jueves, 28 de noviembre de 2019

Matutino a la intemperie

¡Buenos días!

Da igual donde se encuentren, que dentro de ellos todo se atempera, haciéndole a uno la vida más fácil, para luego poder salir ahí fuera con tranquilidad absoluta. Tampoco estos tibios días de otoño invitan a la destemplanza, sea del tipo que sea, que las grises nubes de hoy, y de pasados días, nos abrigan confortablemente por muy al raso que nos podamos quedar. Sin mucha probabilidad de lluvia, la máxima prevista para hoy será de 12ºC (con mínima de 9ºC), estabilidad térmica que induce templanza en nuestro ser.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Intemperie", de Benito Zambrano, basada en la novela homónima de Jesús Carrasco, y con Luis Tosar, Luis Callejo, Jaime López, Vicente Romero, y Kandido Uranga. De este director había visto tres de sus anteriores películas: "La voz dormida" (2011), "Habana blues" (2005), y "Solas" (1999).

Mediados de los años 40, durante nuestra posguerra civil. Un niño escapa de un cortijo perdido en la inmensidad de un secarral andaluz tajado por peligrosos barrancos, a través del que huye de su infierno particular. El capataz y sus hombres le persiguen sin descanso. El chaval se topará con un taciturno pastor que le salvará de morir en el tórrido y árido desierto y le protegerá. A partir de ese momento el rumbo de ambos dará un giro sin retorno posible.

Película que no me llegó a atrapar (nota: 5), se me escapó de mis entendederas, pero que tampoco me maltrató y que vi sin desagrado. Buenas maneras formales, pero la historia no me dijo gran cosa y se volvió cada vez más tópica conforme avanzaba hacia el final. Aires de western muy polvoriento, de gaznate seco, las de este drama rural con la posguerra civil, plena de miseria e injusticias, tan al fondo que estaba casi totalmente fuera de campo, y que básicamente trata de una relación paternofilial, aunque no sean padre e hijo, y de la iniciación a la cruda vida de un muchacho, orientado por algún sabio consejo, aunque enseñado más con hechos que con palabras, sobre los adecuados códigos de conducta.

Ahora, para templar todavía más los ánimos, nada como un poquito de sabiduría ajena:

 - "La excelencia moral es resultado del hábito. Nos volvemos justos realizando actos de justicia; templados, realizando actos de templanza; valientes, realizando actos de valentía".  (Aristóteles).

Besos y abrazos,

Don.
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miércoles, 27 de noviembre de 2019

Dichosos matutinos

¡Buenos días!

Felices ellos, sí, que con generosidad infinita me dan todo lo que tienen, y viceversa, enriqueciéndose ellos tanto o más que yo mismo, y al revés, y tanto que se lo agradezco. Como a este espléndido otoño que hoy nos regala otro día gris, con más lloviznas que lluvias, caídas antes de que levante el sol, que luego solo quedarán las enjugadas nubes. Tibios 13ºC de máxima prevista para hoy.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Los miserables" ("Les misérables"), de Ladj Ly, y con Damien Bonnard, Alexis Manenti, Djibril Zonga, e Issa Perica. Es el primer largo de este director francés de origen maliense.

Francia acaba de ganar el mundial de fútbol de 2018. Éxtasis nacional, explosión de júbilo que a todos integra (fugaz y ficticiamente). Al día siguiente, un policía llega trasladado a la comisaría de un conflictivo y deprimido barrio periférico parisino donde viven mayoritariamente inmigrantes, Montferneuil, el mismo en el que Víctor Hugo desarrolló buena parte de la trama de su obra "Los miserables". Le asignan ir de patrulla con otros dos compañeros con gran experiencia en el barrio y enseguida descubre los poco éticos procedimientos de estos en medio de un latente conflicto entre diversas bandas callejeras. Durante una operación en la que arrestan a un adolescente y en la que se ven desbordados, la situación se les va de las manos, hiriendo gravemente al chaval, mientras todo ha sido grabado accidentalmente por el dron de otro chico del barrio. Esto puede ser la chispa que encienda una violenta revuelta callejera en el polvorín suburbial.

Estupenda película (nota: 8), de tensión casi constante, angustiosa a ratos, que te mantiene en incómoda situación, que no es adaptación de la novela de Víctor Hugo, aunque algún paralelismo hay, y cuyo origen es un corto homónimo, de hace dos años, del propio director. Thriller policiaco con denuncia social que saca a la luz situaciones que tendemos a esconder bajo la alfombra e incita a hacernos preguntas y podría ser una especie de aviso a navegantes (dirigentes, por ejemplo), que el director sabe muy bien de lo que habla, con estilo casi documental, aunque bastante metafórica también. Crudo retrato sin maniqueísmos de un barrio marginal de gente miserable, unos por desdichados, otros por ruines, casi todos por ambas cosas, en el que se cuece a fuego lento la insatisfacción, la crispación, y en el que solo hace falta una chispa para que salte todo por los aires en ese polvorín. En cierto modo me recordó a otra película francesa, "El odio" ("La haine", 1995) de Mathieu Kassovitz.

Termino con la sección de sabiduría ajena, con una sola cita, ¿para qué decir más?, la misma con la que remata la película, y que se menta en la novela de Víctor Hugo:

 - "No hay ni malas hierbas ni hombres malos. No hay más que malos cultivadores".  (Víctor Hugo).

Besos y abrazos,

Don.
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martes, 26 de noviembre de 2019

Historia de un matutino

¡Buenos días!

Voy a desentrañar, lo intentaré, cual es su vida cotidiana, no muy distinta de la de cualquier otro, que como ya los conocéis de largo, pues creo que me lo ahorraré y os contáis cada uno la que os parezca a vosotros mismos, que cada cual tiene sus verdades, y no quisiera polemizar sobre ello, no vaya a ser que nos separemos más de lo razonable. Por lo demás, hoy volvemos a tener otro nublado despertar, neblinoso, obnubilándonos todavía más en nuestro ensimismamiento, del que a lo mejor nos saque algún chubasco vespertino, pronosticado por los de la meteorología. Las temperaturas, muy, muy tibias, con 16ºC de máxima prevista por los madriles.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Historia de un matrimonio" ("Marriage story"), de Noah Baumbach, y con Scarlett Johansson y Adam Driver. De este director había visto tres de sus anteriores trabajos, "Mistress America" (2015), "Mientras seamos jóvenes" ("While we're young", 2014), y "Frances Ha" (2012).

