martes, 31 de enero de 2017

Breve interludio matutino

¡Buenos días!

Otra mañana más en la que desfilo por los matutinos, breve entreacto de mis quehaceres cotidianos, intermedio en el que dejo fluir mis desvaríos, divirtiéndome, tratando de remendar eventuales dolencias anímicas para volver saneado a la refriega del día a día. Y hoy, sí que sí, asoma el sol, intervalo entre pasados días de nubosidad, nieblas y lloviznas, y los que están por venir de más de lo mismo, con unos desmedidos 15ºC de máxima, totalmente descolocados, y que nos descolocan, cual si este invierno no fuera real, una especie de show para embobarnos, y que nos hacen dudar de en qué estación estamos realmente, si en esta o en aquella. Así no hay manera de adaptarse a clima alguno... o a lo mejor esto nos prepara para lo que sea, por absurdo que parezca, quien sabe.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Billy Lynn" ("Billy Lynn's long halftime walk"), de Ang Lee, basada en la novela homónima de Ben Fountain, y con Joe Alwyn, Steve Martin, Kristen Stewart, Garrett Hedlund, Vin Diesel, Chris Tucker, y Makenzie Leigh. De este excelentísimo director de origen chino he visto la mayoría de sus films, a saber, "La vida de Pi" ("Life of Pi", 2012), "Deseo, peligro" ("Se, jie", 2007), "Brokeback mountain (En terreno vedado)" ("Brokeback mountain", 2005), "Hulk" (2003), "Tigre y dragón" ("Wo hu cang long", 2000), "Cabalga con el diablo" ("Ride with the devil", 1999), "La tormenta de hielo" ("The ice storm", 1997), "Sentido y sensibilidad" ("Sense and sensibility", 1995), y "El banquete de boda" ("Xi yan" / "The wedding banquet", 1993). Además de estos que vi, me quedan otros tres largos suyos por ver.

Año 2004. Billy Lynn, joven soldado de 19 años, se convierte en héroe de la guerra de Irak al captar incidentalmente una cámara su acción de intentar salvar a su sargento de una muerte segura en medio de una emboscada en la que su comando había caído. Él y todo su pelotón son llevados temporalmente a Estados Unidos para una breve gira promocional y una intervención en el descanso de un partido de fútbol americano en el día de acción de gracias. Y de vuelta para la guerra.

Una buena película (nota: 6) que, sin embargo, no acabó de ser redonda para mí. Es como si le faltara algo, a pesar de la buena historia, su vidriosa retranca sarcástica, y las innovadoras técnicas usadas: 3D, fotografía a 120 imágenes por segundo, el quíntuple de lo normal, y resolución a 4k, la primera cinta en la que estas tres técnicas se conjugan a la vez... pero aquí en España se ha distribuido en formato normalito, así que no podremos apreciar estos avances técnicos que tratan de dar la mayor sensación posible de irreal hiperrealidad.

Destila antibelicismo, pero se pone de parte de los soldados. Nos habla de sus secuelas básicamente anímicas y su difícil readaptación a la vida civil ordinaria, que ven absurda, ruidosa, caótica y sin sentido, de otro modo, o del mismo, que de por sí ya lo es la misma guerra. Descarnada sátira de la infantiloide sociedad estadounidense, ignorantes de la realidad de las guerras en las que se embarcan, o les embarcan algunos de sus mezquinos empresarios y políticos, mediatizada por los mass media que casi todo lo convierten en atracción de feria, programas y espectáculos basura donde todo simula burdo oropel. En cierto modo, algunas situaciones me recordaron ciertos pasajes de "Banderas de nuestros padres" ("Flags of our fathers", 2006) de Clint Eastwood.

Bueno, pues antes de acabar este intermedio promocional y que podáis seguir viendo, y viviendo, la película de vuestra auténtica existencia, os invito a que os deis un paseo por entre estas citas de sabiduría ajena:

 - "Ver un asesinato por televisión puede ayudarnos a descargar los propios sentimientos de odio. Si no se tienen sentimientos de odio, podrán obtenerse en el intervalo publicitario".  (Alfred Hitchcock).

 - "No todos podemos ser héroes. Alguien tiene que quedarse a un lado aclamándolos al pasar".  (William Rogers).

 - "Uno cree que muere por la patria y muere por los industriales".  (Anatole France).

 - "La guerra es un juego que los reyes, si sus súbditos fueran inteligentes, no jugarían jamás".  (William Cowper).

Besos y abrazos,

Don.
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lunes, 30 de enero de 2017

No hay clausura matutina

¡Buenos días!

Sí, porque no doy lugar a enclaustrarme en ellos y que el aire se me haga irrespirable. Además porque tengo la sensación de que no van a terminarse en el muy largo plazo temporal que alcanzo a vislumbrar; si acaso, en el de hoy, con los besos y abrazos del final, y hasta los buenos días del siguiente. Como también hace aparentemente el sol en su elíptico devenir ente los dos extremos del horizonte, muriendo y renaciendo con cada rotación. El que tampoco tiene visos de terminar es este invierno, al menos hasta llegar al próximo equinoccio, todavía muy, muy lejano. De momento, hoy casi con tibieza térmica, nieblas, eventuales lloviznas y apenas sol visible, aunque parece que antes de cerrar el día se abrirá el cielo.

Este fin de semana estuve en el teatro viendo la obra "La clausura del amor" ("Clôture de l'amour"), escrita y dirigida por Pascal Rambert, y con Bárbara Lennie e Israel Elejalde.

Una pareja irrumpe atropelladamente en el desnudo escenario. Él, con incontenible logorrea, le espeta a ella en una larguísima diatriba, con lacerantes palabras plenas de rabia, de dolor... y de amor pasado, que su relación se ha roto y que la deja. Cuando ha terminado y va a irse, ella, que escuchó enmudecida, le detiene, y le rebate punto por punto todas sus razones, sus presuntas verdades.

Una obra que no me gustó y apenas nada me dijo (nota: 3), a pesar de las estupendas actuaciones de los dos actores, mucho mejor ella para mí. Sobrada de intensidad y de preñez metafórica, molesto ruido que distorsionaba sobremanera las no demasiado convincentes razones de ninguno de los dos personajes, que casi nada me interesaron, aunque algo más las de ella, especialmente en los diez minutos finales. En definitiva, que su contenido no me gustó, aunque sí su estructura en dos monólogos sucesivos casi tan parecidos como una figura y su reflejo de espejo. Enlodado combate dialéctico a pecho descubierto (literalmente cierto en la coda final) de pareja en crisis, de amor en descomposición, con hirientes palabras con intención de hacer daño, que a nada llevan, ni nada resuelven, en una catarsis que casi ni alivia el dolor de los litigantes.

Bueno, pues al final veo la puerta de salida de este matutino, pero antes hay que atravesar por estas citas de sabiduría ajena, y a lo mejor algo se nos pega:

 - "No está en mi naturaleza ocultar nada. No puedo cerrar mis labios cuando he abierto mi corazón".  (Charles Dickens).

 - "En la guerra como en el amor, para acabar es necesario verse de cerca".  (Napoleón).

 - "Con frecuencia el amor, comercio borrascoso, acaba en bancarrota".  (Chamfort).

