viernes, 27 de julio de 2018

Desafiante silencio matutino

¡Buenos días!

Difícil que os rete a nada, dada mi proverbial verborrea a base de aporrear tecla tras tecla para ir desgranando el torrente de ideas que bullen entre mis neuronas y que se atropellan por salir tratando de no quedarse coartadas por el limitado espacio de cada matutino. Así que pues sí, no me puedo callar, y el único silencio que tal vez pueda permitirme esté en el espacio reflexivo entre uno y el siguiente. Y estos calores veraniegos, no demasiado tórridos este año, nos provocan, especialmente en las horas centrales del día, a sestear al amparo de la quietud de cualquier sombra que nos quiera cobijar. La máxima para hoy será de 35ºC por los madriles, con llevaderas noches sin sudor y que no revolucionan nuestro normal dormir.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La revolución silenciosa" ("Das schweigende klassenzimmer"), de Lars Kraume, y con Jonas Dassler, Judith Engel, Tom Gramenz, Michael Gwisdek, Max Hopp, y Lena Klenke, entre varios otros más, que es un film coral. Es el segundo largo que veo de los de este director alemán, tras su anterior, "El caso Fritz Bauer" ("Der staat gegen Fritz Bauer", 2015). En ambos narra sendos episodios de la reciente historia de su país, que quedó dividido en dos tras el fin de la II Guerra Mundial, y así como en el anterior estaba referido a la Alemania Federal, la occidental, en el hoy glosado está referido a la Alemania Democrática, la comunista.

Año 1956 en la Alemania del Este, pocos años antes de que se construyera el muro de Berlín. Un par de estudiantes de último curso de instituto descubren en un viaje furtivo a Berlín Occidental, en el que se cuelan en un cine, que en el noticiario previo a la película se habla de la revuelta de los húngaros contra la invasión del ejército soviético desde el final de la guerra. De vuelta a su ciudad hablan con el resto de compañeros de clase y acuerdan por mayoría que en solidaridad con los húngaros fallecidos en la lucha por su libertad guardarán un minuto de silencio al comenzar las clases de ese día. Esto supone todo un desafío a las autoritarias autoridades, comenzando por los adoctrinados profesores, que no están dispuestas a tolerar tal insumisión, llegando incluso a oídos del mismísimo Ministro de Educación, quien tomará cartas en el asunto.

Una estupenda película (nota: 8), este drama político, basado en hechos reales, de tensión in crescendo, bien narrado, con muy buenas maneras, y con el que pasé un muy buen rato, entretenido con las peripecias de este grupo de chavales, amén de darme que pensar con los varios temas que deja caer. A través del inocente acto simbólico de los idealistas jóvenes, y de la montaña que se hace de ese grano de arena por parte de los jerarcas (cosas del miedo, al que se responde con represión), se nos habla del desafío al autoritarismo, tanto en las esfera socio-política como en la personal, al de los padres, tanto los de la patria como los genéticos, cosa muy propia y sumamente natural cuando se está en la adolescencia y en la primera juventud. También destila que hay que estar al unísono y como una piña en determinadas situaciones, unas pocas y escogidas por su relevancia (el problema está en saber discernir cuales son estas), y en el resto de ellas, la mayoría del tiempo, debe primar la libertad individual de cada cual de hacer lo que más le plazca.

Pues, no sé si a la chita callando, hemos llegado a la sección de la sabiduría ajena, así que ahí os dejo revueltas unas pocas citas para que escojáis las que mejor os acomoden, o todas, a vuestro libre albedrío:

 - "Habla solo en dos circunstancias: cuando se trate de algo que conoces bien, o cuando la necesidad así lo exige. Solo en estos dos casos es preferible la palabra al silencio; en los demás, es preferible callar que hablar".  (Isócrates).

 - "Un rostro silencioso con frecuencia expresa más que las palabras".  (Ovidio).

 - "Los silencios no prestan testimonio contra sí mismos".  (Aldous Huxley).

 - "Memoria selectiva para recordar lo bueno, prudencia lógica para no arruinar el presente, y optimismo desafiante para encarar el futuro".  (Isabel Allende).

Besos y abrazos,

Don.
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