jueves, 27 de septiembre de 2018

Matutinos que enseñan... su lado oculto

¡Buenos días!

Por muy lunáticos que a veces parezcan, no creo que estos matutinos me escondan nada tras su sombra. Es posible, pero lo veo difícil, pues cada mañana me cuelo por entre sus más recónditos recovecos, y los de mis propias circunvoluciones cerebrales, cuajados de destellos que chisporrotean en sus sinapsis neuronales, que iluminan cualquier atisbo de oscuridad que pudiera haber por ahí, aprendiendo mientras tanto. Hoy, de nuevo con 29ºC de máxima prevista por los madriles y sol a raudales, ya sin la nubosidad de ayer que amagó tormentas, con algún relámpago que otro y chispitas de agua perdidas en los no muy airados remolinos de viento, todo es luz en esta mañana luminosa de otoño que encierra ardores veraniegos abiertamente manifestados y nada reprimidos.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Madame Hyde", de Serge Bozon, inspirado muy libremente en el clásico de R.L. Stevenson "El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde", y con Isabelle Huppert, Romain Duris, José García, y Adda Senani. Es el primer largo que veo de los de este director francés.

Una excéntrica profesora, medrosa y pusilánime, da clases de física y electricidad en un instituto de formación profesional en los suburbios de una ciudad. Sus compañeros de claustro no la respetan, y es ninguneada por sus alumnos, quienes constantemente le toman el pelo. Una noche de tormenta, preparando en su laboratorio la siguiente clase sobre electricidad y calor, recibe una descarga debido a un rayo que cae sobre sus aparatos de ensayo. Esto la trasforma en una mujer diferente, con poderío, logrando por fin la atención de su clase. Además, por las noches, presa del insomnio, deambula por las calles irradiando poderosa energía, fulminando a quien se cruza en su camino, sin recordar nada a la mañana siguiente.

Película que me descolocó (nota: 5), que a ratos me interesaba y en otros me dejaba indiferente, y que no me acabó de convencer, aunque siempre con un punto de vista muy original, poco o nada convencional, que mezcla cine social sobre la educación y cine fantástico, extraña amalgama. Comedia inclasificable, excéntrica, que casi juega al despiste, y de sentido del humor muy, muy peculiar. Más que una historia que bebe del clásico mito creado por R.L. Stevenson, lo es sobre el arte de bien enseñar y, como dice su director, sobre la dificultad de transmitir los conocimientos. También, como consecuencia, sobre las necesarias transformaciones, de personas, procedimientos e instituciones, para una mejor transmisión, más motivadora, del necesario conocimiento a los alumnos, más o menos desganados.

Ahora, para seguir aprendiendo, unas citas de sabiduría ajena, que tal vez arrojen luz sobre las sombras que eventualmente nos pudieran apesadumbrar:

 - "El que posee las nociones más exactas sobre las causas de las cosas y es capaz de dar perfecta cuenta de ellas en su enseñanza, es más sabio que todos los demás en cualquier otra ciencia".  (Aristóteles).

 - "Excelente maestro es aquel que, enseñando poco, hace nacer en el alumno un deseo grande de aprender".  (Arturo Graf).

 - "La enseñanza se ha puesto muy complicada, y uno ya no sabía ni qué enseñar, ni cómo enseñar, ni a quién enseñar".  (Gonzalo Torrente Ballester).

 - "No está en mi naturaleza ocultar nada. No puedo cerrar mis labios cuando he abierto mi corazón".  (Charles Dickens).

Besos y abrazos,

Don.
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miércoles, 26 de septiembre de 2018

Inmortales matutinos

¡Buenos días!

No se me mueren ni siquiera cuando los disecciono en vivo con el filo de mis entendederas. Me parecen eternos como Prometeo, pero sin su divino sufrimiento por su hepático castigo. Y yo sigo sufriendo estos calores fuera de estación, con estos días de verano que parece no llegarán a su final, pero lo harán, hasta reencarnarse de nuevo por los alrededores del próximo solsticio veraniego. De momento, 29ºC previstos para hoy, demasiados para esta época.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Matar a Dios", de Albert Pintó y Caye Casas, y con Itziar Castro, Eduardo Antuña, Boris Ruiz, David Pareja, y Emilio Gavira. Es el debut en el largo de este par de directores.

Una familia, un matrimonio (con desavenencias de pareja) más el hermano (divorciado hace poco) y el padre (viudo) de él, van a celebrar la Nochevieja en un aislado caserón que han alquilado en el campo. En plena celebración, se les cuela inadvertidamente un vagabundo enano, iracundo y desastrado que dice ser Dios y que viene a exterminar, antes del alba, a toda la humanidad, salvo a dos personas, especie de nuevos Adán y Eva, quienes deberán ser elegidos por estos cuatro desgraciados.

Película irregular (nota: 5), con sus más y sus menos, con momentos de humor ramploncete y otros interesantes que dejan cierto poso reflexivo. Comedia de humor negro, muy negro hacia el final, gamberrete incluso, y algo de mala leche, con aires de surrealista esperpento sobre los absurdos de la vida, que no me hizo reír nada. No deja muy bien a esa divina criatura que es el ser humano, caricaturizando su estupidez y malvado egoísmo, destripando sus miserias.

Pues antes de que muera este divino matutino, unas citas de sabiduría ajena, preludio de su siguiente renacimiento:

 - "No se debe ser demasiado severo con los errores del pueblo, sino tratar de eliminarlos por la educación".  (Thomas Jefferson).

 - "No podemos matar el tiempo sin herir la eternidad".  (Henry D. Thoreau).

 - "Tiempo: lo que los hombres siempre tratan de matar, pero que acaba por matarlos".  (Herbert Spencer).

 - "Dios no es más que una palabra soñada para explicar el mundo".  (Alphonse de Lamartine).

 - "Gracias a Dios, todavía soy ateo".  (Luis Buñuel).

Besos y abrazos,

Don.
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martes, 25 de septiembre de 2018

Doma matutina a rienda suelta

¡Buenos días!

Nada encabritado llego a estos matutinos, y como la seda salgo, así que no ha lugar a domesticar mi carácter entretanto, mientras cabalgo a sus lomos, dando rienda suelta a mi mente. Al que sí que parece que habrá que domar, pero vete a saber cómo, será a este bronco y rampante verano de cuyas pezuñas, más bien garras, no logramos salir por mucho que el otoño de calendario ya esté por aquí. Se esperan 31ºC de máxima prevista para hoy por los madriles. Sueño, no sé si iluso de mí, con mayor ahínco cada vez, con el dulce frescor otoñal.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "The rider", de Chloé Zhao, y con Brady Jandreau. Es el segundo largo, y primero que veo, de esta directora china afincada en Estados Unidos.

Un joven, hábil domador de potros y emergente estrella del rodeo, sufrió hace poco un grave accidente, debido al pisotón de un caballo en su cabeza tras haber caído de este en un espectáculo, provocándole una lesión cerebral y algunas leves secuelas motrices que le incapacitaron para volver a montar. Pero lo único que quiere, y sabe hacer, es lo que hasta entonces había hecho en exclusiva casi desde su infancia, lo que le tiene en permanente frustración. Intenta centrarse en sus caballos, y en su familia, un padre adicto al juego, y una hermana pequeña autista, además de en su mejor amigo, parapléjico tras otro accidente similar, para tratar de reencontrarse a sí mismo allende el rodeo.

Una buena película en general (nota: 6), con muy buenas maneras, ensimismada y con aire poético, pero cuya historia, a medio camino entre la ficción y el documental, rodada con actores no profesionales que se interpretan a sí mismos, no me interesó gran cosa, no consiguió engancharme más que a ratos. Nos muestra el lado oscuro del rodeo, sus juguetes rotos, y casi diría que la fractura del sueño americano, a través del de este joven que debe aceptar que ya no logrará la gloria en lo que más le gustaba, y sus limitaciones físicas, luchando contra sus frustrantes emociones a causa de su lesión. Pero la vida sigue, no a lomos de un caballo más o menos arisco, sino a pie, paso a paso.

Pues al trote suave, hemos llegado a la sabiduría ajena, donde con estas pocas citas espero que nuestra mente, cual sereno corcel, nos lleve tan lejos como queramos:

 - "Al amigo y al caballo, no apretallo".  (Refrán).

 - "Hay que domar a la vida por la dulzura".  (Jules Renard).

 - "La vida es como montar en bicicleta. Para mantener el equilibro hay que seguir pedaleando".  (Albert Einstein).

Besos y abrazos,

Don.
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lunes, 24 de septiembre de 2018

Capitanía matutina

¡Buenos días!

No sé si aquí mando yo, pero al menos me lo creo, y perfectamente engalanado, pero sin un solo galón, siento mis reales por estos matutinos la mañana que me place, haciendo de mi capa un sayo con su consentimiento. Pero aquí solo puede rezumar bondad, así que todos contentos. Estamos ya de otoño, tanto el meteorológico (desde el 1 de septiembre) como el astronómico (desde ayer), pero no se nota que mande mucho sobre la realidad, que hace calor de verano, y este parece sublevado, haciendo lo que le da la real gana, con 31ºC de máxima prevista para hoy por los madriles.

Este fin de semana estuve en el cine viendo una portentosa y dura película que no os deberíais perder. Os la recomiendo encarecidamente. Se trató de "El capitán" ("Der hauptmann"), de Robert Schwentke, y con Max Hubacher, Frederick Lau, Milan Peschel, y Alexander Fehling. Es el primer largo que veo de los de este director alemán.

En los últimos días de la II Guerra Mundial un joven soldado raso alemán huido de su pelotón, apenas un veinteañero, desesperado, andrajoso y hambriento, se escabulle de la policía militar que le persigue por desertor. Casualmente encuentra abandonado el impecable uniforme de un capitán muy condecorado, se lo pone, se hace pasar por oficial, se comporta como tal, ve que le tratan con respeto y temor, y va reclutando a otros desertores que se va encontrando, diciendo que está en una misión secreta encomendada por el mismísimo Hitler, formando un pelotón con el que va saqueando y matando arbitraria e impunemente a su paso, acabando por creerse su propio engaño.

Sobresaliente película (nota: 9), imprescindible, por lo que cuenta, magníficamente narrada y de un modo muy inteligente y acerado; de pictórica y hermosa fotografía en blanco y negro, cuyo maravilloso cartel es un excelente botón de muestra, y muy ilustrativo de lo que en realidad nos habla, pues más que un film sobre los horrores de la guerra y del nazismo, que también lo es, pero con un punto de vista muy diferente al habitual, lo es en realidad sobre la más negra condición humana, la de cualquiera de nosotros, en todo tiempo y lugar, a poco que se den las adecuadas circunstancias, cual perverso efecto mariposa que nos va transformando de anodinos seres en despiadados ogros sin la más leve conciencia del mal que cometen. Una especie de fábula moral. Fabulosa.

La historia, muy dura pero sin truculencias, con las escenas más violentas en fuera de campo, y cual vorágine que va a más, alimentada por el descaro de unos y la medrosa inacción de la mayoría, en una continua huida hacia adelante, rayana en el delirante absurdo, si no fuera tan real (el protagonista y sus hechos sucedieron de verdad), va entrando conforme avanza en el territorio del delirio y lo grotesco, de lo mesiánico, lo bárbaro, de la locura, la amoralidad y la maldad pura y dura. Me trajo reminiscencias del concepto de la banalidad del mal de Hannah Arendt, cuyo biopic, dirigido en 2012 por Margarethe von Trotta, vi hace pocos años. Podéis ver una cita de ella en la sección de sabiduría ajena...

... En la que ya estamos, que comienza con ella, y con la que espero que nos ordene, no órdenes, sino nuestras entendederas para mejor resistir las tentaciones de aborregarnos... con alma de lobo en sus adentros:

 - "El mal no es nunca radical, sólo es extremo, y carece de toda profundidad y de cualquier dimensión demoníaca. Puede crecer desmesuradamente y reducir todo el mundo a escombros precisamente porque se extiende como un hongo por la superficie. Es un desafío al pensamiento, como dije, porque el pensamiento trata de alcanzar una cierta profundidad, ir a las raíces y, en el momento mismo en que se ocupa del mal, se siente decepcionado porque no encuentra nada. Eso es la banalidad. Sólo el bien tiene profundidad y puede ser radical".  (Hannah Arendt).

 - "La multitud, como el mar, es por sí misma inmóvil, es tranquila o procelosa, según sean los vientos o las auras que las conmuevan".  (Tito Livio).

 - "En cuanto alguien comprende que obedecer leyes injustas es contrario a su dignidad de hombre, ninguna tiranía puede dominarle".  (Mahatma Gandhi).

 - "Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista. Enseguida vinieron por los judíos, y no dije nada porque yo no era judío. Después vinieron por los sindicalistas, y no dije nada porque yo no era sindicalista. Luego vinieron por los católicos, y no dije nada porque yo era protestante. Luego vinieron por mí, pero ya era tarde, pues no quedaba nadie que dijera nada".  (Martin Niemöller).

Besos y abrazos,

Don.
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viernes, 21 de septiembre de 2018

Nemoroso desencanto matutino

¡Buenos días!

No canto al desamor en estos muy amorosos matutinos por entre los que me suelo perder cada mañana, evadiéndome momentáneamente de los cotidianos problemillas, holgando y solazándome en sus más recónditos recovecos, a la sombra y amparo del inclemente sol y del no muy excesivo calor de estos últimos días de verano, que el otoño de calendario entrará pasado mañana, pues hoy ambos siguen apretando, con 32ºC de máxima prevista, y subiendo para próximos días, cual si estuviéramos en su cenit canicular. Yo espero que en su canto del cisne.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Marisa en los bosques", de Antonio Morales, y con Patricia Jordà, Aida de la Cruz, y Mauricio Bautista. Es el debut en el largo de este director y guionista.

Marisa es una treintañera sin fortuna en el amor, que sueña con ser dramaturga pero que se ha quedado sin trabajo en la compañía de teatro independiente en la que colaboraba, y el futuro se le enturbia, así que para olvidarse de sus problemas se vuelca en ayudar a su amiga del alma, sumida en la más honda desesperación porque la acaba de dejar su pareja. Pero un trágico suceso que le ocurre a esta, terminará por derrumbar a nuestra protagonista, que buscará salir de sus pesares tratando de perderse en la noche madrileña y buscar la ayuda de amigos y conocidos, pero lo que encuentra son más dramas, los que le cuentan sus erráticas amistades.

Me desorientó a ratos, haciendo que sus árboles no me dejaran ver bien su bosque (nota: 5), esta tragicomedia urbana con toques oníricos de realismo mágico al final (especie de cuento de hadas), que al principio me enganchó algo con algunos de sus frescos diálogos con bastante desparpajo, pero entrelazados con momentos de desconcierto argumental, que fueron a más conforme avanzaba el metraje. Historia de joven en crisis, muy desorientada, que vaga y divaga en busca de sí misma, tratando de encajar los golpes de la vida, encontrándose en su deambular con estrambóticos personajes, terminando por utilizar la fantasía (boscosas ensoñaciones) para intentar salir de la maraña de su desesperanzada realidad.

Pues antes de perdernos en el bosque de la cotidianidad, ahí os dejo unas citas de sabiduría ajena a modo de miguitas de pan (o amiguitas) que nos marquen el camino para no perdernos al volver a estos matutinos:

 - "La ciudad no es una jungla de hormigón, es un zoo humano".  (Desmond Morris).

