jueves, 25 de noviembre de 2021

Matutino que sueña otrora

¡Buenos días!

Por muchas veces que me deje vencer por el gusto de mirar atrás a otros tiempos pasados supuestamente mejores, y regodearme con ellos olvidando peligrosamente el presente, enseguida me recupero, miro al frente y encaro lo que esté por venir con más o menos brío y tesón, no dejándome amilanar por los obstáculos. Que esto es lo que hay y no queda otra. Me gustarían días más dulces de otoño, pero hoy no nos queda más que disfrutar de este también otoñal día, más parecido al invierno por sensaciones térmicas, y dejarnos embriagar por su nítido y luminoso colorido. Mañana fría, con máxima prevista de 9ºC para hoy por los madriles.

Antes de ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Última noche en el Soho" ("Last night in Soho", 2021), de Edgar Wright, y con Thomasin McKenzie, Anya Taylor-Joy, Matt Smith, Diana Rigg, y Terence Stamp. De este director británico había visto dos de sus anteriores films, uno de ellos la semana pasada, "The Sparks Brothers" (2021) y "Baby driver" (2017).

Una joven huérfana, criada por su abuela, vive en un pequeño pueblo inglés y le encantan los años 60 (su moda, su música y demás). Es una chica retraída y está preocupada porque constantemente ve el fantasma de su madre. Se traslada a Londres para iniciar sus estudios en una escuela de artes, en lo que más le gusta, diseñar moda. Le gusta tanto aquella década que sueña con haber vivido entonces, encarnándose cada noche en una aspirante a cantante que busca triunfar en los clubes nocturnos del Soho, pero poco a poco los sueños van deviniendo en pesadillas, y en alucinaciones cuando despierta, lo que la va enloqueciendo.

Una muy buena película (nota: 7), con la que disfruté mucho, muy entretenida y divertida y con mucho y muy buen ritmo, tanto fílmico como musical de la banda sonora, además de una factura visual sobresaliente, con algunas escenas realmente portentosas. Thriller fantástico y psicológico con unas cuantas vueltas y revueltas de guion hacia el final, que comienza con misterio y poco a poco va convirtiéndose en una de terror, pero de pocos y leves sobresaltos. Se nos muestra un juego de espejos entre hoy en día y el pasado de los 60, hablándonos con espíritu crítico de explotación sexual femenina, de mujeres como meros objetos sexuales, todo velado por un glamuroso celofán, especie de engañoso oropel. En cierto modo y salvando las distancias trata similares temas que "Vértigo (De entre los muertos)" (1958) de Alfred Hitchcock, a saber, de femeninos "doppelgänger", de fantasmas, de muertos, pero con otro enfoque.

Ahora, unas citas de sabiduría ajena, que nos llega de otro tiempo y otras mentes:

 - "No digas que el tiempo pasado fue mejor que el presente; las virtudes son las que hacen los buenos tiempos, y los vicios los que los vuelven malos".  (San Agustín).

 - "Lo que ya ha sucedido es igual que un plato roto en mil pedazos. Por muy esforzadamente que lo intentes, ya no podrás devolverlo a su estado original".  (Haruki Murakami).

 - "Todo parece más encantador cuando lo vemos a distancia, y las cosas toman un relieve singular cuando se observan en la cámara oscura del recuerdo".  (Théophile Gautier).

Besos y abrazos,

Don.

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