 - "Lo mismo es nuestra vida que una comedia; no se atiende a si es larga, sino a si la han representado bien. Concluye donde quieras, con tal de que pongas buen final".  (Séneca).

Besos y abrazos,

Don.
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jueves, 26 de enero de 2017

Luz que me guía entre cada matutino

¡Buenos días!

Supongo que será la que emite cada uno de ellos, que me ilumina el resto del camino hasta llegar al siguiente, para hacerme sentir a salvo de eventuales naufragios. La del sol, sin embargo, parece velarse conforme avanza la mañana por unas cada vez más tupidas nubes, que incluso amenazan con lluvia, si hacemos caso a los pronósticos meteorológicos para hoy, que la anuncian con certeza para esta noche.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La luz entre los océanos" ("The light between oceans"), de Derek Cianfrance, basada en la novela homónima de M. L. Stedman, y con Michael Fassbender, Alicia Vikander, y Rachel Weisz. Es el cuarto largo de este director, y tercero suyo que veo tras "Cruce de caminos" ("The place beyond the pines", 2012), y "Blue Valentine" (2010).

Al poco de terminar la I Guerra Mundial, un soldado australiano regresa a su país ileso tras haber combatido en las trincheras de Europa. Solicita empleo como farero en una remota isla desierta en el occidente australiano, y es contratado. Necesita de la soledad para restañar las heridas de su alma. En una visita a la más cercana localidad, conoce a una hermosa joven, se enamoran, se casan y se van a vivir al faro. Tras dos abortos naturales, pocos días después del segundo, aparece una pequeña barca a la deriva con un hombre muerto y una bebé llorando. Ella le pide a su marido que no notifique el hallazgo y quedarse con la bebé y cuidarla como su hija. Todo se complicará pocos años después cuando sepan que la madre biológica del bebé, y esposa del fallecido, está viva.

Una buena película en general (nota: 6), con sus más y sus menos, que se ve con agrado, este drama romántico de evocadores paisajes y fotografía excelente, más bien melodramón que coquetea con el folletín, y sin excesivas honduras, que le hubieran venido muy bien en ese melancólico entorno marinero. Historia de amor marcada por las fatalidades del destino, también de encrucijadas morales, desgarro emocional, remordimiento, perdón y redención. Este director parece que poco a poco va perdiendo fuelle, pues las tres películas vistas de él me han ido gustando cada vez menos, sin llegar todavía al suspenso.

Ahora unas citas de sabiduría ajena que espero alumbren con bien nuestro devenir:

 - "Dar la felicidad y hacer el bien, he ahí nuestra ley, nuestra ancla de salvación, nuestro faro, nuestra razón de ser".  (Henri Frédéric Amiel).

 - "¿Hay un precepto que pueda guiar la acción de toda una vida? Amar".  (Confucio).

 - "La luz del sol ciñe a la tierra
y la luna besa los mares:
¿para qué esta dulce tarea
si luego tú ya no me besas?".  (Percy B. Shelley).

Besos y abrazos,

Don.
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miércoles, 25 de enero de 2017

Matutino para tirar cohetes

¡Buenos días!

Me figuro que será por lo contento que estoy, festejando quién sabe qué, o por las somnolientas chiribitas que mis legañosos ojos todavía se empeñan en despedir, ya que no creo que me ponga ahora a hacer números para calcular la trayectoria de lanzamiento de este matutino, que supongo me basta con colgarlo en la red para darle salida desde la oscura caverna de mis ocultos pensamientos, y así puedan ver la luz, con independencia del renombre que puedan conseguir tras lograr esta gloriosa hazaña casi diaria. Y el sol sigue sin ocultar su resplandeciente y radiante figura tras nube alguna, en otro día de invierno con suavísimas heladas mañaneras y agradable confort térmico cuando el sol ronde su cenit.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Figuras ocultas" ("Hidden figures"), de Theodore Melfi, y con Taraji P. Henson, Octavia Spencer, Janelle Monáe, Kevin Costner, Jim Parsons, y Kirsten Dunst. Es el segundo largo de este director, de quien había visto su anterior, "St. Vincent" (2014).

A principios de los años 60, en los albores de la exploración espacial, tres mujeres matemáticas, negras, que trabajan junto a otras del mismo sexo y condición en un equipo de cálculo de la NASA, destacan en su desempeño profesional, tanto como para ser parte muy importante de los primeros pasos de los Estados Unidos en la carrera espacial que les enfrentaba a los soviéticos. Desconocida historia real de estas mujeres pioneras que permanecieron a la sombra por su condición femenina, y de negras, en un país que todavía entonces las ninguneaba y segregaba.

Una película que vi con agrado (nota: 5), pero no para tirar cohetes, muy interesante por la desconocida historia que cuenta de estas intrépidas heroínas a contracorriente del racismo y el sexismo imperante en el mundo laboral y en la sociedad de entonces. Bien hecha, es bastante convencional en su desarrollo, dulzona en ciertos momentos, incluso los de contenida épica, aunque esto de la mesura en la epopeya es de agradecer, pero mucho mejor para mí cuando tiende a cero, como en el film del matutino de ayer, "Loving" (2016) de Jeff Nichols.

Ahora tres citas de sabiduría ajena, sin ningún guarismo oculto, comenzando por una, con cierta jocosa ironía, de una de las matemáticas ensalzadas, la protagonista principal, en la película hoy glosada:

 - "Sigue intentándolo. Sea cual sea el problema, tiene solución. Una mujer lo puede solucionar. Un hombre también, si le das mucho tiempo". (Katherine Coleman-Globe-Johnson).

- "Guarismo eres y no más; según donde te pongan, así serás".  (Refrán).

 - "Agradece a la llama su luz, pero no olvides el pie del candil que, constante y paciente, la sostiene en la sombra".  (Rabindranath Tagore).

Besos y abrazos,

Don.
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martes, 24 de enero de 2017

Matutino enamorado

¡Buenos días!

Mañana de soleado y serenísimo invierno, con máximas previstas de 11ºC y mínimas levemente por debajo del punto de congelación (-1ºC). Esta cálida quietud, digna de ser amada, no hace otra cosa que hacerme caer prendidamente enamorado de todo lo que me rodea, cualquiera que sea su condición, amor que incluso superaría cualquier obstáculo que se le presentase, escarchara, nevara, o lo que al casquivano y veleidoso clima se le ocurriera dictar. Y al que le pique, que se rasque y deje de molestar.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Loving", de Jeff Nichols, y con Joel Edgerton y Ruth Negga. Es el cuarto largo de este director, y tercero suyo que veo tras "Mud" (2012) y "Take shelter" (2011).

En la Virginia de 1958 una pareja que se ama con entregada devoción mutua viaja furtivamente para casarse en Washington. Al poco de su regreso son arrestados pues en ese estado, y otros del sur, estaba prohibido casarse entre gente de distinta raza. El juez les condena, bien a un año de cárcel o bien al exilio de Virginia durante 25 años, escogiendo la pareja lo segundo. Tras un tiempo viviendo fuera de su localidad natal, ya con varios hijos y añorando su terruño y familias, deciden empezar una batalla legal, que les llevará varios años de apelaciones varias, para poder volver con todas las de la ley.

