (bastante) corrosivos también, aunque no sea muy recomendable para espíritus pusilánimes, como los de esos políticos tan remisos (siendo suaves en el calificativo) para con la cosa pública en general y la sanitaria (no privada) en particular, así que por eso mismo habría que obligarles por ley a que la vieran.

A través de las crudas y estresantes vivencias, mostradas sin el más mínimo remilgo, de su desbordado, extenuado y casi novato protagonista, que va aprendiendo a costa de desgraciados errores (personales y profesionales), y que de cuando en cuando interpela al espectador, se nos muestra una ácida crítica de la situación de la sanidad pública, muy saturada, escasa de medios materiales, y sobre todo personales, lo que lleva a cometer por cansancio más errores de la cuenta a sus voluntariosos trabajadores, y que parece querer ser desmoronada por algunos representantes políticos con muy poca sensibilidad y sobredosis de palabrería y postureo, cuando no de supina ignorancia.

Ahora algo de sana sabiduría ajena, que tal vez mitigue algo de nuestra doliente ignorancia:

 - "Los males imaginarios no existen. Todos los males son reales desde el preciso momento en que se experimentan; soñar el dolor es un dolor verdadero".  (Anatole France).

 - "Todos los seres humanos somos parte de un mismo cuerpo. Cuando la vida afecta a un miembro, el resto del cuerpo sufre por igual. Si no te afecta el dolor de los demás, es que no mereces llamarte humano".  (Muslih ud din Saadi).

 - "Proteger el trabajo es enjugar lágrimas, consolar dolores, arrancar víctimas al vicio, al crimen y a la muerte".  (Concepción Arenal).

 - "El dolor no es un estado transitorio, sino un elemento indispensable de nuestra perfección moral. Por eso no debemos mirarlo como a un enemigo, sino como a un amigo triste que ha de acompañarnos en el camino de la vida".  (Concepción Arenal).

Besos y abrazos,

Don.

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jueves, 11 de agosto de 2022

Matutino verdaderamente terapéutico

¡Buenos días!

Otra mañana más en la que me retrato ante vosotros, dando el perfil que más me place y mejor me parece, sin artificiosos tapujos que disimulen mi natural ser, o eso creo. Y en este proceso de abrirme está la terapia que me sana cada mañana, cual emocional píldora prescrita por mí mismo. Por lo demás, estos ardorosos días de verano parecen haberse congelado cual instantánea pues, la verdad, son casi idénticos los unos a los otros, y todavía no barrunto vientos de cambio. Si acaso, según las previsiones, las temperaturas podrían bajar unos cinco grados para finales de esta misma semana, ya veremos, que esta noche ha vuelto a ser tropical (24ºC de mínima) y hoy están pronosticados 36ºC de máxima por los madriles.

Antes de ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La fotógrafa de Monte Verità" (Monte Verità", 2021), de Stefan Jäger, y con Maresi Riegner, Max Hubacher, Julia Jentsch, Hannah Herzsprung, Philipp Hauss, y Joel Basman. Es el primer largo que veo de este director suizo.

Año 1906 en Viena. Una joven, casada y con dos niñas, cuyo marido es fotógrafo de la alta sociedad, sumida en pertinaz angustia por la vida que lleva, huye de su hogar precipitadamente y acude a Monte Verità, un sanatorio para enfermedades físicas y anímicas ubicado en un bosque suizo al sur del país, cerca de la frontera italiana, en el que se encuentra un médico que la trató de sus males tiempo atrás. Allí, más una comuna que un sanatorio al uso, vivirá como en un paraíso, en armonía con la idílica naturaleza junto con otras gentes amantes del nudismo, el amor libre, el veganismo y demás nuevas tendencias de la época (recurrentes posteriormente), descubre su pasión por retratar fotográficamente a sus nuevos compañeros y sus extrañas costumbres (para la época), liberándose, viviendo sin ataduras, encontrándose a sí misma y el camino a seguir, y dudando de si volver con su esposo e hijas.

