viernes, 28 de febrero de 2020

Revuelo matutino

¡Buenos días!

Otro matutino más que echa a volar, revoloteando libremente hasta donde quiera llegar, con su cuerpo o con su mente. Espero que esto a nadie turbe, y de hecho no debería hacerlo si nos aplicamos consecuentemente el aforismo ese del vive y deja vivir. Por lo demás, tenemos hoy un sol cobrizo, algo velado por la calima (polvo en suspensión) que nos llega del Sahara tras haberse dado un garbeo previo por Canarias y allende el Atlántico, y tras acrobático requiebro, rolar hacia el este y entrarnos por el oeste. Como se ponga a llover nos embarramos. Como todavía no llegaron las golondrinas por estos lares no podremos preverlo en caso de que estas vuelen rasante.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo una de animación, animación clásica de delicado dibujo y fondos que parecen preciosas acuarelas. Se trató de "Las golondrinas de Kabul" ("Les hirondelles de Kaboul"), de Zabou Breitman y Eléa Gobbé Mévellec, y basado en la novela homónima de Yasmina Khadra. Es el primer largo que veo de estas dos directoras francesas.

Verano de 1998. Kabul es una ciudad en ruinas bajo el férreo y opresivo control de los talibanes. Una joven pareja de enamorados, él maestro y ella artista gráfica, sueñan con un futuro mejor mientras tratan de sobrevivir en ese entorno de miseria, represión y violencia extrema, especialmente contra las mujeres. Por accidente ella provoca la muerte de él y es enviada a prisión. El carcelero del corredor de la muerte de la prisión de mujeres, casado con una mujer enferma de cáncer terminal, y de la que cuida con esmero, se enamora y apiada de la joven mientras espera a ser ajusticiada, buscando un modo de ayudarla a escapar.

Una buena película (nota: 6), en la que lo mejor para mí, casi que la historia que se nos narra, fue su técnica como de acuarela, especialmente en los fondos, de gran belleza plástica, lo que añadido a su leve pátina poética, suaviza bastante la dureza de lo relatado, y que se denuncia, a saber, un régimen de terror e intransigente barbarie donde todo o está prohibido o es obligatorio, que decía Jardiel Poncela. Por eso de ser también de animación y desarrollarse en entornos de integrismo religioso me recordó a estas otras dos películas: "El pan de la guerra" ("The breadwinner", 2017) de Nora Twomey; y la espléndida y muy recomendable "Persépolis" (2007) de Marjane Satrapi y Vincent Paronnaud.

Pues antes de que me salgan golondrinos de tanto sudar dándole a la tecla sin parar, ahí os dejo para que cojáis al vuelo estas citas de sabiduría ajena:

 - "Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán".  (Gustavo Adolfo Bécquer).

 - "Golondrina que con el ala roza la tierra, lluvia recela".  (Refrán).

 - "La dictadura es el sistema de gobierno en el que lo que no está prohibido es obligatorio".  (Enrique Jardiel Poncela).

Besos y abrazos,

Don.
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jueves, 27 de febrero de 2020

Matutina exhumación

¡Buenos días!

Aunque creo que más que sacar a la luz, desenterrar, recordar algo muerto, lo que hago con estos matutinos es darlos a luz, parirlos, darles la vida. Una mejor perspectiva esta para casi la misma idea, al menos en apariencia. Por lo demás, otro soleado y tibio día (17ºC de máxima prevista) que nos regala este invierno, cual dulces mimos maternos, tan buenos que ya casi ni recuerdo cuando hacía frío de verdad por estos lares.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Nuestras madres", de César Díaz, y con Armando Espitia, Emma Dib, y Aurelia Caal. Es el primer largo de ficción de este director guatemalteco, premiado en Cannes como mejor ópera prima, pues anteriormente había dirigido dos documentales.

Guatemala, año 2018. El país está inmerso en los juicios a los militares responsables de las indiscriminadas masacres (200 mil muertos y 40 mil desaparecidos), principalmente de indígenas, habidas durante las dictaduras militares de las décadas de los 70 y 80. Un antropólogo forense que trabaja identificando cadáveres de las múltiples fosas comunes de la época, mientras investiga uno de los casos, cuando toma declaración a una anciana indígena, descubre una pista que podría llevarle al lugar de enterramiento de su padre, guerrillero desaparecido durante aquel período. Contra los deseos de su madre, que quiere olvidar, aunque pendiente ella de declarar como víctima testigo en uno de los juicios, se pondrá a investigar a escondidas y por sus propios medios que pudo haber pasado entonces.

Película flojita (nota: 4), de loables intenciones, a ratos interesante, en otros me aburrió, con breves ramalazos de buen cine, como la galería facial de mujeres indígenas, silenciosas, dignas, con el pasado calvario por dentro (ellas violadas, sus maridos e hijos asesinados). Lo mejor, los testimonios de las mujeres, auténticos. Con algunos actores profesionales y, en su mayoría, con auténticas víctimas cual actores no profesionales, se denuncia el silencio histórico habido, y va de memoria, de hacer justicia, con ciertas similitudes con nuestra guerra civil española.