 - "Utiliza en la vida los talentos que poseas: el bosque estaría muy silencioso si sólo cantasen los pájaros que mejor cantan".  (Henry Van Dyke).

 - "En un bosque se bifurcaron dos caminos, y yo... Yo tomé el menos transitado. Esto marcó toda la diferencia".  (Robert Frost).

Besos y abrazos,

Don.
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jueves, 20 de septiembre de 2018

Matutinos secretos a voces

¡Buenos días!

Supongo que es de público conocimiento, a pesar de no se lo haya contado (de palabra) a nadie, o eso creo, que estos matutinos y yo siempre nos hemos querido, y nuestra relación es tan fuerte que pocas cosas en este mundo podrían desmoronarla. Y esto no es pose ni apariencia, espero. También debo suponer que todo el mundo sabe, aunque no lo grite a los cuatro vientos, que estamos de verano, aunque por el calendario podría pensarse que ya va siendo hora de que no sea así, pero el hecho es que hace calor, mucho calor, para estar a punto de traspasar el umbral del equinoccio otoñal (este próximo domingo), con 32ºC de máxima prevista para hoy por los madriles.

Antes de ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Todos lo saben", de Asghar Farhadi, y con Penélope Cruz, Javier Bardem, Ricardo Darín, Bárbara Lennie, Eduard Fernández, e Inma Cuesta. Octavo largo de este director y guionista iraní, todo un brillantísimo maestro para mí, de quien había visto sus tres anteriores: "El viajante" ("Forushande", 2016), ganadora del Óscar de su año, "El pasado" ("Le passé", 2013), y "Nader y Simin: una separación" ("Jodaeiye Nader az Simin", 2011), que también ganó su Óscar, y para mí es de diez. Os recomiendo encarecidamente que veáis cualquiera de estas tres, que yo tengo pendiente el ver las anteriores a estas.

Una mujer viaja desde Argentina con su hija adolescente e hijo menor, pero sin su marido que tuvo que quedarse allá, hasta su pequeño pueblo natal en España. Va a asistir a la boda de su hermana pequeña. Todo es alegría en la casa familiar. Durante la celebración, su hija adolescente desaparece sin dejar rastro. Al poco reciben un mensaje de que piden un rescate por ella. Las vidas de todos, familiares y allegados, se verán profundamente afectadas.

Muy buena película (nota: 7), este híbrido de melodrama familiar e intrigante thriller, con las señas de identidad de los densos dramas de este lucidísimo director, todo un sabio cirujano de los recovecos del alma humana y su naturaleza, cuajados de dilemas morales y arrebatado sufrimiento emocional, pero a la que creo que le faltó algo de la potencia de sus anteriores obras, muy especialmente la de su magistral y portentosa Nader y Simin. Historias en las que un hecho más o menos accidental hace reventar las costuras no bien hilvanadas de cualquier relación, su aparente armonía, sea amorosa, familiar, etc., saliendo a relucir pasados secretos y rencillas mal cicatrizadas, a los que hace que se enfrenten sus personajes, y con las que zarandea las emociones del respetable.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, con las que espero todos sepamos mejor a que atenernos ante los inesperados avatares a los que nos somete la vida:

 - "Nada induce tanto al hombre a sospechar mucho como el saber poco".  (Francis Bacon).

 - "Unos gustan decir lo que saben; otros lo que piensan".  (Joseph Joubert).

 - "¿Me guardas un secreto, amigo? Mejor me lo guardas si no te lo digo".  (Refrán).

 - "Uno de los secretos profundos de la vida es que lo único que merece la pena hacer es lo que hacemos por los demás".  (Lewis Carroll).

Besos y abrazos,

Don.
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miércoles, 19 de septiembre de 2018

Amoroso atrevimiento matutino

¡Buenos días!

Con su natural osadía estos matutinos vuelven a acogerme con amor, mimándome sin remilgos, en esta mañana de verano terminal, solo de calendario, que sigue haciendo bastante calor, con sol a raudales y 31ºC de máxima prevista. No se cortan un pelo en decirme cuanto me estiman, y viceversa, para que no haya lugar a dudas en nuestra relación, muy amistosa, pero sobre todo muy amorosa, de mutua entrega.

Antes de ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Los amores cobardes", de Carmen Blanco, y con Blanca Parés e Ignacio Montes. Es el primer largo de esta directora y guionista.

Tras seis años fuera por estudios y trabajo, una joven regresa a su ciudad natal para pasar las vacaciones. En lugar de alojarse en casa de su madre, alquila un piso en el centro de la ciudad. Apesadumbrada, ensimismada, y sin muchas ganas de reencontrarse con nadie, lo hace con su mejor amiga y el resto de la pandilla de la adolescencia, quienes tratan de animarla presentándole chicos. A quien no pensaba ver era a su mejor amigo de entonces, quien la decepcionó profundamente al romper todo contacto con ella inesperadamente. Pero el quiere recuperar el contacto. Le pide disculpas y, con las reticencias de ella, empieza a visitarla con frecuencia.

