viernes, 6 de julio de 2018

Matutinas perrerías

¡Buenos días!

No, estos matutinos no me maltratan, ni yo a ellos, faltaría más, si acaso nos tratamos como los mejores amigos que somos entre nosotros, nos cuidamos mutuamente y nos lo agradecemos, si no con lametazos sí tácitamente al menos. Aunque vuelve a apretar a cada día que pasa (hoy 32ºC de máxima prevista, y subiendo) todavía no nos tortura el verano a base de sofocante torridez, y eso que le agradecemos... no sé si con algún hueso que otro para que se entretenga con ello y nos deje en paz.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Los perros", de Marcela Said, y con Antonia Zegers y Alfredo Castro. Es el segundo largo de ficción de esta directora chilena, tras algunos documentales, y primero suyo que veo.

Una mujer de 42 años, perteneciente a la alta burguesía chilena, casada y que está de tratamiento hormonal para intentar ser madre, es continuamente minusvalorada por parte de su padre, acaudalado empresario, y marido. Asiste a clases de equitación y de repente, al llegar la policía al picadero, se entera que su profesor, ex coronel del ejército, por quien siente admiración y de quien se está enamorando, está siendo procesado judicialmente por ser responsable de desapariciones y torturas durante la dictadura de Pinochet. Entra en crisis existencial.

Una película que no me llegó del todo, pausada y tirando a aburrida (nota: 5), que conturba, pero no por esto fue que no me convenció, sino por sus maneras de narrar. E incomoda además por el alelado tambaleo emocional de la protagonista, una pija malcriada y consentida, que se enamora de un monstruo, que con ella es encantador, y los presuntos buenos no lo son tanto, tienen lo suyo. Hasta que al final se cae del guindo.

Asimismo habla del silencio cómplice de una parte de la sociedad que no ve ni quiere ver (ni oír) lo que realmente sucedió, cuando no fue parte activa del horror y se oculta con mentiras, de las heridas sociales mal cerradas a causa de la dictadura, todo con un enfoque muy turbio. ¡Ah!, y también es todo un alegato feminista sobre no ser ellas ninguneadas ni reducidas a meros úteros gestantes. Y de rebelarse incluso ante el propio conformismo. Una cosa que sí que me gustó mucho fue la perruna metáfora final, aunque también había más repartidas por el resto del metraje, así como caballunas, pero evaporadas de mi mente por el sopor general.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, que tal vez nos consuelen si tuviéramos un día de perros:

 - "Todos los hombres son dioses para su perro. Por eso hay tanta gente que ama a sus perros más que a los hombres".  (Aldous Huxley).

 - "Amo a los perros porque nunca le hacen sentir a uno que los haya tratado mal".  (Otto von Bismark).

 - "No es tan dañoso oír lo superficial como dejar de oír lo necesario".  (Quintiliano).

 - "No hay peor sordo que el que no puede oír; pero hay otro peor, aquél que por una oreja le entra y por otra se le va".  (Baltasar Gracián).

 - "El amor no es capaz de ver los lados malos de un ser; el odio no es capaz de ver los lados buenos".  (Giovanni Papini).

Besos y abrazos,

Don.
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