¡Buenos días!
Así se han forjado, en
función de los avatares de mi propia existencia, con sus más y sus menos, que
todo aporta para nuestra fragua, así como también todas las películas, y
eventuales obras de teatro o actuaciones musicales, que he ido viendo a lo
largo de su vida (y la mía). Durante el proceso creo que hemos madurado para
bien y nos hemos ido puliendo entre nosotros, aprovechando para nuestro mutuo beneficio
tanto escorias como menas. Y así es este otoño, como tiene que ser, lluvioso
con persistencia tesonera, que llevamos ya bastantes días de paraguas abiertos,
cuando no en ristre, a la espera del oportunamente inoportuno chaparrón.
Ayer por la tarde estuve en
el cine viendo "Mi vida ahora" ("How I live
now"), de Kevin Macdonald, y con Saoirse Ronan, George MacKay, Harley
Bird, Tom Holland, y Anna Chancellor. Es la adaptación de la novela homónima de
Meg Rosoff. De este director británico había visto hasta ahora tres de sus
largos, dos de ficción y un documental: "La legión del águila"
("The eagle", 2011),
"La sombra del poder" ("State of play", 2009),
y el sobresaliente y recomendabilísimo documental "Touching the void"
(2003).
Una adolescente
estadounidense es enviada, a regañadientes, a pasar un verano en la casa de
campo del Reino Unido donde viven su tía y primos maternos. Huérfana de madre
desde su nacimiento, y con carencia afectiva de padre, es una joven
maniático-compulsiva, con inclinaciones anoréxicas, ensimismada y cabreada con
el mundo y consigo misma. Se enamorará apasionadamente de su primo coetáneo (y
viceversa). Pero comienzan a llegar noticias de indefinidos conflictos armados
en Europa que en seguida se extienden al Reino Unido. Estalla una bomba
nuclear. Se ha desatado una guerra de difuso enemigo y el país entra en un
violento caos, quedando nuestra protagonista separada de casi todos sus primos.
Junto a su prima pequeña deberá luchar por sobrevivir en tan hostil entorno y
superar tesoneramente toda clase de obstáculos con tal de reunirse con su amor.
Una muy buena película, de
curiosa y extraña mezcla de géneros y estilos, que al principio no me decía
gran cosa, casi me pareció sosa, pero que hacia la mitad giró bruscamente y me
enganchó. Historia de amor adolescente en medio del apocalipsis, que también va
sobre la lealtad y el asumir la pérdida de los seres queridos, todo a través de
una brusca y contundente transición a la madurez, que barre de un plumazo la
inocencia infantil y relativiza hasta lo infinitésimo triviales problemas y
neuras anteriores, y demás tontunas adolescentes. Nuestra protagonista madurará
mediante el hacerse cargo de otro, utilizando su natural tenacidad y
determinación, que antes la llevaba por aberrantes derroteros, para enfrentarse
a los horrores de la guerra, cuidar de los demás y de sí misma, y sobrevivir.
Ahora algo de sabiduría
ajena para ayudarnos a encaminar nuestras vidas donde quiera que deban ir:
- "No esperemos a ser buenos y cordiales.
Apresurémonos ya desde ahora a alegrar el corazón de nuestros compañeros
durante la corta travesía de la vida".
(Amiel).
- "Si llego a mi destino ahora mismo, lo
aceptaré con alegría, y si no llego hasta que transcurran diez millones de
años, esperaré alegremente también".
(Walt Whitman).
- "Lo que importa no es pensar en el
pasado ni en el futuro. Lo importante es cargar con el ahora". (John Lennon).
- "Algunos están dispuestos a cualquier
cosa, menos a vivir aquí y ahora".
(John Lennon).
- "Si tú llamas experiencias a tus
dificultades y recuerdas que cada experiencia te ayuda a madurar, vas a crecer
vigoroso y feliz, no importa cuán adversas parezcan las
circunstancias". (Henry Miller).
- "Amar es una oportunidad, un motivo
sublime que se ofrece a cada individuo para madurar y llegar a ser algo en sí
mismo, para volverse mundo".
(Rainer María Rilke).
Besos y abrazos,
Don.
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