lunes, 28 de mayo de 2018

Matutino que obedece (a) su libre albedrío

¡Buenos días!

Pues sí, estos matutinos no siempre me hacen todo el caso que debieran, pues muchas veces hacen de su capa un sayo, pero lógico es que una vez que salen de mí a volar por ahí ya no tenga demasiada jurisdicción sobre ellos. Y la voluble primavera sigue a lo suyo, revoltosa como siempre, dejando caer de cuando en cuando arrebatadas tormentas con toda su parafernalia, y hoy, con 22ºC de máxima prevista, volverá a hacer lo propio... con su pan se lo coma, que sarna con gusto no pica. Ella a lo suyo, y yo a lo mío.

Este fin de semana estuve en el cine viendo una película que desde ya os recomiendo, muy, pero que muy encarecidamente, pues me fascinó. Se trató de "Disobedience", de Sebastián Lelio, basado en la novela homónima de Naomi Alderman, y con Rachel Weisz, Rachel McAdams, y Alessandro Nivola. Sexto largo de este director chileno, de quien había visto su cuarto, "Gloria" (2013). Curiosamente no he visto su quinto, el que ganó este mismo año el Óscar a la mejor de habla no inglesa, "Una mujer fantástica" (2017), y que supongo tendré que ver en algún momento.

Una mujer que vive y trabaja en Nueva York, regresa por unos días a la cerrada comunidad judía ortodoxa de Londres que la vio nacer, para asistir al funeral de su padre, recién fallecido, el más reputado y querido rabino de la comunidad. A pesar de la aparente cordialidad, el recibimiento es frío y receloso por parte de su familia y antiguos vecinos, y parece entreverse que algún hecho traumático ocurrió en el pasado, motivo por el que ella se fue al extranjero. Su primo, quien además será el sucesor del fallecido al frente de los asuntos espirituales de la comunidad, y que le dice que se casó, la invita a alojarse en su casa. Queda atónita al descubrir que la esposa es su más íntima amiga de la infancia y adolescencia.

Magistral película (nota: 10), que me maravilló por lo que cuenta, ¡y cómo!, por su tono, por sus modos de narrar y mirar, por todo. Me enganchó ya desde su mismo principio, con el sermón del viejo rabino, hasta casi el final, con el parafraseo de este en el sermón final del nuevo rabino, y la conjugación en un abrazo de los vértices del casi divino triángulo amoroso, cual santísima trinidad, que ocurre en este melodrama romántico sobre el libre albedrío que insufla Dios a sus criaturas, para desobedecer e intentar ser libres (si es que tal cosa se puede en realidad o es una ilusión), o para acatar ciertas opresivas reglas, impuestas por otros, y así no desentonar ni ser marcado, cuando no marginado. Por tanto, va de difíciles elecciones (entre deber y deseo, por ejemplo) y las renuncias que necesariamente conllevan, sea lo que sea lo decidido; todo encerrado en el claustrofóbico ambiente de una estricta comunidad religiosa, que marca como debe ser la vida de los demás. En definitiva, de la libertad de amar cada cual a quien le plazca y como le plazca.

Ahora acabo de decidir poneros estas citas de sabiduría ajena, a las que obedeceréis o no según sea vuestro parecer:

 - "El acto de desobediencia, como acto de libertad, es el comienzo de la razón".  (Eric Fromm).

 - "En cuanto alguien comprende que obedecer leyes injustas es contrario a su dignidad de hombre, ninguna tiranía puede dominarle".  (Mahatma Gandhi).

 - "La libertad de amar no es menos sagrada que la libertad de pensar. Lo que hoy se llama adulterio, antaño se llamó herejía".  (Victor Hugo).

 - "Del cielo es la inclinación;
el sí o el no todo es mío;
que el hado en el albedrío
no tiene jurisdicción".  (Juan Ruiz de Alarcón).

Besos y abrazos,

Don.
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