Buena película (nota: 6) este drama histórico, de personajes que existieron realmente (incluidos gente ilustre) y protagonista ficticia, pues el fotógrafo (o fotógrafa) que documentó en imágenes la vida de esa comuna fue anónimo, gente inconforme con la sociedad que les tocó vivir, en busca de la verdadera felicidad (si es que tal existe), del propio desarrollo individual y espiritual, de un ideal de convivencia, es decir, que la comunidad respete la individualidad de cada cual, en armónica conjunción ambas, cosa difícil ésta en muchas ocasiones. Esto es especialmente acusado en el caso de las mujeres, más propensas a ser criticadas (hipócritamente) por no contribuir al bien social (en su constreñido caso de no cuidar "adecuadamente" de la casa, de los hijos, etc.) a poco que se les ocurra dedicarse a sí mismas. Esta presión social hacia las mujeres, casi que opresión, queda reflejada (o retratada) en esta película y en su angustiada protagonista.

Pues, la verdad, ya me va apeteciendo, no me importa lo que opinen los demás, que está de más (parafraseando unos versos de la canción de Mecano "Mujer contra mujer"), el dejaros estas citas de sabiduría ajena:

 - "Al luchar contra la angustia uno nunca produce serenidad; la lucha contra la angustia solo produce nuevas formas de angustia".  (Simone Weil).

 - "A cada día le bastan sus temores, y no hay por qué anticipar los de mañana".  (Charles Péguy).

 - "La felicidad para mi consiste en gozar de buena salud, en dormir sin miedo y despertarme sin angustia".  (Françoise Sagan).

 - "Tendré que deciros una vez más, con angustia, que tenemos muy poco hilo que desmadejar, leve aire para respirar, pocas bocas para besar, pocos instantes para crear".  (Giovanni Papini).

 - "Vivir cada día como si se lo hubiésemos arrebatado a la muerte. Así quisiera vivir siempre. Sentir la alegría de estar vivo. Tomar distancia de las cargas, las angustias y los temores que encontramos a diario".  (Garth Stein).

Besos y abrazos,

Don.

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martes, 9 de agosto de 2022

Prometido matutino apenas cortejado

¡Buenos días!

Así como ayer fui a todo tren, embalado, hoy me dejo seducir poco a poco por este matutino que anda coqueteando leve e inadvertidamente con mis neuronas y promete deleitarme sin aspavientos mientras estemos juntos, lo que no me quita el esfuerzo de que vaya tomando forma, aunque sin prisas, tecla a tecla, cual remolona azada desmoronando terrones. Sin embargo, el calor de estos días de torridísimo verano, ya demasiados, no nos conquista con sus agobios, más bien nos espanta, le falta sutileza, y hace que queramos buscar una fresca sombra o volar cual ave migratoria al norte más boreal que podamos encontrar. La máxima prevista para hoy por los madriles será, de nuevo, de 37ºC.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "María Chapdelaine" (2021), de Sebastien Pilote, basado en la novela homónima (1913) de Louis Hémon, y con Sara Montpetit, Sébastien Ricard, Hélène Florent, Antoine-Olivier Pilon, Émile Schneider, Robert Naylor, Martin Dubreuil, Danny Gilmore, y Gilbert Sicotte.

Año 1910. María Chapdelaine es una joven adolescente que vive con su familia de colonos (padres y cinco hermanos) en una remota y aislada granja, en la que hace poco se instalaron, en el límite más al norte de la zona habitada del francófono Quebec canadiense, deslomándose todos de sol a sol, cuando el larguísimo y crudo invierno del lugar no se lo impide, para conseguir sacar esforzado rendimiento a su concesión de tierras. María se enfrentará a un dilema romántico entre tres jóvenes pretendientes: el primero, vecino de infancia, ahora intrépido explorador del bosque que se gana la vida comerciando con pieles o como leñador, según la ocasión, un alma libre y sin ataduras a la tierra, un ideal de libertad que nada le promete salvo su amor; el segundo, que emigró a Estados Unidos a trabajar en la industria manufacturera y que le promete liberarla de las penurias de la vida rural con las comodidades de la gran ciudad; y el tercero, un colono vecino que le promete tener su propia tierra y seguir con la vida que hasta ahora ha conocido.

Buena película (nota: 6) este sutilísimo y tímido drama romántico, muy silencioso, todo diluido en un natural retrato de aquel modo de vida, de sus inmovilistas y tradicionales valores, aunque no exento de hálito poético y maneras bucólico-pastoriles a pesar de mostrar la dureza, y cierta (y digna) miseria, de la existencia de los colonos canadienses de entonces en su día a día, casi que mitificándolo. De excesivo metraje, reposada, parsimoniosa, contemplativa, casi que morosa, tanto que a veces amagaba con aburrirme, pero que sin embargo se me hizo bastante llevadera gracias a la radiante y magnética belleza de su actriz protagonista... ¡cómo para no enamorarse de ella, cortejarla y pedir formalmente su mano!... sabiendo esperar.

Ahora toca dejarnos seducir por la sabiduría ajena, aunque sin que nos las prometamos demasiado felices, no vaya a ser que se nos vuelen las perdices:

 - "No reside el arte en seducir a una muchacha, sino encontrar a una digna de ser seducida".  (Sören Kierkegaard).

 - "La más preciosa propiedad que puede llegar a las manos de un hombre en este mundo es el corazón de una mujer".  (Josiah Gilbert Holland).

 - "Asistí como si fuese un espectador de mí mismo, a la lucha inútil que emprendió mi corazón por no dejarme seducir por una mujer que no pertenecía a mi mundo. Aplaudí cuando la razón perdió la batalla y la única alternativa que me quedó fue entregarme, aceptar que estaba enamorado".  (Paulo Coelho).

Besos y abrazos,

Don.

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lunes, 8 de agosto de 2022

Matutino como un tiro

¡Buenos días!

A toda mecha, aporreando las teclas, que me suenan cual traqueteo de una metralleta, o de un tren de altísima velocidad, mientras mis pensamientos se van zarandeando entre las paredes de mi cráneo, en arrebatada ebullición, voy encarrilando este matutino para tratar de llegar cuanto antes a los besos y abrazos, con los que todos nos calmaremos, antes de refugiarnos a toda prisa del inclemente sofocón que hoy seguiremos padeciendo por estos lares. Sol que nos atiza sin contemplaciones, amenazándonos con el golpe de calor, y que nos deja no tanto con moratones como con enrojecimientos previos a la quemadura y posibles desmayos si no limitamos nuestra exposición a él. La máxima prevista para hoy por los madriles será de 37ºC.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Bullet train" (2022), de David Leitch, basado en la novela homónima de Kotaro Isaka, y con Brad Pitt, Brian Tyree Henry, Aaron Taylor-Johnson, Joey King, Benito Antonio Martínez Ocasio o "Bad Bunny", Zazie Beetz, Hiroyuki Sanada, Andrew Koji, Logan Lerman, y Michael Shannon. Es el primer largo que veo de los de este director.

A un sicario, que cree que tiene mucha mala suerte, pues siempre va dejando sin querer un reguero de caos y cadáveres a su paso, le encargan una sencilla misión, en apariencia... apoderarse de un maletín lleno de dinero de alguien que viaja en el tren bala japonés que hace la ruta de Tokio a Kioto, así que decide ejecutar este trabajo de manera pacífica, por las buenas, solicitando antes amablemente las cosas. En ese mismo convoy viajan simultáneamente otros asesinos a sueldo de diversas nacionalidades con sus propios objetivos y poco a poco todos irán tomando conciencia de que en realidad sus misiones están más que interconectadas, pues se cortocircuitan unas a otras.

