martes, 17 de julio de 2018

Creando razonables monstruos matutinos

¡Buenos días!

Otra mañana más en la que por aquí me dejo caer, sin romántica languidez, para fomentar la irracional creación de fantasías que liberen mi mente de los monstruos que pudieran atenazar mis despiertas entendederas, cual homeopática medicina para tratar de evitar eso que Francisco de Goya nos mostraba en una de sus obras más emblemáticas, el aguafuerte "El sueño de la razón produce monstruos" (1799). Por lo demás, no creo que, de momento, y basado en las razonables previsiones meteorológicas, el verano vaya a sacar a la luz esa bestia que lleva dentro y que nos derrite con tórridos sofocos. Hoy, llevadero día de calor veraniego, con impoluto sol, máxima prevista de 34ºC, y noche nada tropical que permite dormir, y soñar, razonablemente.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Mary Shelley", de Haifaa Al Mansour, y con Elle Fanning, Douglas Booth, y Bel Powley. Es el segundo largo de esta directora saudí, de quien ya vi su muy buen debut con "La bicicleta verde" ("Wadjda", 2012).

Nos narra la vida de Mary Shelley (1797-1851), autora de la famosísima novela gótica "Frankenstein o el moderno Prometeo" ("Frankenstein: or, The Modern Prometheus", 1818), y su tormentosa, tortuosa y apasionada relación amorosa cuajada de altibajos con el poeta romántico Percy B. Shelley, de quien se enamoró perdidamente cuando le conoció con 16 años. Ante la oposición de su familia a la relación con ese vividor (estaba casado y con una hija), ambos decidieron fugarse acompañados por la hermanastra de ella. Tras varias vicisitudes, acaban como invitados en una mansión que Lord Byron tenía en Ginebra, donde holgaban en largas jornadas de vida disoluta, y creativa, y lugar donde ella concibió su más afamada novela, cual exorcismo de un gran dolor que la atenazaba a causa de la muerte de su primer hijo y de los desencantos de su amor.

Una estupenda película (nota: 8) que os recomiendo, que comenzó correcta y sin alharacas, fluyendo con naturalidad, siguió así casi todo su metraje, pero ya cerca de su final se me vino arriba, y me cautivó con arrobo, y casi que podría decirse que al estilo romántico del siglo XIX, entre otras cosas por lo que destila con elegancia. Es un drama romántico, sobre una inquieta e inconformista adolescente, a la que la vida y el amor le harán sufrir, y lo que necesariamente aprenderá de ello, en el entorno de una sociedad que ninguneaba todo lo femenino. Con gran esfuerzo y empeño se hizo valer y logró que le reconocieran la autoría de una de las obras cumbres del romanticismo gótico y pionera de la ciencia ficción moderna, podría decirse que metafóricamente autobiográfica, pues los padecimientos del monstruo son los de su autora.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, de ambos tórtolos, una de él, más halcón y con poético y embaucador pico de oro, y dos de ella, que mucho dicen en sus dudas:

 - "La luz del sol ciñe a la tierra
y la luna besa los mares:
¿para qué esta dulce tarea
si luego tú ya no me besas?".  (Percy B. Shelley).

 - "¿Por qué no he de continuar por estas olas indómitas y a la vez sumisas? ¿Qué podría detener un corazón decidido y la voluntad firme de un hombre?".  (Mary Shelley).

 - "¿Cómo es posible contemplar a un ser tan noble destruido por el dolor sin experimentar una profunda pena?".  (Mary Shelley).

Besos y abrazos,

Don.
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