miércoles, 27 de mayo de 2015

Matutino anticiclónico

¡Buenos días!

No llega a haber calma chicha veraniega, pero nos vamos acercando, que ni asomo de borrasca ni demás turbulencias, totalmente repelidos por el señorial anticiclón de las Azores que nos influencia, y cierta sensación de galbana, no mucha, a medio camino del estío, que no hastío, y de la resaca primaveral; sin saber a ciencia cierta, algo mareado ya, si giro a favor o en contra del reloj, ni saber muy bien donde me encuentro. Bueno, sí que lo sé, ahora con este matutino. Máxima prevista para hoy en los madriles, 27ºC, y subiendo en próximos días, no sé si llegando a los opresivos calores de hace no mucho, remedo de los veraniegos, y que superaron los 35 de máxima.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Las altas presiones", de Ángel Santos, y con Andrés Gertrúdix, Itsaso Arana, Diana Gómez, Juan Blanco, y Marta Pazos. Es el segundo largo de este director y primero suyo que veo.

Un joven tiene que volver a su Galicia natal por una semana, en la que hace tiempo no estaba, pues debe encontrar unas localizaciones para una película que se va a rodar. Se reencontrará con viejos amigos y su antiguo amor, pero también le surgirá la posibilidad de entablar una nueva relación amorosa con una enfermera a la que acaba de conocer allí, amiga de sus amigos. Tratará, sin mucho entusiasmo, de llevar a buen término su trabajo, distraído por cierta pesadumbre que parece oprimirle, desarraigado de su pasado entorno.

Una película (nota: 4) con la que no llegué a conectar, casi me aburrió, salvo momentos intermitentes que me parecieron notables, de una gran naturalidad e intimidad, pero que en su conjunto me dejó tan anonadado y descolocado como el propio personaje está, un tipo que se siente extraño en la vuelta esporádica a su anterior vida, descolocado, teniendo que enfrentarse con cierta desgana a situaciones personales anteriormente no bien resueltas, sin saber muy bien lo que hacer, desnortado, lo que le influye en el trabajo que le encargaron.

Ahora algo de sabiduría ajena, que seguro nos ayuda a liberarnos de alguna que otra opresión, alta o baja, a modo de vendaval ciclónico que las airee:

 - "Las cadenas que más nos oprimen son las que menos pesan".  (Madame de Swetchine).

 - "Todo acto forzoso se vuelve desagradable".  (Aristóteles).

 - "Lunes, galbana; martes, mala gana; miércoles, tormenta; jueves, mala venta; viernes, vendaval; para un día que me queda, ¿a qué voy a trabajar?".  (Refrán).

 - "Cuando el espíritu está abatido, es menester sacudirlo".  (Voltaire).

Besos y abrazos,

Don.
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martes, 26 de mayo de 2015

Cosecha matutina

¡Buenos días!

Otro matutino más que recolecto tras haberme sembrado una película unas escuetas ideas que granaron en mi mente, y cuyas semillas espero germinen por doquier, en un ciclo continuo que espero jamás se detenga. Y también sigo acaparando todo lo que puedo estos deliciosos dones que la primavera nos regala, en otro maravilloso día de soleados 25ºC de máxima prevista por los madriles.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Corn island" ("Simindis kundzuli"), de George Ovashvili, y con Ilyas Salman, Mariam Buturishvili, Irakli Samushia, y Tamer Levent. Es el primer largo que veo de este director georgiano. Pero es el segundo film georgiano que veo en mi vida, tras haber visto otro hace tan sólo tres semanas: "Mandarinas" ("Mandariinid") de Zaza Urushadze, también ambientado durante la guerra de primeros de los 90 entre Georgia y Abjasia.

El río Enguri, que nace en el Cáucaso y desemboca en el Mar Negro, forma la frontera entre Georgia y Abjasia. Con cada crecida primaveral el río trae suelo fértil, creándose pequeñas islas de limo que desaparecerán barridas por las crecidas otoñales. Como cada año, un anciano agricultor, junto con su nieta adolescente, toma posesión de una de estas islas surgidas de la nada cada temporada. Con sumo esfuerzo construye un chamizo provisional, y planta una vital cosecha de maíz para poder subsistir durante el invierno, que podrán recolectar si lo permite la guerra circundante, con soldados de ambos bandos merodeando, pero sobre todo y sobre todos, la implacable naturaleza. El maíz madura, la nieta florece, la muerte ronda. Los ciclos de la vida.

Una estupenda película (nota: 8) este pausadísimo drama, de esos en los que casi se ve y oye crecer la hierba (el maíz, más bien en este caso), escueto, mínimo, con apenas unos pocos parcos diálogos, casi un documental, sutil y que se recrea en el pequeño detalle, pero que es una fábula, llena de simbolismo, de poética y sensible hermosura, con una exquisita fotografía, sobre lo efímero de la vida, regida por los inevitables ciclos de una apabullante naturaleza (en ambos sentidos, por lo bella y amenazante que es). Si no os tira para atrás este tipo de cine extasiado, no de mayorías precisamente, os la recomiendo, que me hizo pasar un rato la mar de serenamente placentero.

Ahora algo de sabiduría ajena, de la que espero sepamos recoger sus preciados frutos:

 - "La belleza del fruto está en proporción del tiempo que transcurre entre la semilla y la recolección".  (John Ruskin).

 - "Las cosas bellas son perecederas y los bellos tiempos son efímeros".  (Jaime Balmes).

 - "Llorar, sí; pero llorar de pie, trabajando; vale más sembrar una cosecha que llorar por lo que se perdió".  (Alejandro Casona).

 - "No juzgues cada día por la cosecha que recoges, sino por las semillas que plantas".  (Robert Louis Stevenson).

Besos y abrazos,

Don.
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lunes, 25 de mayo de 2015

Matutino trans

¡Buenos días!

Estos matutinos que siempre van de uno a otro lado, y a través de los cuales manifiesto mi ser, no cesan de cambiar al albur de las películas que veo y los sucesos que acaecen en mi derredor. Por lo demás, la siempre mutable primavera hoy nos regala con otro soleado y delicioso día, con máxima prevista de 25ºC, más que en pasados días, y menos que en los que están por venir, en un continuo proceso, eso sí, oscilante, hacia el verano por llegar, que en el próximo solsticio ambos se intercambiarán a efectos de calendario.

Este fin de semana estuve en el cine viendo “52 martes” (“52 Tuesdays”), de Sophie Hyde, y con Tilda Cobham-Hervey, Del Herbert-Jane, Beau Travis Williams, Imogen Archer, Sam Althuizen, y Mario Spate. Primer largo de ficción de esta directora australiana, y el primer film suyo que veo. La película se rodó durante un año a razón de un martes por semana y en ella aparecen trozos grabados de todos y cada uno de los 52 martes. Por esta manera de rodar recuerda a "Boyhood (Momentos de una vida)" ("Boyhood", 2014), de Richard Linklater, ésta con periodicidad anual, y la hoy glosada con periodicidad semanal.

A una joven de 16 años su madre le comunica una noticia inesperada: va a cambiar de sexo y se va a convertir en varón. Así que la envía a vivir con su exmarido, y padre de la chica, durante un año. Ambas acuerdan que se verán todos y cada uno de los martes por la tarde de ese año, en total 52. Su vida cambiará mucho durante el proceso de transición de ambas, uno intersexual, el otro de maduración vital.

Una muy buena película (nota: 7) este drama familiar con dos capas perfectamente entremezcladas, a medio camino de la realidad y la ficción: una con maneras de documental que documenta, valga la redundancia, el proceso de cambio de género sexual de la madre; y otra no tanto (o sí) que muestra el tránsito hacia la madurez de una chica ya de por sí bastante madura y sensata (o insensata) para su edad. Historia de identidades, sexuales y personales, de las preocupaciones de unos padres ante el devenir de sus hijos, las incomprensiones de estos ante las decisiones de sus padres, que a ratos me desconcertó (cosas del "escabroso" tema base de la transexualidad, con el que no estoy habituado a tratar) y que a ratos me sublimó cuando los sentimientos afloraban más de lo normal, plena de sensibilidad, y de una espléndida factura técnica (excelentes fotografía y maneras de narrar).

Ahora algo de sabiduría ajena, que seguro nos ayuda a transitar por la transitoria vida que no cesa de transformarnos:

 - "No somos las mismas personas que el año pasado, tampoco lo son aquellos a los que amamos. Es extraordinario que, cambiando, podamos seguir amando a alguien que también cambió".  (William Somerset Maugham).

 - "Las personas cambian y generalmente se olvidan de comunicar dicho cambio a los demás".  (Lilliam Hellman).

 - "Si algo he aprendido en la vida es a no perder el tiempo intentando cambiar el modo de ser del prójimo".  (Carmen Martín Gaite).

 - "Quien pretenda una felicidad y sabiduría constantes, deberá acomodarse a frecuentes cambios".  (Confucio).

 - "Nada de lo que fue vuelve a ser, y las cosas y los hombres y los niños no son lo que fueron un día".  (Ernesto Sábato).

 - "Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos".  (Eduardo Galeano).

Besos y abrazos,

Don.
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jueves, 21 de mayo de 2015

Matutino endeudado

¡Buenos días!

Siempre estoy y estaré en deuda con mis bien amados matutinos, y viceversa, pero de común y tácito acuerdo jamás nos reclamaremos los débitos. Y así todos felices seguiremos armoniosamente nuestro común rumbo sin nada que debernos, y debiéndonos todo. Por lo demás, esta primavera que ya nos lo ha dado casi todo, sigue regalándonos con sus inagotables dones... carpe diem. Seguimos de soleado frescor, con 20ºC previstos de máxima para hoy.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La deuda" ("Oliver's deal"), de Barney Elliott, y con Stephen Dorff, Alberto Ammann, Amiel Cayo, Elsa Olivero, Carlos Bardem, y David Strathairn. Es el debut en el largo de este director estadounidense afincado en Perú.

Hace unos cuarenta años, el gobierno peruano expropió unas tierras a los terratenientes para repartir entre campesinos pobres a cambio de unos bonos. Nunca saldó esa deuda. Ahora, una serie de tiburones financieros de Wall Street, tratan de recomprar a un irrisorio precio esos bonos olvidados (casi papel mojado) con la idea de especular con ellos y hacer inmensa fortuna. Una vez conseguidos, entablan duras negociaciones con el gobierno para que les pague ya. Este acuerdo traerá dramáticas consecuencias para la población peruana (recortes sanitarios y demás) que pagarán, entre otras cosas, con su salud y vidas (¿de qué me suena esto en este país nuestro?).

Una buena película (nota: 6), con tres historias que acabarán por entrecruzarse, la de los tiburones financieros, la de una enfermera de hospital cuya madre necesita una urgente operación y siempre está en la lista de espera, y la de unos humildes campesinos del altiplano que pueden perder sus tierras y quedarse sin nada. Muy buen estilo narrativo y formal, pero con algunas flojezas de guión, las de este dramático thriller sobre sucios tejemanejes financieros, miserable explotación económica y ruin corrupción política, y generalizada en una sociedad que trata de sobrevivir como puede y sin muchos miramientos. También de como pequeños actos individuales y grandes decisiones corporativas pueden influir de forma más o menos insospechada en el resto, que ni se imaginan lo que les cae encima. La globalización en su lado perverso, sólo vista como aprovechamiento del débil.

Ahora algo de sabiduría ajena, con la que espero estemos todos en deuda para siempre:

 - "El poder conseguido por medios culpables nunca se ejercitó en buenos propósitos".  (Tácito).

 - "Cuando alguien dice estar de acuerdo, en principio, en hacer algo, quiere decir que no tiene la menor intención de hacerlo".  (Otto von Bismark).

 - "Cuatro cosas es necesario extinguir en su principio: las deudas, el fuego, los enemigos y la enfermedad".  (Confucio).

 - "En esencia somos criaturas sociales. La idea de que uno puede empezar algo de la nada, libre del pasado o sin deuda alguna a otros, no podría estar más equivocada".  (Karl Popper).

 - "Cuando las deudas no se pagan porque no se puede, lo mejor es no hablar de ellas y barajar".  (Camilo José Cela).

Besos y abrazos,

Don.
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miércoles, 20 de mayo de 2015

Docencia matutina nada historiada

¡Buenos días!

Otro matutino más del que seguro aprendo, sin la más mínima complicación, algo que seguro me enseñarán y que trataré simplemente de aprender. Estos días de primavera nos están mostrando que todo lo que esperemos de esta estación es posible, y nos dará esperadas e inesperadas alegrías. Hoy nos deja en herencia sol y otra bajada de temperaturas, con máxima prevista de 20ºC, ya casi olvidados los sofocos veraniegos de hace pocos días. Pero no olvidemos del todo, que seguro volverán antes o después y habrá que estar prevenidos.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La profesora de historia" ("Les héritiers"), de Marie-Castille Mention-Schaar, y con Ariane Ascaride, Ahmed Dramé (también coguionista junto a la directora), y toda una retahíla de otros jóvenes y casi novatos actores. Es el tercer largo de esta directora francesa, y primero suyo que veo, basado en un hecho real vivido por el coguionista y actor.

Una veterana profesora de historia de un instituto de secundaria del cinturón periférico parisino recibe al principio de curso otra hornada más, y van veinte, de difíciles y problemáticos adolescentes, desmotivados, los peores de su promoción, todo un explosivo cóctel multicultural, por los que nadie apuesta que seguirán estudiando. Así que para tratar de sacar algo positivo de ellos, aumentar su autoestima, y animarles a mejorar, les reta a participar en un concurso nacional del ministerio de educación cuyo tema es "la infancia y adolescencia en un campo de concentración nazi".

