viernes, 30 de diciembre de 2016

Matutino de una vez... u once

¡Buenos días!

A ver si consigo terminarlo de un tirón, cual si tuviera una única oportunidad, y me queda compuesto lo mejor posible, para que llegue de lo más armonioso a mi eventual público, no demasiado numeroso. ¿Y lo de once?... pues que esa será la máxima prevista para hoy en los madriles, 11ºC, y ni un solo grado de mínima prevista, 0ºC, y ya sabéis la tontería, ni frío ni calor hemos tenido esta madrugada, que dará pie a otra radiante jornada de sol y absoluta estabilidad climática, como todas las anteriores que nos están tocando, sin altisonantes altibajos, a ritmo tan pausado que ni sopla la más leve brizna de brisa.

Ayer por la tarde no estuve en el cine viendo un fresco estreno, sino en mi casita, con una película enlatada, y que llevaba un par de años queriendo ver, tras haber visto las dos más recientes de su realizador. Se trató de "Once", del año 2007, dirigida por John Carney, y con Glen Hansard y Markéta Irglová. De este director irlandés ya había visto "Sing street" (2016), y "Begin again" (2013).

Un músico y cantante que interpreta sus canciones por las calles de Dublín a cambio de unas monedas de los transeúntes conoce a una chica inmigrante que vende flores y revistas por las mismas calles. Ambos conectan enseguida, entablan una armoniosa amistad, y tienen en común que se recuperan de un fracaso amoroso y les apasiona la música, así que comienzan a escribir canciones a dúo azuzados por sus rotos corazones... y tal vez podrían componer una buena pareja en la vida real.

Una muy buena película (nota: 7), cuajada de bonitas canciones que te atrapan, deliciosa, artesanal, fresca y espontánea, tanto que casi parece un docudrama y los actores se interpreten a sí mismos, aunque no sea así, que es una ficción sobre el amor contenido que no llega a materializarse, y el desamor, y el lanzarse a buscar nuestros anhelos, los vitales o los amorosos, que no suele pasar el tren más que una vez y hay que intentarlo, se acierte o no, esto es lo de menos, ¡quién sabe! Sigue los mismos derroteros esenciales por los que transitaban las otras dos películas suyas que vi, bueno, más bien al revés, que la hoy glosada es anterior a las otras dos. El principal tema musical, "Falling slowly", compuesto e interpretado por los dos actores (y músicos) protagonistas, ganó el Óscar de 2008 a la mejor canción.

Bueno, ya toca la vez de la sabiduría ajena, así que ahí os dejo unas citas que tal vez os suenen la mar de bien:

 - "Una vez dije sí, y ciento me arrepentí".  (Refrán).

 - "Cuando uno se halla habituado a una dulce monotonía, ya nunca, ni por una sola vez, apetece ningún género de distracciones, con el fin de no llegar a descubrir que se aburre todos los días".  (Germaine de Staël).

 - "Decir que en la vida no se puede amar más que una sola vez es pronunciar una de las tantas y de las mayores necedades, de las cuales se hace cada día culpable al amor".  (Paolo Mantegazza).

Besos y abrazos,

Don.
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jueves, 29 de diciembre de 2016

Santa inocencia matutina

¡Buenos días!

No es culpa mía que se me pasara el día de ayer, y algunos más de esta semana, sin gastaros la inocentada de otro de mis desparrames mañaneros, pero al menos me gasté la broma, ¡inocente de mí!, de ir de nuevo al cine, a ver si sigo aprendiendo algo más de la vida a través de mi casi religión cinéfila. Y ya empieza a dejar de ser gracioso el que sigamos teniendo tantos días seguidos de soleada calma chicha, tantos que los madriles tienen de nuevo una gran boina, tan densa de polución que hoy inauguramos por primera vez en la historia eso de las matrículas pares e impares prohibidas para circular en sus respectivos días.

Pues eso, ayer por la tarde volví a ir al cine con mi despierta inocencia para ver la película "Las inocentes" ("Les innocentes"), de Anne Fontaine, y con Lou de Laâge (preciosa), Agata Buzek, Agata Kulesza, y Vincent Macaigne. Está basada en un hecho real. De esta directora franco-luxemburguesa había visto tres de sus anteriores films, "Primavera en Normandía" ("Gemma Bovery", 2014), "Dos madres perfectas" ("Adore", 2013), y "Cocó, de la rebeldía a la leyenda de Chanel" ("Coco avant Chanel", 2009).

Polonia, 1945, al poco del final de la II Guerra Mundial, en un convento de monjas se encierra un secreto. Una enfermera de la Cruz Roja francesa, destacada en un hospital de campaña cercano, junto a otros médicos y enfermeros, para curar y repatriar a los soldados franceses que todavía quedan heridos, acude a la llamada de auxilio de una de las monjas para que vaya al monasterio para curar a una de sus compañeras. Allí descubrirá que está embarazada, y que también lo están buena parte del resto, debido a que meses antes unos soldados rusos entraron y las violaron.

Una buena película (nota: 6), este drama contenido en su dureza, sobrio, de muy buena factura formal, sobre la maternidad (incluso la forzada) y su arrolladora fuerza vital, que pasa por encima hasta de la más recalcitrante de las intransigencias; sobre la fe -en general, que no es potestad exclusiva de la religión-, los choques entre la aberrante fe ciega e ignorante y la racional ciencia, y el entendimiento entre ésta y aquella, cuando sale del cerril enclaustramiento y se abre a la vida. También sobre el tambaleo casi constante de las más arraigadas creencias, más si tienen que enfrentarse a dilemas éticos, cuando incluso acaban por derrumbarse.

Ahora algo de sabiduría ajena, que nos ayude a librarnos de buena parte de nuestros candores, aunque no del todo, que eso no es muy bueno:

 - "El 28 de diciembre nos recuerda lo que somos durante los otros 364 días del año".  (Mark Twain).

 - "La fuerza más fuerte de todas es un corazón inocente".  (Víctor Hugo).

 - "Nunca me he desprendido de la infancia, y eso se paga caro. La inocencia es un lujo que uno no se puede permitir y del que te quieren despertar a bofetadas".  (Ana María Matute).

 - "Sería muy simpático que existiera Dios, que hubiese creado el mundo y fuese una benevolente providencia; que existieran un orden moral en el universo y una vida futura; pero es un hecho muy sorprendente el que todo esto sea exactamente lo que nosotros nos sentimos obligados a creer que exista".  (Sigmund Freud).

Besos y abrazos,

Don.
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jueves, 22 de diciembre de 2016

Comunal colectivización matutina

¡Buenos días!

En esta ganancial comunidad matutina ninguno de ellos se siente más que el otro, y además se dan libremente a la colectividad, tanto a los que por aquí pasan un rato a echar un ojo, como a los que se quedan enganchados con ellos y vuelven un día tras otro. Espero que jamás se disuelva la congregación de tan dispares almas, que con dos que queden será suficiente. Y en este primer día completo de invierno de calendario más parece que sigamos de otoño climático, tan bien avenidos como se ve a ambos en estos días de transición en los que parece que todo lo compartan, como las mínimas rozando la helada, o la soleada y serena quietud, con algunas nubes que nada emborronan el buen clima reinante... de momento. La temperatura prevista para hoy en los madriles, de diez, mejor que eso incluso, es decir, de 11ºC.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La comuna" ("Kollektivet"), de Thomas Vinterberg, y con Trine Dyrholm, Ulrich Thomsen, Helene Reingaard, Martha Sofie Wallstrøm, Lars Ranthe, Fares Fares, Magnus Millang, Anne Gry Henningsen, y Julie Agnete Vang. De este director danés había visto cinco de sus anteriores films: "Lejos del mundanal ruido" ("Far from the madding crowd", 2015), "La caza" ("Jagten", 2012), "Submarino" (2010), "Querida Wendy" ("Dear Wendy", 2004), y "Celebración" ("Festen", 1998).

Dinamarca años 70. Una familia -padre, madre e hija adolescente- hereda la mansión del padre de él, quien decide venderla pues el mantenerla les supondría gastos que no pueden afrontar. Pero su mujer e hija le convencen de que no lo haga y se vayan a vivir allí, y la esposa le sugiere además, dado que siente que el aburrimiento se está estableciendo en su vida conyugal, que inviten a varios amigos de la pareja a vivir con ellos y así compartir los gastos, estableciendo una comuna. Al principio todo va bien, se toman decisiones en común y democráticamente, se habla de todo y se vive sin tapujos. Pero tanto el equilibrio comunal como el marital empezarán a romperse el día en que el padre se enamore de una alumna suya de la universidad y esta se vaya a vivir a la comuna.

Una muy buena película (nota: 7), a pesar de algún leve desvanecimiento de la trama, este melodrama de amores con toques de comedia, donde la comuna es el lienzo sobre el que se trazan algunas historias de corazones rotos, no sólo emotivamente sino incluso físicamente, por lo que creí ver cierta metáfora subyacente en la aparente historia contada, sobre lo efímero de la vida y del amor, y de todo en general, de la disyuntiva difícilmente conciliable entre decisiones individuales y grupales, por muy democráticas que pretendan ser, de propiedades privadas o comunes, tanto en lo material como en lo afectivo. Una reflexión nostálgica del guionista y director, sin respuestas ni panaceas para bien convivir, que él vivió durante parte de su infancia y adolescencia en una comuna junto a sus padres.

Ahora toca la sabiduría ajena, donde pongo al alcance de esta comunidad matutina el privativo pensamiento de sus autores, en un buen trueque, que yo las tomo prestadas para una mayor difusión de sus ideas, que para eso son:

 - "Hacienda de común, hacienda de ningún".  (Refrán).

 - "Quien sirve al común, sirve a ningún".  (Refrán).

 - "Una de las desdichas de nuestro país consiste, como se ha dicho hartas veces, en que el interés individual ignora el interés colectivo".  (Santiago Ramón y Cajal).

 - "Todas las culturas, de un modo u otro, reflejan necesidades humanas comunes".  (Bronislaw Malinowski).

 - "Ningún grupo puede actuar con eficacia si falta el concierto; ningún grupo puede actuar en concierto si falta la confianza; ningún grupo puede actuar con confianza si no se halla ligado por opiniones comunes, afectos comunes, intereses comunes".  (Edmund Burke).

Besos y abrazos,

Don.
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miércoles, 21 de diciembre de 2016

Matutino ensimismado

¡Buenos días!

En mi ensimismamiento mañanero, cuando mis dos luceros apenas alumbran, emborronados aún por las legañas, atisbo de lejos la luz de los matutinos, y cuando accedo a ellos, desde su atalaya, vuelvo a interesarme por el mundo que me rodea, incluido el mío propio, el intrínseco a mí. Y a partir de ahí ya vuelvo a interactuar con este delicioso otoño que hoy mismo termina, el de calendario, y él lo hace dándose de la mano con el recién nacido invierno bajo el umbral solsticial poco antes de este mediodía, para volver a sumergirse resoplando hasta que vuelva en su equinoccio del año que viene.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "El faro de las orcas", de Gerardo Olivares, y con Maribel Verdú, Joaquín Furriel, Joaquín Rapalini, Ana Celentano, y Osvaldo Santoro. Está basada en un hecho real. De este director había visto uno de sus anteriores films, "La gran final" (2006).

Una madre viaja hasta la Patagonia con su hijo autista para encontrarse con el guardafauna de un Parque Nacional que tiene una muy especial relación con las orcas salvajes que cuida y observa desde su atalaya. Lo hace debido a que su hijo ha mostrado por primera vez cierta empatía con su entorno tras ver en la televisión un documental sobre orcas, en el que aparecía el guardafauna, y con la esperanza de que pueda salir de su embelesamiento interior al contactar físicamente con esos animales, ayudados por el naturalista.

