La
primavera nos agita, nos estremece, nos zarandea, pero tras tantos años
padeciendo y disfrutando sus borbotones ya no nos pilla por sorpresa y sabemos
muy bien a que atenernos, pero los que están en la primavera de su propia vida
no tienen tan claro que les sucede con sus efervescencias que parecen ir sin
timón. Hoy el día se nos ha levantado, sin embargo, sereno, soleado y fresco de
boreal brisa, con 14ºC de máxima prevista, pero que se caldearán en días
sucesivos hasta lo que estimamos como más normal en esta estación, sin llegar,
ni de lejos, al punto de ebullición veraniega.
Este
fin de semana estuve en el cine viendo una película que me fascinó y por tanto
os recomiendo. No os la perdáis. Se trató de "Thelma", de
Joachim Trier, y con Eili Harboe, Kaya Wilkins, Henrik Rafaelsen, y Ellen
Dorrit Petersen. Es el cuarto largo de este director noruego, de quien había
visto sus dos más recientes anteriores, "El amor es más fuerte que las bombas" ("Louder
than bombs", 2015), y "Oslo, 31 de agosto" ("Oslo, 31 august",
2011). Me falta por ver la de su debut.
Thelma
es una joven que vive en un remoto pueblo con sus sobreprotectores padres, de
quienes ha recibido una estricta educación religiosa. Se traslada a Oslo para
iniciar sus estudios universitarios de biología. Allí, sola, se siente una
chica especial, diferente al resto, sin saber el porqué. Estando en la
biblioteca sufre una violenta convulsión y, asustada, acude al médico para
saber que le ocurre. Le hacen pruebas y al salir se le acerca una compañera
estudiante y le dice que era quien estaba a su lado cuando su ataque
neurológico. Entablan una amistad que irá yendo a más.
Sobresaliente
película (nota: 9), fantástica tanto por la fábula como por
excelente, magnética, por su factura técnica de bellísimas hechuras, y muy bien
narrada, me enredó en sus sinuosas revueltas. Con el envoltorio de elegantísimo
thriller sobrenatural, de gélida serenidad, por debajo subyace, cual impetuoso
torrente, la historia de una joven descubriéndose a sí misma, sus turbulentas
emociones, su desasosiego existencial, creciendo confusa, conforme va
experimentando la vida nueva que se abre ante ella. Por tanto, especie de
parábola, no sé si con moraleja o no, sobre el poder de nuestra mente, de
nosotros mismos, para guiar cual avezados timoneles nuestro propio destino, ya
sin el lastre de amarras parentales, ni de traumas infantiles ni sentimientos
de culpa, exacerbados por una religiosidad mal entendida, y aceptándonos tal
cual somos, sin reprimirlo en aras de quien sabe qué. Insisto, no dejéis de
verla.
Ahora
unas citas de sabiduría ajena que espero agiten nuestras mentes para llevarnos
a buen puerto, siempre distinto del de partida:
- "El hombre ha nacido para vivir entre
las convulsiones de la inquietud o en el letargo del aburrimiento". (Voltaire).
- "Se puede tomar como compañera a la
fantasía, pero se debe tener como guía a la razón". (Samuel Johnson).
- "No tratéis de guiar al que pretende
elegir por sí su propio camino". (William
Shakespeare).
Besos y abrazos,
Don.
_____
No hay comentarios:
Publicar un comentario