Un matrimonio, director de teatro él, actriz ella, con un hijo pequeño, van a separarse y, al poco, divorciarse; cosas del desgaste por la convivencia y de los diferentes anhelos personales y profesionales. Acuerdan que será amistosamente y sin abogados de por medio, que todo lo empantanan. Pero poco a poco, lo previsto se va torciendo, enconándose las posiciones de ambos, básicamente debido a la custodia del hijo común, y nada de lo pactado se cumple.

Una espléndida película que os recomiendo (nota: 8), por lo que cuenta, y sobre todo, por como lo cuenta, con extrema naturalidad y ecuanimidad, sin tapujos... parece que todo un catártico exorcismo personal del director tras una traumática ruptura en su pasado. Al principio me incomodó este viaje de vaivén, casi que kafkiano proceso, un lento descenso a los infiernos de la ofuscación, rebote, y vuelta, pero no al mismo punto de partida. Esta disección del amor de pareja a través de su fractura y ruina, luego en parte recompuesto, que algún rescoldo queda, no siempre capaz de reavivarse, fue a ratos incluso divertida por sus esperpénticos momentos, cosas de nuestros absurdos comportamientos egoístas que tanto rompen, para al final ganar, y mucho, en hondura emocional.

Ahora un par de citas de sabiduría ajena que he conseguido emparejar y que espero nos cuenten mucho acerca de...:

 - "En amor todo ha terminado desde el día en que uno de los dos amantes piensa que sería posible una ruptura".  (Paul Bourget).

 - "«Puedo perdonar, pero no olvidar», es sólo otra forma de decir, «No puedo perdonar»".  (Henry Ward Beecher).

Besos y abrazos,

Don.
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jueves, 21 de noviembre de 2019

Un día completo de carreras matutinas

¡Buenos días!

Ya os adelanto que casi todas las mañanas compito contra mí mismo para llegar el primero a estos matutinos, y siempre lo logro, ¡me quedo a cuadros!, y sin haber visto la bandera ídem, de lo rápido que llego. Y solo es el comienzo, que entro en su circuito sin prisas, tratando de hacer amistad con todo el mundo que por aquí me cruzo, dando las vueltas que sea necesario para lograrlo para, ya mareado, salir por mi propio pie dando tumbos en dirección al siguiente. Y las nubes siguen hoy en su rivalidad por ver quien se aprieta más contra las otras, dejando el cielo muy gris, y provocando que se escurran de entre ellas algunos chorreones de agua en intermitentes gotas. La máxima prevista será de 9ºC.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Le Mans'66" ("Ford v. Ferrrari"), de James Mangold, y con Christian Bale y Matt Damon. De este director había visto uno de sus anteriores films, la estupenda "El tren de las 3:10" ("3:10 to Yuma", 2007).

Un ex piloto de coches de carreras, que en su día ganó en Le Mans, y que lo tuvo que dejar debido a su enfermedad, reconvirtiéndose en constructor de prototipos deportivos, y un piloto irascible que se gana la vida con su taller mecánico, que con las carreras no le llega, unen sus fuerzas, con el patrocinio del megaconstructor automovilístico Ford, para tratar de desbancar el imperial poderío que por entonces tenía la escudería Ferrari en las competiciones automovilísticas, en concreto en las 24 horas de Le Mans. No sin problemas, lograron en 1966 el hito histórico de vencer allí por primera vez con un coche estadounidense.

Buena película (nota: 6), sin alharacas, entretenida de ver a pesar de su excesiva duración, especialmente por sus vibrantes escenas de carreras de coches. Además del épico duelo deportivo asistimos a una de colegas, de camaradas, dos caracteres opuestos que se complementan, y que pilotan en la misma dirección, directos a conseguir el éxito en su pasión común.

Ahora, a toda pastilla, y sin frenos, ahí os dejo unas citas de sabiduría ajena... a ver si las pilláis... corriendo o pensando:

 - "A 273 km/h te sales en una curva, pero a 271 km/h te pasa el segundo".  (Ayrton Senna).

 - "El hombre diligente a todos los males hace frente".  (Refrán).

 - "No basta dar pasos que un día puedan conducir hasta la meta, sino que cada paso ha de ser una meta, sin dejar de ser un paso".  (Johann P. Eckermann).

Besos y abrazos,

Don.
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miércoles, 20 de noviembre de 2019

Estúpidas perrerías matutinas

¡Buenos días!

Mucho perro no veo por estos lares matutinos, tampoco me parece que el cinismo se deje ver, tan poco propensos a permitir maldad alguna entre sus transeúntes y residentes. En cualquier caso, si alguna hubiera escondida a mis ojos, no creo que vaya más allá de la supina estupidez, sin malicia alguna. Tampoco creo que sea muy malévolo este otoño, por mucho que hoy nos devuelva a las lluvias, tan fieles con nosotros en pasados días, que de tontos sería el enfadarse, pues es su ser natural, y nada podemos contra ello. Para el gris día de hoy tendremos una máxima prevista de 7ºC.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Buenos principios" ("Mon chien Stupide"), de Yvan Attal, y con él mismo y Charlotte Gainsbourg, su mujer también en la vida real, amén de en esta película, que está basada en uno de los relatos del libro "West of Rome" de John Fante, y que es la tercera que veo de las de este director francés, tras "Una razón brillante" ("Le brio", 2017), y "Mi mujer es una actriz" ("Ma femme est une actrice", 2001).