Ahora, ahí os dejo, perfectamente compuestas, un par de citas de sabiduría ajena de entre las que he ido desenterrando de mi memoria o rebuscado por ahí:

 - "Los hombres guerrean para adquirir un pedazo de tierra donde ser prematuramente enterrados".  (Santiago Ramón y Cajal).

 - "Los hijos son las anclas que atan a la vida a las madres".  (Sófocles).

Besos y abrazos,

Don.
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martes, 25 de febrero de 2020

Monomatutino sin mono muy mono

¡Buenos días!

Sí, este será el único que me tome hoy, uno como máximo al día, si no quiero engancharme y luego, cuando quiera soltarlo, tener que pasar el insufrible síndrome de abstinencia. Así que, sin otra oportunidad más en esta jornada, espero que a la primera me quede lo más bonito posible. Por tanto, disfrutaré del primer mono, esquivaré al segundo, y me esmeraré por conseguir el tercero. En cuanto a la meteorología, cierta monotonía, que ya llevamos unos cuantos días seguidos remedando la primavera por venir, hoy con otra soleada jornada, con alguna nube intentando velarlo y tratando de romper la calma chicha cabalgando sobre la creciente brisa, y 16ºC de máxima prevista por los madriles.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Monos", de Alejandro Landes, y con unos cuantos desconocidos (para mí) actores no profesionales. Es el tercer largo, y primero que veo, de este director colombiano.

En la cima de una montaña, un grupo de chicos y chicas, apodados Los Monos, adolescentes o poco más, alejados de todo y de todos, se encargan de custodiar a una doctora estadounidense, a la que un grupo guerrillero, del que forman parte, ha tomado como rehén. De cuando en cuando se pasa por allí un sargento para darles instrucciones e instrucción. Cuando su misión empiece a verse amenazada, la buena convivencia y camaradería entre ellos comenzará a tambalearse, todo agravado por sus desenfrenadas noches de borrachera y consumo de hongos alucinógenos.

Una buena película (nota: 6), con sus más y sus menos que, por lo que a mí respecta, fue de menos a más. Acento dificultoso de entender por un mesetario como yo, poderío visual el de sus imágenes, y extraña banda sonora. Especie de fábula que incomoda, entre real, irreal, surreal, alucinada, con ramalazos y fogonazos de atmósfera delirante, que desciende del aparentemente bello paraíso por encima de las nubes al sofocante infierno que nos turba, que reflexiona sobre la violencia en la guerra (civil en este caso) y su sinrazón, y los abducidos y alienados niños soldado, patos que pagan con su inocencia robada a punta de machete o fusil.

Ahora algo de sabiduría ajena que, aunque al final de cada matutino, no la considero el último mono:

 - "Los monos son demasiado buenos para que el hombre pueda descender de ellos".  (Friedrich Nietzsche).

 - "Todos se ríen del mono, y él de todos".  (Refrán).

Besos y abrazos,

Don.
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lunes, 24 de febrero de 2020

Plan matutino

¡Buenos días!

Su intención es, creo, la de tenernos aquí distraídos de nuestras cotidianas preocupaciones durante el ratito que compartimos con ellos sus ocurrencias. Pero eso es lo de menos, que mientras tanto, y sin casi darnos cuenta, nos liberamos de nuestros pesares mientras seguimos sus charletas con ellos mismos. Por lo demás, en estos días de suave, suavísimo invierno, este parece ir tramando el plan de reconciliarse con la primavera por venir, y nos regala otro placentero día de sol, con máximas impropias para este mes, a saber, 20ºC previstos para hoy por los madriles.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "El plan", de Polo Menárguez, basado en la obra teatral homónima de Ignasi Vidal, y con Antonio de la Torre, Raúl Arévalo y Chema del Barco. Es el primer largo que veo de su director.

Por la mañana temprano, en un piso de un barrio de extrarradio, se juntan tres amigos que están en paro y apurada situación económica, debido a la quiebra de la empresa en la que trabajaban como vigilantes de seguridad. Han quedado para ejecutar, junto a otros amigos más, un plan (que desconocemos). Pero la inoportuna avería del coche en el que iban a viajar los tres les impide llegar al punto de encuentro con el resto. Mientras tratan de conseguir otro medio de transporte empezarán a discutir sobre esto y aquello, lo que va incomodando a unos y a otros, según les va tocando.

