Que
sí, que es un matutino en su plenitud, que sale junto con el sol de cada día
que le toca; y no, no está enfermo, si acaso de amor, ni debe guardar aislado
reposo durante cuarenta períodos, sean eones o nanosegundos. Tampoco han
cumplido los cuarenta, que tienen casi la mitad, una veintena. Así que como el
título no me cuadra con la realidad de su ficción, pues me pongo a hablar del
tiempo, como cuando no sé sabe qué decir en una situación incómoda. Pues eso,
tibio día de verano, soleado y con máxima prevista de 28ºC por los madriles.
Disfrutemos con lo que hay. No queda otra.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "Casi 40", de
David Trueba, y con Lucía Jiménez y Fernando Ramallo. De este director había
visto todos sus anteriores largos de ficción, a saber, "Vivir es fácil con los ojos cerrados" (2013), "Madrid, 1987" (2011), "Bienvenido a casa" (2006), "Soldados de Salamina" (2002), "Obra maestra" (2000), y su ópera prima "La buena
vida" (1996).
Dos
amigos desde la infancia, ambos llegando a la cuarentena, y que fueron novios
por un breve tiempo en la adolescencia, se reúnen de nuevo tras muchos años sin
verse para dar una pequeña gira de conciertos en locales reducidos de ciudades
de provincia. Ella fue cantante de éxito en su juventud junto a un grupo
musical y luego en solitario, y ahora lleva retirada un tiempo, desde que se
casó y se dedicó a criar a sus dos hijos; él trabaja como comercial para una
empresa de cosmética ecológica, hace las veces de manager en esta efímera
tournée, y quiere relanzar la carrera musical de su amiga.
Película
agradable de ver, de ritmo calmado, pero que no me llegó (nota: 5), no me
llegaron, salvo a ratos, las tribulaciones de sus dos personajes. Road movie, o
película de viajes, por el espacio allende nosotros y por el interior, en el
que los personajes hablan y hablan, de su pasado, de su vida actual, se hacen
confidencias, abren su alma, romántica a su manera, de primerizos amores
latentes suspendidos en el tiempo y que no acaban de posarse. Nos habla de esas
manidas crisis de los cuarenta, pero asumidas sin aspavientos ni dramas, sin
aparente sensación de fracaso por esos añorados amores ya pasados y que no
podrán ser, de seguir adelante.
Por
eso de que retoma las vidas de los dos protagonistas de su debut
cinematográfico con los mismos actores, tiene reminiscencias de las mejores
películas de Richard Linklater, sublimes estas para mí, pero como antes dije,
solo a ratos sueltos me gustó la hoy glosada, y entre ellos, el recrearme con
Lucía, muy buena actriz, que canta bien, y resplandece de hermosura, irradia
luz, como su propio nombre indica.
Casi
hemos llegado al final, y en la sección de sabiduría ajena ahí os dejo unas
citas, no cuarenta, que se me antojan demasiadas, sino su decena convertida en
unidad, finalizando con una del propio director:
- "A los dieciocho años se adora; a los
veinte, se ama; a los treinta, se desea; a los cuarenta, se
reflexiona". (Charles Paul de
Kock).
- "Cuando se tienen veinte años, se cree
haber resuelto el enigma del mundo; a los treinta se empieza a reflexionar
sobre él y, a los cuarenta, se descubre que es insoluble". (August Strindberg).
- "Los primeros cuarenta años
proporcionan el texto; el resto de la vida, los comentarios". (Arthur Schopenhauer).
- "Para mí, la nostalgia es sentir que el
pasado era mejor [...] Cada uno tiene que vivir su tiempo [...] No hay que
pensar en las oportunidades perdidas".
(David Trueba).
Besos
y abrazos,
Don.
_____
No hay comentarios:
Publicar un comentario