Un escritor cincuentón en crisis, que tuvo un único y gran éxito (de crítica y público) en su juventud, y que ha perdido la creatividad y solo escribe noveluchas alimenticias, está casado desde hace 25 años con una mujer deprimida, que dejó su carrera por la familia, y con cuatro hijos veinteañeros, demasiado mimados y que siguen viviendo en su hogar (y algunas de sus parejas), gorroneándole. Echa la culpa de su falta de inspiración y fracaso a su rutinaria y frustrante vida familiar. Una noche de tormenta aparece por su jardín un perrazo perdido, quien como Pedro (o perro) por su casa se instala en el hogar familiar. Todos quieren echarlo, menos él, que decide quedárselo, pues es el único que le escucha, aunque sea un lascivo can, pajillero y sodomita. Este hecho alterará todavía más las relaciones familiares, lo que desencadenará que los hijos se vayan yendo de casa uno a uno, por uno u otro motivo.

Película con la que no acabé de conectar del todo (nota: 5), aceptable sin embargo, esta tragicomedia sobre la vida y difícil convivencia en pareja, y la familiar, con las crisis de madurez y literaria levitando sobre el protagonista. Cierto grado de cinismo, de sorna, destila esta descreída historia sobre la reparación amorosa en la madurez, tras años de desgaste rutinario, y de haber conseguido desembarazarse de sus retoños, más por la propia voluntad de estos de volar del nido que por otra cosa.

Y ya toca un buen final para este matutino, y cualquier otro, con estas citas de sabiduría ajena, que a lo mejor algo mitigan las memeces que podamos llegar a cometer:

 - "Los sabios aprenden mediante la razón, las mentes normales mediante la experiencia, los estúpidos mediante la necesidad, y los bestias por instinto".  (Marco Tulio Cicerón).

 - "Todos los hombres son dioses para su perro. Por eso hay tanta gente que ama a sus perros más que a los hombres".  (Aldous Huxley).

Besos y abrazos,

Don.
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martes, 19 de noviembre de 2019

Perfecta audición matutina

¡Buenos días!

Aunque creo que absoluto debo tener el oído, sin ser músico, no lo debo tener fino, escapándoseme las frecuencias auditivas marginales, cosas de la edad, supongo, refrendado por los reconocimientos médicos, lo que no me impide atender a todo lo que suena bien a mi alrededor y aplaudirlo cuando se tercie. Por lo demás, el otoño sigue afinándose hasta lo excelso en esta soleada mañana, calmada, en la que llegaremos, allende el mediodía, hasta los 10ºC, según lo previsto.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La audición" ("Das vorspiel"), de Ina Weisse, y con Nina Hoss, Simon Abkarian, Jens Albinus, Ilja Monti, y Serafin Mishiev. Es el segundo largo, y primero que veo, de esta directora alemana.

Una profesora de violín en un conservatorio, y concertista frustrada, insegura y muy perfeccionista, en contra del criterio de sus colegas, aprueba el ingreso de un joven muy tímido en el que aprecia un gran talento. Le instruye con suma dedicación y exigencia, tanta que casi llega a la obsesión, desatendiendo a su solícito y afectuoso marido, y a su propio hijo de diez años, que empieza a sentir celos del alumno. Las relaciones familiares y el matrimonio empiezan a tambalearse.

Película que no me interesó gran cosa (nota: 4), cuya historia apenas me dijo nada, y además me mantuvo con cierto grado de incomodidad. Sin embargo, buenas maneras formales, y fascinante la actriz protagonista. Historia de una mujer excesivamente autoexigente y exigente con los demás, fría emocionalmente, tal vez consecuencia de la severa educación paternal que recibió. Hay un estado latente de perturbadora inquietud entre los personajes, al estilo Haneke, pero suavizado. Por esto, y otras cosas, recuerda a "La pianista" ("La pianiste", 2001) de Michael Haneke. Además, por eso de la enfermiza autoexigencia perfeccionista, también me recordó a "Cisne negro" ("Black swan", 2010) de Darren Aronofsky; y por las penurias necesarias, casi hasta la tortura, para alcanzar la excelencia musical, a "Whiplash" (2014) de Damien Chazelle. A mí no me gustó, pero a lo mejor les encaja mejor a melómanos, profesionales o estudiantes musicales.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, ¿las oís?:

 - "La armonía más dulce de escuchar es el sonido de la voz del ser amado".  (Jean de la Bruyère).

 - "La educación es la habilidad de escuchar cualquier cosa sin que pierdas los estribos o la seguridad en ti mismo".  (Robert Frost).

Besos y abrazos,

Don.
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lunes, 18 de noviembre de 2019

Matutino salido de madre

¡Buenos días!

No sé si este nuevo matutino, retoño mío, será más extraordinario que los demás. Yo creo que lo veré más o menos igual que a los anteriores desde el momento que parta de mi lado para no volver, pero jamás con desapego aunque hayamos roto el cordón umbilical. Por lo demás, este maravilloso día de otoño, calmado, soleado, con 11ºC de máxima prevista, ya acabadas las lluvias de ayer, no se sale tampoco de madre, de lo que es costumbre por estas fechas y lares, por mucho que en un par de días vuelvan las lluvias, cada vez menos añoradas por frecuentes.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Madre", de Rodrigo Sorogoyen, y con Marta Nieto, Jules Porier, Àlex Brendemühl, Anne Consigny, y Frédéric Pierrot. Quinto largo de este director, y cuarto en solitario, de quien había visto todos sus anteriores, "El reino" (2018), "Que Dios nos perdone" (2016), "Stockholm" (2013), y "8 citas" (2008), ésta codirigida con Peris Romano.

Secuela del corto homónimo (2017) del propio director, incluido al inicio de este largo. Una madre recibe la llamada de su hijo de seis años, de viaje de vacaciones por la costa sudatlántica francesa con su padre, ex marido de ella, y le dice que su padre no está, que está solo, perdido en un bosque cercano a la playa. La angustiada madre, que salió pitando para allá, ya no volvió a saber nada de su hijo. Diez años después, desanimada, desesperanzada, sigue en la misma playa, trabaja en un restaurante de la zona y parece estar empezando a salir del oscuro túnel de su inmenso dolor gracias a su nueva pareja. Pero todo se va al traste cuando conoce casualmente a un adolescente que por allí veranea y que le recuerda a su hijo perdido. Enseguida ambos establecerán una peculiar relación de afecto que incomoda a todos los que le rodean.