Peliculón (nota: 9), minimalista en muchos aspectos, tres personajes en un piso (y tres actorazos encarnándolos), mucho diálogo (brillantísimo), casi nula acción, tensión constante que va a más, comedia y drama de difusas fronteras, mucha crítica, tanto social como a la masculinidad (a cierto tipo de ella), a través de risas y verdades espetadas que ponen en cuestión, en solfa, unas cuantas realidades. Lo del plan, que termina averiguándose al final, como de soslayo, es todo un macguffin hitchcockiano que da pie al retrato de los tres protagonistas, que deriva en un inesperado y sorprendente desenlace (que puede intuirse desde minutos antes si andáis atentos). Os la recomiendo, me entusiasmó.

Ahora, según se estipula en el minucioso programa que rige estos matutinos, ahora toca la sabiduría ajena:

 - "Los pequeños actos que se ejecutan son mejores que todos aquellos grandes que se planean".  (George E. Marshall).

 - "La vida es aquello que te va sucediendo mientras tú te empeñas en hacer otros planes".  (John Lennon).

Besos y abrazos,

Don.
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viernes, 21 de febrero de 2020

Oleaje matutino

¡Buenos días!

Al albur de los vientos me llegan sin solución de continuidad estos matutinos, uno tras otro, a los que voy sorteando o encarando, según la ocasión pinte, para disfrutarlos en su plenitud, sin dejarme hundir por las oleadas, que para eso estamos. En cuanto al tiempo, el meteorológico, calma chicha por estos lares, cielo raso en otra plácida y soleadísima jornada, muy tibia gracias a los 17ºC de máxima prevista para hoy por los madriles.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo una de animación japonesa. Se trató de "El amor está en el agua" ("Kimi to, nami ni moretara"), de Masaaki Yuasa. Es el primer largo que veo de los de este director.

Una joven se muda a un pequeño apartamento de una ciudad costera, pues allí tiene que empezar sus estudios universitarios. Le encanta el surf, que no cesa de practicar. Un día se produce un incendio en su edificio y es rescatada por un joven bombero. Se enamoran, salen juntos y ella le enseña a surfear. Un día él se va al mar solo a practicar, ve una persona ahogándose y acude en su rescate, despareciendo para siempre en el mar. La joven queda totalmente desolada y no asume su fallecimiento. Se refugia en las visiones que a partir de entonces tiene cuando mira al agua y canta cual mantra una determinada canción, pues se le aparece como acuático fantasma que viene en su ayuda.

Muy buena película (nota: 7) este melodrama romántico juvenil, con reiterativa canción pegadiza, para mí algo lastrado por algunos momentos de melosa cursilería, pero tan bien diluidos en el conjunto del metraje que no me desataron la diabetes cinéfila más allá de lo razonable, gracias también a las interesantes reflexiones y emociones que me indujo. Historia de amor más allá de la muerte, con pátina de poética fantasía, para hablarnos de aprender a superar la pérdida tras el duelo; y también de salvamentos, no solo físicos, sino también anímicos.

Pues a lomos de este matutino acabamos de llegar a la sección de la sabiduría ajena, así que ahí os dejo estas citas, con las que seguro mejor podremos capear los vaivenes por venir:

 - "El sabio teme la bonanza; pero cuando descarga la tempestad camina sobre las olas y desafía los vientos".  (Confucio).

 - "Amar es un mar alborotado de olas y vientos sin puerto ni ribera".  (Ramón Llull).

 - "Los vientos y las olas están siempre al lado de los navegantes más expertos".  (Edward Gibbon).

 - "Hay que ser como las olas del mar, que aun rompiendo contra las rocas encuentran la fuerza para recomenzar".  (Sergio Bambarén).

Besos y abrazos,

Don.
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jueves, 20 de febrero de 2020

Huevera matutina

¡Buenos días!

Otro matutino más que pongo, clueco de mí, y que coloco en mi particular huevera, especie de matutinoteca virtual, esperando que rompa el cascarón. Ha sido un parto indoloro... para mí, y seguro que para él. El sol, cual yema de huevo frito, luce radiante sobre raso celeste, con cada vez más tibias temperaturas, que hoy hay previstos 15ºC de máxima por los madriles.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "El huevo del dinosaurio" ("Öndög"), de Quan'an Wang, y con unos cuantos actores no profesionales. De este director chino había visto uno de sus anteriores films, "La boda de Tuya" ("Tuya de hun shi", 2006).

El cadáver de una mujer desnuda aparece en la gélida, inhóspita y desolada estepa de Mongolia. Llega la policía y el veterano jefe encarga al novato de la comisaría, un joven bisoño, que se quede allí de guardia toda la noche custodiando el cuerpo hasta que vuelvan con el forense. Como puede ser atacado por los lobos y no llevan rifles, le encargan a una resuelta pastora del lugar que vive sola en las cercanías para que proteja al policía y al cadáver. Pasan la noche juntos (en todos los sentidos). A la mañana siguiente, cada uno sigue por su lado.