Una muy buena película (nota: 7), con sus más y sus menos, este melodrama romántico juvenil, profundamente melancólico, y bucólico, que a pesar de sus titubeantes inicios y algunos flecos argumentales y técnicos que no me la hicieron redonda, quizá debido a la bisoñez o la falta de medios, no sé, no llegó a producirme ningún cólico, me fue atrapando cada vez más hasta casi encandilarme del todo por sus maneras de pausado ritmo... y porque consiguió que me metiera en el alma de sus dos protagonistas.

Preciosa historia me pareció la que me contó, cuyo título dice mucho de las tribulaciones de sus dos personajes. De hecho fue este, muy evocador, el que me hizo ir a ver esta película. ¡Y acerté! Nos habla de un muy dulce modo, tiernamente, de deseos amorosos ahogados en las medrosas inseguridades, de amores latentes no manifestados, del tiempo pasado que ya no vuelve y que si se intenta que lo haga podría ser que abriera viejas heridas, de atreverse a dar el paso, el gran salto, de la muy sutil línea que separa la amistad del amor, si es que tal hay.

Ahora un par de citas de sabiduría ajena, que no sé si acabarán emparejadas o la timidez las hará volar de nuestras entendederas, pero creo que no deberíais dejarlas escapar si es que queréis aprender a aprehender sin miedo lo que deseáis:

 - "El amor es una deliciosa flor; pero es preciso tener el valor de ir a cogerla al borde mismo de un horrible precipicio".  (Stendhal).

 - "Es la primera regla,
dijo Cupido,
que sean los amantes
algo atrevidos,
pues si son cortos
luego dicen las bellas:
«!Jesús, qué tontos!»".  (Copla popular).

Besos y abrazos,

Don.
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viernes, 14 de septiembre de 2018

Mágica varita matutina

¡Buenos días!

Eso es lo que son estos matutinos, una mágica herramienta que me permite barrer todo atisbo de preocupaciones mientras me encuentro bajo su embrujo y vuelo doquiera le plazca a mis entendederas. No hay desencanto que valga por aquí, ni tampoco cuando salgo y me dejo caer por la realidad al poco de haber entrado, pues su hechizo me dura más allá de este mundo mañanero. Parece que por arte de birlibirloque el rotundo calor veraniego ha vuelto a enseñorearse de estos días, a poco más de una semana de pasar a través del umbral del otoñal equinoccio, con sol, algunas inocentes nubes y 31ºC de máxima prevista para hoy por los madriles.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo una de animación japonesa, de anime. Se trató de "Mary y la flor de la bruja" ("Meari to majo no hana"), de Hiromasa Yonebayashi, que adapta la novela infantil "The little broomstick" de Mary Stewart. Es el tercer largo de este director japonés, tras su debut con "Arrietty y el mundo de los diminutos" ("Karigurashi no Arietty", 2010), una exquisitez fílmica, y "El recuerdo de Marnie" ("Omoide no Mânî", 2014), otra delicia.

Mary es una niña a la que sus padres envían por una pequeña temporada a vivir con su tía abuela, en una casita de campo, mientras ellos se encargan de hacer la mudanza de su domicilio. Allí, sin tele ni acceso a internet, se aburre como una ostra. Persiguiendo a un misterioso gato hasta el bosque cercano descubre una vieja escoba y unas extrañas flores fosforescentes. Corta una ramita, se la lleva a su casa, y el jardinero del lugar le dice que es una rarísima flor, dificilísima de ver y que florece una vez cada siete años. Al poco, trasteando con sus flores, toma una se impregna de su néctar y se convierte en una bruja con poderes a la par que la escoba toma vida y la lleva volando por encima de las nubes hasta un extraño lugar.

Película que no me acabó de convencer del todo (nota: 5), de estupenda calidad visual y animación, a pesar de algunos defectillos, pero de historia simplona, floja, con sensación de ya vista, y mal rematada, que trae reminiscencias de la saga de Harry Potter, aunque no haya visto ni leído ninguna, y aunque la saga literaria sea posterior a la novela en que se basa el film, con lo que sería más apropiado al revés, es decir, que Harry Potter se parece a esta.

Tiene las maneras del mítico Studio Ghibli (y de sus reverendos maestros Miyazaki y Takahata), pero no le llega, se queda algo deslavada, le falta alma, ánima... anime. Tras la última película de Yonebayashi en Studio Ghibli en 2014, este cerró temporalmente, y decidió con otros ex trabajadores crear el nuevo Studio Ponoc y hacer esta película... esperemos que sus siguientes creaciones estén mejor pulidas y me cautiven como lo hacen las del Studio Ghibli.

Ahora ahí os dejo unas citas de sabiduría ajena, cual conjuros que hagan brotar chiribitas de nuestras entendederas:

 - "Cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia".  (Arthur C. Clarke).

 - "La magia es un puente que te permite ir del mundo visible hacia el invisible. Y aprender las lecciones de ambos mundos".  (Paulo Coelho).

Besos y abrazos,

Don.
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martes, 11 de septiembre de 2018

Matutino en la distancia

¡Buenos días!