Espléndida película (nota: 8), basada en la historia real del matrimonio Loving, esta sencilla y hermosa historia de amor, contenida, en la que más importa la intimidad cotidiana de su día a día, que su cabizbaja pero persistente lucha por su derecho a amar y casarse libremente, muy digna resistencia pasiva sin la más leve nota de épica, ante la intolerante intransigencia de unos cerriles palurdos (por muy magistrado o legislador que sea alguno). Magníficas interpretaciones de la pareja protagonista, reservada y silenciosa, cuajada de sutiles y cálidas miradas, que casi parecen gritar sordamente el inmenso amor que se profesan contra viento y marea.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, a ver si nos enamoran:

 - "Una cosa no es justa por el hecho de ser ley. Debe ser ley porque es justa".  (Montesquieu).

 - "Si queremos un mundo de paz y de justicia hay que poner decididamente la inteligencia al servicio del amor".  (Antoine de Saint-Exupéry).

 - "Y para estar total, completa, absolutamente enamorado, hay que tener plena conciencia de que uno también es querido, que uno también inspira amor".  (Mario Benedetti).

Besos y abrazos,

Don.
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lunes, 23 de enero de 2017

Jocoso álter ego matutino, espero que jocundo

¡Buenos días!

No solo lo espero, sino que además estoy convencido de ello, pues estos matutinos, con sus eventuales gracias, me hacen la vida más amena y placentera, sin que ellos tampoco deban esforzarse mucho, pues su natural carisma ya hace casi toda la labor. Esta mañana, como las anteriores, se nos ha despertado soleada, sin demasiados fríos, ni madrugadoras heladas, así que parece invitarnos a disfrutar de todos esos pequeños placeres que la vida nos pueda proporcionar, para hacernos sentir mejor, y después poder realizar lo que nos propongamos con el mejor y más benevolente de los desempeños, lejos de eventuales sensaciones de sinsentido vital.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Toni Erdmann", de Maren Ade, y con Peter Simonischek y Sandra Hüller. Es el tercer largo, multipremiado, y primero suyo que veo, de esta directora alemana.

Un hombre bromista acude a la fiesta de cumpleaños de su hija, con la que hace tiempo no habla, estirada ejecutiva de una gran empresa consultora alemana destinada en Bucarest, celosa en su desempeño laboral, sin apenas vida personal, y que está de fugaz visita en casa de su madre. El perspicaz padre percibe que su hija no debe ser muy feliz en su vida, y al poco se presenta de improviso en su trabajo en el extranjero para comprobarlo, lo que provoca la incomodidad de ella, así que decide quedarse algo más de tiempo, se disfraza con una peluca y una dentadura postiza, creando su álter ego, un imprevisible personaje, Toni Erdmann, persiguiéndola en todo lugar y momento para tratar de que sea feliz, lo que la compromete todavía más ante los demás por las surrealistas situaciones que provoca.

Una sobresaliente película (nota: 9) que os recomiendo, esta apenas comedia, de humor esquinado, de esas que te producen una risa entre agria y amarga congelada a poco de esbozarse, con las extravagantes e incómodas situaciones que provoca el jocoso padre empeñado y desesperado en hacer ver a su hija la vida y sus desatinos desde otra perspectiva, casi por reducción al jocoso absurdo, y de lo necesario del buen humor para una vida mejor. También va de desnudarnos, no solo en cuerpo y alma, de desvestirnos de convencionalismos e hipocresías para una vida más verdadera y auténtica.

Profunda historia, que nos descoloca con su burlesca y seca causticidad, que da mucho que pensar, amén de amagarme amargas sonrisas algunas veces y emocionarme incluso en una escena. Además del particular desencuentro entre padre e hija, parece hablarnos de todo un país, Alemania, incluso de toda Europa, del desencuentro entre instituciones y sus ciudadanos, en una deriva de ultracapitalismo que se olvida del humanismo, de los hombres a los que en teoría debería de servir para mejor vivir. También crítica del sexismo en el mundo empresarial. Destacaría dos escenas situadas hacia el final, casi seguidas: la de la canción tocada al piano por el padre y cantada por la hija, emocionantísima, y la de la improvisada e inesperada fiesta nudista, especie de prueba de autenticidad casi sin quererlo.

Ahora unas citas de sabiduría ajena que, con más o menos gracia, seguro que nos ayudan a ver la vida de otro modo, comenzando por una de la directora del film hoy glosado:

 - "Es doloroso descubrir que ya no controlas lo que te rodea. Ni siquiera a tu propia hija. Por eso, la mejor manera de afrontar los conflictos es actuando de forma diferente a la habitual".  (Maren Ade).

 - "Los padres, para ser felices, tienen que dar. Dar siempre, esto es lo que hace un padre".  (Honoré de Balzac).

 - "Es posible que me hubiera aniquilado la tristeza, si no me reanimase la facilidad que tenía para descubrir la parte cómica de las cosas".  (Anatole France).

 - "El buen humor es el mejor traje que puede lucirse en sociedad".  (William M. Thackeray).

 - "Desnudo nací, desnudo me hallo; ni pierdo ni gano".  (Refrán).

Besos y abrazos,

Don.
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domingo, 22 de enero de 2017

Vituperio vespertino

¡Buenas tardes!

No sé si debería reprobarme a mí mismo por no haber podido acudir a mi cita matutina y llegar tarde y mal a este vespertino. Pero como pienso que no es tan grave, que como dice el refrán, nunca es tarde si la dicha es buena, pues eso, dichoso de por fin haber podido terminarlo aunque tarde. Por lo demás, tampoco puedo hablar mal de estos días de invierno, soleados, poco o nada fríos, sin heladas nocturnas... vamos, que incluso si hubiera sido más arisco no haría sino lo que debe hacer, lo que está en su naturaleza, como cualquier otro hijo de vecino.

Este fin de semana estuve en el teatro viendo la obra "Juicio a una zorra", escrita y dirigida por Miguel del Arco, y con una superlativa y monumental Carmen Machi. De este autor, director y actor, tanto en teatro, como en televisión y cine, había visto hace pocos meses su debut en la dirección cinematográfica con "Las furias" (2016).

Una mujer, Helena de Troya, la más hermosa que ha habido sobre la faz de la Tierra, denostada, humillada y deshonrada tan solo por haberse enamorado, lo que provocó una de las más famosas guerras de la antigüedad, ya mayor, aparece en el escenario exponiendo sus razones, además de los hechos, y pidiendo ser juzgada por el público asistente, dando por sentado que está condenada desde y para toda la eternidad.

Sobresaliente obra (nota: 9) este monólogo, con una entregadísima actuación de la Machi, desgarrado en muchos momentos, cual si entrara en trance. Sin pelos en la lengua, tal vez cosas del "in vino veritas", va poniendo en solfa todo mito clásico que va repasando, de los relacionados con su azarosa vida de leyenda, a la par que de soslayo, mientras va desmitificando, nos va diciendo cosas, sin mentarlas directamente, también de nuestro hoy en día. Nos habla, como de ella misma, de mujeres ninguneadas, sometidas por los hombres, tratadas como objetos, y luego hechas responsables de actos que no cometieron, como horrendas guerras, cuyo verdadero motivo de fondo no es otro que la cuestión económica, que el resto son excusas y vanas justificaciones. También de que la historia y sus versiones, sea con mayúsculas o minúsculas, depende de quien la cuente. Y de alguna que otra cosa más.