Una buena película (nota: 6) esta historia (real y realista) de una profesora que trata de motivar a sus muy desinteresados alumnos, sobre extraer hoy lecciones de vida del pasado, por horrible que haya sido. Film positivo y esperanzador de mensaje comprometido y buenos sentimientos, sobre educación y convivencia. Me llegó a emocionar al final, sobre todo gracias al testimonio real, y acongojante, de un auténtico superviviente de uno de aquellos campos (que hace de sí mismo) y que tenía la misma edad de los chavales cuando aquello le sucedió.

Ahora algo de sabiduría ajena, con la que seguro aprenderemos más:

 - "La sangre se hereda, y el vicio se apega".  (Refrán).

 - "Educad a los niños. Educadlos en la tolerancia, en la solidaridad. Transmitirle lo más importante que tenemos: la herencia cultural".  (Josefina Aldecoa).

 - "Un profesor trabaja para la eternidad: nadie puede decir dónde acaba su influencia".  (Henry Adams).

 - "Uno recuerda con aprecio a sus maestros brillantes, pero con gratitud a aquellos que tocaron nuestros sentimientos".  (Carl Gustav Jung).

 - "Dicen que la historia se repite, lo cierto es que sus lecciones no se aprovechan".  (Camille Sée).

Besos y abrazos,

Don.
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martes, 19 de mayo de 2015

Mis matutinos, amigos desde siempre, y que sean lo que quieran ser

¡Buenos días!

Mañana más fresquita, con gran disminución de las máximas, la prevista para hoy es de 23ºC, con cada vez más nubes que quizás dejen caer alguna tormenta, según prevén los meteorólogos, vamos, nuestra amiga la primavera haciendo de las suyas, manifestándose tal cual es, sin tapujos, tan transgresora como siempre, ora con tormentas o calor veraniegos, ora con frescor casi invernal, ora con tristes lluvias otoñales, ora brotando flores por doquier y cumpliendo con sus poéticos cánones, no siempre ciertos, viviendo en una ambigüedad estacional que ella tiene muy clara, porque es así, y así la aceptamos, como a los buenos amigos.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Una nueva amiga" ("Une nouvelle amie"), de François Ozon, basada libremente en un relato corto de Ruth Rendell, y con Romain Duris, Anaïs Demoustier, Raphaël Personnaz, e Isild Le Besco. De este director había visto sólo cinco, todos excelentes, de sus anteriores largos, que va a uno por año desde que debutó en 1997: "Joven y bonita" ("Jeune & jolie", 2013), la magistral "En la casa" ("Dans la maison", 2012), "Potiche, mujeres al poder" ("Potiche", 2010), "Swimming Pool (La piscina)" ("Swimming pool", 2003), y "8 mujeres" ("8 femmes", 2001).

Dos jóvenes recién casadas, amigas del alma desde la infancia, viven felizmente con sus respectivos maridos. Al poco de dar a luz una de ellas, fallece. La otra, sumida en una gran depresión por ello, le prometió antes de morir que cuidaría de su marido e hija recién nacida. El primer día que va a casa de su difunta amiga a echar una mano descubrirá un inimaginable secreto del marido que cambiará la vida de ambos, haciendo que se mitigue en ambos su pena por la ausencia al ir dejándose llevar por la nueva situación.

Una película (nota: 5) que no me convenció del todo, a pesar de su muy cuidada puesta en escena y la excelencia de su director, básicamente por su argumento bastante retorcido e inverosímil. Historia que habla de travestismo y extrañas amistades que coquetean con escondidas pasiones, juguetona, traviesa y provocadora al estilo Ozon. Se transgreden no sólo roles sexuales, sino también diversos géneros cinematográficos, pues es un melodrama estilo Douglas Sirk, con turbiedad y leves toques de comedia y thriller hitchcockiano, y también con ciertas maneras almodovarianas. Por cierto, al igual que este film, "Carne trémula" (1997) de Pedro Almodóvar está también basada en otro relato de Ruth Rendell. Por esto del travestismo, tiene cierto parentesco, muy amistoso, con estos tres clásicos del cine: la genialmente divertida "Con faldas y a lo loco" ("Some like it hot", 1959) de Billy Wilder, "Tootsie" (1982) de Sydney Pollack, y "Víctor o Victoria" ("Victor/Victoria", 1982) de Blake Edwards.

Ahora, unas citas de sabiduría ajena, con las que espero entabléis una fructífera amistad:

 - "Hay mujeres que quieren tanto a sus maridos que, para no usarlos, toman el de sus amigas".  (Alejandro Dumas).

 - "No se nace mujer: llega una a serlo. Ningún destino biológico, físico o económico define la figura que reviste en el seno de la sociedad la hembra humana; la civilización en conjunto es quien elabora ese producto intermedio entre el macho y el castrado al que se califica como femenino".  (Simone de Beauvoir).

 - "En sí, la homosexualidad está tan limitada como la heterosexualidad: lo ideal sería ser capaz de amar a una mujer o a un hombre, a cualquier ser humano, sin sentir miedo, inhibición u obligación".  (Simone de Beauvoir).

Besos y abrazos,

Don.
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lunes, 18 de mayo de 2015

A tope con la serena locura matutina

¡Buenos días!

Sigue esta esplendorosa primavera con sus veleidosas locuras. Ahora vuelve a tocar calor, con máximas previstas de 30ºC por los madriles y otro bajón de casi diez grados pronosticado para mediados de esta misma semana. Así que no queda otra que disfrutar a tope, en serena compañía, eso sí, de este continuo sube y baja al que nos tiene sometidos.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Mad Max: Furia en la carretera" ("Mad Max: Fury road"), de George Miller, y con Tom Hardy, Charlize Theron, y Nicholas Hoult. Es la cuarta de la saga Mad Max. De este veterano director australiano había visto los cuatro primeros largos de los que dirigió anteriormente: "Las brujas de Eastwick" ("The witches of Eastwick", 1987); y las tres anteriores de Mad Max, "Mad Max 3, más allá de la cúpula del trueno" ("Mad Max beyond thunderdome", 1985), "Mad Max 2, el guerrero de la carretera" ("Mad Max 2: The road warrior", 1981), y "Mad Max: Salvajes de autopista" ("Mad Max", 1979). Hacía 28 años que no veía un film suyo.

En un futurible mundo postapocalíptico en el que todo escasea, la comida, el agua, y sobre todo el combustible, y en el que la vida no vale nada, un solitario guerrero (Mad Max), atormentado por su pasado y que cree que el mejor modo de sobrevivir es vagando en soledad, se ve obligado a luchar al lado de una misteriosa mujer, que huye junto a un grupo de hermosas chicas para escapar de un cruel tirano y sus secuaces, que les perseguirán implacablemente a través del desierto.

Una buena película en general (nota: 6), de argumento más simple que un haba, con pocos diálogos, pero de una poderosísima factura visual (¡qué imágenes del desierto!), y con espléndida banda sonora, que me fascinaron. Entretenidísima, y eso que no soy muy amigo de este tipo de cine. Género postapocalíptico, pleno de salvaje violencia, con unos guerreros que tratan de sobrevivir en un ambiente hostil, de ritmo trepidante, que no es sólo acción, tiene algo más, pero poco más, entre otras cosas un cierto toque feminista en este mundo de ruda suciedad testosterónica, que también encarna el personaje femenino principal. Por esto de la testosterona que rezuma y su apabullante factura visual me recordó en algo a "300" (2006) de Zack Snyder. Además, tiene muchas maneras de western, en su mayor parte de "La diligencia" ("Stagecoach", 1939) de John Ford.

Ahora ahí os dejo unas citas de sabiduría ajena que he ido encontrando por mi camino, y que espero serenen nuestro ánimo y hagan más sensatos:

 - "Los locos abren los caminos que más tarde recorren los sabios".  (Carlo Dossi).

 - "Las civilizaciones se forjan con ideas; pero todavía se defienden con cañones solamente".  (Gustave Le Bon).

 - "Por el solo hecho de formar parte de una multitud, desciende, pues, el hombre varios escalones en la escala de la civilización".  (Gustave Le Bon).

 - "Rascad al hombre civilizado y aparecerá el salvaje".  (Arthur Schopenhauer).

 - "Espera mil años y verás que se vuelve preciosa hasta la basura dejada atrás por una civilización extinta".  (Isaac Asimov).

 - "Ella camina silenciosamente, pero, bajo ese aspecto tranquilo, es todo furia, pura energia eléctrica. La mujer común es tan común como una tormenta".  (Judy Grahn).

Besos y abrazos,

Don.
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viernes, 15 de mayo de 2015

Desparrame matutino

¡Buenos días!

Otro matutino más que se dispersará por donde él quiera, esparcimiento mío y de algunos otros compadres que por aquí vienen de vez en cuando a pasar el rato. Por lo demás hoy parece que se desparramaron las muy altas temperaturas de pasados días y hoy bajarán nueve grados, hasta los 23ºC de máxima prevista para hoy, cosas de las juergas de esta estación primaveral, que ésta ya no sabe si va o viene, si sube o si baja, y nos tiene a todos algo descolocados.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "A esmorga", de Ignacio Vilar, basada en la novela homónima de Eduardo Blanco Amor (1959), y con Miguel de Lira, Karra Elejalde, y Antonio Durán "Morris". Es el primer film que veo de este director. La vi en versión original gallega con subtítulos. Hay otra versión cinematográfica de esta novela, "Parranda" (1977), dirigida por Gonzalo Suárez. Por cierto, el título gallego podría traducirse al castellano como "la parranda".

Un lunes por la mañana muy temprano, cuando va a trabajar en la carretera que se está construyendo en las cercanías, un hombre se encuentra con dos amigotes que vienen de estar de farra durante todo el fin de semana, y le convencen para unirse a ellos a seguir tomando más copas. Se inicia así un desenfrenado peregrinaje de tasca en tasca, marcado por el exceso de alcohol y las urgencias sexuales de reprimida sexualidad, en el que irán sembrando el caos allá por donde pasan, montando altercados, robando y marchándose sin pagar, dejando estragos incluso en ellos mismos, en una espiral asoladora y autodestructiva que parece no tener fin.

Esta película (nota: 5) en la que todo lo que ocurre lo es en 24 horas de continua y monumental cogorza, contada en flash-back como declaración de uno de ellos ante un juez, es una especie de road movie, más bien tasca movie, o también buddy movie (peli de amigotes), con atisbos de homosexualidad latente, en la que los arrastrados personajes se van encontrando con otros que les van retratando. Espléndida fotografía que casi hace que se vea la oscura y sórdida atmósfera que les envuelve, ahogada en lluvia y alcohol, deprimente y fatalista. Me gustó ese tono, pero no conseguí conectar para que me entusiasmara.

Ahora algo de sabiduría ajena, unas citas que ahí os dejo desparramadas para que escojáis las que mejor os plazcan:

 - "El corazón es un buen burgués. Los sentidos lo arrastran a la juerga".  (Henry Bataille).

 - "Aquellos que padecen una indigestión o una borrachera no saben lo que es comer ni lo que es beber".  (Anthelme Brillat-Savarín).

 - "Buscamos la felicidad, pero sin saber dónde, como los borrachos buscan su casa, sabiendo que tienen una".  (Voltaire).

Besos y abrazos,

Don.
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jueves, 14 de mayo de 2015

Juramento por la buena salud matutina

¡Buenos días!

Mi leal compromiso con mis matutinos se da por sentado, y casi que ni hace falta juramento alguno, y ellos lo saben y no me piden tales alharacas. Es más, casi creo que ellos más velan por mi buena salud que yo por la suya, y lo hacen de buen grado, siempre, porque es lo suyo, y no necesitan de nada más. Las fiebres de estos días de primavera, con altas temperaturas impropias de esta estación, que casi la hacían delirar y creerse verano, parecen remitir, disminuyendo cuatro grados con respecto a ayer (máxima prevista para hoy de 32ºC en los madriles). Y todo sin tomar ni un medicamento. Mañana, sin llegar a la tiritera, brusco bajón previsto de otros ocho grados más.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Hipócrates" ("Hippocrate"), de Thomas Lilti, y con Vincent Lacoste, Reda Kateb, Jacques Gamblin, y Marianne Denicourt. Es el primer largo que veo de este director francés, que también es médico en ejercicio, y conoce bien de lo que habla en este film.

Un joven que sueña con llegar a ser un gran doctor, comienza su primera experiencia laboral como médico interno residente (MIR) en el hospital en que trabaja su padre, también médico. Pronto descubrirá que la realidad de la praxis médica no se parece en nada a lo que se imaginaba (por ejemplo famosas series televisivas de gran éxito). Todo es mucho más duro y difícil, y la responsabilidad profesional es tremendamente agobiante, que tiene la vida de los pacientes en sus manos (en sus decisiones). Tiene como compañero de trabajo a un médico extranjero con muchísima más experiencia que él, pero que debe hacer de nuevo el MIR en Francia para que le convaliden el título y poder ejercer allí. Deberá afrontar sus limitaciones y temores, y tratar cara a cara con pacientes y los familiares de estos, con el resto de compañeros y con la jerarquía médica, enfrentarse a la muerte y a sus errores.

Una muy buena película (nota: 7) con la que pasé un rato muy agradable, y bastante me dio que pensar, este drama social con muchas gotas de analgésica y reparadora comedia que mitiga la gravedad de las cosas tratadas, las más de las veces socarrona. Se nos muestra el día a día en un hospital público afectado por la crisis y los recortes presupuestarios, de modo mucho más real y cáustico que el de las afamadas teleseries que todos conocemos, pues el director sabe muy bien de lo que habla.

Internos, médicos y enfermeros desmotivados (aunque ilusionados y muy responsables en su trabajo de sanar), cada vez peor pagados y con mayor carga de trabajo, cuando no mayor precariedad de sus puestos de trabajo, que utiliza médicos extranjeros de gran experiencia en sus países como mano de obra barata y a los que asignan los peores turnos. Denuncia crítica del actual sistema sanitario (en Francia, y también en España), en el que los enfermos son cada vez peor tratados, "como ganado", y en el que a veces se dejan de lado algunos preceptos hipocráticos, con el gremio médico siempre en debate interior, y exterior, sobre la ética de su praxis médica. También se aboga por el derecho a la muerte digna. Y yo me pregunto... ¿la sanidad pública (como así mismo la educación), y que se supone universal, tiene que ser rentable?... ???... cosas veredes, amigo Sancho...

Pues en aras de nuestra buena salud mental ahí os dejo unas pildoritas de sabiduría ajena, sólo tres, que abusar de los medicamentos es malo, todas del considerado padre de la medicina moderna:

 - "Que tu alimento sea tu medicina y que toda tu medicina sea tu alimento".  (Hipócrates).

 - "El arte es largo, la vida breve, la ocasión fugitiva, la experiencia falaz, el juicio dificultoso. No basta que el médico haga por su parte cuanto debe hacer, si por otro lado no concurren al mismo objeto, los asistentes y demás circunstancias exteriores".  (Hipócrates).

 - "Si no puedes hacer el bien, por lo menos no hagas daño".  (Hipócrates).

Besos y abrazos,

Don.
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miércoles, 13 de mayo de 2015

Al hechizado son de estos marineros matutinos

¡Buenos días!

Como cada mañana me embeleso al entrar en este musical mundo matutino para cumplir puntualmente con mi tarea de reportar su cuaderno de bitácora, bamboleándome al son de los melodiosos susurros de mis hadas y ninfas, saliendo de mi encantamiento en cuanto los dejo marchar al albur del oleaje informático de bits por el que se difunden por doquier. Y no precisamente petrificado, más bien licuado, me estoy sintiendo estos días de tórrido calor veraniego fuera de lugar, que navega por erróneos derroteros, que ni hemos pasado el ecuador de mayo, con máxima prevista para hoy de 36ºC y alerta amarilla meteorológica por altas temperaturas, cual si de un maléfico sortilegio estuviera poseído.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo una de animación, animación clásica, nada de digitalizaciones. Se trató de "La canción del mar" ("Song of the sea"), de Tomm Moore. Es el segundo largo de este director irlandés, tras "El secreto del libro de Kells" ("The secret of Kells", 2009), que codirigió con Nora Twomey.

Inspirada en mitos y leyendas del folclore irlandés, nos cuenta la historia de dos hermanos viven con su padre, casi siempre melancólico, en un faro en lo alto de un inmenso acantilado de un islote cerca de la costa. La madre falleció al nacer la hermana pequeña. El niño siempre está haciendo de rabiar a su hermanita. La abuela de estos, viendo los peligros de que los niños vivan allí, convence al padre de que se vayan con ella a vivir en la ciudad, lugar más seguro. Pero los niños no quieren estar allí y se fugan para regresar con su padre. Por el camino, el chaval descubrirá que su hermanita es una Selkie, un hada marina que cuando está en el mar es una foca y en tierra una persona, y que la canción que suelen ambos cantar y que les enseñó su madre (también un hada), cantada por la niña Selkie, puede deshacer el encantamiento que la bruja de los búhos ha hecho a otros seres mágicos del lugar.

Una buena película en general (nota: 6), cuya historia no me atrapó, no conecté con ella; sin embargo, sus primorosas imágenes me encandilaron, sencillos los dibujos de los personajes, y bellísimos, poéticos y evocadores los fondos, cuadros en movimiento. Visualmente deliciosa y preciosa. Totalmente diferente a cualquier otro film de animación de consumo masivo, básicamente estadounidense. Una meritoria alternativa, si las historias que cuenta este director me engancharan. En bastantes momentos me recordó a varias películas del maestro Hayao Miyazaki, muy especialmente a esa joyita que es para mí "Ponyo en el acantilado" ("Gake no ue no Ponyo", 2008), creo que la que más me ha gustado de este genio japonés.

Ahora algo de sabiduría ajena, que no os canto, pero si os cuento, con la intención de que os encante:

 - "No abandones tu embarcación en el mar de la suerte; sigue remando, pero rema con desenvoltura, y reflexiona una vez más".  (August von Platen).

 - "Ten cuidado con tus sueños; son la sirena de las almas. Ellas cantan, nos llaman, las seguimos y jamás retornamos".  (Gustave Flaubert).

 - "Los que atraviesan los mares cambian de cielo pero no de condición".  (Horacio).

 - "Divina calma del mar,
donde la luna dilata
largo reguero de plata
que induce a peregrinar"  (Leopoldo Lugones).

Besos y abrazos,

Don.
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martes, 12 de mayo de 2015

A cambio de todos mis matutinos

¡Buenos días!

Nada, no los cambio por nada, que son todo para mí, y los necesito para mi desarrollo vital, para ir mejorando día a día, con altibajos, eso sí, pero con tendencia ascendente. Por otro lado, sí que cambiaría estos días de tórrido verano adelantado (máxima prevista para hoy de 33ºC, y tres más para mañana) fuera de lugar, que aún estamos en mayo, y nuestros cuerpos no toleran todavía tanto agobio térmico.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo una película estupenda que os recomiendo. Se trató de la triunfadora del reciente Festival de Cine de Málaga, ganando los premios de mejor película, director, actor de reparto, y el de la crítica, "A cambio de nada", de Daniel Guzmán, y con Miguel Herrán, Antonio Bachiller, Felipe García Vélez, Antonia Guzmán (es la abuela en la vida real del director), Luis Tosar, y María Miguel. Debut como director de largos de este también actor y guionista.

En un barrio de extrarradio un chaval de dieciséis años algo conflictivo pasa su vida junto a su amigo del alma, coetáneo vecino al que conoce desde que tiene uso de razón. Atormentado por la tormentosa relación de sus padres separados y camino del divorcio, tras un incidente escolar, huye del infierno familiar, se pone a trabajar en el taller de un conocido, un viejo buscavidas algo fanfarrón y antiguo delincuente que ejerce de padre con él, y en su deambular conoce a una anciana solitaria que por las noches busca en contenedores muebles abandonados para revenderlos en su tenderete de un rastrillo dominical, y que ejerce de madre con él. Con ellos verá la vida de otra forma, siempre acompañado por su leal escudero.

Estupenda película (nota: 8) que, como ya dije, os recomiendo. Drama con muchas gotas de humor muy divertido, que me encandiló, pues me sentí muy identificado, ya que no en vano fui también un chico de barrio. Además de un natural fresco sociológico de la vida en un suburbio periférico, es una historia auténtica, fresca, chispeante, natural, sobre las aventuras y desventuras de este par de chavales, especie de Quijote y Sancho, que no cesan de meterse en líos, incluso tratando de desfacer aparentes entuertos, especialmente el primero, intentando buscar su lugar en el mundo, sobrevivir a sus miserias del día a día, y de paso madurar en el proceso, de propia iniciativa u obligado por las circunstancias. El propio director y guionista reconoce que tiene elementos autobiográficos.

Ahora algo de sabiduría ajena, que espero no cambiéis por nada:

 - "Toda la grandeza de este mundo no vale lo que un buen amigo".  (Voltaire).

 - "La pobreza es un gran enemigo de la felicidad humana. Destruye la libertad y hace impracticables algunas virtudes y sumamente difíciles otras".  (Samuel Johnson).

 - "Mejorar es cambiar; así que para ser perfecto hay que haber cambiado a menudo".  (Winston Churchill).

 - "Si existiera algo que quisiéramos cambiar en los chicos, en primer lugar deberíamos examinarlo y observar si no es algo que podría ser mejor cambiar en nosotros mismos".  (Carl Gustav Jung).

 - "Dar un vaso de agua a cambio de un vaso de agua no es nada; la verdadera grandeza consiste en devolver el bien por el mal".  (Mahatma Gandhi).

Besos y abrazos,

Don.
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lunes, 11 de mayo de 2015

A continuación vuelvo a alojarme en otro musical matutino

¡Buenos días!

Al son del buen clima de estos días, rayano con el veraniego, con máxima prevista para hoy de 31ºC, vuelvo a hospedarme por aquí por un rato, con mis adorables hadas y ninfas agasajándome cual perfectas anfitrionas, sin dar sensación de invadir su intimidad en ningún momento.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Suite francesa" ("Suite française"), de Saúl Dibb, basada en la novela homónima de Irène Némirovsky, y con Michelle Williams, Kristin Scott Thomas, y Matthias Schoenaerts. Es el tercer largo de este director inglés, de quien había visto su anterior, "La duquesa" ("The duchess", 2008).

En 1940, en un pequeño pueblo en las cercanías de París vive una hermosa joven, junto a su controladora suegra, estirada terrateniente, mientras esperan noticias del esposo/hijo de ambas, prisionero de guerra. La contienda parece que queda todavía lejos, pero al poco un grupo de refugiados parisinos llega a su localidad huyendo de la invasión, y tras ellos un regimiento alemán que ocupa también el lugar, estableciendo sus residencias en los hogares del pueblo, acogidos de mala gana por las familias. En la casa de nuestras protagonistas es acomodado un joven oficial, elegante y educado. Ambas tratan de ignorar a su odiado huésped, pero la común afición por la música de ambos jóvenes les hará sentir una mutua e intensa atracción mutua. Se enamorarán.

Una buena película (nota: 6) este drama romántico donde los enamorados jamás se dicen que se aman, abrumados por la realidad bélica, de pulsiones que por uno y otro motivo jamás terminan de llevarse a cabo, que si bien al principio me pareció demasiado convencional y tópico, coqueteando con el folletín, hacia el final, a base de intensidad dramática, trágica, y notas de crítica social, consiguió interesarme y emocionarme algo.

En seguida, algo de sabiduría ajena que espero acojáis educadamente:

 - "El hombre sin espíritu musical y que no se conmueve con la armonía de dulces sonidos, es capaz de todas las traiciones, insidias y latrocinios".  (William Shakespeare).

 - "La música es la voluptuosidad de la imaginación".  (Eugène Delacroix).

 - "La música es el verdadero lenguaje universal".  (Carl Maria von Weber).

 - "¿Puede haber algo más ridículo que la pretensión de que un hombre tenga derecho a matarme porque habita al otro lado del agua y su príncipe tiene una querella con el mío aunque yo no la tenga con él?".  (Blaise Pascal)

 - "La belleza de la mujer se halla iluminada por una luz que nos lleva y convida a contemplar el alma que tal cuerpo habita, y si aquélla es tan bella como ésta, es imposible no amarla".  (Sócrates).

Besos y abrazos,

Don.
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domingo, 10 de mayo de 2015

Prieta plenitud matutina

¡Buenos días!

Estos multicolores matutinos que por su virtualidad carecen de ellos, salvo la imaginación de cada cual, a pesar de lo muy plenamente reflexivos que tratan de ser, a veces tampoco tienen ni pies ni cabeza, ni por tanto cabellera de ningún color. De todas formas, me colman de tal manera que a veces siento que voy a reventar por algún sitio, pero no, es tan sólo una ilusoria sensación. Por lo demás, la primavera se ha salido de sí pues el rubio sol está elevando las temperaturas de tal modo que esto va camino del verano, con máxima hoy de 30ºC, y subiendo los próximos días.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Güeros", de Alonso Ruizpalacios, y con Tenoch Huerta, Sebastián Aguirre, Leonardo Ortizgris, e Ilse Salas. Es el debut en el largo de este director mexicano. Antes de seguir, una nota etimológica, de hecho así comienza también el film que os estoy glosando. En México, güero significa rubio, y por lo que me pareció percibir en el film, se aplica a los jóvenes de clases altas, a los pijos. Procede de huero, que significa vano, vacío, insustancial; y aplicado a los huevos (de plumíferos), infecundo.

En 1999, un adolescente algo problemático, con el que su madre ya no puede, es enviado a Ciudad de México junto a su hermano mayor, estudiante universitario, que vive junto a un compañero en un destartalado piso al que le cortaron la luz y el agua, durante la huelga y movilizaciones de casi un año para protestar por el cobro de tasas en la universidad pública, constitucionalmente gratuita en ese país. Los dos jóvenes, bastante "güevones", haraganean aburridamente, desganados de la vida, desesperanzados de su futuro, y la llegada del chaval les espolea a buscar a un desconocido cantante que se enteran está a punto de morir y que era el favorito del padre de los hermanos. Junto con una amiga, una de las líderes estudiantiles, recorrerán de cabo a rabo la megalópolis y sus alrededores a la busca del cantante. Quizá acaben por encontrarse a sí mismos.

Una original película (nota: 5), auténtica, sorprendente, un verso suelto, de hermosa fotografía en blanco y negro, poética y metalingüística, que me gustó por su estilo y maneras, formales y de narrar, pero que casi me aburre, pues su historia no me llegó, dejándome tan mustio como los personajes parecían estar; paradójicas sensaciones, pues. Especie de road movie urbana en la que los personajes persiguen una inanidad, a mis ojos, sintiendo que eso mismo es su propia vida, desubicados del mundo que les rodea, y en el tránsito, a base de encuentros con pintorescos personajes, van sabiendo algo más de sí mismos, siempre desde una atónita perspectiva. Además de este retrato generacional de unos jóvenes más o menos rebeldes y en crisis existencial, lo es también de un período histórico y de la sociedad que lo habita, parece que con mucho de autobiográfico de su director y guionista.

Ahora, algo de sabiduría ajena que nos colme intelectual y emocionalmente, sin llegar a atiborrarnos:

 - "Rubio rubiel, guárdate de él".  (Refrán).

 - "Pensamientos sin contenidos son vacíos; intuiciones sin conceptos son ciegas".  (Immanuel Kant).

 - "La ociosidad, como el moho, desgasta mucho más rápidamente que el trabajo".  (Benjamín Franklin).

 - "Es curioso que la vida, cuanto más vacía, más pesa".  (León Daudí).

 - "Cuán vano es sentarse a escribir cuando aún no te has levantado para vivir".  (Henry David Thoreau).

 - "La vida es una bufonada: esa disposición misteriosa de implacable lógica para un objetivo vano. Lo más que se puede esperar de ella es un cierto conocimiento de uno mismo, que llega demasiado tarde, y una cosecha de remordimientos inextinguibles".  (Joseph Conrad).

 - "Porque en la vida no hay más realidades que éstas: un destello de sol, un aroma de rosa, el son de una voz; y aun así de vanas y efímeras son lo mejor del mundo, lo mejor del mundo para mí.".  (Luis Cernuda).

 - "Sólo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos los hombres. Así la poesía no habrá cantado en vano".  (Pablo Neruda).

Besos y abrazos,

Don.
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viernes, 8 de mayo de 2015

Irreductibles matutinos divinamente residenciales

¡Buenos días!

Ya veremos si puedo reducir el tamaño estándar de estos matutinos en el día de hoy, aunque no sé si se dejarán domeñar por mis imperiales imposiciones, más bien doy por sentado que no. Matutinos que sin embargo me acogen siempre, y donde me encuentro como Dios mientras habito en ellos y sus divas, mis hadas y ninfas, me cuidan con esmero. Estamos en el florido mayo, el hogar por antonomasia de la primavera, donde ésta se encuentra como en casa. La máxima prevista para hoy, que ha vuelto a bajar, será de unos deliciosos 23ºC, el paraíso térmico.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo una de animación por ordenador, "Astérix: La residencia de los dioses" ("Astérix: Le domaine des dieux"), de Louis Clichy y Alexandre Astier. Es una adaptación del cómic homónimo de Goscinny y Uderzo publicado en 1971, y que es el único libro que yo he leído de Astérix, allá por 1974 y en versión original francesa, cosas de mi profesor escolar de francés en 8º de EGB, idioma que je presque l'oubliai; no así el film, que lo he visto doblado porque no lo han estrenado por estos lares en V.O.S. (Versión Original Subtitulada), como suelo ver casi todos los films.

Año 50 a.C. Los romanos dominan toda la Galia, ¿toda?, ¡no!, una irreductible aldea resiste el continuo cerco de las legiones romanas, así que como no puede dominarlos por la fuerza, Julio César cambia de estrategia y propone crear una urbanización de lujo en las cercanías de la aldea, arrasando el bosque circundante, "La residencia de los dioses", para que los galos aprecien las maravillas de la civilización romana y se sometan.

Una buena película (nota: 6), muy divertida y entretenida, para niños y adultos, con la que pasé un rato bastante agradable. Creo que sí guarda mucha de la esencia original de ese cómic que leí en mi adolescencia. Historia en la que runrunea por debajo cierta mordacidad, como en las de Mortadelo. Rezuma crítica social sobre especulación inmobiliaria, corrupción política, publicidad engañosa, reivindicaciones laborales de los peones trabajadores (esclavos y legionarios, en este caso)... cosas tan típicas de esta nuestra sociedad moderna, parece que tanto como los menhires de Obélix.

Esta adaptación de un libro de Astérix me ha parecido muchísimo mejor que otra que vi hace más de 15 años con actores de carne y hueso, muy flojita y sosita, más bien malucha, diría yo, "Astérix y Obélix contra César" ("Astérix et Obélix contre César", 1999) de Claude Zidi. Me ha sucedido lo mismo que con las de Mortadelo y Filemón, que la que vi hace unos seis meses, de animación digital, la sobresaliente "Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo" de Javier Fesser, era infinitamente mejor que las dos anteriores con actores de carne y hueso, bastante malas. Está visto que las adaptaciones de tebeos tienen que ser de animación por ordenador y no con actores. Tenéis que saber que en mi infancia y adolescencia no era muy amigo de Astérix, quizá por haberlo tenido que leer a la fuerza y en francés, y estaba embebido con las historietas de Mortadelo, que devoraba hoja tras hoja.

Ahora algo de divina sabiduría ajena que espero se aloje en nuestras entendederas:

 - "La arquitectura debe hablar de su tiempo y su lugar, y además, anhelar la eternidad".  (Frank Gehry).

 - "Los hombres geniales empiezan las grandes obras, los hombres trabajadores las terminan".  (Leonardo da Vinci).

 - "Cumplid vuestro deber y dejad obrar a los dioses".  (Pierre Corneille).

 - "Prefiero ser el primero en una aldea que el segundo en Roma".  (Julio César).

 - "Nada es tan difícil que no pueda conseguir la fortaleza".  (Julio César).

Besos y abrazos,

Don.
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jueves, 7 de mayo de 2015

No me extraña que los matutinos se llamen así

¡Buenos días!

Que desde sus mismos orígenes veían la luz como yo mismo los albores del amanecer mientras paseaba real o ensoñadoramente a la vera del Arlanzón, y eso que con posterioridad bastantes de ellos coquetearon con lo vespertino, cuando no con lo nocturno, y no era raro que cambiasen su denominación por vespertinos o "nocturninos". Tampoco es raro que la primavera sea como es, voluble, veleidosa, inconstante, y tras un par de días de frescor con máximas rayanas en los veinte grados, hoy se nos descuelga con un día caluroso en el que hay pronosticados 28ºC de máxima por los madriles.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Que extraño llamarse Federico" ("Che strano chiamarsi Federico!"), de Ettore Scola, y con... De este octogenario director italiano había visto un par de películas, creo, de su muy amplia filmografía, entre ellas su anterior, de hace más de diez años, "Gente de Roma" ("Gente di Roma", 2003); y "La familia" ("La famiglia", 1987).

Documental, dicen, que rinde homenaje a Federico Fellini, leyenda viva del cine, en el vigésimo aniversario, en 2013, cuando se hizo este film, de su muerte, que combina imágenes de archivo, escenas de películas y escenas de rodajes y castings, que recrean hechos pasados de la relación de amistad entre el director de este documental y el homenajeado, sobre todo anécdotas personales que ambos vivieron (o no, que a lo mejor son sólo evocación de recuerdos imaginados, tal y como reza la primera cita de la sección de sabiduría ajena de más abajo, del propio Ettore Scola).

Especie de documental que no lo es mucho, pues me parece más cerca del docudrama, que este estilo domina sobre el documental puro de imágenes de archivo y entrevistas. Y tampoco mucho docudrama, pues bastantes de las escenas ficcionadas, más que recreación de hechos, lo son de ensoñaciones probablemente fantásticas, muy al estilo de los films de Fellini, su mentor y amigo. Este extraño y original cóctel, por tanto, sin parecerme malo, no me dijo gran cosa, y salvo momentos contados que sí me interesaron mucho, casi me aburrió (nota: 5).

Bueno, pues tras este extraño matutino, ahora algo de sabiduría ajena, que seguro nos ayuda a extrañarnos menos de las cosas, con un par de citas de cada uno de estos dos cineastas:

 - "No es un documental en el que se cuente una historia de manera lineal. Es más bien la evocación de un puñado de anécdotas que sólo él y yo vivimos. Lo bueno de los recuerdos es que van cambiando con el paso del tiempo. No se ajustan a la realidad. Lo que hacen es ajustar la realidad al recuerdo, que es mucho más interesante".  (Ettore Scola).