Una muy buena película (nota: 7), que vi con constante interés durante todo su metraje, con un adrenalínico arranque (el corto), una muy intensa conversación telefónica con mucha inquietud y suspense; años después, ya en el largo, todo se calma, pero sigue la inquietud, cierto grado de incomodidad y tensión latente de la que no parece tomar cuenta la desquiciada y obnubilada mujer. Bellas maneras formales las de esta película, que se centra en los íntimos sentimientos de la dolorida protagonista, aparentemente turbios y ambiguos, al menos a los ojos de los demás, por mantener una relación con el adolescente rayana casi que en lo edípico. En el fondo, va de pasar página, cuando corresponde hacerlo, cuando así lo considere el afectado.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, con las que espero encontremos cierto alivio ante los inevitables avatares vitales:

 - "La madre es nuestra providencia sobre la tierra en los primeros años de vida, nuestro apoyo más firme en los años siguientes de la niñez, nuestra amiga más tierna y más leal en los años borrascosos de la juventud".  (Severo Catalina).

 - "Nada en la tierra puede compensar la pérdida de alguien que te ha amado".  (Selma Lagerlöf).

 - "En algún lugar del alma se extienden los desiertos de la pérdida, del dolor fermentado; oscuros páramos agazapados tras los parajes de los días".  (Sealtiel Alatriste).

 - "Los hombres sabios no se entretienen jamás en deplorar sus pérdidas, sino que buscan con ánimo alegre reparar los golpes de la mala fortuna".  (William Shakespeare).

 - "La auténtica felicidad está relacionada con la capacidad de disfrutar, pero también de resistir y tolerar las inevitables pérdidas y problemas".  (Martin Seligman).

Besos y abrazos,

Don.
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domingo, 17 de noviembre de 2019

Alocada libertad matutina

¡Buenos días!

Otra mañana más en la que me encierro en esta jaula sin barrotes que son mis matutinos, de la que puedo entrar y salir a mi libre albedrío, para desparramar libremente mis desvaríos sin tapujos, sabiendo que ellos me aceptarán tal cual soy. Fría y lluviosa mañana otoñal, con 9ºC de máxima prevista para hoy, que espero no nos obligue a permanecer encerrados en casa, pudiendo salir al aire libre a chapotear por los charcos. Habrá quien nos mire como a locos chavalillos jugueteando, pero qué más da, ande yo caliente, o alegre, y ríase la gente.

Este fin de semana estuve en el teatro viendo "La jaula de las locas", dirigida por Àngel Llàcer y Manu Guix, y con Àngel Llàcer e Iván Labanda, entre otros. Se trata de un musical de Broadway, cuya música y canciones son de Jerry Herman, y el libreto de Harvey Fierstein, que ha sido adaptado por Rosser Batalla y Roger Peña. Está basado en una obra teatral francesa homónima, "La cage aux folles" (1973) de Jean Poiret. Además hay un par de películas, una franco-italiana de Édouard Molinaro (1978) y otra estadounidense de Mike Nichols (1996), basadas también en esta pieza teatral.

Una pareja de homosexuales vive en la planta de arriba de un local de cabaret que ofrece espectáculos de travestismo en una localidad de la Costa Azul francesa. Uno es la estrella transformista del local y el otro el dueño. Un día el hijo de ambos, producto de un desliz heterosexual de juventud del segundo, y que vive con ellos, les comunica que quiere casarse con una compañera de clase de la universidad, hija de una familia ultraconservadora, cuyo padre es un destacado diputado nacional. Para la comida de petición de mano, cuando deben encontrarse las familias, y para evitar problemas, deciden simular que son una familia hetero perfectamente convencional.

Comedia musical y de enredo normalita (nota: 5), que me dejó ni fu ni fa, aunque de buen montaje, muy buenas actuaciones y loables intenciones, de canto a la libertad de cada cual, de respetarnos los unos a los otros, de ser como cada uno queramos ser, sin que deba importarle tal cosa al resto. He de reconocer que no soy muy amigo de comedias musicales, que el hecho de que una película u obra de teatro sean de ese género le pone algo más de dificultad para que me llegue lo que pretendan hacerme llegar; mucho más teniendo en cuenta que creo que las canciones restan tiempo al desarrollo del meollo de lo narrado, aunque a veces puedan reforzarlo, planteándose el mensaje en este género con mayor simpleza, en general, que en otros casos, lo que a mí no me agrada, aunque tampoco si lo hicieran con metafísica complicación.

Ahora, en la sección de sabiduría ajena, ahí os dejo unas citas entresacadas de las que me he ido encontrando por ahí, y que tal vez nos aporten algo de sensatez, o de locura, según necesitemos:

 - "Como viento en una jaula, como agua en una criba, así es el buen consejo en la oreja de la locura y del amor".  (Friedrich Rückert).

 - "Si algo he aprendido en la vida es a no perder el tiempo intentando cambiar el modo de ser del prójimo".  (Carmen Martín Gaite).

Besos y abrazos,

Don.
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jueves, 14 de noviembre de 2019

Matutina oquedad

¡Buenos días!

Es obvio que desde que me encierro por un rato mañanero en estos matutinos me nutro de todo lo que ellos quieran darme, llenando los espacios vacíos que pudiera haber en mis entendederas, alimento anímico e intelectual que me sacia a poco que tome y dé generosamente a los demás desde esta plataforma. Pues en esta mañana de típico otoño que amanece ante nosotros no atisbo agujero alguno entre la espesa capa de grises nubes que nos riegan con su altruista maná de lluvias, que alimentará a todos los que nos queramos poner bajo su manto. Además el viento hace más desapacible el frescor mañanero. Las máximas previstas serán de 10ºC para hoy por los madriles.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "El hoyo", de Galder Gaztelu Urrutia, y con Iván Massagué, Zorion Egileor, Antonia San Juan, Emilio Buale, y Alexandra Masangkay. Es el primer largo de este director, que triunfó en el pasado Festival de Sitges.