Ahora algo de sabiduría ajena que tal vez nos ayude a mejor juzgar:

 - "Alabar lo bueno y vituperar lo malo, justicia es lo que hago".  (Refrán).

 - "Antes de juzgar al prójimo, pongámosle a él en nuestro lugar y a nosotros en el suyo, y a buen seguro que será entonces nuestro juicio recto y caritativo".  (San Francisco de Sales).

 - "Si nosotros somos tan dados a juzgar a los demás, es debido a que temblamos por nosotros mismos".  (Óscar Wilde).

 - "Ningún vencido tiene justicia, si lo ha de juzgar su vencedor".  (Francisco de Quevedo).

 - "La historia es una combinación de realidad y mentiras. La realidad de la historia llega a ser una mentira. La irrealidad de la fábula llega a ser la verdad".  (Jean Cocteau).

 - "¿Qué es la historia? Una sencilla fábula que todos hemos aceptado".  (Napoleón).

 - "Historia es, desde luego exactamente lo que se escribió, pero ignoramos si es lo que sucedió".  (Enrique Jardiel Poncela).

 - "El amor, que no es más que un episodio en la vida de los hombres, es la historia entera en la vida de las mujeres".  (Madame de Staël).

Besos y abrazos,

Don.
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jueves, 19 de enero de 2017

Desconozco si diseccionaré este matutino

¡Buenos días!

Bueno, sí, al final haré un somero análisis formal de sus partes esenciales, aunque nada que no sepáis, así que no lo hago, no vaya a ser que se me desparramen y lo pringue todo, por lo que si queréis conocerlas no tenéis más que leer vosotros mismos la sección de este blog "¿Qué son los matutinos?" -en la columna derecha, arriba-... y, ¡cuidadito!, no me la desmembréis. El intenso frío de estos días de helador invierno canónico parece conservarnos perfectamente, tan bien, que ni formol será necesario para que lleguemos en lozana plenitud a la resurrección primaveral.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La autopsia de Jane Doe" ("The autopsy of Jane Doe"), de André Øvredal, y con Brian Cox y Emile Hirsch. Es el primer largo que veo de este director noruego, y el primero suyo fuera de su país natal.

En un pequeño pueblo de Virginia, en la escena de un sangriento crimen, uno de los cuerpos, el de una joven desconocida, aparece sin el más leve signo de violencia aparente. Es llevado a la morgue y allí el forense y su aprendiz, que también es su hijo, empiezan a diseccionarlo metódicamente para tratar de averiguar la causa de la extraña muerte. Poco a poco van apareciendo evidencias, a cada cual más extraña e inconexa con la anterior, sin la más lógica explicación.

Una película que nada me dijo (nota: 4), aunque muy bien hecha sin excesivos medios, con algunos toques de gratificante humor negro al principio, con sus sustos de rigor, y con sus momentos gore, pero sin más truculencia que la que una autopsia real pueda tener. No soy amigo del género de terror, muchísimo menos si contiene fenómenos "para anormales", por pocos que sean, como en este caso, aunque a veces vea algunas de este tipo, que incluso me gustan mucho (las menos) si en ellas subyace algún tipo de mensaje interesante para mí y me destilan sugestivas reflexiones. Este no fue el caso. Así que solo parece destinada para zombis aficionados al género del terror, aunque el listón de calidad de esta esté bastante por encima de la media.

Ahora algo de sabiduría ajena con estas citas, herramientas que nos pueden ayudar a analizar lo que nos rodea, lo aparentemente visible e invisible:

 - "Si no conozco una cosa, la investigaré".  (Louis Pasteur).

 - "La razón no es otra cosa que el análisis de lo que se cree".  (Franz Schubert).

 - "Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad".  (Arthur Conan Doyle).

Besos y abrazos,

Don.
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miércoles, 18 de enero de 2017

Matutino requeteanimado

¡Buenos días!

Otra mañana más en la que vuelvo requetecontento a mis vitales matutinos, refugiándome de la eventual crudeza exterior, tratando de disfrutar todo lo posible en los ratos que paso por aquí, sin importar lo demás, que más allá nadie sabe qué ocurrirá... lo más seguro es que apenas nada. El invierno sigue revitalizándose más a cada día que pasa, saliendo de su letargo, enseñándonos su más ruda faz, con gélidas madrugadas, viento helador, y un sol que parece puesto de adorno, sin calentar lo más mínimo, casi aletargándonos a todos, cual osos en hibernación a la espera de mejores momentos para rebrotar de nuevo, como la sabia naturaleza nos enseña.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Proyecto Lázaro" ("Project Lazarus"), de Mateo Gil, y con Tom Hughes, Charlotte Le Bon, Oona Chaplin, y Barry Ward. Es el tercer largo como director, y segundo que veo tras "Blackthorn (Sin destino)" (2011), de este también guionista, muy bueno en sus dos facetas, de quien sí he visto todos los que ha escrito sin además ser el director, la mayoría dirigidos por Alejandro Amenábar. Solo me falta por ver su primer film como director, "Nadie conoce a nadie" (1999).

A un exitoso joven le diagnostican un fulminante cáncer terminal y le pronostican que en menos de un año fallecerá. Dado que no acaba de aceptar su inminente y fatal destino, decide criogenizar su cuerpo poco antes de morir. Sesenta años después, en 2084, gracias a los galopantes avances médicos, se convierte en el primer hombre resucitado de la historia.

Una muy buena película en general (nota: 7), con sus más y sus menos, este drama de ciencia ficción, con cierto deje entre filosófico y metafísico, con toques de terror existencial, sobre todo en su muy inquietante escena final, como de pesadilla orwelliana situada temporalmente justo una centuria después de 1984. Induce muchas reflexiones, casi siempre la mar de incómodas, que producen mucha desazón y vértigo ante el abismo de lo desconocido, de la nada absoluta del más allá, lo que ha provocado que la mayoría de la humanidad mitifique, y mistifique, para soslayarlo, entendámonos, las religiones y sus sucedáneos y su vana promesa de un paradisíaco mundo de ánimas, causa o efecto, no sé, pero da igual, de nuestro estúpido anhelo por perdurar allende nuestra muerte (en cuerpo o alma, según los casos), inútiles coletazos de lagartija o espasmos de gallina decapitada.

Nos habla de vida, muerte y desasosegante resurrección, que las dos primeras no pueden estar la una sin la otra y se dan sentido mutuo. También de encarar la muerte y asumirla, y de refilón de la vejez. Y del amor, cuya ausencia nos vacía, y que es lo mejor y que más sentido da a nuestras vidas, de vivir su momento y disfrutarlo, que nuestros deseos de un futuro mejor no siempre son tan lustrosos si es que llegan a cumplirse, tal y como destilaba la cita con la que remataba el matutino de ayer y con la que comienzo la sección de sabiduría ajena del de hoy:

 - "Cuando nuestros sueños se han cumplido es cuando comprendemos la riqueza de nuestra imaginación y la pobreza de la realidad".  (Ninon de Lenclos).

 - "El futuro es ese periodo de tiempo en el que prosperan nuestros negocios, nuestros amigos son verdaderos y nuestra felicidad segura".  (Ambrose Bierce).