 - "Queríamos cambiar el mundo, pero el mundo nos ha cambiado a nosotros".  ("Una mujer y tres hombres" ("C'eravamo tanto amati", 1974), Ettore Scola).

 - "El único realista de verdad es el visionario".  (Federico Fellini).

 - "No hay un final. No existe un principio. Solamente existe una infinita pasión por la vida".  (Federico Fellini).

Besos y abrazos,

Don.
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miércoles, 6 de mayo de 2015

Matutino ventilado y nada airado

¡Buenos días!

Pues sí, justo en el momento en que lo dé a conocer al mundo a través de los bits informáticos, tras haberlo pergeñado desde el sosiego de este mundo matutino, en más o menos tiempo, con el aliento que me infunden las películas que suelo ver, y que airean mis neuronas. Por lo demás, hoy apenas hay viento, habiéndose tranquilizado las no muy airadas rachas de recientes días pasados, y sí mucho sol y temperaturas de nuevo en alza, con máxima prevista para hoy de 23ºC.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Tiempo sin aire", de Samuel Martín Mateos y Andrés Luque Pérez, y con Juana Acosta, Carmelo Gómez, Adriana Ugarte, Félix Gómez, y Toni Acosta. De este par de directores había visto su anterior y primer largo, "Agallas" (2009).

Para vengarse de uno de ellos, una enfermera colombiana que perdió a su marido asesinado por los guerrilleros, y a su adolescente hija mayor, violada y asesinada por tres paramilitares, viaja junto a su traumatizado hijo pequeño a la isla de Tenerife siguiendo la pista de uno de estos tres, embarcándose durante meses en su obsesiva búsqueda. Conocerá al psicólogo del colegio en que su hijo estudia, que se enamorará de ella y la ayudará en sus pesquisas. Por otra parte, ajenos a esto, sin saber que acabará por dar un gran vuelco, la vida de este ex-mercenario y su novia sigue con normalidad.

No me gustó gran cosa (nota: 5), ni fu ni fa las más de las veces, salvo intensos momentos sueltos, este duro drama, a ratos tremendista. Estupendas, en todos los sentidos, las dos actrices principales. Una historia sobre alguien que no puede superar su duelo, sobreponerse a su dolor, zanjar con el pasado, si no es a través de la ley del talión. También sobre las secuelas psíquicas que deja la violencia vista o recibida (o ejecutada), sobre el sinsentido de la guerra y espiral de venganzas, y de como personas aparentemente normales son capaces de terribles tropelías y atrocidades durante las vorágines bélicas. Y de volver a conectar con la vida, mirando hacia adelante, a pesar de las heridas del pasado.

Pues antes de ventilarme este matutino, algo de sabiduría ajena que nos facilite respirar con hondura:

 - "Cuando estés irritado, cuenta hasta diez antes de hablar; si estás airado, cuenta hasta cien".  (Thomas Jefferson).

 - "Una persona que quiere venganza guarda sus heridas abiertas".  (Sir Francis Bacon).

 - "Yo no hablo de venganzas ni perdones, el olvido es la única venganza y el único perdón".  (Jorge Luis Borges).

Besos y abrazos,

Don.
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martes, 5 de mayo de 2015

Matutino agridulce

¡Buenos días!

No es que éste, ni ningún otro matutino lo sea por sí mismo, sino que todos saborean y disfrutan amablemente de las dulzuras y acritudes, cuando no amargores, de lo que esta vida nos depara, tratando de conjugarlos con suave armonía, tal y como hacen las buenas mandarinas en nuestro deleitado paladar. Y como esta misma primavera hace también con nosotros, en pasados días con dulce calor de muy suave verano, y hoy mismo (máxima prevista para hoy de 21ºC), con algo de ácido frescor que burbujee en nuestro ser. Las eventuales amarguras climáticas quedarán, si acaso, para algunos grises días del melancólico otoño, que ahora no tocan.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Mandarinas" ("Mandariinid"), de Zaza Urushadze, y con Lembit Ulfsak, Elmo Nüganen, Giorgi Nakashidze, Misha Meskhi, y Raivo Trass. Coproducción entre Estonia y Georgia que este año fue candidata al Óscar y al Globo de Oro a mejor película de habla no inglesa.

En los primeros años noventa del pasado siglo, justo tras la disolución de la URSS, durante la guerra de Abjasia, región que quería independizarse de Georgia, un par de ancianos vecinos que allí viven solos y aislados, uno carpintero que hace cajas para mandarinas, y el otro que las cultiva en su finca, hijos de emigrantes estonios en Georgia, y que por diversos motivos no quisieron regresar a Estonia con sus familias para escapar de la guerra, acogen en la casa del carpintero a dos soldados muy malheridos tras una escaramuza entre contendientes de ambos bandos, justo en las inmediaciones del campo de mandarinos, un mercenario checheno que lucha en pro de los abjasios, y un soldado georgiano, habiendo fallecido el resto de ambas patrullas. El anciano anfitrión tratará de curarles sus heridas, no sólo las físicas, sino también las emocionales, obligándoles a convivir mientras estén en su casa, mediante su sereno y firme talante.

Una estupenda película (nota: 8), que os recomiendo, y tan deliciosa como degustar una buena mandarina, este drama antibelicista, muy humanista, que muestra de un modo sencillo la palmaria insensatez de las guerras, siempre motivadas por el dinero y la riqueza pero se venden como exacerbación de inexistentes diferencias entre los hombres, tales como la patria, la religión, el idioma, y demás memeces que muchos borregos siguen irreflexivamente. Esta historia nos muestra gente de difusa nacionalidad viviendo en países de fronteras movedizas según las ventoleras de la historia; gente que se cree, o les hacen creer, enemigos, pero que pueden convertirse en amigos a poco que se rocen, no precisamente en el sentido de discutir (o sí, en su buen sentido), sino en el de trato y conocimiento mutuo, vis a vis, ausentes de prejuicios grupales.

Por eso de encerrar a "irreconciliables" enemigos en un pequeño coto cerrado me recordó a "En tierra de nadie" ("Ničija zemlja", "No man's land", 2001) de Danis Tanovic, o a "Perdidos en la nieve" ("Into the white", 2012) de Petter Næss, por citar dos films recientes que recuerdo, así, a bote pronto; y también a "Los limoneros" ("Etz limon", 2008) de Eran Riklis, por las obvias referencias cítricas, y por resaltar lo absurdo de todo conflicto.

Ahora algo de sabiduría ajena, que nos aporte calmado sosiego para analizar lo que nos rodea, y no saltar por un quítame allá esas pajas:

 - "La guerra es una masacre entre gentes que no se conocen para provecho de gentes que sí se conocen pero que no se masacran".  (Paul Valéry).

 - "Todas las guerras son santas. Os desafío a que encontréis un beligerante que no crea tener al cielo de su parte".  (Jean Anouilh).

 - "La guerra es un juego que los reyes, si sus súbditos fueran inteligentes, no jugarían jamás".  (William Cowper).

Besos y abrazos,

Don.
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