Película interesante (nota: 5) que vi sin desagrado, de hermosa fotografía, que fluye con suma parsimonia. Una historia bastante mínima, en la que vemos pasar la vida sin prisa ante nuestros ojos, la cotidiana de esas lejanas tierras, casi que viendo crecer la hierba, poco y despacio, que hace mucho frío por aquellos lares. Empieza como thriller policiaco muy sui generis para deslizarse imperceptiblemente casi hasta el documental etnográfico y costumbrista, todo impregnado con una sutil pátina de peculiar humor. Además de la particular peripecia de su protagonista, brava e independiente mujer, también nos habla de la naturaleza y sus ciclos, los menstruales, los estacionales y los cósmicos, y lo pequeños que somos ante ella.

Pues antes de que se me fosilice este nuevo huevo matutino, y se me convierta en preciado oolito, ahí os dejo unas citas, bien preñadas de sabiduría ajena, para que las asimiléis sin prisa... ¡y ahora vas y lo cascas!:

 - "Bien se diferencian dos huevos, si uno es grande y el otro pequeño".  (Refrán).

 - "Puede que sea el gallo el que canta, pero es la gallina la que pone los huevos".  (Margaret Thatcher).

 - "Espera mil años y verás que se vuelve preciosa hasta la basura dejada atrás por una civilización extinta".  (Isaac Asimov).

Besos y abrazos,

Don.
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miércoles, 19 de febrero de 2020

Matutino matinal y mañanero

¡Buenos días!

Temprano como siempre, al alba, amanezco con ellos, al filo de la madrugada. De igual o similar modo, la mañana se nos despierta rasa y soleada, por fin, tras tantos días pasados de nieblas y neblinas mañaneras y gris nubosidad el resto de la jornada, así que hoy toca asolearse. La máxima prevista por los madriles será de 13ºC, y subiendo para próximos días.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Sinónimos" ("Synonymes"), de Nadav Lapid, y con Tom Mercier, Quentin Dolmaire, y Louise Chevillotte. Había visto uno de los anteriores largos de este director israelí, "La profesora de parvulario" ("Haganenet", 2014)... y curiosamente también vi el remake estadounidense de este, "La profesora de parvulario" ("The kindergarten teacher", 2018) de Sara Colangelo, que me gustó algo más que el original.

Un joven israelí llega a París con una mochila, huyendo de su país natal, del que reniega. Se instala en un piso absolutamente vacío que alguien le ha dejado, y antes de irse a dormir en el suelo con su saco decide darse una ducha. Cuando sale, han desaparecido todas sus pertenencias. Completamente desnudo y desvalido busca desesperadamente ayuda, no la encuentra y acaba por desmayarse totalmente aterido de frío. Lo encuentran sus vecinos de arriba, una joven pareja de enamorados, y se lo llevan a su casa para reanimarle. Decidido a no hablar más en su lengua materna, se compra un diccionario francés que lee obsesivamente para aprender lo más rápidamente posible su nueva lengua, que apenas chapurrea.

Extraña película que, salvo momentos sueltos, no me gustó (nota: 4), no entendí la gran mayoría de sus presuntos simbolismos. Modo de narrar extravagante, con buenas maneras formales, pleno de situaciones delirantes, surrealistas, desconcertantes. La desesperada peripecia de su protagonista, basada en la experiencia real de su director cuando joven, destila alguna que otra buena reflexión suelta entre tanto metraje, algo pretencioso a mi parecer. Poco grano entre demasiada paja... mental.

Creí entender la gran dificultad de los exiliados emigrantes para integrarse en el nuevo país, ya desintegrados del país del que huyen. Pero sobre todo, me pareció captar la ironía en la comparación entre Israel y Francia (quien dice Francia dice Europa occidental), en el fondo no tan distintos, casi sinónimos; además de ser, de partida, una crítica a Israel. ¡Ah!, y el hecho de repetir reiteradamente palabras... o consignas, les hace quedar huecas de significado.

Ahora nos encontramos con estas citas de sabiduría ajena, hoy de dos popes pontificando con tino:

 - "Que nadie se haga ilusiones de que la simple ausencia de guerra, aun siendo tan deseada, sea sinónimo de una paz verdadera. No hay verdadera paz sino viene acompañada de equidad, verdad, justicia, y solidaridad".  (Juan Pablo II).

 - "Las palabras son como las hojas: cuando abundan, poco fruto hay en ellas".  (Alexander Pope).

Besos y abrazos,

Don.
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martes, 18 de febrero de 2020

Seducido seductor matutino

¡Buenos días!