En la corta distancia, más bien, que no me encuentro allende los madriles, como a veces me sucede, sino en sus derredores, como casi siempre, para estar lo más cerca posible de mis matutinos y así ayudar a consolidar cada vez más nuestra amistad, que ya sabéis lo que dice el aforismo, ese de que la distancia hace el olvido, especialmente si es larga, tanto en el espacio como en el tiempo. Y el tiempo para hoy amanece soleado, con máxima prevista de 25ºC, con nubes in crescendo, lo que hace que barruntemos tormentas vespertinas, todavía lejanas en este amanecer.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Las distancias" ("Les distàncies"), de Elena Trapé, y con Alexandra Jiménez, Miki Esparbé, Isak Férriz, Bruno Sevilla, y María Ribera. Es el segundo largo, y primero que veo, de esta directora.

Cuatro amigos y amigas de toda la vida, desde que fueron compañeros de clase en la universidad de Barcelona, se plantan en Berlín para pasar un fin de semana con la idea de visitar por sorpresa a otro de ellos, que lleva allí trabajando desde hace varios años y al que apenas ven, y festejar el 35º aniversario de su atónito anfitrión, en cuya casa se alojan, quien les da un frío y distante recibimiento que les genera incomodidad, y además desaparece esa primera noche dejando solos al resto sin saber muy bien que hacer, mientras las raídas costuras de su amistad empiezan a reventar a medida que se van espetando verdades los unos a los otros.

Una buena película en general (nota: 6), con sus más y sus menos, retrato de una crisis de edad, 35 o la que sea, en la que se toma conciencia de la frustración de que lo que deseamos ser o que sea no cuadra con la tozuda realidad que nos toca, de la añoranza del entonces, imposible de recuperar, pues nada es lo que fue; sobre lo que el tiempo y la distancia hacen con la amistad... resquebrajarla. También sobre la falta de comunicación, de no tener gran cosa que decirse; y de sentirnos desorientados y perdidos en el trance.

Todo con el trasfondo de un frío, gris y oscuro Berlín, impregnado de una triste atmósfera que todo lo envuelve, donde se sienten cual marcianos, fuera de lugar, pero topándose irremediablemente con la cruda realidad, sin que sepamos muy bien qué carajo les sucede a los protagonistas hasta que no va sucediendo naturalmente ante los ojos del espectador, conforme avanza el metraje.

Ahora unas citas de sabiduría ajena con las que no sé si sabremos guardar las distancias, pero seguro nos hacen llegar lejos, comenzando por una que según la directora podría ser el leitmotiv del film:

 - "La vida es aquello que te va sucediendo mientras tú te empeñas en hacer otros planes".  (John Lennon).

 - "Antes las distancias eran mayores porque el espacio se mide por el tiempo".  (Jorge Luis Borges).

 - "Todo parece más encantador cuando lo vemos a distancia, y las cosas toman un relieve singular cuando se observan en la cámara oscura del recuerdo".  (Théophile Gautier).

 - "Amistad nunca mudable
por el tiempo o la distancia,
no sujeta a la inconstancia
del capricho o del azar,
sino afecto siempre lleno
de tiernísimo cariño,
tan puro como el de un niño,
tan inmenso como el mar".  (José Zorrilla).

Besos y abrazos,

Don.
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viernes, 7 de septiembre de 2018

Matutino que reverdece con una sola gota de agua

¡Buenos días!

Tras muchos días de tórrida aridez veraniega, con algún amago de tormenta seca, cada vez hay más nubes que nublan el sol, y los pronósticos apuntan a que mañana lloverá, con sus rayos y truenos... incluso, a lo mejor esta misma tarde. De momento, para hoy por los madriles, 29ºC de máxima prevista. Y no hace falta casi que caiga gota alguna, que estos matutinos siempre me reverdecen a las primeras de cambio, a poca atención y cariño que les dedique, para quedar de lo más lozanos, con independencia de la edad que tengan. Bienestar que me devuelven con creces, sin ellos ni siquiera esforzarse, solo con su mera presencia.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo una encantadora película, brillante en su humana sencillez, o viceversa, que desde ya os recomiendo. Se trató de "La novia del desierto", de Cecilia Atán y Valeria Pivato, y con Paulina García y Claudio Rissi, sobresalientes los dos en su economía y sutileza gestual. Es el debut en el largo de este par de directoras y guionistas argentinas.

Una mujer de 54 años lleva más de treinta trabajando como criada interna de una familia en Buenos Aires. La familia vende la casa y ya no cuenta con ella, aunque le encuentran acomodo en la casa de unos familiares en una lejana ciudad a unos mil kilómetros de distancia. Su mundo se derrumba, y totalmente abatida, inicia viaje en autobús a su nuevo destino, que sufre una avería en las cercanías de un santuario pagano en medio del desierto, entre la Pampa y la Cordillera de los Andes, donde unos cuantos feriantes se ganan la vida vendiendo a los turistas. Desorientada, mientras espera la llegada de un nuevo autobús para continuar viaje y llegar a su destino, pierde la maleta con todas sus pertenencias, y uno de los vendedores ambulantes se ofrece a ayudarla en la búsqueda, recorriendo ambos con su furgoneta-caravana diversos paraderos donde podría estar el objeto perdido.

Estupenda película (nota: 8), plena de sutileza, sencillez y serena humanidad. Encuentro de dos soledades, una mujer taciturna y cerrada en sí misma y un hombre parlanchín y bonachón, casi por milagro, en medio de ninguna parte, por entre la desértica desolación que les arropa, que reverdecen con apenas una gota de agua que se dan el uno al otro casi sin proponérselo, al menos ella. Simple historia, pausada, de silencios, narrada maravillosamente, que por maneras, paisaje y paisanaje podría perfectamente ser una historia mínima más a añadir a las del también maravilloso film "Historias mínimas" (2002) de Carlos Sorin. No os las perdáis.

Y como no podía ser menos, en la sección de sabiduría ajena, hoy tan solo los primeros y últimos versos del poema de Antonio Machado "A un olmo seco", pues me viene como anillo al dedo, no para casarme con él, pero al menos para solazarme con su belleza:

 - "Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
[...]
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera."  (Antonio Machado).

Besos y abrazos,

Don.
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jueves, 6 de septiembre de 2018

Criatura matutina

¡Buenos días!

Otra creación matutina más que saco a la luz a base de los retazos de mis entendederas, espero que no demasiado desaliñados, tratando de que mis desvaríos no se me desmanden en exceso, procurando su bienestar de la mejor manera posible, para que vuelen a su libre albedrío con la mayor de las felicidades, desde el mismo momento en que los libere en el mundo. El verano nos ha gestado y parido un día de lo más benévolo, lejos de cualquier engendro tórrido, con suave sol velado de nubes de gasa más o menos sucia, y máxima prevista de 26ºC, de lo más agradable, dado de donde venimos.

Hace unas semanas veía una estupenda película, "Mary Shelley" (2017), dirigida por Haifaa Al Mansour, que nos narraba parte de la vida de la autora de un clásico de la literatura, de estilo gótico-romántico, quizá la primera novela de ciencia ficción, "Frankenstein" ("Frankenstein; or, The Modern Prometheus", 1818). Como consecuencia de ello me prometí leer ese libro, y acabo de terminarlo. Y antes que nada, os recomiendo encarecidamente su lectura, cuya historia apenas nada tiene que ver con la del clásico del cine, que vi en televisión en mi temprana adolescencia, "El doctor Frankenstein" ("Frankenstein", 1931) de James Whale. Y nada con el imaginario colectivo sobre el monstruo.

Espléndida novela (nota: 8), que leí con fruición, y casi de un tirón de principio a fin. Engancha y deja estupendas reflexiones mientras se lee, y eso a pesar de una levísima pátina de inocencia, no en vano su autora la escribió cuando tenía menos de 20 años, y se consumía por y para el romanticismo, el literario, y el anímico, supongo. Me pareció estructurada cual si de unas muñecas rusas se tratara, anidadas unas en otras las diferentes historias. La autora nos cuenta una historia de un navegante explorador, que se encuentra con un náufrago en el Polo Norte (el doctor Frankenstein), que le cuenta su historia, dentro de la cual su monstruosa criatura le cuenta sus andanzas y sentimientos a su creador.

Una historia que nos habla de obsesión creativa, parece que inspirada en "El sueño de la razón produce monstruos", el aguafuerte de Goya publicado en 1799, de la insolencia de insuflar vida artificialmente, castigando al creador no los dioses sino su propia creación. También es una historia de venganza, redención y castigo, más bien autocastigo moral. De la soledad de muchas criaturas, de que la falta de amor y compañía envilece a cualquier ser, del miedo al rechazo social, y al amoroso, como a veces se sintió la autora en su relación afectiva con Percy B. Shelley. También de los indisolubles vínculos entre criatura y su creador, cual cordón umbilical. Al hilo de esto, también puede verse como el miedo de cualquier madre a engendrar fetos deformes, de hecho la propia Mary Shelley tuvo un parto prematuro. No os la perdáis. Una novela pionera, muy influyente posteriormente, en la literatura, y en el más tardío cine desde casi sus inicios.

Ahora la sección de sabiduría ajena, compuesta a base de trozos, nada descompuestos, del pensamiento de otros, en la que bien podían entrar las citas del matutino en el que glosé la película "Mary Shelley", y comenzando por una cita que aparece introduciendo la estupenda edición del libro leído y glosado hoy (Ed. Alma, Clásicos Ilustrados, 2018), un extracto del poema épico de John Milton, "El paraíso perdido" ("Paradise Lost", 1667):

 - "[...] ¿Te pedí, Hacedor mío, que del barro
me hicieras hombre? ¿Te exigí acaso
que me sacaras de la oscuridad? [...]".  (John Milton).

 - "Los hombres son criaturas muy raras: la mitad censura lo que practica; la otra mitad practica lo que censura; el resto siempre dice y hace lo que debe".  (Benjamin Franklin).

 - "No puede encontrarse bajo el firmamento ni un solo ser, animal o criatura, que no tenga su contrario. Es una ley de la naturaleza".  (Jean de la Fontaine).

 - "Toda criatura torna a su natura".  (Refrán).

 - "El hombre que no sufre es una máquina mal compuesta, una criatura defectuosa, un mutilado moral, un aborto de la naturaleza".  (Charles Telier).

 - "Aquí reposan los restos de una criatura que fue bella sin vanidad, fuerte sin insolencia, valiente sin ferocidad y tuvo todas las virtudes del hombre sin ninguno de sus defectos. (Epitafio para un perro)".  (Lord Byron).

Besos y abrazos,

Don.
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martes, 4 de septiembre de 2018

Matutino desastrado y desastroso

¡Buenos días!