Buena y muy entretenida película (nota: 6), un gran divertimento con el que me reí bastante, esta comedia, también thriller, de acción violenta y trepidante, con golpes de humor y mamporros a mansalva, tan desmesurados como en esos descacharrantes y lunáticos dibujos animados de Looney Tunes (Bugs Bunny, el Pato Lucas, el Coyote y el Correcaminos, etc.). A través de estos asesinos con dudas metafísicas y existenciales, casi que filósofos como lo eran ciertos personajes de las películas de Quentin Tarantino, y la concatenación de desgracias (o no, según se mire) que todos van sufriendo, se nos habla con cierta ironía de azar, casualidades, destino, buena y mala suerte, que ambas vienen a ser lo mismo, todo depende de según como se mire (que decía la canción de Pau Donés).

Ya casi llegamos a destino, no sin antes recoger y meter en nuestro bagaje estas citas de sabiduría ajena:

 - "Cuatro cosas hay que nunca vuelven más: una bala disparada, una palabra hablada, un tiempo pasado y una ocasión desaprovechada".  (Proverbio árabe).

 - "La suerte no es más que la habilidad de aprovechar las ocasiones favorables".  (Orison S. Marden).

 - "La gente tiene miedo de enfrentarse al hecho de que gran parte de la vida depende de la suerte. Da miedo pensar que hay tantas cosas fuera de nuestro control".  (Woody Allen).

 - "No somos disparados a la existencia como una bala de fusil cuya trayectoria está absolutamente determinada. Es falso decir que lo que nos determina son las circunstancias. Al contrario, las circunstancias son el dilema ante el cual tenemos que decidirnos. Pero el que decide es nuestro carácter".  (José Ortega y Gasset).

Besos y abrazos,

Don.

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jueves, 4 de agosto de 2022

No perdono un matutino

¡Buenos días!

Pues no, no me privo de su grata compañía, no renuncio a gozarlos cada vez que coincido con ellos, tan disfrutones como yo mismo... y todo ello sin que sea óbice el disculparles los pequeños y eventuales tropiezos que puedan cometer conmigo, y viceversa, cosa de nuestra mutua confianza. El que tampoco nos perdona ni a sol ni a sombra es este inclemente y abrasador verano que nos está pasando por encima, dejándonos aplatanados, planos y desganados hasta tal punto que la indolencia nos domina. Hoy, con otra noche tropical más (25ºC al amanecer), nos espera una nueva jornada con 39ºC de máxima prevista por los derretidos madriles.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Los perdonados" ("The forgiven", 2021), de John Michael McDonagh, basado en la novela homónima de Lawrence Osborne, y con Ralph Fiennes y Jessica Chastain. Es el cuarto largo de este director irlandés, de quien había visto sus dos primeros, "Calvary" (2014), y su excelente debut con "El irlandés" ("The guard", 2011).

Una pareja muy adinerada, al borde de la ruptura, viaja a Marruecos, a una lujosa mansión de unos amigos aislada en medio del desierto del Sahara, para acudir a un fiestorro de desparrame que estos organizan durante un fin de semana. Durante el trayecto, tras comer y beber más de la cuenta, se pierden, se les hace de noche, y atropellan a un joven marroquí que les sale al paso inesperadamente poco antes de conseguir llegar a su destino con retraso. Lo que prometía ser una gran fiesta deviene para el conductor en un calvario emocional de redención de sus culpas, mientras el resto, indolentes, siguen con la hedónica juerga.

Película que deja entrever cierto poso sarcástico, aunque poco me dijo (nota: 5), salvo esporádicos momentos con cierta profundidad, enseguida colmatados por otros, con lo que apenas me quedé en su superficie, como tremendamente superficiales eran la mayoría de sus personajes (los ricos del primer mundo), arrogantes, frívolos, que miran por encima del hombro a los demás, especialmente a los que no son de su clase, a los siervos, a los colonizados. A través de la expiación de los pecados de su personaje principal y su tránsito de la altanería a la asunción de sus culpas, contrastada con el despreocupado desarrollo de la fiesta a pesar de los pesares, se hace crítica del racismo soterrado y con buenas maneras (hipócritas) que por ahí pulula.