Embelesado, enamorado me tienen estos matutinos, bien lo sabéis, pero que no se descuiden, que en un buen requiebro de los míos queden ellos rendidos a mis pies. Por lo demás, otra mañana de invierno coqueteando descaradamente con la primavera por venir, al menos por los madriles, con un tibio día con sol y nubes y máxima prevista de 13ºC. Pero atentos, que cualquier día de estos, más tarde que pronto, sufriremos el desengaño de que el invierno vuelve por sus fueros, y nos deja de nuevo compuestos y sin novio, es decir, descompuestos de frío y con abrigo.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Casanova, su último amor" ("Dernier amour"), de Benoît Jacquot, basado en un episodio de las memorias de Giacomo Casanova (1725-1798), "Historia de mi vida" (1822), escritas por él, y con Vincent Lindon y Stacy Martin. De este veterano director francés había visto uno de sus anteriores largos, "3 corazones" ("3 coeurs", 2014).

Un anciano Casanova a punto de morir y escribiendo los últimos capítulos de sus memorias recuerda cuando 30 años antes, ya un maduro seductor, desmotivado y en declive, llega a Londres donde se ve obligado a exiliarse. Allí conocerá a una joven cortesana por la cual se siente tan atraído que deja de seducir al resto de mujeres. Lo intenta con ella una y otra vez, pero siempre se le escapa con evasivas, desafiándolo con que será suya cuando él deje de desearla.

Película ni fu ni fa (nota: 4), que me dejó flácido, pues no me excitó, aunque tampoco me exacerbó, que poco me dijo y casi que me aburrió, poco estimulante para mí, y que a ratos me pareció desmañada cuando no algo envarada. Historia de un cazador cazado, donde se invierten los papeles de cada uno de los protagonistas, según se espera de ellos, todo un catálogo del arte de seducir, coqueteando, jugueteando, demorando hasta casi la exasperación el clímax del deseo, que jamás parece llegar, deviniendo en desaforado amor romántico.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, que espero que tanto os enamoren como seduzcan:

 - "Amor y deseo son dos cosas diferentes; que no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama".  (Miguel de Cervantes).

 - "Disminuye el deseo de todas las cosas cuando la ocasión es demasiado fácil".  (Plinio el Joven).

 - "¿Es que no es el deseo más voluptuoso que la satisfacción?".  (Jacques Rivière).

 - "Tan gloriosa es una bella retirada como una gallarda acometida".  (Baltasar Gracián).

Besos y abrazos,

Don.
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lunes, 17 de febrero de 2020

No os miento, casamiento matutino

¡Buenos días!

Es verdad, estoy tan unido a estos matutinos que cuando estoy con ellos no hay fuerza que nos separe, pues estamos tan dentro el uno del otro, y viceversa, que se diría que somos un único ente. No sé si pedirles la mano, porque no las tienen, salvo las mías que están tecleando estas líneas a toda velocidad, así que no haremos papeleos, que no caben en este mundo informático por el que los difundo. La mañana no parece propicia para boda alguna, según los tópicos, pues no asoma el sol por culpa de las nubes grises que cubren plenamente el cielo. Las tibias temperaturas, sin embargo, con los 15ºC de máxima prevista por los madriles, invitan no sé si a una pantagruélica comilona de nuestra marital celebración matutina, pero desde luego al hedónico disfrute de lo que nos venga.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Hasta que la boda nos separe", de Dani de la Orden, remake del film francés "La wedding planner" ("Jour J", 2017) de Reem Kherici, que no vi, y con Belén Cuesta, Álex García, Silvia Alonso, Mariam Hernández, Adrián Lastra, Gracia Olayo, y Antonio Dechent. De las anteriores de este director solo había visto la más reciente, "Litus" (2019).

Una treintañera trabaja como organizadora de bodas en una pequeña empresa que regenta junto a su mejor amiga. En una de las bodas que organiza tiene un revolcón con uno de los invitados, y como no quiere ataduras ni compromisos le olvida al instante (o quizá no). Pero él tiene novia formal con la que convive y esta se mosquea al descubrir una tarjeta de visita de la otra en el bolsillo de él, quien para salir del apuro le pide matrimonio y le cuenta que le encargó en secreto la organización de la boda. Ella acepta ilusionada la proposición y se van a ver a la organizadora para concretar detalles, descubriendo que ambas fueron compañeras del cole en la infancia. Pero el roce de los preparativos va haciendo el cariño y ella y él se van enamorando. El lío está servido.

Una buena película (nota: 6), con sus más y sus menos, esta comedia de enredos románticos con la que pasé un rato muy entretenido y me eché unas cuantas buenas risas con sus muy buenos gags (otros no tanto). Apenas me chirrió, y eso ya es mucho, y me gustaron los dejes de cierta incorrección política en su mirada a los amoríos, compromisos y eventos nupciales.

Ahora llega la sección de sabiduría ajena, indisolublemente unida a estos matutinos casi desde siempre, citas con las que solemos citarnos al final, antes de separarnos hasta el siguiente:

 - "Se casaron dos, y al otro día
la esposa, con acento candoroso
al despertar, le preguntó a su esposo:
«¿Me quieres todavía?»".  (Ramón de Campoamor).

 - "Hoy casamiento, y mañana cansamiento".  (Refrán).

Besos y abrazos,

Don.
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miércoles, 12 de febrero de 2020

Luego me queda algo más que este matutino

¡Buenos días!

Pues sí, tras salir de aquí y en la medida de mis posibilidades, el disfrutar de todo lo maravilloso que me rodea, a mi libre albedrío, haciendo de mi capa un sayo, sin bailarle el agua a nadie, y que cada cual haga lo propio como mejor sepa y pueda. Lo mismo que hace este clima invernal nada invernal, con tibieza, algo amanerado, a las maneras primaverales, que nos baila según le parece, ayer con nieblas y gris nubosidad, hoy con algunas neblinas y sol que asoma diciendo aquí estoy yo, elevando estilosamente las temperaturas máximas hasta los 15ºC.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Solo nos queda bailar" ("Da cven vicekvet"), de Levan Akin, y con Levan Gelbakhiani, Bachi Valishvili, y Ana Javakishvili. Es el primer largo que veo de este director sueco de orígenes georgianos.

Un joven lleva desde niño en la Compañía Nacional de Danza de Georgia junto a otra joven que es su pareja de baile, mejor amiga y, podría decirse que, novia. Se le presenta la oportunidad de acceder al elenco principal de la compañía por la baja de uno de sus bailarines. Al poco llega otro bailarín al que ve como una amenaza y su rival más poderoso al puesto, pero el caso es que también siente una gran atracción por él.

Buena película (nota: 6), que a ratos me interesó y en otros no me agradó especialmente, sobre el despertar sexual de un joven que descubre su homosexualidad en medio de una sociedad muy conservadora, represora e intolerante con lo diferente (en lo sexual, en lo étnico-religioso, etc.) uno de cuyos baluartes es su danza tradicional, que rezuma masculinidad (ellos) y sumisa seducción (ellas). Aunque la danza no es santo de mi devoción, alguna escena de baile sí que me gustó, pero especialmente otra de canto polifónico tradicional georgiano, que me pareció sublime. El protagonista utiliza la viril danza tradicional, con sus rígidos códigos, metáfora de toda una sociedad anquilosada, para liberarse y expresar su ser diferente, modificándola para escándalo de puristas, aunque sin perder la esencia y llegando a cotas impensables para los cerriles.

Bueno, antes de cerrar el telón solo nos queda la sabiduría ajena:

 - "La juventud no debe solo asimilar los frutos de la cultura de sus padres, sino que debe elevar la cultura a nuevas cimas, a las que no llegan las gentes de las anteriores generaciones".  (Konstantin Stanislavski).

 - "Sé mal lo que es la libertad, pero sé bien lo que es la liberación".  (André Malraux).

 - "La vida no consiste en esperar a que pasen las tormentas, sino en aprender a bailar bajo la lluvia".  (Anónimo).

Besos y abrazos,

Don.
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martes, 11 de febrero de 2020

Silenciadas objeciones matutinas

¡Buenos días!

Pocas debe haber, y en caso de que las hubiera serían voluntarias, porque a través de este vocero, con o sin altavoz, que son mis matutinos dejo oír la mía propia, incluso por lo bajini de vez en cuando. Por lo demás, nada que objetar a las grises nubes, sin lluvia, que han vuelto por los madriles a ocultar el radiante sol de pasados días. Pasar unos pocos días a la sombra no creo que siente mal a nadie, que tanto fulgor solar podría deslumbrarnos e impedir que veamos adecuadamente lo que pudieran ocultar las sombras.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Vida oculta" ("A hidden life"), de Terrence Malick, y con August Diehl, Valerie Pachner, y varios otros más. Es el décimo largo de este veterano director, que últimamente parece haber cogido carrerilla, y de quien había visto cinco de sus anteriores: "To the wonder" (2012), "El árbol de la vida" ("The tree of life", 2011), "El nuevo mundo" ("The new world", 2005), "La delgada línea roja" ("The thin red line", 1998), y "Días del cielo" ("Days of heaven", 1978).

Un joven matrimonio vive con sus tres hijas pequeñas en una granja en los Alpes austriacos. Empieza la II Guerra Mundial y los hombres de su pequeña aldea son reclutados. Tras el entrenamiento militar regresa con su mujer e hijas y se reincorpora a las tareas agrícolas con la esperanza de que la guerra acabe pronto. Sin embargo pocos meses después es llamado a filas, pero se niega a prestar juramento a Hitler y participar de su régimen del odio y de exacerbado fervor nacionalista, lo que le granjea la enemistad de todos, especialmente de sus cada vez más exaltados vecinos. Es detenido, y deberá afrontar las consecuencias de su temeraria decisión a contracorriente.

