jueves, 30 de julio de 2009

Chubascos matutinos

¡Buenos días!

Pues ni meteorológicos, ni anímicos; que la ribera está de soleadísimo, fresco (unos 25ºC este mediodía) y deliciosamente suave verano; y mi ánimo libre de toda nebulosidad, de todo contratiempo, perfectamente ayudado por el clima exterior.

Ayer por la tarde estuve viendo otro de los films en versión original del ciclo de verano. Se trató de "Háblame de la lluvia" ("Parlez-moi de la pluie"), de Agnès Jaoui, y con ella misma, Jean Pierre Bacri y Jamel Debbouze. Los dos primeros, además, también guionistas, amén de pareja sentimental en la vida real. De esta pareja había visto dos films anteriores: "Para todos los gustos" ("Le goût des otres", 2000), comedia de costumbres francesa, y una sátira social no muy descarnada, muy ingeniosa y con momentos en los que me reí a conciencia; y "Como una imagen", del año 2004, y cuyo matutino podéis ver más abajo.

En "Háblame de la lluvia" se nos retrata como una escritora, feminista y nueva promesa de la política tiene ir a su ciudad natal, a ver a su hermana para resolver cuestiones tras el fallecimiento de su madre. Allí, un periodista venido a menos, bastante patético, y el hijo de la criada de la familia, aspirante a director de cine, deciden proponerle rodar un documental sobre ella como modelo de mujer de éxito, y ella acepta. A través del bastante desastroso rodaje del documental, vemos la interrelación de estos personajes, y los de alrededor, que arrastran cada uno sus propias penurias emocionales, sus propios chubascos del alma. Una muy buena película, una comedia con bastantes toques de cinismo, sobre las difíciles relaciones de pareja y familiares, con la que me reí bastante.

Ahora, para mejor afrontar los contratiempos vitales, nada como un poquito de sabiduría ajena:

- "Las gotas de lluvia besan la tierra murmurándole: «Somos tus pequeños que te añoramos, madre, y volvemos a ti desde el cielo.»". (Rabindranath Tagore).

- "Si por la noche lloras por no ver el sol, las lágrimas te impedirán ver las estrellas". (Rabindranath Tagore).

- "Si un partido político se atribuye el mérito de la lluvia, no debe extrañarse de que sus adversarios lo hagan culpable de la sequía". (Dwight W. Morrow).

- "No perdáis el tiempo ni en llorar el pasado ni en llorar el porvenir. Vivid vuestras horas, vuestros minutos. Las alegrías son como las flores que la lluvia mancha y el viento deshoja". (Remy de Gourmont).

- "El pesimista se queja del viento; el optimista espera que cambie; el realista ajusta las velas". (William George Ward).

- "Los amigos se consideran sinceros; los enemigos lo son; por ello se deben de aprovechar sus censuras para conocernos a nosotros mismos, como se utiliza una amarga medicina". (Arthur Schopenhauer).

Besos y abrazos,

Don.

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Una imagen matutina
(Martes, 9 de noviembre de 2004)

¡Buenos días!

Otro arrebatador día de hermosura otoñal, preciosa imagen que veo a través de mi ventanal, con esa pasmosa belleza del puntillista y colorido cuadro, básicamente verdes, amarillos y ocres, sobre fondo gris plomizo, que aguijonea con dulzura mis pupilas. Pero, ¿es real esta imagen, o solo un reflejo neuronal? ... Porque, bien mirado (quiero decir, mal mirado), el otoño es casposo, es decir, las hojas en las copas parecen canas y las que alfombran la ribera parecen ocre caspa ... ¿será que, a pesar de las apariencias, la otoñal ribera deja traslucir su hermosa alma y eso es lo que veo o creo ver? ... ¿podemos realmente modificar a través de nuestras neuronas la parte fea (o la hermosa) de la realidad según nuestro estado de ánimo o viceversa? ... ¿estamos guiados tan solo por la apariencia? ... ¡que cada uno se dé sus propias respuestas! ...

Respuestas apenas dio, pero en cierto modo similares cuestiones sí que se planteaba la buena, buenísima, estupenda película que vi ayer tarde en el cine. Se trató de "Como una imagen" ("Comme une image"), de Agnès Jaoui, y con Marilou Berry, Agnès Jaoui y Jean Pierre Bacri (éste, también co-guionista, junto con la actriz-directora). Y esa secuencia progresivamente creciente de halagos a esta película es debido a las sensaciones que tuve. Al principio se aparentó aburrida y anodina, pues nos retrata una serie de intrascendentes sucesos de la cotidianidad de personajes de la clase media y de sus relaciones, pero poco a poco se fue aquilatando, ganando en densidad, en sutil densidad ... ¡qué paradoja, aparente paradoja! ... y terminó cautivándome.

Nos cuenta la historia de varios personajes, centrados en torno a un escritor y su hija mayor, aparentemente felices (la hija no tanto, debido al despreocupado padre), pero en ligera crisis vital, descontentos con lo que les ha tocado vivir, adorando las imágenes que ven enfrente, que siempre parecen mejores que las suyas propias. Una visión de las pequeñas miserias humanas, desde la óptica de una mujer muy inteligente (y bella), como lo es Agnès, toda una socio-psicóloga (sin olvidarme de su masculino co-guionista, éste bastante feote).

En definitiva, una esperanzada crítica a esta sociedad que nos ha tocado vivir, en la que priman las apariencias. En cierto modo, es la imagen positiva de la misma realidad (la hipocresía de la burguesía) que retrata, desde su lado más tremebundo y negro, el breve relato que leí este fin de semana: "Sonata a Kreutzer", de León Tolstoi. Película y relato son como la materia y la antimateria del mismo universo, el enfoque femenino actual y el masculino decimonónico, la esperanza de que algunas cosas pueden cambiar a mejor y el negro escepticismo, ...

Bueno, pues para ayudarnos a matizar y comprender algo mejor esta procelosa vida, que a veces parece un sueño y otras una pesadilla, nada como un poquito más de sabiduría ajena:

- "El tacto consiste en saber cuan lejos podemos pasarnos de la raya". (Jean Cocteau).

- "El placer más grande de la vida es hacer en secreto una buena acción y que se descubra como por casualidad". (Charles Lamb).

- "El entusiasmo es el pan diario de la juventud. El escepticismo, el vino diario de la vejez". (Pearl S. Buck).

- "Todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro". (Santiago Ramón y Cajal).

Besos y abrazos,

Don.
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