¿El
padre de los matutinos?... pues supongo debo ser yo, como siempre soy, y quizás
también madre, que los germino y concibo para que cada mañana salgan al mundo y
transmuten, como a ellos mejor les parezca, en las mentes de cada cual que
quiera pasarse a conocerlos. Este verano no excesivamente ardoroso no pasará de
momento a los anales como la madre de todos los veranos, ni como el padre, si
es que queréis verlo de otro modo. Otra veraniega jornada sin grandes agobios,
soleada, de noches llevaderas por debajo de la veintena, y máxima prevista de
33ºC.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "Lola pater",
de Nadir Moknèche, y con Fanny Ardant, Tewfik Jallab, y Nadia Kaci. De este
director francés de origen argelino había visto uno de sus anteriores films,
"Délice Paloma" (2007).
Un
joven veinteañero, hijo de inmigrantes argelinos, que vive y trabaja en París
como afinador de pianos, asiste apesadumbrado al funeral de su madre, fallecida
repentinamente. Hijo único, ella le crio en solitario pues su padre les
abandonó 20 años atrás cuando era un niño pequeño. Decide buscarle, pero cuando
llega a la dirección de una casa de campo en el sur de Francia que le facilitó
el notario se encuentra con una mujer con su mismo apellido, Lola, que regenta
una academia de baile oriental. Le dice que no conoce a nadie con el nombre de
su padre, y el joven, desconcertado, vuelve a casa. En realidad Lola es su
padre, pues años atrás se sometió a una operación de cambio de sexo.
Arrepentida de no haberle confesado a su hijo quien era realmente, viaja a
París con la esperanza de reencontrarse de nuevo con él.
Una
buena película (nota: 6), agradable y bien narrada, que me tuvo
interesado en lo que cuenta, aunque con algunos peros... ¡qué no peras, ni
lolas, de cirugía estética!... a los que no presté demasiada atención. Drama familiar
tirando a convencional, sin estridencias, de buenas intenciones, sobre
reencuentros padre-hijo, mutuo conocimiento, rechazos iniciales y finales de
aceptación de la tozuda realidad.
Ahora,
en la sección de sabiduría ajena, una cita sacada de una entrevista, que leí
ayer en el periódico, al libérrimo filósofo Antonio Escohotado, que siempre me
ha fascinado por sus razonamientos que hurgan en la llaga, y que me viene como
anillo al dedo para lo tratado en la película hoy glosada:
- "En mi caso, la veneración por mis
padres es simplemente cumplir el mandamiento de honrar a padre y madre y, el
que no es capaz de cumplir eso es un mierda. En privado puedes criticar
determinados comportamientos pero, hacia los demás y como norma, honrar a los
padres es sagrado". (Antonio
Escohotado).
Besos
y abrazos,
Don.
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