Película que no me convenció (nota: 4), básicamente por su trama dramática, más bien melodramática, con ramalazos sentimentaloides, ramploncilla, simplona, y bastante plana a pesar de ciertos conflictos forzados con los que se pretendía conmover (conmigo no lo consiguió). Así que no me quedó otra que quedarme ensimismado con la espléndida fotografía de paisajes patagónicos (y canarios) e imágenes de documental de naturaleza; y con Maribel Verdú.

Ahora tocan unas citas de sabiduría ajena, que tal vez den buena luz que nos guíe a través de algunas de nuestras penumbras y pesadumbres:

 - "El camino misterioso va hacia el interior. Es en nosotros, y no en otra parte, donde se halla la eternidad de los mundos, el pasado y el futuro".  (Novalis).

 - "Dar la felicidad y hacer el bien, he ahí nuestra ley, nuestra ancla de salvación, nuestro faro, nuestra razón de ser".  (Henri Frédéric Amiel).

Besos y abrazos,

Don.
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martes, 20 de diciembre de 2016

Imperecedera fugacidad matutina

¡Buenos días!

Otro efímero matutino más que viene al mundo, y que en breve nos dejará entre besos y abrazos, sin llantos, para hacernos más suave la despedida, que trataremos de llevar con la mejor de las elegancias, lejos de cualquier aspaviento emocional. Pero son tantos, y llegan con tal regularidad, cual si rolaran en interminable carrusel, que casi parecen el mismo -de tal palo, tal astilla- que van y vienen a nuestras vidas cada mañana. Hoy es el último día completo de este delicioso otoño, que mañana miércoles, poco antes del mediodía, se nos despedirá con su natural distinción atravesando el umbral solsticial hacia su más allá, para dejar paso a la siguiente generación, a la estación invernal que ya despunta por las entretelas del clima.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Éternité", basada en la novela "L'élégance des veuves" de Alice Ferney, dirigida por Tran Ahn Hung, y con Audrey Tautou, Mélanie Laurent, Bérénice Bejo, y Jérèmie Renier. De este director vietnamita tan sólo había visto su anterior film, el estupendo "Tokio blues (Norwegian wood)" ("Noruwei no mori", 2010).

Finales del siglo XIX en Francia. Una familia aristocrática formada por matrimonio y tres hijas. Una de ellas se casa y tiene seis hijos e hijas, uno de los cuales se casa con otra mujer, que también es madre de una numerosa prole... Gente que va naciendo y muriendo. Al final, en nuestros días, en un puente de París, una joven, de la quinta generación de esa numerosa familia, corre al encuentro de su amado. Fin.

¿Fin?... Bueno, seguramente supondremos que terminará por tener otra caterva de retoños, o no tantos, que en estos tiempos de hoy en día no se estila tal cosa... y así sucesivamente... Siento, bueno, no lo siento, el haberos destripado el final de esta historia nada sorprendente... y además os he imaginado a mi estilo el más allá del final abierto. Disfrutad con el entretanto, quizá, si es que vais a verla, que yo no la disfruté gran cosa (nota: 4).

En este film de época, románticamente amanerado, se nos muestra la vida de tres generaciones de mujeres, y otra de la quinta de esta saga familiar, en la fugacísima coda final de apenas unos segundos. Y lo hace sin apenas diálogos, con una voz en off que más me pareció latoso repiqueteo, y una banda sonora que todo lo invadía, sin apenas resquicio para otras cosas. No me gustó su aburrido modo de narrar con preciosistas imágenes, a veces sensuales y elegantes, que tan sólo parecían transmitir sensaciones estéticas, las más de las veces de postal de cucamonas, y emociones maternales, de vida y muerte, todo muy dulcificado. Es más, la exaltación de la maternidad que es este film, creo que debería haber llevado a sus creadores a titularlo "Maternité".

Ahora llega la sabiduría ajena, en un rápido y breve repaso por un par de citas, que espero no se me pongan tontorronas y nos crezcan los enanos:

 - "La vida, como una cúpula de cristales multicolores, deforma la blancura esplendorosa de la eternidad".  (Percy B. Shelley).

 - "Grande es siempre el amor maternal, pero toca en lo sublime cuando se mezcla con la admiración por el hijo amado".  (Ángel Ganivet).

Besos y abrazos,

Don.
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lunes, 19 de diciembre de 2016

Verdadera mentira matutina

¡Buenos días!

No me acabo de creer lo estupendamente que me encuentro cada vez que llego a estos matutinos, que jamás me defraudan a base de contarme cuentos, historias de mentirijillas que me hablan a veces de grandes verdades, y de mentiras que son más verdad que ellas mismas, y ya no sé qué es lo uno y qué es lo otro, que todo depende del enfoque y del color del cristal con que se mire. Como en esta deliciosa mañana de otoño, donde algunas perdidas nubes, tan tintadas de rosa que no parecen de verdad, pero que lo son, cual si las mirara con filtro de ese color, me alegran el somnoliento despertar mañanero y me reconcilian con otra jornada en la que más desearía seguir soñando que vivir de verdad la realidad, pero esta se impondrá antes o después... o no.

Este fin de semana estuve en el teatro viendo la obra "La mentira" ("Le mensonge"), escrita por Florian Zeller, adaptación dirigida por Claudio Tolcachir, y con Carlos Hipólito, Natalia Millán, Armando del Río, y Mapi Sagaseta.

Una mujer ve por la calle al marido de su mejor amiga besándose apasionadamente con una desconocida, y esa misma noche ambas parejas van a quedar a cenar en la casa de ella. Le plantea a su marido si debe contarlo durante la cena, y éste le dice que ni se le ocurra hacerlo, que no es bueno decir ciertas verdades, que pueden herirse los sentimientos y malograr viejas amistades.