Un joven despierta en una extraña celda de una especie de cárcel experimental, compuesta por un edificio de muchas plantas hacia abajo, quizá más de 200, nadie lo sabe, en el que en cada una de las cuales hay dos personas, y un agujero en medio por el que transita cual ascensor una plataforma con comida, que se detiene por un rato, una vez al día, en cada piso. A cada planta llegan las viandas que van dejando los del nivel superior. Con el alimento inicial debería haber para todos, pero a los niveles inferiores no llega nada. Una vez al mes, todos cambian de planta por azar, si es que sobrevivieron.

Muy buena película (nota: 7), del género fantástico, cruda y visceral, profunda sin vacuidad, esta alegoría distópica sobre nuestra cochambrosa sociedad de clases y el injusto reparto de la riqueza. Poliédrica, analiza diversos aspectos de nuestra sociedad del bienestar, más bien del malestar, o de la sociedad global, donde impera el egoísmo capitalista e individual que pone muy difícil la solidaridad con los menos favorecidos. Se sigue con interés, mucho, a pesar de su truculencia y momentos gore y ramalazos de escatología. También destila, obviamente, eso de que el hombre es un lobo para el hombre, capaces de hacernos la puñeta por malsano gusto, cuando no matarnos o comernos los unos a los otros en cuanto la desesperación nos atenaza. Provoca muchas preguntas que llevan a la reflexión. Por eso de la lucha de clases, de castas compartimentadas, me recordó a "Snowpiercer (Rompenieves)" (2013) de Bong Joon-Ho, aquí en la horizontalidad de los vagones de un tren, y en la hoy glosada, en la verticalidad de un muy profundo edificio subterráneo.

Ahora, antes de que se nos abra el abismo de la despedida, ahí os dejo unas citas de sabiduría ajena, que espero nos abra el apetito por saber más:

 - "La sociedad se compone de dos grandes clases: los que tienen más cenas que apetito, y los que tienen más apetito que cenas".  (Chamfort).

 - "La libertad, por lo que respecta a las clases sociales inferiores de cada país, es poco más que la elección entre trabajar o morirse de hambre".  (Samuel Johnson).

 - "No hay bien alguno que nos deleite si no lo compartimos".  (Séneca).

Besos y abrazos,

Don.
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miércoles, 13 de noviembre de 2019

Nunca me separaré de los matutinos, de verdad

¡Buenos días!

Estoy convencido de ello, pero paso a paso, de momento vamos con este que tengo entre las manos, aproximándome poco a poco, ganándome su confianza, para que me permita estar con él y me deje hacerle confidencias, y viceversa. Tras los besos y abrazos, seguro que se queda para siempre conmigo, y yo con él. Y tampoco nos dejan las nubes de lluvia, con algunos claros de sol, en este tibio día de otoño, con 15ºC de máxima prevista.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Pequeñas mentiras para estar juntos" ("Nous finirons ensemble"), de Guillaume Canet, y con François Cluzet, Marion Cotillard, Gilles Lellouche, Laurent Lafitte, Benoît Magimel, Pascale Arbillot, Clémentine Baert, Valérie Bonneton, y José García, entre otros más, que es una comedia muy coral. Sexta película de este director, también actor y guionista, secuela rodada con los mismos actores de la única de las anteriores suyas que había visto, su tercera, la estupenda "Pequeñas mentiras sin importancia" ("Les petits mouchoirs", 2010).

Unos años después, uno de los amigos, en crisis vital, separado, con serios problemas económicos, y deprimido, decide pasar solo un largo fin de semana en su casa de la costa, que está obligado a vender para enjugar sus deudas. Recibe la inesperada visita de todos sus amigos, que no se reúnen desde entonces, para darle una sorpresa por su cumpleaños y celebrar una fiesta.

Película normalita (nota: 5), con sus más y sus menos, que me hizo reír a ratos sueltos y en otros me dejó algo indiferente, con un nivel más bajo que su predecesora. Los personajes evolucionaron por el paso del tiempo, algo más desanimados que antaño. Historia de una amistad a pesar de los pesares, aunque se espeten ciertas verdades a la cara, sin tapujos, a veces por rencores del pasado. No son perfectos, pero en el fondo se quieren... y posiblemente sigan juntos hasta el final.

Ahora, la sabiduría ajena, con este conjunto de citas que he reunido de entre las que he ido encontrando por ahí, desperdigadas:

 - "Vida: conjunto de pequeños dramas que todos juntos no constituyen más que una comedia".  (Sacha Guitry).

 - "Lo sabes bien, todo lo que nos desune es en el fondo lo que nos deja vivir tan bien juntos".  (Julio Cortázar).

 - "Estar enamorados de la paz y juntos. Amar cada uno la paz del otro. Dormir en paz, juntos".  (Eugene O'Neill).

Besos y abrazos,

Don.
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martes, 12 de noviembre de 2019

Traqueteos matutinos y demás neuras

¡Buenos días!

Otro viaje matutino más que llevarme a mis entendederas, en el que con el vaivén del trayecto desparramo a modo de charla más o menos coloquial todo lo que estas destilan o chorrean, según el caso, a modo de mental bálsamo que me evita mayores dislates que los que aquí cuento. El sol inicia su periplo diario sin atisbo de nubes, pero esta misma tarde volverán a chorrearnos, según las previsiones, locas de contento de volver por sus fueros, aunque no creo que se desaforen. La máxima prevista para hoy volverá a ser de 12ºC, con una bastante fría madrugada, por eso del cielo despejado.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Ventajas de viajar en tren", de Aritz Moreno, basado en la novela homónima de Antonio Orejudo, y con Pilar Castro, Ernesto Alterio, Luis Tosar, Quim Gutiérrez, Belén Cuesta, y Macarena García. Es el primer largo de este director.