 - "En todo aquello que vale la pena de tener, incluso en el placer, hay un punto de dolor o de tedio que ha de ser sobrevivido para que el placer pueda revivir y resistir".  (Gilbert K. Chesterton).

 - "Nada hay más admirable y heroico, que sacar valor del seno mismo de las desgracias, y revivir con cada golpe que debiera darnos muerte".  (Louis-Antoine Caraccioli).

Besos y abrazos,

Don.
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martes, 17 de enero de 2017

Matutino que lalalea como los ángeles

¡Buenos días!

No sé si estaré dando el cante, creo que no, que no lo hago muy bien, a lo más un esquivo y tímido tarareo sin desentonar en demasía, ni soñar con hacer el "La, la, la" que ganó el festival de Eurovisión de hace casi cincuenta años, el de Massiel en 1968. En caso de que lo hiciera, los ángeles se mearían de la risa, y según las previsiones no parece que vaya a llover por estos lares madrileños a semana vista, a lo más hará un frío casi interestelar a partir de esta misma tarde-noche, con rango térmico para mañana oscilando entre -3ºC y +6ºC y sus buenas rachas de helador viento siberiano que bajarán la sensación térmica. De momento hoy ya vamos entre 0ºC y +9ºC, siempre con sol radiante y casi inmaculado de nubes, bastante tibio, si no indiferente ante nuestra necesidad de algo de calorcito.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La ciudad de las estrellas" ("La la land"), de Damien Chazelle, y con Emma Stone y Ryan Goslin. Es el tercer largo de este joven director, y segundo suyo que veo, tras "Whiplash" (2014).

En la ciudad de Los Ángeles, una joven aspirante a actriz que trabaja como camarera y un pianista apasionado por el jazz que se gana la vida tocando, en bares o bodas, manidas cancioncillas que nadie escucha, tras varios casuales encuentros (y desencuentros) acaban por enamorarse. Pero sus respectivas luchas por alcanzar sus sueños y lograr el triunfo, amenaza con romper su relación.

Una muy buena película en general (nota: 7) este musical sin demasiada densidad de números musicales, lo cual es de agradecer por mí que no soy muy fan de este género, salvo contadas excepciones de antes y ahora, pero que en su mayoría destilaban regusto clásico -esto no me gustó demasiado, pues el clasicismo que se quede en los clásicos de antaño y miremos adelante-, y algún otro número con referencia algo más moderna, como por ejemplo a "Once" (2007) de John Carney.

Estupenda factura técnica. A pesar de los muchos medios, números musicales con cierto deje artesanal y naif... se nota que los dos actores principales no son cantantes ni bailarines profesionales, aunque eso sí, guapísimos, y muy buenos (mejor ella que él)... Y bonita película, con algunos momentos espléndidos, esta historia de amor entre dos soñadores, unidos, y también separados, por sus sueños, que luchan por lograrlos a pesar de las frustraciones; y que deja patente, sobre todo en su onírico giro final (lo mejor del film para mí), lo lejos que quedan las más de las veces la realidad y los anhelos, y la serenamente fatalista aceptación de este incuestionable hecho.

Ahora algo de sabiduría ajena, que no sé si nos hará mejores cantantes o bailarines, pero seguro que contribuye a que soñemos con mejor criterio:

 - "¡Bienaventurada la tarea en que se puede cantar!".  (Eugenio D'Ors).

 - "Los auténticos actores son esa raza indomable que interpreta los anhelos y fantasmas del inconsciente colectivo".  (Ana Diosdado).

 - "Sólo es capaz de realizar los sueños el que, cuando llega la hora, sabe estar despierto".  (León Daudí).

 - "Cuando nuestros sueños se han cumplido es cuando comprendemos la riqueza de nuestra imaginación y la pobreza de la realidad".  (Ninon de Lenclos).

Besos y abrazos,

Don.
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lunes, 16 de enero de 2017

Matutino que sale a flote

¡Buenos días!

Con independencia de las zozobras que pudieran hacernos naufragar, en estos matutinos es factible tomar una bocanada de aire y seguir fluyendo naturalmente con la vida que nos toca, al vaivén de sus ciclos, calmadamente, sin prisas, disfrutando del momento. Por lo demás, seguimos sumergidos en este invierno de lo más corriente, que sigue su natural discurrir, hoy poco riguroso, con sol, algunas nubes y máxima prevista para hoy de 10ºC.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "La tortuga roja" ("La tortue rouge"), de Michael Dudok de Wit. Esta producción franco-japonesa, participada por el mítico "Studio Ghibli" de Hayao Miyazaki e Isao Takahata, y con algunas de sus señas de identidad, es el primer largo de este director holandés.

Un náufrago es arrastrado por una enorme tormenta hasta una isla desierta. Rodeado de cangrejos, aves, y demás animales marinos, tiene grandes dificultades para adaptarse a su nueva situación y sobrevivir. Así que construye una balsa para escapar de allí, que se desmorona al poco de salir. Vuelve y lo intenta una y otra vez, siempre con el mismo resultado, hasta que descubre a una tortuga roja, que es quien se lo impide.

Una estupenda película (nota: 8) este film de animación mudo, que no necesita para sustentarse más que de sus bellísimas imágenes, muy pictóricas y poéticas, la serena fluidez de su transcurrir, los sonidos de la naturaleza, y algún que otro grito gutural de alegría, rabia o frustración de su personaje principal. ¡Ah!, y su maravillosa y evocadora banda sonora. Además de historia de amor, preciosa fábula con aires mitológicos sobre los ciclos de la vida, en general de la naturaleza, sin esconder su natural crueldad, y del ser humano en particular, a través de la minuciosa y asombrada observación de algunas de las maravillas que nos envuelven, casi tan invisibles como el mismo aire que respiramos.

Pues última bocanada que damos en este matutino con estas citas de sabiduría ajena:

 - "La naturaleza es grande en las cosas grandes, mas es grandísima en las cosas diminutas".  (Jacques-Henri B. de Saint-Pierre).

 - "En todos sus sueños más bellos, el hombre no ha sabido jamás inventar nada que sea más bello que la naturaleza".  (Alphonse de Lamartine).

 - "La tierra es insultada, y ofrece sus flores como respuesta".  (Rabindranath Tagore).

 - "El justo debe imitar al bosque de sándalo, que perfuma al hacha que lo lastima".  (Proverbio indio).

 - "El amor es el gran refugio del hombre contra la soledad, la inmensa soledad que le han impuesto la naturaleza, la especie, las leyes eternas".  (Henry Bataille).

 - "Divina calma del mar,
donde la luna dilata
largo reguero de plata
que induce a peregrinar".  (Leopoldo Lugones).

Besos y abrazos,

Don.
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miércoles, 11 de enero de 2017

Mi matutino me mima

¡Buenos días!

Como este día de invierno extremadamente suave, tras pasados con bastante frío, aunque ni de lejos el que está haciendo estos días por el resto de Europa. Sol, máxima prevista para hoy de 14ºC, mínimas casi en las antípodas de la helada, y absoluta placidez climática, tanta que invita al recogimiento, cual si fuéramos mimosas, las plantas, sutilmente acariciadas, o justo todo lo contrario, a expandirnos fractalmente para tratar de acaparar la mayor cantidad de bonanza posible.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Mimosas", de Oliver Laxe, y con Ahmed Hammoud, Shakib Ben Omar, y Said Aagli. Es el segundo largo de este director español y primero suyo que veo.