Una buena obra de teatro (nota: 6) esta comedia que, si bien al principio no me acababa de gustar del todo, pareciéndome de lo más normalita y tópica, pasada su mitad empezó a divertirme de verdad, risas incluidas, con sus enredos de mentiras, medias verdades, y silencios cómplices que velaban la verdad. Verdades sin tapujos y mentiras piadosas, que así lo parecen, o no, y mentiras sobre esas verdades y viceversa, y más capas de verdades y mentiras, presuntas o ciertas, sobre las anteriores, todo en un torbellino que va ganando en intensidad. Nos habla de confianza en la pareja, posiblemente rota por las infidelidades, o por las nubes de humo que verdades -verdaderas o inventadas- y mentiras -simuladas o reales- pueden echar sobre la presunta estabilidad conyugal.

Ahora algo de sabiduría ajena, que tal vez nos ayude a discernir entre verdades y mentiras, si es que tal cosa fuera posible:

 - "Ser preguntados por un autor qué es lo que pensamos de su libro es parecido a ser sometidos a la tortura: no tenemos la obligación de decir la verdad".  (Samuel Johnson).

 - "La vergüenza de confesar el primer error, hace cometer otros muchos".  (Jean de la Fontaine).

 - "El que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de esta primera".  (Alexander Pope).

 - "Ni la utilidad del mentir es sólida, ni el mal de la verdad perjudica mucho tiempo".  (Juan Luis Vives).

 - "El corazón del hombre necesita creer algo, y cree mentiras cuando no encuentra verdades que creer".  (Mariano José de Larra).

 - "En este mundo traidor
nada es verdad ni mentira
todo es según el color
del cristal con que se mira".  (Ramón de Campoamor).

Besos y abrazos,

Don.
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domingo, 18 de diciembre de 2016

Mi tesoooooro matutino

¡Buenos días!

No sé si me viene como anillo al dedo este título en relación a lo que vaya a desparramar hoy por aquí, pero bueno, ahí queda, y con el tiempo y las sucesivas capas de reposado sedimento tal vez sea un tesoro para futuras generaciones. El otoño sigue a lo suyo, bien sea con sol o con lluvias, regalándonos sus dones más ocultos, que afloran per se, sin que vayamos a buscarlos ni tengamos que desenterrarlos, que los pone al alcance de nuestros ojos, a poco que sepamos mirar.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "El tesoro" ("Comoara"), de Corneliu Porumboiu, y con Toma Cuzin, Adrian Purcarescu, y Corneliu Cozmei. De los anteriores films de este director rumano, tan sólo había visto su primero, "12:08, al este de Bucarest" ("A fost sau n-a fost?", 2006).

Un padre de familia que vive en Bucarest lee cada noche a su hijo de seis años aventuras de Robin Hood para que se duerma. Un día, su vecino en paro y a punto de ser desahuciado de su casa, le pide una buena cantidad de dinero, y tras responderle que no tiene tanto, vuelve a insistir y esta vez le comenta que hay un tesoro enterrado en el jardín de la casa de sus abuelos, en un pueblo cercano, y que el dinero era para un detector de metales, así que le propone que si lo compra o alquila le dará la mitad de lo encontrado. Aunque no acaba de creerse el cuento, al final se animará a alquilar el aparato a un tercero, que será quien lo maneje, y a embarcarse en la aventura junto a su vecino.

Película que no me acabó de llegar (nota: 5), esta especie de tragicómica parábola, de taciturno y corrosivo poso humorístico, basada en una anécdota real, que me enganchó al principio, me aburrió casi todo su breve metraje de larguísimos planos minimalistas que poco aportaban según mi entender, pues todo se podía haber contado en un cortometraje, hasta volver a atraparme con su desconcertante escena final. También sátira de toda una sociedad, y de su crisis, a través de las algo ridículas andanzas de este padre que quiere que su hijo se sienta orgulloso de él, para lo cual se deja llevar por las más absurdas peripecias.

Pues en la sección de sabiduría ajena de hoy, ahí os dejo desparramadas unas pocas citas de entre las que he rebuscado y encontrado por los más recónditos lugares:

 - "Espera mil años y verás que se vuelve preciosa hasta la basura dejada atrás por una civilización extinta".  (Isaac Asimov).

 - "Dar a un hijo mil onzas de oro no es comparable a enseñarle un buen oficio".  (Proverbio chino).

 - "Por oro no vendas lo que nunca podrás comprar con oro: la tranquila siesta, el satisfecho día, la limpia fama y la conciencia alegre".  (Samuel Johnson).

 - "Tienes más cualidades de lo que tú mismo crees; pero para saber si son de oro bueno las monedas, hay que hacerlas rodar, hacerlas circular. Gasta tu tesoro".  (Gregorio Marañón).

Besos y abrazos,

Don.
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miércoles, 14 de diciembre de 2016

Ingenio editorial matutino

¡Buenos días!

Eso debo ser yo, no sé si con mucho o poco genio, una especie de máquina que produce, tal vez escribe, y edita, matutinos al vertiginoso ritmo promedio de uno cada dos días. Tal verborrea de desparrames varios e ínfulas cinéfilas no me cabe en un tomo novelado al uso, si acaso en varios volúmenes de una enciclopedia tipo Espasa. Pero bueno, es lo que tienen las nuevas tecnologías, que todo me cabría en una mínima gota suspendida de la nube informática, o en un infinitésimo de la capacidad de mi ordenador. Y de hecho así es. El que seguro sí que es absolutamente genial es este delicioso otoño que hoy parece haber dejado atrás las difusas brumas para ir dando paso a la gris nubosidad, que tal vez destile algunas gotas de su ser más adelante.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "El editor de libros" ("Genius"), de Michael Grandage, basado en el libro "Max Perkins: Editor of genius" de A. Scott Berg, y con Colin Firth (como Max Perkins), Jude Law, Nicole Kidman, Laura Linney, Guy Pearce, y Dominic West. Es el primer largo de este director.

A finales de la década de 1920, un editor de éxito, quien anteriormente ya confiara y lanzara a la fama a F. Scott Fitzgerald o a Ernest Hemingway, decide publicar, tras haber sido rechazada en otras editoriales, la primera novela de un nuevo escritor, de arrolladora personalidad, Thomas Wolfe.