Ahora sería imperdonable despedirme sin antes dejaros unas citas de sabiduría ajena:

 - "El único vicio que no puede ser perdonado es el de la hipocresía. El arrepentimiento del hipócrita es hipocresía en sí misma".  (William Hazlitt).

 - "Nadie puede librar a los hombres del dolor, pero le será perdonado a aquel que haga renacer en ellos el valor para soportarlo".  (Selma Lagerlöf).

 - "Yo no hablo de venganzas ni perdones, el olvido es la única venganza y el único perdón".  (Jorge Luis Borges).

Besos y abrazos,

Don.

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miércoles, 3 de agosto de 2022

Matutina revolera

¡Buenos días!

Para intentar calmar el revuelo que a veces se agita en mis adentros, entro en los matutinos a ver si consigo esquivarlo, y con los años, ya muchos, casi que he aprendido a dominar tal arte, dándome esa mirada serena que con la mucha experiencia se va consiguiendo, tanto a lo pasado como a lo por venir, esto cada vez menos, cosas de la edad (cada vez más avanzada) que uno va adquiriendo. Ayer por la tarde, cuando volvía del cine, casi que se me cayó el cielo encima, cual si me hubieran arrojado (literalmente) cántaros de agua sobre mi cabeza, con rayos y truenos escandalosos, y algún que otro torbellino que trataba de desubicarme. Todo muy intenso, pero breve al fin y al cabo. Como la vida misma. Para hoy, otro día de tórrido sopor veraniego, excesivo, con otra noche tropical (25ºC al amanecer) y 38ºC de máxima prevista por los madriles.

Pues eso, como antes decía, ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Vortex" (2021), de Gaspar Noé, y con Darío Argento, Françoise Lebrun, y Alex Lutz. Es el primer largo que veo de este director argentino afincado en Francia.

Una pareja de octogenarios vive sola en su abigarrada y desordenada casa. Él, que fue cineasta y escritor, padece problemas cardiacos. Ella, que fue psiquiatra, padece de Alzheimer. Su salud va a peor. Son visitados de cuando en cuando por su hijo. Son sus últimos días de existencia.

No me acabó de convencer (nota: 5) esta desoladora y pesimista (o realista, según quien la mire) película sobre la vejez, la enfermedad y la demencia que conlleva, sobre cómo se apaga mortecinamente la vida, narrado de un modo hiperrealista, sin el más mínimo tapujo, con una pantalla partida (esto muy logrado técnicamente) que sigue los pasos de él y ella simultáneamente y al unísono, que se cruzan a veces (pocas) aunque compartan el mismo techo. Comienza con la siguiente dedicatoria: "a todos aquellos cuyo cerebro se descompondrá antes que su corazón"... vamos, que destila eso de que envejecer es una mierda. No hay un ápice de amabilidad en la terrible desolación que nos muestra del envejecimiento (físico y mental) y de cómo el tiempo lo destruye todo, cual asolador vórtice. No en vano, en su sinopsis "oficial" se dice que "la vida es una fiesta corta que pronto será olvidada".

Por esto y por aquello me vinieron a la mente estas tres películas, todas, a mi entender, mejores que la hoy glosada, a saber: "Amor" ("Amour", 2012) de Michael Haneke, el maestro en esto de desasosegarnos inteligentemente en una sala oscura, porque la historia narrada es bastante similar; "La soledad" (2007) de Jaime Rosales, básicamente por lo del recurso de la pantalla partida y también porque nos habla de cómo nos enfrentamos a la pérdida de los seres queridos; y "El padre" ("The Father", 2020) de Florian Zeller, el más portentoso retrato de los estragos del Alzheimer que he visto en mi vida.