Un anciano y moribundo jeque, para cumplir con su última voluntad, viaja con una caravana que le transporta hacia su localidad natal para ser enterrado junto a los suyos. Dado que siente que morirá en breve, ordena a la caravana abandonar el camino y atajar a través de las montañas del Atlas marroquí. Pero fallece mientras suben las escarpadas cumbres, así que la caravana abandona su misión, dado lo peligroso del viaje, y piensan en enterrarlo allí mismo para poder regresar lo antes posible. Pero dos de los viajeros se ofrecen a la viuda para llevarlo a su destino a cambio de más dinero. En otro lugar, en paralelo, eligen a un joven inexperto, especie de novato ángel de la guarda, o emisario de providencia divina, para que guíe a los que llevan al muerto y les ayude en su camino.

Una estupidez de película (nota: 2), una paja mental de guión, de la que sólo salvaría la bonita fotografía y buenos encuadres, inútil ante tal despropósito general, empezando por el inexplicable e inconexo título, pues no sé muy bien de qué va todo este bodrio de película. Dicen que tiene maneras de western -???-, pero el director dice que más bien podría ser un eastern musulmán -???-, dado que viajan hacia oriente. Aunque me gusta el cine novedoso y no tanto el de vanguardia, todo tiene un límite, y si siento que me toman el pelo, pues... no entiendo cómo llegan ciertas películas a la cartelera (¡y para más inri, el mío, tiene premios en festivales!).

Ahora algo de sabiduría ajena, que no sé si nos incitará a ponernos mimosones, con estas dos citas, que son dos por cuadrar con la nota que puse al film hoy glosado:

 - "Así como el árbol se fertiliza con sus hojas secas que caen, y crece por sus propios medios, el hombre se engrandece con todas sus esperanzas destruidas y con todos sus cariños deshechos".  (F. William Robertson).

 - "Las caricias son tan necesarias para la vida de los sentimientos como las hojas para los árboles. Sin ellas, el amor muere por la raíz".  (Nathaniel Hawthorne).

Besos y abrazos,

Don.
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martes, 10 de enero de 2017

¡No es más que un matutino!

¡Buenos días!

No hagamos un mundo de ello, no dramaticemos, otro matutino más en mi vida, como tantos otros, ni mejor ni peor, ni tampoco el último. Así que como la vida sigue, yo lo hago con este matutino, en esta mañana que se nos despertó bastante nublada, quizá niebla alta, y de la que espero, tal y como vaticinan los pronósticos, que se nos quede una tarde de soleado paseo.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Sólo el fin del mundo" ("Juste la fin du monde"), de Xavier Dolan, basado en la obra teatral homónima de Jean-Luc Lagarce, y con Gaspard Ulliel, Nathalie Baye, Vincent Cassel, Marion Cotillard, y Léa Seydoux. Sexto largo de este precoz director canadiense, de quien ya había visto su anterior, la portentosa "Mommy" (2014), que como ya dije tras su visionado, intentaré ver sus cuatro primeras.

Un treintañero, afamado autor, tras doce años de ausencia, regresa al hogar familiar en un pequeño pueblo, del que huyó en su día por los continuos desencuentros, durante una jornada de domingo para una comida con su madre viuda, su hermana pequeña, su hermano mayor, y la esposa de éste. De una u otra manera, todos le reciben con extrañeza y desconcierto. Va con la intención de comunicarles que está gravemente enfermo y que morirá en breve, aunque no encuentra el momento adecuado para hacerlo debido a los continuos rifirrafes verbales.

Una muy buena película (nota: 7) este drama familiar con mucho empaque formal, muy bien narrada, y que vi con interés, a pesar de algunos pesares y que no fue tan redonda como esperaba tras haber visto su más que sobresaliente anterior film. Tiene todos los mimbres que me enamoraron con "Mommy" (2014), pero no sé muy bien porqué, no me llegó del todo. Sin embargo, repito, es muy buena.

Familia de ambiente crispado, cuyos miembros están bastante desquiciados, cada uno a su estilo, y a través de la cual se nos habla de incomunicación, de la dificultad de casi todos los protagonistas para expresar sus emociones sin llegar al insultante griterío y desprecio del otro, muy especialmente por parte del personaje del hermano mayor.

A parte de mostrar las disfunciones emocionales de esta familia también puede verse toda esta historia como una metáfora del duelo por alguien muerto, aunque en este caso todavía siga vivo y no sepa el resto que se va a morir. A destacar la adorable Marion Cotillard y su tiernísima mirada: excepcional actuación la suya, plena de matices, con su apocado personaje que casi parece pedir perdón por el mero hecho de formar parte de esa familia, el menos estridente de todos, si acaso junto con el del personaje principal.

Ahora algo de sabiduría ajena, para quizá desdramatizar los naturales devenires de nuestras vidas, comenzando por una cita del propio director del film glosado hoy:

 - "A algunos no les gusta lo que haces, a algunos les molesta quién eres. Pero tenemos que aferrarnos a nuestros sueños, porque juntos podemos cambiar el mundo y cambiar el mundo lleva su tiempo".  (Xavier Dolan).

 - "Lo mismo es nuestra vida que una comedia; no se atiende a si es larga, sino a si la han representado bien. Concluye donde quieras, con tal de que pongas buen final".  (Séneca).

 - "El tiempo es el mejor autor; siempre encuentra un final perfecto".  (Charlie Chaplin).

Besos y abrazos,

Don.
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lunes, 9 de enero de 2017

Matutino en vía muerta

¡Buenos días!

Otro trayecto que disfruto con el vivo traqueteo de estos desprendidos matutinos que me llevan a donde quiera ir, esquivando todo atolladero que pudiera presentarse, así que aquí no hay manera de quedarse bloqueado o estancado, ni adocenado o idiotizado. Si acaso, es este invierno el que se ha quedado en vía muerta, con un día tras otro de soleada y neblinosa atmósfera de serena quietud, heladas nocturnas y apacibles tardes de paseo, sin rumbo ni concierto, que no saben muy bien hacia dónde tirar.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Train to Busan" ("Busanhaeng"), de Yeon Sang-ho, y con Gong Yoo, Kim Soo-an, Ma Dong-seok, y Jung Yu-mi. Es el primer largo que veo de este director surcoreano.

Un extraño brote viral está asolando rápidamente Corea del Sur. Un padre divorciado y su hija suben a un tren de alta velocidad en Seúl para viajar hasta Busan para que la niña pueda ver a su madre. Justo en el momento de la partida, una horda de zombis asalta la estación y una de ellos logra colarse en el tren. Durante el trayecto de poco menos de dos horas, los incautos pasajeros y tripulación deberán luchar por sus vidas.

