viernes, 20 de febrero de 2009

Matutino kafkiano

¡Buenos días!

Habrá gente que piense que esto no tiene sentido, pero para mí sí, que las delicias de esta ribera y de mis idolatradas hadas y ninfas es lo que da buena parte del significado a mi existencia, es mi microcosmos particular, que no necesariamente converge con los de los demás, si acaso accidentalmente. Por lo demás, el clima parece de lo más ajustado a la lógica del calendario: soleadísimo día de febrero, muy frío y desapacible, por ese sempiterno vientecillo insidioso, casi permanente inquilino de estas tierras.

Ayer por la tarde estuve viendo otra de las películas del ciclo del director Michael Haneke que este mes se programan, siempre en versión original subtitulada, en el Aula de Cine de la Universidad de Burgos. Esta vez se trató de "El castillo" ("Das schloss"), basada en la homónima novela inacabada de Franz Kafka, y con Ulrich Mühe. De este influyente autor (de hecho ha generado un adjetivo, como el del título de este matutino, en numerosas lenguas, como sinónimo de absurdamente complicado) nunca había leído nada ni visto film basado en su obra ... ¡todo un descubrimiento para mí este Kafka! ... Por otra parte, el actor principal de este film lo es también de "La vida de los otros", un portento de film, que tiene ciertos toques orwellianos, algo emparentados con los kafkianos, y que os recomiendo encarecidamente (ved su matutino pinchando aquí).

"El castillo" se aleja algo de las películas típicas de Haneke, en las que lo absurdo de la violencia y el sin sentido vital que corroe a sus protagonistas domina sus films, pero por esto mismo no se aleja demasiado, que Kafka también retrata los absurdos de la vida humana. El personaje, K, que parece un alter ego del propio Kafka, es contratado como agrimensor por los gerifaltes del castillo, pero en realidad no necesitan un agrimensor ... así comienza este absurdo en el que se va hundiendo nuestro K mientras trata infructuosamente de hablar con ellos para que le expliquen. Va frustrándose conforme va enredándose en intrincadas averiguaciones y en las absurdas complicaciones del sistema burocrático.

Toda una alegoría, a través de la reducción al absurdo, de la burocracia, las relaciones sociales y las amorosas, de la incomunicación del hombre y de su incapacidad para luchar contra la alienación en un mundo absurdo. K no entiende el microcosmos de absurdas normas en el que se encuentra atrapado ... aunque a sus integrantes también les parece completamente absurdo el comportamiento de K. Una historia sobre la irracionalidad de la vida, en la que el castillo representa una superestructura ilógica que podría representar al Estado o a Dios. Por tanto es una historia antiburocrática, antirreligiosa, y existencialista, que retrata el absurdo, lo ilógico de esos tres mundos: el Estado, la religión y la vida misma ... y probablemente unos cuantos microcosmos más que se nos pudieran ocurrir.

Pues para tratar de dar algo de absurdo sentido a nuestras vidas no nos vendría mal algo de sabiduría ajena:

- "En tu lucha contra el resto del mundo, te aconsejo que te pongas del lado del resto del mundo". (Franz Kafka).

- "Dormir, despertar; dormir, despertar ... ¡Una vida miserable!". (Franz Kafka).

- "Querer imponer la razón al universo es locura, porque la existencia es esencialmente irracional". (George Santayana).

- "Es más seguro interesar a los hombres por medio de lo absurdo que por medio de ideas justas". (Napoleón).

- "Quienes piden lógica a la vida se olvidan de que es un sueño. Los sueños no tienen lógica". (Amado Nervo).

- "La lógica es buena en los razonamientos, pero en la vida no sirve para nada". (Remy de Gourmont).

- "El hombre razonable se adapta al mundo, el irrazonable intenta adaptar el mundo a sí mismo. Así pues, el progreso depende del hombre irrazonable". (George Bernard Shaw).

Besos y abrazos,

Don.
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