¡Buenos
días!
Aunque
jamás huyan de la quema, en este mundo de evasión matutina es difícil que se
produzca combustión alguna, ni siquiera espontánea, especialmente en días como
hoy, en el que aunque todavía no llueve, las grises nubes anuncian lluvia y
mucha humedad para esta tarde, y todo sin alterar el enaltecido ánimo que
desbordan por todos sus poros estos matutinos, haga el tiempo que haga.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "Oslo, 31 de agosto"
("Oslo, 31 august"), de Joachim Trier, y con Anders Danielsen Lie. Es
el segundo largo de este director noruego, y primero suyo que veo. Está basado
en la novela de 1931 "El fuego fatuo" ("Le feu follet"), de
Pierre Drieu la Rochelle, de la que ya había otra versión cinematográfica de
1963 dirigida por Louis Malle.
Un
joven de buena familia, mediada la treintena, pronto finalizará su tratamiento
en un centro de desintoxicación para drogadictos. Como parte de su
rehabilitación, le recomiendan ir a Oslo para una entrevista de trabajo.
Durante este permiso aprovecha para reunirse con familiares y amigos, a los que
hace varios años que no veía. Está deprimido y tiene tendencias suicidas, pues
siente que su existencia no tiene sentido, no ve futuro a su situación y se
lamenta de las oportunidades desaprovechadas y de las personas queridas a las
que decepcionó en el pasado.
Una
buena película, no especialmente agradable de ver, por su fría desolación, que
quizás por eso en su primera mitad no me motivaba, pero a partir de ahí
consiguió engancharme, con las andanzas durante 24 horas de este joven
melancólico y apesadumbrado, desde un punto de vista casi de documental, y
bastante desesperanzado. Un joven ya muy desmotivado e insatisfecho con todo,
de una gran fragilidad emocional, que encaja mal las frustraciones vitales
(como todo adicto a psicotrópicos), sin apenas anhelos por nada, salvo
recuperar el amor de una de sus novias, que no sabe muy bien que hacer con su
vida y que se siente solo y desamparado. Alguna breve llamarada de ilusión
vital surgirá de su descomposición anímica, pero la humedad y el sempiterno
plomizo cielo noruego la apagarán apenas quiera brotar, sin que nada quiera
hacer por evitarlo.
Ahora,
a modo de oxígeno que haga prender nuevas y propias ideas, nada como un poquito
de sabiduría ajena:
- "Fuego fatuo y sur soplando, el tiempo
va empeorando". (refrán).
- "El que pueda decir cómo arde, sufre
un fuego muy pequeño". (Francesco
Petrarca).
- "Los libros tienen los mismos enemigos
que el hombre: el fuego, la humedad, los bichos, el tiempo, y su propio
contenido". (Paul Valéry).
- "La felicidad depende, como muestra la
naturaleza, menos de las cosas exteriores y más de las interiores". (William Cowper).
- "En cada amanecer hay un vivo poema de
esperanza, y, al acostarnos, pensemos que amanecerá". (Noel Clarasó).
- "La dicha de la vida consiste en tener
siempre algo que hacer, alguien a quien amar, y algo que esperar". (Thomas Chalmers).
Besos
y abrazos,
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