martes, 20 de mayo de 2014

Matutinos que no me suenan a chino ni son un rompecabezas

¡Buenos días!

Los entiendo perfectamente y no me suponen problema de difícil solución, así que tampoco tengo que trabajar laboriosamente para descifrarlos de mi mente y trasladarlos a este papel virtual desde el que todos podéis disfrutar de ellos, como yo hago en estos momentos matutinos que me proporcionan parte de mi agradable devenir vital. Hoy ya ha bajado la temperatura (máxima prevista para hoy de 20ºC) y algunas gotas de lluvia sueltas ya han tintineado, y como seguirá lloviendo los próximos días a chaparrones tormentosos, serán tantas que será difícil recomponer el puzle acuoso.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Nueva vida en Nueva York" ("Casse-tête chinois"), de Cédric Klapisch, y con Romain Duris, Audrey Tautou, Cécile de France, y Kelly Reilly. De este director tan sólo había visto una de sus anteriores películas, "Una casa de locos" ("L'auberge espagnole", 2002), que es la primera de la trilogía que seguía con "Las muñecas rusas" ("Les poupées russes", 2005), que no vi, y acaba con la que glosaré hoy.

Nuestro protagonista, que en la primera de la trilogía disfrutaba de una beca Erasmus en Barcelona y se divertía despreocupadamente como cualquier joven, con sus amores y desamores de por medio, ahora tiene casi cuarenta años y su vida se enreda cada vez más y no acaba de sentar la cabeza, aunque vive junto a una de sus compañeras de Erasmus, con la que tiene dos hijos. Ella, cuando se entera de que él ha cedido su semen para que una amiga lesbiana de ambos pueda ser madre, le deja por otro y se lleva los niños a Nueva York. Como no quiere perder contacto con ellos, se traslada allí también mientras trata de terminar su tercera novela, trabajando en lo que sea para poder mantenerse.

Una muy buena película, de la que me gustó mucho su modo de contar las cosas, sobre todo al principio. Una muy agradable comedia romántica, políglota, como la primera de la saga que vi, que toca alegremente muchos temas, como divorcio, maternidad gay (o paternidad lesbiana), inmigración ilegal y trabajo en negro, globalización, etc., todo como telón de fondo de los amores y desamores del errante protagonista, bien arropado por las tres mujeres de su vida, su primer amor, su confidente y su esposa, tratando de rehacer sus vidas, de seguir adelante a pesar de los imprevistos vitales, con un enfoque de relatividad de los problemas que se van presentando, ni más ni menos complicados de resolver que los del resto de la gente.

Ahora algo de sabiduría ajena para ayudarnos con los enigmas vitales:

 - "No hay ningún viento favorable para el que no sabe a que puerto se dirige".  (Arthur Schopenhauer).

 - "Los primeros cuarenta años proporcionan el texto; el resto de la vida, los comentarios".  (Arthur Schopenhauer).

 - "Para escribir un buen libro no considero imprescindible conocer París ni haber leído "El Quijote". Cervantes, cuando lo escribió, aún no lo había leído".  (Miguel Delibes).

 - "Lo malo del amor es que muchos lo confunden con la gastritis y, cuando se han curado de la indisposición, se encuentran con que se han casado".  (Groucho Marx).

 - "Tened el valor de equivocaros".  (Friedrich Hegel).

Besos y abrazos,

Don.
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