Sin mucha suerte en mis intentos de alcanzar la luna, no desespero, mi fantasía no ceja en el empeño y se refugia a consolarse en estos matutinos donde le da algo de rienda suelta. Buena suerte la mía, la de cada mañana donde con mimo y esmero ellos velan por mí, para que desparrame a mi aire. El astro rey, sigue tan feliz en su más desatada estación, dando calor, un poco menos cada día que pasa, aliviándonos algo los sofocos, hoy con 31ºC de máxima prevista por los madriles.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "En las estrellas" de Zoe Berriartúa, y con Luis Callejo, Jorge Andreu, y Macarena Gómez. Es el segundo largo de este director, y también guionista y actor, y primero suyo que veo.

Un director de cine venido a menos, alcohólico, de zarrapastroso aspecto, en paro y absolutamente deprimido debido a la muerte de su esposa, no cesa de contarle a su hijo de nueve años historias fantásticas que no son sino películas o partes de ellas que sueña con dirigir en un futuro pero que no tiene muy claro si alguien querrá producirlas y exhibirlas. Es todo un soñador, y el chaval trata de ponerle, sin mucho éxito, con los pies en el suelo.

Película que mi me desagradó ni me gustó (nota: 5) este insólito artefacto o cachivache cinematográfico y cinéfilo que es todo un homenaje a la protohistoria del cine, del primigenio, como por ejemplo el de Georges Méliès, plena de guiños cinéfilos, reivindicando además con añoranza los artesanales efectos especiales de antaño, barridos hoy por la tecnología digital. Me gustaron sus maneras, pero la historia no me dijo gran cosa, embutida en un mundo casi onírico en absoluta ruina, donde los personajes no consiguen llevar a real término sus casi disparatadas fantasías. Parece ser que está levemente inspirada en la propia infancia del director.

Ahora unas citas de sabiduría ajena que, cual estrellas fugaces no pasen tan solo por nosotros, sino que queden en nuestra órbita de pensamiento el mayor tiempo posible:

 - "Quien se empeña en pegarle una pedrada a la Luna no lo conseguirá, pero terminará sabiendo manejar la honda".  (Proverbio árabe).

 - "Sólo hay un modo seguro de dar una vez en el clavo, y es dar ciento en la herradura. Algunos tienen la buena estrella de dar en el clavo la primera vez. Hay que perseverar en el intento".  (Noel Clarasó).

 - "Dos personas miran al exterior a través de los mismos barrotes: la una ve el fango y la otra las estrellas".  (Frederic Langbridge).

Besos y abrazos,

Don.
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lunes, 3 de septiembre de 2018

Golpe de timón o timo matutino

¡Buenos días!

Otra singladura matutina más en la que me embarco sin rumbo fijo a priori, cruzando los dedos para que me salga bien, al albur de los vientos de mi mente, así que no parece que haya timón que los gobierne, ni creo que cantos de sirena los embauquen para hacerles perder la derrota, que nada codician más allá de la propia travesía. Y yo anhelo... no que hiele, sino que al menos bajen algo estos calores de calma chicha, y parece que hoy lo hará, bajando unos cuantos grados la temperatura de pasados días de sofoco veraniego que remedar querían paraísos tropicales fuera de lugar por estos lares.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Yucatán", de Daniel Monzón, y con Luis Tosar, Rodrigo de la Serna, Joan Pera, y Stephanie Cayo. Sexto largo de este director, de quien había visto sus cinco anteriores, todas muy buenas al menos: "El niño" (2014),  "Celda 211" (2009), "La caja Kovak" (2006), "El robo más grande jamás contado" (2002), y "El corazón del guerrero" (1999).

Varios estafadores, antaño compinches de faena, ahora picados entre ellos, coinciden en un crucero de lujo, entre Barcelona y Cancún, en el Yucatán (México), con escalas en diversos puertos del Atlántico, con el fin de llevarse el gato al agua, compitiendo por conseguir estafar a uno de los turistas, humilde panadero viudo, ganador reciente de un inmenso premio en el sorteo de Euromillones, y que viaja acompañado por toda su familia.

Una buena película en general (nota: 6), con sus más y sus menos, una boat movie en palabras de su director, una comedia de estafadores, bastante coral, en la que se mezclan, además de diversas historias entrecruzadas, muchos géneros cinematográficos y unas cuantas referencias cinéfilas, que encierra una leve fábula sobre la codicia humana, sin moralinas, y con algún pequeño exceso melodramático para mi gusto, quien además cree que es la más flojita de su filmografía.

Bueno, pues casi al final de nuestro crucero matutino, que espero hayáis disfrutado, ahí os dejo unas citas de sabiduría ajena que quizá nos sirvan para aprender a que no nos den gato por liebre:

 - "Nunca hizo rico al hombre el dinero, porque solamente le sirve para aumentar su codicia".  (Séneca).

 - "El no ser codicioso es ser rico, y el no tener la manía de comprar es una renta".  (Cicerón).

 - "Por nuestra codicia lo mucho es poco; por nuestra necesidad lo poco es mucho".  (Francisco de Quevedo).

 - "Es desconsolador pensar cuánta gente se asombra de la honradez y cuán pocos se escandalizan por el engaño".  (Noël Coward).

Besos y abrazos,

Don.
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