Una buena película (nota: 6), que vi con agrado e interés, centrada en la algo tormentosa relación de amistad y admiración entre estos dos hombres de muy opuestas personalidades, ambos geniales, uno desde la serenidad y las sombras del anonimato, y el otro turbulento y necesitado de cierto encauzamiento y contención, pues escribía manuscritos de miles de páginas, un impetuoso torrente verbal, ineditables comercialmente. Biopic de un hombre que supo sacar lo mejor de los autores que apadrinaba, y que reflexiona tangencialmente sobre si se mejora o adultera la obra de un escritor con las correcciones del editor.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, producto del ingenio de otras mentes que seguro nos dan que pensar:

 - "Hay dos clases de escritores geniales: los que piensan y los que hacen pensar".  (Joseph Roux).

 - "La mejor forma de averiguar si puedes confiar en alguien es confiar en él".  (Ernest Hemingway).

 - "Escribir un mal libro representa tanto trabajo como escribir uno bueno. Nace, con igual sinceridad, del alma del autor".  (Aldous Huxley).

 - "La inspiración es trabajar todos los días".  (Charles Baudelaire).

 - "El primer principio para escribir es pensar bien. Borra a menudo si quieres escribir cosas que sean dignas de ser leídas".  (Horacio).

 - "Repetir cosas ya dichas y hacer creer a las gentes que las leen por primera vez. En esto consiste el arte de escribir".  (Odysseus Elytis).

 - "La más segura cura para la vanidad es la soledad".  (Thomas Wolfe).

Besos y abrazos,

Don.
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martes, 13 de diciembre de 2016

Mis matutinos (y todo lo demás)

¡Buenos días!

Ahora mismo no estoy para otra cosa que mis matutinos. El resto de quienes, o de ques, espero que puedan aguantar un poco a que salga de aquí en breve, de la obnubilación en la que me tienen, que me aísla por unos instantes de las otras maravillas que me rodean. Como este delicioso otoño que hoy que, como ayer, se nos ha vuelto a difuminar, cual luminoso dibujo al carboncillo, entre sutiles neblinas y más densas nieblas, y ya no sé si quiero que se nos ilumine radiantemente cuando estas levanten. Cosas de la melancolía otoñal. Pero no queda otra que aceptar lo que toque.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "María (y los demás)", de Nely Reguera, y con Bárbara Lennie, José Ángel Egido, Pablo Derqui, Vito Sanz, Julián Villagrán, Marina Skell, y María Vázquez. Es el primer largo de esta directora.

María tiene 35 años y, desde los 15, cuando murió su madre, ha cuidado de su padre y de sus dos hermanos pequeños, ya casados, olvidando casi por completo vivir su propia vida, dejando de lado la novela que quiere escribir y nunca termina, sin novio formal, y todo lo demás, cosas que no tiene pero que desea. Ahora que su padre acaba de superar un cáncer y anuncia a toda la familia el día de su cumpleaños que se casará con la enfermera que lo cuidó en el hospital, ella siente que todo su mundo se desmorona, no sabe qué hacer con su vida de ahora en adelante, cual si se enfrentara a una frustrante página en blanco, y se va desquiciando poco a poco, cabreándose con el mundo, sin saber muy bien que le pasa, cual desubicada adolescente.

Estupenda película (nota: 8) esta dramedia, agridulce y con toques de sutil amargura humorística, muy divertida, a base de observar los peculiares comportamientos de esta mujer pelín marciana, algo descolocada ante la vida, de su familia y escasos amigos, un encantador personaje magníficamente interpretado, especialmente en la escena de su monólogo de casi al final cuando, henchida de alcohol, casi balbucea sus anhelos de gloria literaria, frustrados una y otra vez por sus circunstancias, es más, incluso por ella misma.

Ahora unas pocas citas de sabiduría ajena que nos ayuden a reconectar con el mundo. Todas las demás podéis encontrarlas si buscáis bien por ahí:

 - "Lo que quiere el sabio lo busca en sí mismo; el vulgo lo busca en los demás".  (Confucio).

 - "La cosa más difícil es conocernos a nosotros mismos; la cosa más fácil, hablar mal de los demás".  (Epicteto).

 - "Por demás es rogar a quien nada nos puede dar".  (Refrán).

 - "El deber es lo que esperamos que hagan los demás".  (Óscar Wilde).

 - "Estar en paz consigo mismo es el medio más seguro de comenzar a estarlo con los demás".  (Fray Luis de León).

Besos y abrazos,

Don.
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lunes, 12 de diciembre de 2016

Conduciendo por las líricas rutinas matutinas

¡Buenos días!

Otra mañanita más que me dejo llevar doquiera que deseen estos matutinos, y que sea para siempre, pues jamás me aburren, por mucho que transiten por parecidos lugares, siempre tan diferentes, sobre todo si atendemos a los aparentemente más intrascendentes detalles, tan cargados de poesía, a poco que sepamos mirarlos. Y otra dulcísima mañana de soleado otoño, tan plácida que parece suspendida en el tiempo, en la que nada parece moverse, con el viento detenido, pero que bien mirada, apunta a cambios casi imperceptibles, o no, según para cada quien, todo un poema cuajado de coloristas matices.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Paterson", de Jim Jarmusch, y con Adam Driver, y Golshifteh Farahani. De este prestigioso director había visto bastantes de sus películas, en concreto, "Sólo los amantes sobreviven" ("Only lovers left alive", 2013), "Los límites del control" ("The limits of control", 2009), "Flores rotas" ("Broken flowers", 2005), "Ghost Dog, el camino del samurái" ("Ghost Dog: The way of the samurai", 1999), "Noche en la Tierra" ("Night on Earth", 1991), y "Mystery train" (1989).