Una buena película (nota: 6), de excelente factura y sin nada que envidiar a superproducciones hollywoodienses, entretenidísima, con mucho ritmo y con la que pasé un muy buen rato, plena de acción y crítica social, punteada por notas de humor muy negro que me hicieron soltar alguna carcajada, incluso con dejes de melodrama entre padre e hija; y como no podía ser menos en una de zombis (muertos en vía, en vida, quería decir sin acento andaluz), sus momentos gore, nada estridentes ni abusones. Sorprendente, y donde no se salva casi ni el apuntador. De soslayo se reflexiona sobre el miedo y la agresividad que provoca, el individualismo, la estupidez e indiferente insensibilidad colectiva, mayor aún si hay miedo, por irracional que sea; y sobre todo sobre la dicotomía egoísmo versus altruismo, que el instinto de supervivencia nos hace olvidarnos de los demás... pero no en todos los casos.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, vagones a los que podéis subir si os place viajar al ideario de otros:

 - "El único modo de estar seguro de coger un tren es perder el anterior".  (Gilbert K. Chesterton).

 - "Sólo sentimos los males públicos cuando afectan a nuestros intereses particulares".  (Tito Livio).

 - "Esperar en la experiencia
es esperanza perdía,
que antes que llegue el saber,
s'acabaíto la vía".  (Manuel Machado).

Besos y abrazos,

Don.
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domingo, 8 de enero de 2017

Matutino en silencio

¡Buenos días!

No puede ser, no me lo creo, pues siempre me dicen algo -aunque no oiga voces en mi cabeza-, cuando no desatan su verborrea, respondiendo a mis requerimientos, aunque nada que me sea revelado por ciencia infusa, pues quien por aquí se pasa ya sabe que todo lo que pongo en estos matutinos me sale de las mismísimas neuronas. Si acaso, se me rebelan un poco, me lo ponen difícil, pues no siempre doy con las palabras adecuadas que quisiera plasmar, dudando que poner o dejar, aunque sin saber muy bien el qué. Así que aquí queda éste de hoy, sin más espurias entelequias. Bueno, algo más, de la cosa meteorológica, soleado y sereno día de invierno, que todo me lo dice en su callada quietud, incluso la de esas ateridas ramas cárdenas por las albas escarchas del alba.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Silencio" ("Silence"), de Martin Scorsese, y con Andrew Garfield, Adam Driver, Liam Neeson, Yosuke Kubozuka, Issei Ogata, Tadanobu Asano, y Shin'ya Tsukamoto. Está basado en la novela "Silencio" ("Chinmoku") de Shusaku Endo. De Scorsese he visto casi todos sus largos de ficción, y en concreto todos los de este siglo XXI: "El lobo de Wall Street" ("The woolf of Wall Street", 2013), "La invención de Hugo" ("Hugo", 2011), "Shutter island" (2010), "Infiltrados" ("The departed", 2006), "El aviador" ("The aviator", 2004), y "Gangs of New York" (2002). De todas, mis tres preferidas han sido "El lobo de Wall Street" ("The woolf of Wall Street", 2013), "La edad de la inocencia" ("The age of innocence", 1993) y "Uno de los nuestros" ("Goodfellas", 1990).

En el s.XVII dos jóvenes misioneros jesuitas portugueses viajan a Japón en busca de su desaparecido maestro y mentor, de donde han llegado confusas noticias de que ha apostatado y ha dejado de ejercer su ministerio. Cuando llegan allí descubren que son los únicos sacerdotes del país, y los pocos cristianos que quedan, gente del más mísero estrato social, viven su fe en la clandestinidad, jugándose la vida, hostigados por los señores feudales, decididos a erradicar de su tierra la religión cristiana, a base de persecución implacable y horrorosas torturas hasta la muerte para hacerles renegar de su fe.

Una estupenda película (nota: 8), sobria casi como unos ejercicios espirituales, aunque de espléndida factura técnica (fotografía y demás), esta profunda reflexión sobre la religión, la fe y sus dudas, la presunta debilidad o fortaleza de los hombres, que nunca se sabrá cuál es cual, a través del viaje físico y espiritual de sus protagonistas, en su místico y evangélico vía crucis, especie de continua cuesta abajo muy resbaladiza hasta el mismo cenagoso infierno, en el que se enfrentan a sí mismos como en un espejo que les devuelve su propia imagen. Aberraciones hechas en nombre de la fe que los orgullosos misioneros sufren en cuerpo y alma.

¿Son más importantes los símbolos de la fe (estampitas, iconos, templos y sus gerentes, y demás) que la misma fe?, ¿está justificado el sufrimiento humano para imponer la fe? -esa misma que predica el no matarás y demás-, ¿realmente se pueden cambiar a la fuerza las ideas arraigadas de la gente?, ¿Dios nos envía señales o nos habla, hace algo para evitar nuestro sufrimiento, o incluso existe, o no son más que perturbados delirios de mentes irracionales?... (Silencio)... (Silencio)... (Silencio)...

Como no recibo respuesta de quién sabe quién, paso a unas citas de sabiduría ajena, que tal vez nos aclaren algo, o nos dejen como estamos:

 - "El que pretende que la religión se debe encontrar en la iglesia, puede abstenerse de ir a la iglesia".  (John H. Newman).

 - "Mi conclusión fue muy negativa. Se utilizaba la religión como escudo para medrar tanto política como socialmente. Desde entonces soy católica oficial, aunque arreglo directamente mis asuntos directamente con Dios, sin intermediarios".  (Mª Teresa Álvarez).

 - "Si tu valor reniega de ti, supera tu valor".  (Emily Dickinson).

 - "Las opiniones no se deben combatir sino por medio del raciocinio. A las ideas no se las fusila".  (Antoine Rivarol).

 - "Todos los cementerios están llenos de gente que se consideraba imprescindible".  (Georges Clemenceau).

 - "La prueba de una inteligencia de primera categoría es la capacidad de mantener dos ideas opuestas en la mente al mismo tiempo, y todavía conservar la capacidad de funcionar".  (F. Scott Fitzgerald).

 - "La religión es un asunto demasiado importante a los ojos de sus devotos para que pueda ser ridiculizada. Si éstos se entregaran a cosas absurdas, se les deberá compadecer, pero no ridiculizarlos".  (Inmanuel Kant).

 - "Gracias a Dios, todavía soy ateo".  (Luis Buñuel).

Amén.

Besos y abrazos,

Don.
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sábado, 7 de enero de 2017

Matutino ni de aquí ni de allí

¡Buenos días!

Otra mañana más en la que aquí me encuentro, a medio camino entre la realidad y estos utópicos matutinos, no en el sentido de quiméricos, aunque también, sino en su sentido etimológico, es decir, que no tienen lugar, aunque lo sean de todos y cada uno a la vez, como deberíamos ser todos los humanos residentes en este planeta azul, sin necesidad de referencias (geográficas o culturales) para llegar a ser lo que ellos deseen ser, incluso ellos mismos, ni hacer demasiado caso de cortapisa alguna que pudiera limitarlos. Por lo demás, este sol invernal que sigue luciendo para todos a los que nos apetezca dejarnos acariciar por su hoy tibia calidez (9ºC de máxima prevista para hoy), tampoco parece estar en ningún lugar concreto en su continuo devenir por la bóveda celeste.

Antes de ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Bar bahar. Entre dos mundos" ("Bar bahar"), de Maysaloun Hamoud, y con Mouna Hawa, Sana Jammalieh, y Shaden Kanboura. Es el primer largo de esta directora y también guionista palestino-israelí, que no vi, como suelo hacer, durante la semana de su estreno, hace un mes y medio, sino ahora, casi a punto de desaparecer de la cartelera y por poco perdérmela al haberse quedado mi decisión de verla entre Pinto y Valdemoro.