Ahora, cuando comienza a decaer este torbellino matutino, se acaban de depositar, un tanto esturreadas, estas citas de sabiduría ajena, que ahí os dejo:

 - "Escribe como quieras, usa los ritmos que te salgan, prueba instrumentos diversos, siéntate al piano, destruye la métrica, grita en vez de cantar, sopla la guitarra y toca la corneta. Odia las matemáticas y ama los remolinos. La creación es un pájaro sin plan de vuelo, que jamás volará en línea recta".  (Violeta Parra).

 - "[...] Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me dio el corazón que agita su marco
Cuando miro el fruto del cerebro humano,
Cuando miro al bueno tan lejos del malo,
Cuando miro al fondo de tus ojos claros

Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me ha dado la risa y me ha dado el llanto
Así yo distingo dicha de quebranto,
Los dos materiales que forman mi canto,
Y el canto de ustedes que es mi mismo canto,
Y el canto de todos que es mi propio canto
Gracias a la vida que me ha dado tanto".  (Violeta Parra).

La canción de "Gracias a la vida" de Violeta Parra suena en un pasaje de la película, así como también, al principio, "Mon amie la rose" de Françoise Hardy (escuchadla), esta con mucha relación con lo narrado en ella, aunque algo también la otra.

Besos y abrazos,

Don.

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martes, 2 de agosto de 2022

Matutino fracturado y sanado

¡Buenos días!

No, no se me ha hecho añicos y he tenido que recomponerlo urgentemente, pero acabo de caer en que, por muy únicos que sean cada uno de ellos, están compuestos de partes (ya sabéis, la meteorología, la cinefilia y la sabiduría ajena), parece que divididas e independientes entre sí, pero no es así, pues están imperceptiblemente entrelazadas por un qué sé yo que las amalgama y les confiere una robusta salud. Y este, otra vez, tórrido verano que vuelve por sus más radicales fueros, más que dividirnos en trocitos nos funde en una informe amalgama, cual helado de crema derretido, y ya no sé dónde termino yo y comienza la sofocante densidad que me rodea. Tras una otra tropical noche con 25ºC de mínima al amanecer, se nos presenta otra jornada plomiza (39ºC de máxima prevista por los madriles), y parece que no haya brisa fresca que la pueda fisurar para aliviarnos algo la existencia inmersos en esta calorina.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La fractura" ("La fracture", 2021), de Catherine Corsini, y con Valeria Bruni Tedeschi, Marina Foïs, Pio Marmaï, y Aïssatou Dialo-Sagna. De esta directora francesa había visto dos de sus anteriores largos, "Un amor imposible" ("Un amour impossible", 2018) y "Partir" (2009).

En la colapsada sala de urgencias de un hospital público parisino confluyen varios personajes: una pareja de mujeres al borde de la ruptura de su relación amorosa de hace años, que tras una discusión, una de ellas resbala y se fractura el brazo; un indignado y alterado manifestante herido por la policía tras una desmedida carga de estos; y una enfermera sobrecargada y desbordada de trabajo, como todos sus compañeros, pues los sanitarios también están de huelga protestando por la falta de personal y de medios. Además de las muchas urgencias habituales, están llegando bastantes heridos de la cada vez más violenta manifestación exterior, lo que provoca que se tenga que cerrar el hospital y que nadie pueda entrar ni salir dado lo peligroso de la situación. La noche será larga.

Muy buena película (nota: 7) esta tragicomedia con deje humorístico y socarrón, especialmente por parte de la paciente fracturada y las esperpénticas situaciones a que da lugar, tan impaciente con lo suyo como la mayoría del resto, humor que modula lo más serio que se trata. El título no tanto se refiere a este más bien trivial hecho particular, como a la cada vez mayor división social francesa (y del resto de países), ni creo que la historia esté centrada en las desventuras amorosas de esa mujer, ni en las cuitas del resto de pacientes, pues más me parece un panegírico de la sanidad pública universal y de la necesidad de dotarla de medios necesarios (extensible a la educación y demás auténticos pilares de una próspera sociedad), además de manifestar cierto malestar social, que debería ser atendido a su debido momento so pena de tener que hacerlo urgentemente en una UCI. Mejor prevenir de buenas maneras que curar fracturas de mala manera.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, no sé si a modo de bálsamo de Fierabrás, aunque tal vez cure alguna que otra pérdida de conocimiento, algo de nuestro desconocimiento quería decir:

 - "La vida carece de valor si no nos produce satisfacciones. Entre éstas la más valiosa es la sociedad racional, que ilustra la mente, suaviza el temperamento, alegra el ánimo y promueve la salud".  (Thomas Jefferson).

 - "A mí me gustaría que la globalización fuera total, es decir, que no solo se globalizase la economía sino también la salud y la educación; que se globalizase la justicia y que se constituyese un Tribunal Penal Internacional. Si la técnica obliga a mundializar los problemas económicos, también obliga a mundializar los recursos, y por tanto se impone un gobierno mundial y no el dominio de todo el planeta por una sola potencia, como hoy sucede".  (José Luis Sampedro).

Besos y abrazos,

Don.

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lunes, 1 de agosto de 2022

Matutino judaico

¡Buenos días!

Confío plenamente en mis matutinos, sé que no me venderán, ni siquiera por 30 monedas, y viceversa, que los regalo al mundo que esté interesado en ellos sin la más mínima contraprestación, se entiende que monetaria, e incluso en especie... ya que, si acaso, recibo como gratificación, que me doy a mí mismo, el bienestar que me produce el crearlos. Y el que no se traiciona a sí mismo es este tórrido verano que hoy vuelve por sus más calurosos fueros, en esta jornada que amaneció casi insomne tras la tropical noche (25ºC de mínima), y en la que se esperan 38ºC de máxima por los madriles.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "La traición de Huda" ("Huda's salon", 2021), de Hany Abu-Assad, y con Maisa Abd Elhadi, Manal Awad, Ali Suliman, y Jalal Masarwa. De este director palestino había visto tres de sus anteriores films, "Idol" ("Ya tayr el tayer", 2015), "Omar" (2013) y "Paradise now" (2005).

En la ciudad de Belén, una joven madre palestina, casada con un tipo muy celoso, acude con su bebé a una peluquería a la que no iba desde que se casó, regentada por Huda, para que le arregle el pelo. Huda le ofrece un café, al que añade una droga, con lo que la joven se desmaya. Con la ayuda de un cómplice, la pone en una cama, la desnuda y le hace fotos comprometedoras. Cuando despierta la chantajea con darle las instantáneas a su marido si no se aviene a colaborar con el servicio secreto israelí, informando de cualquier cosa que vea por su entorno (armas, potenciales terroristas, etc.), lo que supone traicionar a su pueblo.

Muy buena película (nota: 7), basada en un hecho real, este peculiar thriller de espías, con mucha tensión, de esas que te dejan sin respiro, como a las protagonistas les sucede, en la que queda manifiesto el conflicto palestino-israelí y sus aberraciones, que se llevan por delante a montones de inocentes, repartiendo estopa a diestro y siniestro, a ambos bandos obcecadamente enfrentados... pero que también deja vislumbrar reivindicaciones feministas en la patriarcal y opresiva sociedad palestina, donde las víctimas suelen ser los más vulnerables, que llegan a convertirse en verdugos empujados a ello casi que contra su voluntad, mujeres en este caso, víctimas tanto de la guerra sucia como de la opresiva sociedad que todo les exige y nada les concede.

Pues me traicionaría a mí mismo si llegados a este punto no os pusiera unas citas de sabiduría ajena:

 - "Más traiciones se cometen por debilidad que por un propósito firme de hacer traición".  (François de la Rochefoucauld)

 - "Y es que en el mundo traidor
nada es verdad ni mentira:
todo es según el color
del cristal con que se mira".  (Ramón de Campoamor).

Besos y abrazos,

Don.