Una buena película (nota: 6), con sus más y sus menos, de bellísima fotografía y estupendas maneras formales, que destila interesantes reflexiones, pero de desmesurado metraje (un curso de síntesis no le sentaría nada mal a su autor), y premiosa y reiteradamente discursiva en muchos momentos. Basada en las cartas reales que se escribieron entre ambos protagonistas mientras él estuvo en el servicio militar y en la cárcel, esta historia de amor incondicional nos retrata la vida sencilla del campo de un modo bucólico, a pesar de los pesares, como el runrún de los desplantes de sus convecinos y del frenesí de descerebrado nacionalismo de estos. El protagonista es un objetor de conciencia, una especie de Jesucristo camino de la cruz, incomprendido y negado por su iglesia, de inquebrantable fe en sus principios hasta el mismo punto de no importarle las consecuencias que sobre sí y sus allegados esto acarreará. Parecía que su causa, como tantas otras, estaba abocada al oscuro anonimato, pero...

Bueno, ahí os saco a la luz unas citas de sabiduría ajena, de entre las que encontré rebuscando, y de las que espero no tengáis objeción:

 - "Como los verdaderos amantes gozan tanto más de su felicidad cuanto más oculta, así los hombres verdaderamente generosos encuentran mayor goce en las liberalidades que hacen cuanto mayor es el secreto que las circunda".  (Abel Bonnard).

 - "No debemos de juzgar a los hombres a simple vista, como si se tratara de un cuadro o de una estatua; hay que indagar en el espíritu y en el corazón; el velo de la modestia oculta el mérito, y la máscara de la hipocresía esconde la maldad".  (Jean de la Bruyère).

 - "La voluntad de vencer es la que da las victorias; por tanto, aquello que es verdad para las grandes luchas que hacen temblar al mundo, es verdad para las luchas oscuras y ocultas de cada vida particular".  (Henri Perreyve).

Besos y abrazos,

Don.
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miércoles, 5 de febrero de 2020

Vaivenes matutinos en buena onda

¡Buenos días!

Buenas vibraciones siento cada vez que entro por estos lares matutinos, encontrándome con ellos en perfecta sintonía, y con independencia de como me sienta, ora mejor, ora algo peor, las recojo y trato de proyectar en mi derredor, ya filtradas de todo lo inconveniente... como creo que hace conmigo también el hoy radiante sol en esta tibia, aunque algo más fresca que ayer, mañana de suave y sereno invierno, con 13ºC de máxima prevista por los madriles.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Un momento en el tiempo - Waves" ("Waves"), de Trey Edward Shults, y con Taylor Russell, Kelvin Harrison Jr., Renée Elise Goldsberry, Alexa Demie, Sterling K. Brown, y Lucas Hedges. Tercer largo de este director, de quien había visto su anterior, "Llega de noche" ("It comes at night", 2017).

Un joven en su último curso de instituto vive con sus padres y su hermana en Florida. Disfruta del amor junto a su novia, pero un hecho inesperado lo rompe, lo que desemboca en una tragedia que zarandea el amor y las relaciones familiares. Al poco, la hermana se enamora por primera vez.

Muy buena película (nota: 7) este drama romántico y familiar, con el que al principio no sintonizaba, a pesar de su bella elegancia estilística, con mucha carga visual y musical, con momentos que me fascinaron y otros que me disgustaron, estos básicamente en su primera parte, aunque al final consiguió ganarme. Con mucha introspección emocional y dos partes bien diferenciadas, la primera centrada en el hermano (con su amor en fractura) y la segunda en la hermana (con su incipiente enamoramiento), con los apesadumbrados padres (y sus tensiones amorosas que van y vienen) haciendo de nexo de unión, nos habla del amor y sus vicisitudes, del perdón, de redención y segundas oportunidades, de saber encajar los sinsabores y desgracias de la vida, de mostrar abiertamente los sentimientos para evitar que se reconcoman y exploten malamente cuando menos se espera.

Ahora llega el momento de la sabiduría ajena, vamos a disfrutarlo, dejándonos mecer por su ondulante balanceo, que seguro nos equilibra:

 - "Una ola nunca viene sola".  (Refrán).

 - "Amar es un mar alborotado de olas y vientos sin puerto ni ribera".  (Ramón Llull).

 - "La respuesta suave calma la ira, así como el aceite calma las olas. Esta respuesta suave, casi en voz baja, lenta y buena es una de las empresas más difíciles de este mundo".  (Noel Clarasó).

Besos y abrazos,

Don.
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martes, 4 de febrero de 2020

Granjearse los matutinos

¡Buenos días!

Poco o nada tengo que hacer para ganarme su favor, además de que sus dones crecen sin apenas tener que cultivarlos, llegándome sin esfuerzo (aparente), cual si fueran maná caído del cielo. Y hoy esto es más fácil, todavía si cabe, gracias al radiante sol, al tibio y sereno ambiente y a las temperaturas impropias del invierno, que más parece que ya haya entrado la primavera por los madriles, con los 18ºC de máxima prevista para esta jornada.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo una película documental. Se trató de "Mi gran pequeña granja" ("The biggest little farm"), de John Chester. Es el primer largo de este director... y granjero.