Paterson, un conductor de autobuses urbanos en la ciudad de Paterson, Nueva Jersey, sigue casi cada día la misma rutina: Se despierta, besa a su mujer, desayuna, va a trabajar, escucha las conversaciones de los pasajeros, mira lo que ocurre a su alrededor desde su parabrisas mientras avanza, vuelve a casa, saca a pasear el perro de su mujer, se toma una cerveza en el bar de la esquina, se duerme... y vuelta a empezar al día siguiente. ¡Ah!, y en ratos perdidos, escribe en su cuaderno poemas de verso libre sobre los nimios detalles de la vida que le rodea, sobre la belleza de lo cotidiano. Casi lo único que cambia en sus rutinas son los pequeños sueños y proyectos que su ilusionada mujer no cesa de emprender. Ambos se aman y apoyan en todo lo que hacen.

Deliciosa película (nota: 9) que os recomiendo encarecidamente que vayáis a ver. Minimalista y reposada historia colmada de silencios y poéticas y emotivas reflexiones, de lo más sabias, sobre la hermosura de lo cotidiano, en la que personajes y situaciones se reiteran una y otra vez, aunque con sutiles variaciones; y suavemente aromatizada de muy buen humor. Una manera diferente de mirar la vida y sus cadencias, sin necesidad de rima, desde el más prosaico lirismo, y de como aceptar con serena naturalidad los pequeños (o grandes) sinsabores que nuestro devenir pueda depararnos.

Llegamos casi al final de este trayecto matutino con esta pequeña coda de citas de sabiduría ajena:

 - "El poeta ve lo poético aun en las cosas mas cotidianas".  (Olga Orozco).

 - "En el rocío de las pequeñas cosas, el corazón encuentra su mañana y toma su frescura".  (Khalil Gibran).

 - "El mundo está lleno de pequeñas alegrías; el arte consiste en saber distinguirlas".  (Li Po).

Besos y abrazos,

Don.
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viernes, 9 de diciembre de 2016

Expectante espectador matutino

¡Buenos días!

Otra deliciosa mañanita de agradabilísimo otoño, con sol y nubes, en la que con anhelante esperanza, siempre bien cumplida, confío en pasar otro delicioso momento por aquí y, cuando salga, habiendo repartido los consabidos besos y abrazos, sentirme totalmente satisfecho con el maravilloso espectáculo del que acabo de disfrutar.

Antes de ayer por la tarde estuve en el teatro viendo una obra de Federico García Lorca, "El público" (1930), dirigida por Álex Rigola, y con Irene Escolar y un montón más de actores y actrices, que es una obra bastante coral. Es el tercer montaje que veo de una obra teatral de Federico García Lorca, tras la magistral "La casa de Bernarda Alba" (1936), de la que también vi una homónima versión cinematográfica de 1987 dirigida por Mario Camus, y "Bodas de sangre" (1933), de la que también vi otra versión cinematográfica con "La novia" (2015) de Paula Ortiz.

No sé muy bien que sinopsis argumental referir aquí sobre el desparrame surrealista que es esta obra, en la que parece haber claras referencias, oníricamente hablando, quizá onanísticamente, por eso de la paja mental que me pareció, al amor homosexual y a la perversión del arte teatral convencional.

Una espectáculo teatral que nada me dijo (nota: 2), que no había por donde cogerlo, a pesar de muy sesudos estudios que seguro habrá de esta obra lorquiana y que la expliquen. Y eso que tenía una magnífica escenografía y coreografía actoral, con estupendas interpretaciones, destacando muy por encima de las demás, para mí, la de Irene Escolar, una monumental actriz que me fascina y por la que siento enorme admiración a pesar de las pocas veces que la he visto, ya sea en cine, televisión o teatro -con esta, una vez en cada ámbito-. Como en otras ocasiones, mucha forma sin fondo que la sustente. Sin embargo, como siempre en las obras de Lorca, estaba preñada de poesía de desaforada metáfora, aunque esta vez más incomprensible que nunca para mí. Cual si Lorca se hubiera tomado algún tipo de alucinógeno previamente a haberla escrito, o se hubiese sumido en una repentina y transitoria neurastenia, o similar trastorno psicológico, dignos de ser tratados. En cierto modo, me recordó a un espectáculo teatral que vi hace unos años, bochornoso y un terrible calvario para mí, "Gólgota picnic", todavía más infumable.

Bueno, ya no espero más, ahí van unas citas de sabiduría ajena que pongo para público conocimiento y mejor entender:

 - "El público es tan limitado, tan incapaz, que sólo ve aquello que se le enseña".  (Stendhal).

 - "El público cree con la mayor facilidad las más grandes necedades".  (Pío Baroja).

 - "Conviene siempre esforzarse más en ser interesante que exacto; porque el espectador lo perdona todo menos el sopor".  (Voltaire).

 - "Lo que el público te reprocha, cultívalo. Eso eres tú".  (Jean Cocteau).

Besos y abrazos,

Don.
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miércoles, 7 de diciembre de 2016

Matutinos sólo hay una

¡Buenos días!

Aunque el título de hoy pudiera parecer algo paradójico y no muy bien concordado en el número... ni en el género, la cosa no es tal, ni cual, pues aunque muchos y cada uno a su aire, son únicos e irreemplazables para mí, que todo me lo dan desinteresadamente, como una buena madre, y viceversa. Como este mismo otoño, que da igual que se nos presente calmado y soleado, como hoy, que gris, ventoso y lluvioso, que siempre le amaremos con igual cariño.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Madre sólo hay una" ("Mãe só há uma"), de Anna Muylaert, y con Naomi Nero, Daniela Nefussi, Daniel Botelho, Matheus Nachtergaele, y Lais Dias. Es el segundo largo que veo de esta directora y guionista brasileña tras "Una segunda madre" ("Que horas ela volta?", 2015), su anterior film.

Un chaval de 17 años, en trance de decidir su idiosincrasia, vive con su madre viuda y su hermana pequeña. Un día llega la policía a su casa y descubre que fue robado de un hospital cuando recién nacido. Su madre ingresa en prisión y él es entregado contra su voluntad a su familia biológica. Queda absolutamente desolado y deberá acostumbrarse a su nueva vida y nuevo nombre. Sus desconocidos padres biológicos han trazado el plan de cómo será su nueva vida, pero él piensa de manera muy diferente.

