viernes, 23 de enero de 2009

Delicioso matutino

¡Buenos días!

Si antes de ayer teníamos un muy gélido y desapacible día de invierno, hoy (y ayer) tenemos un delicioso día de otoño en pleno invierno, muy gris, de mucho, mucho viento, con casi continuas lloviznas, y cuyas temperaturas han subido casi 10 grados, hasta los 12ºC este mediodía ... que después de los fríos pasados parecen casi tropicales y siento bastante calor con los ropajes invernales. La ribera y sus hadas y ninfas siguen tan deliciosas como siempre y no ceso de relamerme de gusto casi a cada instante con los deleites que me procuran.

Ayer por la tarde volví a ver otro de los films, siempre en versión original subtitulada, que se proyectan en el Aula de Cine de la Universidad de Burgos. Esta vez, todavía en el ciclo de cine africano, se trató de la producción franco-argelina "Délice Paloma", de Nadir Moknèche, y con Biyouna, Nadia Kaci, Aylin Prandi (embriagadora hermosura la suya, y es quien interpreta a la deliciosa Paloma) y Daniel Lundh. Película con sus más y sus menos, con interesantes detalles, y que me desconcertó especialmente conforme llegaba a su final, empeorando a partir de cierto momento.

Nos cuenta la historia de una especie de mafiosa que se regenta una agencia dedicada a arreglar todo tipo de problemas (provoca divorcios, hace que ciertos negocios decaigan para favorecer otros, etc.), siempre con chanchullos, a base de torear a la ley con sobornos; y además es una agencia de señoritas de compañía. Lo hace con la ayuda de su hijo, de una especie de meretriz prohijada, de un abogado, y de su hermana. Para lograr sus propósitos se dedica a reclutar toda clase de chicas bonitas. Todo lo que va ahorrando va destinado a tratar de cumplir su mayor deseo: comprar un vetusto balneario en el que pasó su infancia, reformarlo, y regentarlo y ponerlo en marcha para retirarse del mundanal ruido. Todo va bien hasta que contrata a una inocente preciosidad, a la que rebautiza con el nombre de Paloma, de la que se enamora su hijo, y poco a poco, casi de manera imperceptible, todo va fatalmente complicándose.

Saboreemos ahora alguna que otra delicia de sabiduría ajena que seguro nos dejarán un buen poso:

- "El hombre embrollón, como los niños embusteros, necesita cambiar continuamente de público para ir difundiendo sus mentiras con algún éxito, y aún así, al poco tiempo tendrá el convencimiento de ver que nadie cree lo que dice". (Pío Baroja).

- "Para conseguir una posición en el mundo es preciso hacer todo lo posible para hacer creer que ya se tiene". (François de la Rochefoucauld).

- "El amor es una deliciosa flor; pero es preciso tener el valor de ir a cogerla al borde mismo de un horrible precipicio". (Stendhal).

Besos y abrazos,

Don.
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