En el año 2010, un matrimonio formado por un operador de cámara de documentales de naturaleza y una chef de cocina y bloguera, que viven en Los Ángeles, deciden dejar su vida urbanita y emprender su sueño de montar una granja ecológica, para lo que se mudan a una zona rural al norte de la ciudad y compran una aislada granja abandonada de unos cuantos centenares de hectáreas. Pero está situada en un lugar de frecuentes sequías y la tierra está totalmente mermada de nutrientes. Poco a poco, y buscando sabios consejos dada su inexperiencia, van llevando a la práctica su utopía plantando más de 200 tipos de especies vegetales diferentes y poblándola con una gran diversidad de las animales domésticas, cada una con su función, incluidas las salvajes que poco a poco se van agregando al nuevo ecosistema. Todo este proceso de llevar a cabo su utopía, con sus venturas y desventuras, de casi diez años hasta ahora, lo documentarán cámara en mano.

Una buena película (nota: 6), agradable de ver, con la que disfruté y me dio algo que pensar, este muy interesante documental de espíritu ecologista en el que su autor y protagonista grababa a la par que desarrollaba su ideal, mostrándonos lo factible de este, el de producir de modo sostenible y respetuoso con el medio ambiente, buscando, y consiguiendo además beneficio económico con ello, no sin dificultades, como en tantas otras facetas de la vida.

Ahora ahí os dejo unas citas de sabiduría ajena que me he granjeado, y que espero prendan bien en nuestras entendederas, dejándonos prendados, prendidos o aprendidos, al gusto de cada cual:

 - "Un granjero siempre se hará rico el año que viene".  (Filemón).

 - "Aunque nuestro inteligente mundo está repleto de riquezas, los seres humanos no conseguirán ni un gramo del alimenticio maíz sino a fuerza de los continuos sudores con que riegan la tierra que han de cultivar".  (Ralph Waldo Emerson).

 - "Nuestro gran error es intentar obtener de cada uno en particular las virtudes que no tiene, y desdeñar el cultivo de las que posee".  (Marguerite Yourcenar).

Besos y abrazos,

Don.
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lunes, 3 de febrero de 2020

Aduana matutina

¡Buenos días!

Libre de todo arancel, cosas de mis privilegios matutinos, entro como Pedro por mi casa en estos matutinos cada vez que lo necesito... ¡y bien que me acogen en su seno, y yo que se lo agradezco con mi mejor disposición! Vuelve a salir el sol tras muchos días de gris y tupida nubosidad, lo suyo le costó, y no sé si tuvo que pagar algún peaje por ello, pero el caso es que está aquí, alegrándonos la mañana, mucho más teniendo en cuenta que están previstos 17ºC de máxima por los madriles.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Adú", de Salvador Calvo, y con Luis Tosar, Anna Castillo, Moustapha Oumarou, Álvaro Cervantes, Miquel Fernández, Zayiddiya Dissou, y Jesús Carroza. Segundo largo, y primero que veo de este director.

Adú, un niño de seis años, es testigo accidental junto con su hermana mayor de una matanza de unos elefantes por parte de unos furtivos que se llevan sus colmillos. Se ven obligados a huir a España, donde su padre vive, camuflados en el tren de aterrizaje de un avión. Un cooperante español de una organización medioambiental se desespera por esa masacre a la par que recibe la visita de su rebelde hija a la que hace muchos años que no ve. En Melilla, tres guardias civiles se enfrentan solos a una furibunda muchedumbre de subsaharianos que asaltan la valla para intentar entrar. Tres historias casi paralelas que acabarán por confluir muy tangencialmente en esa puerta de entrada a Europa.

Película interesante, con sus más y sus menos (nota: 5), este melodrama de concienciación social, cuyo guion me pareció algo flojito, que nos muestra la cuestión inmigratoria (ilegal) desde varas perspectivas, que todos tienen sus razones (válidas), por muy separados que vivan, aunque solo sea separados por una fina valla plena de concertinas, que no producen música de la buena precisamente. Induce a pensar en la relatividad de nuestras penas a este lado de la raya. El niño protagonista, como niño que es, una auténtica ricura.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, de entre las que he recogido por ahí, no sé si de estraperlo:

 - "Todavía no se han levantado las vallas que le digan al talento: «De aquí no pasarás»".  (Ludwig van Beethoven).

 - "Las fronteras no son el este o el oeste, el norte o el sur, sino allí donde el hombre se enfrenta a un hecho".  (Henry David Thoreau).

 - "No experimentamos las ventajas de un estado hasta que probamos los sinsabores de otros. No conocemos el valor de las cosas hasta que nos vemos privados de ellas".  (Daniel Defoe).

Besos y abrazos,

Don.
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