viernes, 21 de noviembre de 2025

Emplumado matutino al volante que juega sin abusar

¡Buenos días!

Seguimos por los derroteros del invierno en estos días de otoño de calendario, así que el plumífero grajo debe estar volando bajo (quizá no supere la red si sigue así), ya que hace un frío del carajo, parafraseando el dicho popular, aunque en realidad no es para tanto, pues este invierno sobrevenido no abusa (todavía) a pesar de rozar la helada esta madrugada (0ºC) y que se prevean solo 8ºC de máxima por los madriles para hoy. Así que con estas echo a volar con otro matutino y os apuesto lo que sea a que jugueteará conmigo a medida que lo voy escribiendo, no precisamente a pluma, sino tecla a tecla, aunque ya veremos si me vence con su palabrería, quién sabe. En cualquier caso, los dos saldremos ganando en el proceso.

Este pasado fin de semana terminé de ver la serie de televisión, en Movistar+, "Yakarta" (2025), creada por Diego San José, dirigida por Elena Trapé, Fernando Delgado-Hierro, y Javier Cámara, e interpretada por Javier Cámara, Carla Quílez, David Lorente, Pilar Gómez, Marina Guerola, Nuria Mencía, y Anna Alarcón. Consta de una temporada de seis capítulos de poco más de 30 minutos de duración cada uno. De su codirectora había visto dos de sus tres largometrajes hasta la fecha, "Els encantats (Los encantados)" ("Els encantats", 2023) y "Las distancias" ("Les distàncies", 2018), así como la serie "Celeste" (2024). De sus otros dos codirectores no había visto películas ni series suyas anteriormente.

Un veterano exjugador de bádminton, que fue olímpico en Barcelona 92, aunque perdió su primer partido y fue eliminado rápidamente, solitario y divorciado, desaliñado, desganado y alicaído, dando tumbos por la vida, sobrevive como profesor de educación física en un instituto de barrio en Madrid. Sin embargo, lo que le mantiene a flote a duras penas es la ilusión por encontrar un diamante en bruto de su deporte. Un día cree descubrirlo en un torneo escolar. Es una talentosa adolescente que podría darle un giro total a su vida, aunque antes ambos deberán aprender a soportarse el uno al otro mientras entrenan los días de diario y viajan los fines de semana a torneos de segunda en polideportivos vacíos de pueblos perdidos, durmiendo en hoteluchos y comiendo vulgares bocadillos en bares de carretera, antes de poder aspirar al campeonato de España y después poder llegar a competir en Yakarta (Indonesia), donde los jugadores son respetados y venerados como estrellas y se celebrará el próximo mundial. Pero ese lugar soñado queda todavía muy lejos para ellos, si es que consiguen llegar y no se pierden antes por el camino.

Estupenda serie (nota: 8) poco o nada condescendiente, impregnada de una pátina de grisura y tristeza, también de ternura (de aquella manera), que fue gustándome más conforme avanzaba una vez superé mi leve y breve incomodidad inicial, de personajes profundos y con aristas, perdedores, segundones que no ganan finales y otras veces ni llegan, rotos y heridos, que caen una y otra vez pero no se rinden por muchos batacazos que reciban luchando por lo casi inalcanzable (o no), que aprenden que la vida, como el deporte, no va de ganar siempre sino de aceptar, de aprender a vivir con la derrota. Es una de extrañas parejas en las que el uno al otro se cambian la vida. También, más que una sobre un deporte minoritario, es una de carretera, de viajes en los que estos en sí mismos importan más que la meta, pero que también nos enseña que el deporte, aunque se pierda, es una terapia homeopática para soportar, cuando no superar, los baches y batacazos (físicos y morales) que nos depara la vida. Además, un tanto de refilón, o no tanto, nos habla de otros temas, peliagudos, como del abuso sexual a menores o de la ludopatía.

Bueno, pues si no hubiera sabiduría ajena, esto no sería un matutino, hoy con un poema, "If" de Rudyard Kipling, más que con las habituales citas:

 - "Si puedes mantener la cabeza sobre los hombros
cuando otros la pierden y te cargan su culpa
Si confías en ti mismo aun cuando todos de ti dudan
pero aun así tomas en cuenta sus dudas

Si puedes esperar sin que te canse la espera
o soportar calumnias sin pagar con la misma moneda
o ser odiado sin dar cabida al odio
y ni ensalzas tu juicio ni ostentas tu bondad

Si puedes soñar y no hacer de tus sueños tu guía
Si puedes pensar sin hacer de tus pensamientos tu meta
Si triunfo y derrota se cruzan en tu camino
y tratas de igual manera a ambos impostores

Si puedes tolerar que los bribones
tergiversen la verdad que has expresado
y que sea trampa de necios en boca de malvados
o ver en ruinas la obra de tu vida
y agacharte a forjarla con útiles mellados

Si puedes hacer un montón con todas tus victorias
Si puedes arrojarlas al capricho del azar
y perder, y remontarte de nuevo a tus comienzos
sin que salga de tus labios una queja

Si logras que tus nervios y el corazón sean tu fiel compañero
y resistir aunque tus fuerzas se vean menguadas
con la única ayuda de la voluntad que dice: ¡Adelante!

Si ante la multitud das a la virtud abrigo
Si aun marchando con reyes guardas tu sencillez
Si no pueden herirte amigos ni enemigos
Si todos te aclaman y ninguno te precisa

Si puedes rellenar un implacable minuto
con sesenta segundos de combate bravío
tuya es la Tierra y sus codiciados frutos
y, lo que es más, ¡serás un hombre, hijo mío!".

(Rudyard Kipling, "If").

Besos y abrazos,

Don.

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