Tres jóvenes mujeres palestinas de distinto pelaje y condición comparten piso en Tel Aviv, lejos de sus pueblos de origen. Son ciudadanas israelíes que allí trabajan o estudian, siempre lidiando, por dentro y por fuera, con los condicionantes de la tradición y el lugar en que ésta les deja. Su libertad para elegir lo que desean, sea en el trabajo o en el amor, o de expresar sus verdaderos anhelos, está casi siempre coartada por lo que los demás esperan de ellas.

Una buena película (nota: 6) que, como sus protagonistas, no se muerde la lengua para mostrarnos una mirada distinta sobre estas mujeres palestinas y su mundo, con sus conflictos, tanto consigo mismas como con las tradiciones de su pueblo, que quisieran cambiar para tratar de ganar cierto espacio de libertad personal en sus propias vidas, clamando por su libertad, no sometidas al agobiante machismo o al integrismo religioso que les rodea. Un underground canto feminista al vive como quieras y deja a los demás hacer lo propio.

Ahora algo de sabiduría ajena, que no está en medio de este matutino, sino más bien al final, como suele, pero que tal vez pueda ser buen remedio para lo que consideréis sanar:

 - "Mucha gente no puede ni emanciparse, es decir, no puede ni darse cuenta de la esclavitud en que le mantienen las ideas en medio de las cuales se ha educado".  (Samuel Butler).

 - "Que no hay, para olvidar amor, remedio
como otro nuevo amor, o tierra en medio".  (Lope de Vega)

Besos y abrazos,

Don.
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jueves, 5 de enero de 2017

De vuelta a los maternales matutinos

¡Buenos días!

Como siempre tras el visionado de un film, me refugio aquí al calor de su cariño, para sentirme lo más arropado posible, y poder dar rienda suelta a mi creatividad; como asimismo hacen las espesas nieblas que ayer por la noche y esta misma mañana nos envuelven, incluso ya pasado el mediodía. Si logran desperezarse, tal vez lleguemos a unos soleados 12ºC de máxima, lo previsto para hoy en los madriles.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Vuelta a casa de mi madre" ("Retour chez ma mère"), de Eric Lavaine, y con Josiane Balasko, Alexandra Lamy, Mathilde Seigner, Philippe Lefebvre, Jérôme Commandeur, Didier Flamand, y Cécile Rebboah. De este director francés había visto uno de sus anteriores largos, "Barbacoa de amigos" ("Barbecue", 2014).

Una mujer de 40 años, divorciada y con un hijo, debido a la crisis, tiene que cerrar su estudio de arquitectura, embargada por las deudas, debido a la crisis. Totalmente arruinada, se instala a vivir en casa de su madre viuda, de donde hace ya muchos años que se fue. Ella la recibe con los brazos abiertos, pero lleva una vida independiente y su hija es una complicación, aunque tratan de sobrellevar sus diferencias. Un día, la madre reúne al resto de sus hijos en una cena familiar en la que les informará de algunas novedades en su vida que mantenía en secreto.

Película normalita (nota: 5) esta amable comedia con algunos momentos verdaderamente divertidos con los que me eché algunas risas, sobre todo en lo referente al personaje de la matriarca y sus cosas. Mirada con su puntito crítico, en tono benévolo, a ciertos aspectos de nuestra sociedad; sobre mutuos reproches a causa de larvados conflictos familiares y que salen a relucir en reuniones festivas, y de cómo, a pesar de la edad que tengamos, nos volvemos a comportar como niños cuando volvemos con nuestros progenitores, de regreso a nuestra infancia.

Pues antes de retornar de estos matutinos, unas citas de sabiduría ajena:

 - "La originalidad consiste en volver al origen; así pues, original es aquello que vuelve a la simplicidad de las primeras soluciones".  (Antonio Gaudí).

 - "No puedo volver al ayer, porque ya soy una persona diferente".  (Lewis Carroll).

 - "Nada de lo que fue vuelve a ser, y las cosas y los hombres y los niños no son lo que fueron un día".  (Ernesto Sábato).

 - "Vivir es desatinar:
tener para destejer:
aprender para olvidar;
amar para recordar
amor que no puede ser
o la alegría de ayer
que nunca vuelve a pasar".  (Antonio Machado).

Besos y abrazos,

Don.
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miércoles, 4 de enero de 2017

Matutino pasajero

¡Buenos días!

Otro matutino más que pasará tan fugaz como la misma vida, quizá dejando un rastro de polvo de estrellas que podamos percibir, y sentir, o no, que tal vez quede perdido en la eternidad como lágrimas en la lluvia, quien sabe. Estos recientes días de invierno, cada vez más suaves otra vez, siguen fluyendo, pasando a través de nosotros, como esos vivificantes rayos de sol que hoy nos iluminan, casi dándonos la vida, cual si alentaran nuestro primer hálito, haciendo que la amemos sin saber muy bien el por qué. Carpe diem, nihil obstat, no importa el destino final, ni nuestro particular devenir, ¿o quizá esto sí?

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Passengers", de Morten Tyldum, y con Chris Pratt, Jennifer Lawrence, Michael Sheen, y Laurence Fishburne. De este director noruego había visto dos de sus anteriores largos, los más recientes, "The imitation game (Descifrando Enigma)" ("The imitation game", 2014), y "Headhunters" ("Hodejegerne", 2011).

Una gran nave espacial, que transporta en cápsulas de hibernación a más de cinco mil personas, entre pasajeros y tripulantes, desde la Tierra hasta un planeta lejano que colonizarán, en un trayecto que durará 120 años, sufre la colisión con un gran meteorito que daña parte de sus sistemas, lo que provoca, entre otras cosas, que uno de los pasajeros sea despertado 90 años antes de llegar a su destino.

Una película normalita, para pasar el rato (nota: 5), esta de ciencia ficción con love story incrustada, con muy buen envoltorio, pero de guión flojito, más conforme se iba acercando el final, bastante malo, como algún que otro momento en el que me chirriaron las neuronas. Las partes románticas, trilladísimas; aunque tuvo momentos algo mejores, como cuando rezuma la soledad existencial y la necesidad de roce con otros congéneres, sea físico o emocional, incluso intelectual, de los protagonistas. Se podría haber hecho algo mucho, muchísimo mejor con esos mimbres (o circuitos integrados). Está llena de referencias a diversos films del género sci-fi, cánones universales del pasado siglo, y otros muy recientes.

Ahora, de paso hacia los finales besos y abrazos, unas citas de sabiduría ajena, más de una, para que no se sientan solas, tres en lugar de dos para que sean multitud más que compañía:

 - "Si quieres viajar hacia las estrellas, no busques compañía".  (Heinrich Heine).

 - "Quien no sabe poblar su soledad, tampoco sabe estar solo entre una multitud atareada".  (Charles Baudelaire).

 - "El amor es el gran refugio del hombre contra la soledad, la inmensa soledad que le han impuesto la naturaleza, la especie, las leyes eternas".  (Henry Bataille).

Besos y abrazos,

Don.
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