Estupenda película (nota: 8) este drama, basado en un caso real, sobre niños robados, cuestión que deja de soslayo para centrarse en las consecuencias emocionales sobre los hijos zarandeados de un hogar a otro por imperativo legal y sin escuchar -ni padres ni instituciones- lo que ellos quieren de verdad. También de la búsqueda de identidad de los adolescentes, social y personal, de la incomprensión maternal -y paternal- al respecto; y de dilemas éticos sobre qué debe predominar, si lo legal o lo que es justo, que los padres, cegados por su ansia y derecho a recuperar lo que consideran suyo, no ven que lo que no puede ser no será, y forzarlo es todavía peor. En lo esencial, trata similares cuestiones que el anterior film de esta directora, es decir, ¿qué es lo que verdaderamente nos hace padres e hijos?, y de las incomprensiones intergeneracionales.

Ahora algunas citas de sabiduría ajena, más de una, a ver si de tanto roce con ella se nos queda algo:

 - "Toda la justicia social descansa en estos dos axiomas: El robo es punible y el producto del robo es sagrado".  (Anatole France).

 - "No es la carne y la sangre, sino el corazón, lo que nos hace padres e hijos".  (Friedrich von Schiller).

 - "Los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez".  (Gabriel García Márquez).

 - "La clase de felicidad que necesito es menos hacer lo que quiero que no hacer lo que no quiero".  (Jean Jacques Rousseau).

 - "La juventud no debe sólo asimilar los frutos de la cultura de sus padres, sino que debe elevar la cultura a nuevas cimas, a las que no llegan las gentes de las anteriores generaciones".  (Konstantin Stanislavski).

Besos y abrazos,

Don.
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martes, 6 de diciembre de 2016

Matutino de guante blanco

¡Buenos días!

A velocidad de vértigo mis dedos teclean este matutino, con delicada dulzura, tan rápido que casi mis ojos no pueden verlo, y apenas siento como va llegando el clímax final, cuando me venga resbalando tras los besos y abrazos, sin un solo jadeo... y no sé a dónde esto me llevará. Y hoy volvemos a tener otro exquisito día de otoño, dulce y sereno, de muy buenos modales, nada brusco, soleado y, como siempre, muy sensual, regalándonos con toda su orgía colorista, que tanto nos arrebola, como en el mejor amanecer, o atardecer.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La doncella" ("Ah-ga-ssi"), de Park Chan Wook, basada en la novela "Falsa identidad" ("Fingersmith") de Sarah Waters, y con Kim Min Hee, Kim Tae Ri, Ha Jung Woo, y Jo Jin Woong. Había visto hasta ahora tres de los anteriores films de este magistral director coreano: "Stoker" (2013), "Soy un cyborg" ("Saibogujiman kwenchana", 2006), y "Old boy" ("Oldeuboi", 2003), una absoluta obra maestra para mí.

En la Corea de la década de 1930, durante la colonización japonesa, una joven ratera es contratada como doncella por una joven y rica heredera japonesa que vive recluida por su tiránico tío en una lujosa mansión. En realidad está allí para facilitar a un estafador, que se hace pasar por conde japonés, la seducción de la inocente y virginal muchacha, con el fin de casarse y apoderarse de sus riquezas. Pero ambas se enamorarán mutuamente.

Espléndida película (nota: 8), muy refinada estéticamente, magistralmente narrada, de exquisitas maneras formales, bellísima visualmente, rebosante de sensualidad, esta historia de amor, y también thriller erótico, con su puntita de picante sado, y alguna escena divertidamente truculenta -marca de la casa-. Estructurada en tres partes en las que se cuenta la misma historia desde tres puntos de vista pero añadiendo algo más cada vez, con un sorprendente giro al final de cada una, nos habla, de un modo algo retorcido, de amor y anhelante deseo, de juegos de seducción, engaños, traiciones y venganzas, y quizá del lúbrico placer de contar historias, mucho más si son eróticas.

Pues antes de los besos y abrazos trato de acariciar vuestras entendederas con unas citas de sabiduría ajena, espero que excitantes:

 - "Para conseguir la más pequeña fortuna, vale más decir cuatro palabras a la querida de un rey que escribir cien volúmenes".  (Voltaire).

 - "Seducimos valiéndonos de mentiras y pretendemos ser amados por nosotros mismos".  (Paul Géraldy).

 - "Creo que no te quiero, que solamente quiero la imposibilidad tan obvia de quererte como la mano izquierda enamorada de ese guante que vive en la derecha".  (Julio Cortázar).

 - "Preciso es que el placer tenga sus penas, y el dolor sus placeres".  (Goethe).

 - "No satisfagáis jamás hasta la saciedad vuestros deseos; así os proporcionaréis placeres nuevos".  (Proverbio chino).

Besos y abrazos,

Don.
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lunes, 5 de diciembre de 2016

Matutinos nocturnos

¡Buenos días!

Pareciera por el título de hoy que estos matutinos no tienen muy claro qué decidir al respecto de su intrínseca identidad, pero dado que son polifacéticos según los más diversos puntos de vista desde los que pudieran ser abordados, nada de eso. De hecho, se gestan en la oscura caverna de mi cabeza cuando la noche nos envuelve, tras el último fundido a negro del film que vi esa misma tarde, y ven la luz en cuanto los primeros rayos de sol mañanero se la proporcionan. Así son, y así lo asumen y llevan con la mayor de las dignidades. La mañana otoñal está oscura, no como si fuera de noche, sino por las muy grises nubes que todavía quedan tras las lluvias de este fin de semana y que todavía dejan caer algunas desvaídas gotas.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Animales nocturnos" ("Nocturnal animals"), de Tom Ford, basado en la novela "Tres noches" ("Tony and Susan", "Nocturnal animals") de Austin Wright, y con Amy Adams, Jake Gyllenhaal, Michael Shannon, y Aaron Taylor-Johnson. De Tom Ford, diseñador de moda metido a director de cine, había visto también su anterior film, con el que debutó, "Un hombre soltero" ("A single man", 2009).