Una mujer que acaba de ingresar en un psiquiátrico a su marido regresa a su casa en tren. Un desconocido se sienta frente a ella y se le presenta como un psiquiatra que investiga trastornos de la personalidad a través de los escritos de sus pacientes. Le cuenta la historia de uno de ellos, un paranoico peligroso obsesionado con la basura.

Inclasificable, extraña, excéntrica película (nota: 5), diferente, con alguna reminiscencia de elementos de "Delicatessen" (1991) de Jean Pierre Jeunet y Marc Caro, que apunta muy buenas maneras formales pero cuya historia, compuesta de otras anidadas, o entrelazadas, según el caso, no me terminó de gustar, salvo una de ellas, que me pareció genial, la de la pareja de efímeros amantes minusválidos. La mayoría del resto, demenciales, radicales, demasiado truculentas y sórdidas para mi gusto, más teniendo en cuenta que poco pude sacar de ellas. Podría decirse también que es comedia negra, con toques surrealistas, absurdos, y de gore, con elementos de delirio conspiranoico, historias perturbadoras con seres perturbados. Por eso de las historias anidadas, cual muñecas rusas (historias que contienen otras historias, que contienen otras historias, que...), me recordó a la novela "Frankenstein" (1818) de Mary Shelley... pero esto creo viene de más lejos, del cervantino Quijote.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, que espero provoquen alguna que otra interesante charla tras su lectura:

 - "Muchos son los beneficios de viajar: la frescura que reporta al espíritu, el ver y oír cosas maravillosas, la delicia de admirar nuevas ciudades, el encuentro con nuevos amigos, y el aprender finas maneras".  (Muslih ud din Saadi).

 - "Viajar y cambiar de lugar dan nuevo vigor a la mente".  (Lucio Anneo Séneca).

 - "El de la locura y el de la cordura son dos países limítrofes, de fronteras tan imperceptibles, que nunca puedes saber con seguridad si te encuentras en el territorio de la una o en el territorio de la otra".  (Arturo Graf).

Besos y abrazos,

Don.
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lunes, 11 de noviembre de 2019

Matutinas despedidas, sinceramente

¡Buenos días!

No os miento si os digo que el besucón y abrazadero adiós de este matutino será lo más breve posible, para que duela menos, y que la lejanía del siguiente se acortará casi enseguida, pues en cuanto queramos darnos cuenta ya habrá otro por aquí, reconfortándonos con su mera y muy grata presencia. Como la de este otoño que en estos días quiere asemejarse al invierno, para que no le extrañemos cuando nos diga adiós en el próximo solsticio, el del mes que viene. Para hoy tendremos un día gris, sin lluvias, viento variable, entre calmado y revuelto, según le dé la ventolera, muy fresco madrugar y 12ºC de máxima prevista por los madriles.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "The farewell", de Lulu Wang, y con Awkwafina, Tzi Ma, y Shuzhen Zhou. Segundo largo, y primero que veo, de esta directora china afincada en Estados Unidos, basado en una vivencia personal suya, en una mentira real, según dice la frase con que comienza el filme.

Una joven china, recién treintañera que vive en Nueva York desde que, cuando era poco más que un bebé, sus padres emigraron allí, se siente muy unida a su abuela, a la que ve muy de cuando en cuando, pues vive en China, y con la que mantiene frecuentes charlas telefónicas. Cuando a esta le diagnostican un cáncer terminal, toda la familia decide ocultárselo a la enferma (mentira piadosa), para sorpresa de la atribulada y desnortada nieta, y toda la familia, desperdigada por el mundo, decide acudir a verla y reunirse por última vez simulando la boda de otro de sus nietos para hacerla feliz.

Estupenda película (nota: 8) que me dejó un estupendo sabor de boca, esta tragicomedia familiar que hace reír y reflexionar, de fino ingenio, que me gustó especialmente por su mirada, su enfoque, con cierto contrapicado socarrón y su puntito excéntrico sobre la vida en familia, y la vida en general y sus absurdos. Nos habla además de refilón sobre desarraigo del emigrante, tanto si va como si vuelve, sobre contrastes culturales entre oriente y occidente, por muy semejantes que seamos en lo esencial en todas partes ante estas y otras situaciones.

Ahora, ya cerca de la despedida, hasta el siguiente matutino, toca la sabiduría ajena, que espero nos reconforte del eventual pesar de este adiós, temporal o eterno, según se mire:

 - "La muerte sólo tiene importancia en la medida en que nos hace pensar en la vida".  (André Malraux).

 - "Las despedidas siempre duelen, aun cuando haga tiempo que se ansíen".  (Arthur Schnitzler).

Besos y abrazos,

Don.
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jueves, 7 de noviembre de 2019

Interminable emparedado matutino

¡Buenos días!

No, no es que vaya a comerme un inmenso bocadillo entre pan y pan de molde, ni que me vaya a enclaustrar en estos mis bien amados matutinos hasta el fin de mis días. Así que en esta gris y lluviosa mañana de otoño, en la que no sé si ponerme la trinchera para no mojarme, no me amoldo, dejo volar libremente mi imaginación, mi alma, y casi que mi cuerpo, sin miedo alguno a mostrarme tal cual soy, sin parapeto alguno, dejándome empapar por el agua del cielo. Se esperan 12ºC de máxima, y rachas de viento, para hoy por los madriles.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La trinchera infinita", de Jon Garaño, Aitor Arregi y José Mari Goenaga, y con Antonio de la Torre y Belén Cuesta. De estos tres directores había visto dos de sus anteriores films, en los que permutaban comanditariamente sus tareas como codirectores y guionistas: "Handia" (2017) y "Loreak" (2014).

Año 1936. La Guerra Civil hace poco que ha comenzado. Un matrimonio de recién casados vive en un pequeño pueblo de Andalucía, que es tomado por el bando nacional, y la vida de él corre serio peligro. Es detenido en una redada, y cuando iba camino de ser fusilado escapa y regresa al hogar, ocultándose, con la ayuda de su mujer, en un pequeño agujero de la casa, escondite provisional del que espera salir a no mucho tardar. Pero el miedo a las represalias le empuja, de común acuerdo con su esposa, a permanecer recluido indefinidamente.

Una estupenda película (nota: 8) este drama sobre la intimidad de una pareja, de su cotidiano día a día, también de su historia de amor, condicionadas por el miedo a ser descubiertos y morir, que atenaza los posibles intentos de salir de ese agujero, tanto físico como emocional. A través de la vida de esta pareja, y de como él solo puede mirar a través de furtivas rendijas la vida que allende no cesa, se deja traslucir veladamente la historia de la España franquista de entonces. De grandísima factura formal, y con una historia que te atrapa desde el mismo inicio, sus dos horas y media de metraje no cansan un ápice. Un pequeño pero, el cerradísimo acento andaluz, unido a muchos diálogos casi que susurrados, a veces impedía la comprensión de lo dicho, pero todo se entendía en su conjunto. Hace años recuerdo haber visto otra película española sobre topos durante nuestra posguerra civil, "Los girasoles ciegos" (2008) de José Luis Cuerda.

Pues ahora, antes de poner fin a este matutino, que ya se va terminando, ahí os dejo unas citas de sabiduría ajena, que espero ayuden a nuestras entendederas a salir de sus eventuales enroques:

 - "Los temores, las sospechas, la frialdad, la reserva, el odio, la traición, se esconden frecuentemente bajo ese velo uniforme y pérfido de la cortesía".  (Jean Jacques Rousseau).

 - "El tiempo saca a luz todo lo que está oculto, y encubre y esconde lo que ahora brilla con el más grande esplendor".  (Horacio).

Besos y abrazos,

Don.
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miércoles, 6 de noviembre de 2019

Alienados borregos matutinos

¡Buenos días!

Me extraña que se me vayan a aborregar estos matutinos, ellos, que no son nada de seguir lo que otros les puedan indicar, sino más bien de desparramarse a su libre albedrío, sin demasiadas cortapisas. Hoy sin embargo parecen haber desaparecido del cielo las borreguiles nubes sucias que destilaban gotas de limpia agua, y el sol se quedó sin rebaño que cuidar ni tras el que ocultarse, así que se nos muestra sin tapujos, transitando a su aire, sin dejarse llevar por las pequeñas rachas de viento que todavía perduran. La máxima prevista para hoy será de 14ºC.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo una de animación, de las  que utilizan la ancestral técnica del stop motion con muñecos de plastilina. Se trató de "La oveja Shaun, la película: Granjaguedón" ("A Shaun the sheep movie: Farmageddon"), de Will Becher y Richard Phelan. Está hecha por el británico estudio de animación Aardman, especializados en esa técnica. Aparte de los tres cortos de Wallace y Groomit había visto con anterioridad otros cinco largos de la factoría Aardman: "Cavernícola" ("Early man", 2018), "La oveja Shaun: La película" ("Shaun the sheep: The movie", 2015), "¡Piratas!" ("The pirates! Band of misfits", 2012), "Wallace y Gromit: La maldición de las verduras" ("Wallace y Gromit: the curse of were-rabbit", 2005), y "Chicken run: Evasión en la granja" ("Chicken run", 2000). Las mejores para mí son los cortos de Wallace y Groomit, la primera de la oveja (no vi la serie televisiva) y la de los pollos.

La vida en la granja sigue como siempre, tratando Shaun de librarse del aburrimiento campestre saltándose las normas de orden que impone al rebaño el estricto perro pastor, que se dedica a prohibirles todo lo que es divertido. De repente una nave espacial aterriza por la zona, de la que desciende un niño extraterrestre algo perdido. A la par que el granjero trata de montar un parque temático muy rústico a cuenta de la caída de la nave espacial, Shaun tratará de ocultar al alienígena y de que vuelva a casa con sus padres, pero una malévola cazadora de marcianos se lo pondrá bastante difícil.

Película normalita (nota: 5), aunque impecable técnicamente, solo apta para niños por su simplona, casi que tontorrona historia, que no me hizo gracia, al contrario que la borreguil anterior, "La oveja Shaun: La película", con la que reí y disfruté sobremanera, donde tampoco había diálogos, solo eventuales gruñidos más o menos inteligibles. Como siempre en las de la Aardman, está cuajada de referencias cinéfilas, en este caso a las pelis de ciencia ficción, a las que homenajea y parodia, especialmente a "E.T., el extraterrestre", pero también a "Encuentros en la tercera fase", "2001: Una odisea del espacio", "La guerra de las galaxias", "King Kong", etc. Por cierto, no salgáis de la sala en cuanto comiencen los créditos finales, que hay dos bonus, uno en medio y otro al final del todo.

Ahora, en la sección de sabiduría ajena, en lugar de un rebaño de citas, ahí os dejo una sola, no sé si descarriada:

 - "Ovejas bobas, por do va una, van todas".  (Refrán).

Besos y abrazos,

Don.
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martes, 5 de noviembre de 2019

No echo de menos a los matutinos

¡Buenos días!

Así que nada tengo que lamentar, que pocos días falto a mi cita con ellos, fallando tan solo cuando no voy al cine o al teatro, dándonos unos breves espacios para reflexionar sobre nuestros encuentros, suficiente y muy necesarios para fortalecer nuestra relación. Y tampoco echo en falta ya al otoño, tras varios días muy ventosos, nublados y con lluvias intermitentes que poco a poco van reverdeciendo el suelo campestre, lo que realza sobremanera las ocres copas arbóreas... típica estampa otoñal, también la de hoy, con algo más de sol regateando por entre las nubes, y con 14ºC de máxima prevista por los madriles.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Sorry we missed you", de Ken Loach, y con Kris Hitchen, Debbie Honeywood, Rhys Stone, Katie Proctor, y Ross Brewster. De este veteranísimo director británico había visto algunos de sus films del siglo pasado, y casi todos los de éste, todos plenos de compromiso socio-político en pro de las clases menos favorecidas: "Yo, Daniel Blake" ("I, Daniel Blake", 2016), "Jimmy's hall" (2014), "El espíritu del 45" ("The spirit of '45", 2013), "La parte de los ángeles" ("The angel's share", 2012), "Route Irish" (2010), "Buscando a Eric" ("Looking for Eric", 2009), "En un mundo libre" ("It is a free world", 2007), "El viento que agita la cebada" ("The wind that shakes the barley", 2006), "Sólo un beso" ("Ae fond Kiss", 2004), "Felices dieciséis" ("Sweet sixteen", 2002), y "La cuadrilla" ("The navigators", 2001).

