Tras
tantos años en este embriagador mundo matutino ya no creo que vaya a dejarme
embaucar por los oropeles de la fama, porque ni me llegará cuando sea un
pipiolo, que hace ya muchos años que dejé de serlo, o eso creo, ni de hecho me
ha llegado, que este recóndito sitio matutino tan solo es conocido por unos
pocos iniciados y no soy ni ídolo de masas ni de errantes peregrinos que por
aquí se dejan caer de cuando en cuando. El que sí parece que se nos está
viniendo arriba es este verano que desde hace unos pocos días nos ha empezado a
dar la brasa y sofocar a base de bien, y hoy sigue, con 35ºC de máxima
prevista, y lo peor, con casi tropicales noches toledanas.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo una película documental. Se trató de
"Whitney", de Kevin MacDonald. De la filmografía de
este director británico había visto hasta ahora cuatro de sus anteriores
largos, tres de ficción y un documental: "Mi vida ahora" ("How I live now", 2013),
"La legión del águila" ("The eagle", 2011),
"La sombra del poder" ("State of play", 2009),
y el sobresaliente y recomendabilísimo documental "Touching the void" (2003).
Whitney
Houston (1963-2012) ha sido hasta ahora la única artista (hombre o mujer
solista o grupo) en conseguir siete números 1 consecutivos en las listas
musicales de éxitos de Estados Unidos, vendiendo más de doscientos millones de
discos en todo el mundo, amén de protagonizar algunos taquillazos de cine. Toda
una diva del R'n'B, del soul y del pop, especialmente durante los años 80 y 90.
Pero su brillante carrera, salud y portentosa voz, comenzaron a tambalearse
debido a diversos escándalos y adicción a las drogas, hasta su temprana muerte
(quizá por accidente, quizá por suicidio) a los 48 años.
Una
muy buena película (nota: 7), muy bien hecha, pero con algún pero que otro.
Básicamente a través de entrevistas a familiares y amigos, inéditas imágenes de
archivo, películas caseras y demás, se hace un retrato de su vida, de su
fulgurante ascenso profesional y estrepitosa caída, mostrando sus luces pero
sin esconder sus sombras, tanto de la persona como de la artista, así como de
su familia y como influyó en ella tanto para bien como para mal. No obvia temas
escabrosos, sin embargo a veces peca de algo de sensacionalismo, aunque tampoco
como para cortarse las venas. En cierto modo parece una investigación con el
fin de tratar de desentrañar las causas para que tan brillante artista pudiera
acabar como acabó.
Ahora
una pizca de sabiduría ajena que tal vez nos ayude a mejor sobrellevar los
peajes de la buena (o mala) reputación:
- "Otro gallo le cantara, si buen consejo
tomara". (Refrán).
- "La primera gran dificultad consiste en
ganar buena reputación; la segunda, en conservarla toda la vida; la tercera, en
preservarla después de muerto".
(Benjamin R. Haydon).
- "La estimación es como una flor; una
vez pisoteada o ajada, no vuelve a recobrarse nunca". (Giacomo Leopardi).
Besos
y abrazos,
Don.
_____
No hay comentarios:
Publicar un comentario