Una exitosa galerista, con cuyo segundo marido lleva una vida bastante vacía de lujo y muy sofisticado glamour, recibe por correo una carta de su exmarido, con el emplazamiento para un posible encuentro, y la recomendación de leer el borrador de novela adjunto. Es la primera novela (con dedicatoria a ella y cuyo título es el de la película) que ha conseguido terminar su ex, a quien abandonó hace bastantes años, en su juventud, y no ve desde entonces, quien le pide que la lea antes que nadie dado que ella siempre fue su mejor crítica. Desde el primer instante ella se sumerge con fruición en la muy violenta trama narrada, siguiendo las peripecias del atribulado protagonista. Entre sobresalto y sobresalto de la historia, va rememorando fragmentos de la vida pasada con él.

Muy buena película (nota: 7) este thriller de exquisitas maneras formales, muy estilosa ornamentalmente, y con un final que me encantó, a la que sin embargo le faltó algo para entusiasmarme, un qué sé yo. Narrada a tres niveles, el de la protagonista y su presente, que le parece bastante vano; y el de su pasado con el ex, y el de la ficción de la novela de éste, ambos antitéticos en sus formas, que no en lo más hondo de su contenido; nos habla de varias cosas a la vez, de escribir literatura como modo de exorcizar nuestros demonios interiores, como humillante venganza, no sé si contra alguien o contra uno mismo, de ciertos modos de redimir nuestras culpas, de encajar nuestras frustraciones, de nuestras elecciones y sus consecuencias sobre los demás y sobre nosotros mismos.

Ahora algo de sabiduría ajena que nos ayude a sacar a la luz a nuestras más recónditas tribulaciones:

 - "Creo que he encontrado el eslabón perdido entre los animales y el homo sapiens: nosotros".  (Konrad Lorenz).

 - "Con la palabra, el hombre supera a los animales, pero con el silencio se supera a sí mismo".  (Paul Masson).

 - "A la noche, chichirimoche; a la mañana, chichirinada".  (Refrán).

 - "Cuando estés de noche en tu alcoba, aun cuando tengas las puertas y las ventanas cerradas y apagada la luz, no digas que estás solo: nunca se está solo".  (Epicteto).

Besos y abrazos,

Don.
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jueves, 1 de diciembre de 2016

Matutinée y un monsieur de aquí

¡Buenos días!

Otra matinée más en la que acudo a mis matutinos para sentirme todo un señor con los mimosos cuidados de mis hadas y ninfas, tan dulces que apenas me quedan ganas de salir de aquí, aunque deba hacerlo en un rato, ¡ya veremos cómo lo hago, si es que puedo volver a mi ser!... Más o menos como de momento me pasa con este arrobador otoño, del que no puedo abstraerme, tan absorto como me tiene, tanto que ya no sé ni donde me encuentro ni a donde ir.

Este fin de semana estuve en el teatro viendo la obra "Ninette y un señor de Murcia", escrita por Miguel Mihura (se estrenó en el Madrid de 1964), dirigida por César Oliva, e interpretada por Natalia Sánchez, Jorge Basanta, Javier Mora, Julieta Serrano y Joaquín Kremel. Había visto una versión cinematográfica de esta obra, que también incluía su continuación "Ninette, modas de París" (1966), "Ninette" (2005) de José Luis Garci. De Miguel Mihura había visto en teatro otra de sus obras, la considerada su obra maestra, "Tres sombreros de copa" (estrenada en 1952).

Un treintañero provinciano -de Murcia-, arquetipo del español de aquella época, reprimido sexualmente, tras recibir una jugosa herencia, decide viajar a París durante 15 días para conocer la ciudad del amor y vivir una aventurilla, aleccionado por las historias de mujeres fáciles que le cuenta su paisano amigo, que lleva viviendo allí desde hace un par de años. Éste le encuentra alojamiento en la pensión de un matrimonio de españoles de ideas izquierdistas allí exiliados desde la Guerra Civil. Ya en su primera noche, al poco de llegar, y cuando iba a salir de picos pardos con su amigo, conoce a la hija de los dueños, de la que se enamorará perdidamente y con la que tendrá su primera experiencia sexual esa misma noche, hasta el punto de no poder abandonar la pensión durante el resto de los días de su estancia en París, incluso aunque él quiera hacerlo.

Una estupenda obra (nota: 8), un clásico de nuestro teatro, muy bien interpretada, con leves toques de teatro del absurdo, aunque no tantos como en su anterior obra de "Tres sombreros de copa", precursora de ese estilo teatral. Comedia costumbrista de comedida crítica y algo soterrada parodia (estábamos en la España franquista con sus censuras) de las convenciones de la sociedad española de la época, de las dos Españas y su reconciliación, no tan distintas como se pretendía, y tan vigente antes como ahora, sobre nuestros deseos imaginados y la realidad, sobre la libertad, sobre el amor, y sobre el compromiso (matrimonial).

Bueno, pues antes de salir de aquí, ahí os dejo unas citas de sabiduría ajena:

 - "El que se alimenta de deseos reprimidos finalmente se pudre".  (William Blake).

 - "Un flirteo es como una pastilla; nadie puede predecir exactamente sus efectos secundarios".  (Catherine Deneuve).

 - "El amor es una comedia en un sólo acto: el sexual".  (Enrique Jardiel Poncela).

 - "El que pide la mano de una mujer, lo que realmente desea es el resto del cuerpo".  (Enrique Jardiel Poncela).

 - "El matrimonio es un lazo que la naturaleza nos tiende".  (Arthur Schopenhauer).

 - "Dictadura: Sistema de gobierno en el que lo que no está prohibido es obligatorio".  (Enrique Jardiel Poncela).

 - "No son los deberes lo que quitan a un hombre la independencia: son los compromisos".  (Louis de Bonald).

Besos y abrazos,

Don.
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