Una familia, azotada por la crisis de fines de la década pasada, trata de salir adelante como buenamente puede. La madre trabaja como asistente social en maratonianas jornadas que apenas le permiten atender su hogar y a sus dos hijos. El padre acaba de comenzar a trabajar como autónomo, falso autónomo, para una franquicia de reparto de paquetería, con la esperanza de poder permitirse comprar un piso con las ganancias. Pero no es oro todo lo que reluce, pues para poder comprarse la furgoneta que necesita para trabajar deben vender su coche, con el que su mujer acudía a trabajar, y aceptar unas draconianas condiciones de trabajo que le obligan a estar de sol a sol por unos ingresos indignos para tanto trabajo. Todo esto repercutirá en las relaciones familiares, deteriorándolas.

Una muy buena película (nota: 7) este drama familiar rodado con actores no profesionales, una nueva muestra de la crudeza social típica del tándem Loach-Laverty (director-guionista), con su peculiar mirada, que nos muestra tal cual, sin tapujos, las miserias de la aparentemente lustrosa sociedad capitalista, ultracapitalista más bien. Nos habla de trabajos precarios, de explotación disfrazada hipócritamente de autogestión laboral que puede reportar grandes beneficios, más un timo piramidal que otra cosa. Crítica socio-política de un sistema muy, pero que muy injusto para con los menos favorecidos. Y todo esto con profundas implicaciones sobre la conciliación laboral y familiar, minando de raíz la vida familiar de esta gente necesitada de esos pírricos salarios si quiere subsistir con cierta dignidad.

Pues antes de empezar a lamentar la ausencia de la sabiduría ajena, ya mismo os dejo unas citas:

 - "La libertad, por lo que respecta a las clases sociales inferiores, es poco más que la elección entre trabajar o morirse de hambre".  (Samuel Johnson).

 - "La riqueza es un poder usurpado por unos pocos para obligar a la mayoría a trabajar en su provecho".  (Percy B. Shelley).

 - "Pedir más retribución es justo; pedir menos trabajo es humano; pedir más retribución y menos trabajo es gollería".  (Enrique Jardiel Poncela).

 - "Las vacaciones deben durar tanto como para que tu jefe te eche de menos, pero no tanto como para que se dé cuenta de que puede prescindir de ti".  (Mario Benedetti).

 - "Si los rústicos no trabajáramos así en el campo, ¿cómo se las compondrían las personas finas por más que se devanaran los sesos? Tenedlo bien entendido, si nosotros no sudáramos, os quedaríais yertos de frío".  (Johann W. Goethe).

Besos y abrazos,

Don.
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domingo, 3 de noviembre de 2019

Antigua compenetración matutina

¡Buenos días!

En perfecta sintonía me encuentro desde siempre con estos matutinos cada vez que vengo por aquí a charlar un ratito con ellos, pasando la mañana de la más grata manera posible. Además, estos días cada vez más parecen compenetrarse con lo que corresponde a la estación que nos encontramos, el otoño, con nubes grises, algunas lluvias, a ratos sol, viento, y no demasiado frío. Para hoy tendremos 16ºC de máxima prevista por los madriles, y bajando para días sucesivos.

Este fin de semana estuve en el teatro viendo "Parque Lezama", escrita por Herb Gardner ("I'm not Rappaport", 1985), adaptada y dirigida por Juan José Campanella, e interpretada por Luis Brandoni y Eduardo Blanco. Debut como director teatral de este prestigioso director argentino de cine, de quien había visto cinco de sus ocho películas, la más reciente de las cuales fue hace pocos meses, "El cuento de las comadrejas" (2019), que en cierto modo trata similares temas a la obra de teatro.

Dos octogenarios se sientan cada día en un banco del parque: un histórico militante del partido comunista, idealista luchador de todo tipo de causas; y un escéptico cascarrabias, conformista con todo lo que le toca vivir. Ambos se autoengañan en lo referente a su ancianidad, pues se sienten como si todavía fueran jóvenes. No se conocen, salvo por sus charlas en el parque a consecuencia de las historietas que el primero se inventa.

Una obra de teatro normalita (nota: 5) esta comedia que fue de menos a más, que al principio no me decía gran cosa, pero gracias a alguna que otra situación divertida e ingeniosos diálogos que daban que pensar, me fue interesando más conforme avanzaba. A través de las charlas de ambos, especie de Quijote y Sancho, y los encuentros con familiares y gente que pasa por el parque, nos habla del trato que la sociedad dispensa a los ancianos, de hijos que creen saber que es lo mejor para sus padres, y de vivir con ilusión hasta casi el mismo momento en que nuestro cuerpo nos diga que hasta aquí hemos llegado.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, con las que tengo la ilusión, nada vana, de que sintonicen perfectamente con nuestras entendederas:

 - "Amamos las catedrales antiguas, los muebles antiguos, las monedas antiguas, las pinturas antiguas y los viejos libros, pero nos hemos olvidado por completo del enorme valor moral y espiritual de los ancianos, que no son otra cosa que humanos antiguos".  (Lin Yutang).

 - "Los ancianos moderados, no exigentes y de buen carácter, pasan una vejez tolerable; en cambio el fastidio y el mal carácter resultan molestos a cualquier edad".  (Marco Tulio Cicerón).

 - "Nada me inspira más veneración y asombro que un anciano que sabe cambiar de opinión".  (Santiago Ramón y Cajal).

Besos y abrazos,

Don.
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