miércoles, 4 de julio de 2018

Matutino, o casi, en la cuarentena

¡Buenos días!

Que sí, que es un matutino en su plenitud, que sale junto con el sol de cada día que le toca; y no, no está enfermo, si acaso de amor, ni debe guardar aislado reposo durante cuarenta períodos, sean eones o nanosegundos. Tampoco han cumplido los cuarenta, que tienen casi la mitad, una veintena. Así que como el título no me cuadra con la realidad de su ficción, pues me pongo a hablar del tiempo, como cuando no sé sabe qué decir en una situación incómoda. Pues eso, tibio día de verano, soleado y con máxima prevista de 28ºC por los madriles. Disfrutemos con lo que hay. No queda otra.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Casi 40", de David Trueba, y con Lucía Jiménez y Fernando Ramallo. De este director había visto todos sus anteriores largos de ficción, a saber, "Vivir es fácil con los ojos cerrados" (2013), "Madrid, 1987" (2011), "Bienvenido a casa" (2006), "Soldados de Salamina" (2002), "Obra maestra" (2000), y su ópera prima "La buena vida" (1996).

Dos amigos desde la infancia, ambos llegando a la cuarentena, y que fueron novios por un breve tiempo en la adolescencia, se reúnen de nuevo tras muchos años sin verse para dar una pequeña gira de conciertos en locales reducidos de ciudades de provincia. Ella fue cantante de éxito en su juventud junto a un grupo musical y luego en solitario, y ahora lleva retirada un tiempo, desde que se casó y se dedicó a criar a sus dos hijos; él trabaja como comercial para una empresa de cosmética ecológica, hace las veces de manager en esta efímera tournée, y quiere relanzar la carrera musical de su amiga.

Película agradable de ver, de ritmo calmado, pero que no me llegó (nota: 5), no me llegaron, salvo a ratos, las tribulaciones de sus dos personajes. Road movie, o película de viajes, por el espacio allende nosotros y por el interior, en el que los personajes hablan y hablan, de su pasado, de su vida actual, se hacen confidencias, abren su alma, romántica a su manera, de primerizos amores latentes suspendidos en el tiempo y que no acaban de posarse. Nos habla de esas manidas crisis de los cuarenta, pero asumidas sin aspavientos ni dramas, sin aparente sensación de fracaso por esos añorados amores ya pasados y que no podrán ser, de seguir adelante.

Por eso de que retoma las vidas de los dos protagonistas de su debut cinematográfico con los mismos actores, tiene reminiscencias de las mejores películas de Richard Linklater, sublimes estas para mí, pero como antes dije, solo a ratos sueltos me gustó la hoy glosada, y entre ellos, el recrearme con Lucía, muy buena actriz, que canta bien, y resplandece de hermosura, irradia luz, como su propio nombre indica.

Casi hemos llegado al final, y en la sección de sabiduría ajena ahí os dejo unas citas, no cuarenta, que se me antojan demasiadas, sino su decena convertida en unidad, finalizando con una del propio director:

 - "A los dieciocho años se adora; a los veinte, se ama; a los treinta, se desea; a los cuarenta, se reflexiona".  (Charles Paul de Kock).

 - "Cuando se tienen veinte años, se cree haber resuelto el enigma del mundo; a los treinta se empieza a reflexionar sobre él y, a los cuarenta, se descubre que es insoluble".  (August Strindberg).

 - "Los primeros cuarenta años proporcionan el texto; el resto de la vida, los comentarios".  (Arthur Schopenhauer).

 - "Para mí, la nostalgia es sentir que el pasado era mejor [...] Cada uno tiene que vivir su tiempo [...] No hay que pensar en las oportunidades perdidas".  (David Trueba).

Besos y abrazos,

Don.
_____

No hay comentarios: