jueves, 28 de noviembre de 2019

Matutino a la intemperie

¡Buenos días!

Da igual donde se encuentren, que dentro de ellos todo se atempera, haciéndole a uno la vida más fácil, para luego poder salir ahí fuera con tranquilidad absoluta. Tampoco estos tibios días de otoño invitan a la destemplanza, sea del tipo que sea, que las grises nubes de hoy, y de pasados días, nos abrigan confortablemente por muy al raso que nos podamos quedar. Sin mucha probabilidad de lluvia, la máxima prevista para hoy será de 12ºC (con mínima de 9ºC), estabilidad térmica que induce templanza en nuestro ser.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Intemperie", de Benito Zambrano, basada en la novela homónima de Jesús Carrasco, y con Luis Tosar, Luis Callejo, Jaime López, Vicente Romero, y Kandido Uranga. De este director había visto tres de sus anteriores películas: "La voz dormida" (2011), "Habana blues" (2005), y "Solas" (1999).

Mediados de los años 40, durante nuestra posguerra civil. Un niño escapa de un cortijo perdido en la inmensidad de un secarral andaluz tajado por peligrosos barrancos, a través del que huye de su infierno particular. El capataz y sus hombres le persiguen sin descanso. El chaval se topará con un taciturno pastor que le salvará de morir en el tórrido y árido desierto y le protegerá. A partir de ese momento el rumbo de ambos dará un giro sin retorno posible.

Película que no me llegó a atrapar (nota: 5), se me escapó de mis entendederas, pero que tampoco me maltrató y que vi sin desagrado. Buenas maneras formales, pero la historia no me dijo gran cosa y se volvió cada vez más tópica conforme avanzaba hacia el final. Aires de western muy polvoriento, de gaznate seco, las de este drama rural con la posguerra civil, plena de miseria e injusticias, tan al fondo que estaba casi totalmente fuera de campo, y que básicamente trata de una relación paternofilial, aunque no sean padre e hijo, y de la iniciación a la cruda vida de un muchacho, orientado por algún sabio consejo, aunque enseñado más con hechos que con palabras, sobre los adecuados códigos de conducta.

Ahora, para templar todavía más los ánimos, nada como un poquito de sabiduría ajena:

 - "La excelencia moral es resultado del hábito. Nos volvemos justos realizando actos de justicia; templados, realizando actos de templanza; valientes, realizando actos de valentía".  (Aristóteles).

Besos y abrazos,

Don.
_____

No hay comentarios: