En
perfecta sintonía me encuentro desde siempre con estos matutinos cada vez que
vengo por aquí a charlar un ratito con ellos, pasando la mañana de la más grata
manera posible. Además, estos días cada vez más parecen compenetrarse con lo
que corresponde a la estación que nos encontramos, el otoño, con nubes grises,
algunas lluvias, a ratos sol, viento, y no demasiado frío. Para hoy tendremos
16ºC de máxima prevista por los madriles, y bajando para días sucesivos.
Este
fin de semana estuve en el teatro viendo "Parque Lezama",
escrita por Herb Gardner ("I'm not Rappaport", 1985), adaptada y
dirigida por Juan José Campanella, e interpretada por Luis Brandoni y Eduardo
Blanco. Debut como director teatral de este prestigioso director argentino de
cine, de quien había visto cinco de sus ocho películas, la más reciente de las
cuales fue hace pocos meses, "El cuento de las comadrejas" (2019), que en cierto
modo trata similares temas a la obra de teatro.
Dos
octogenarios se sientan cada día en un banco del parque: un histórico militante
del partido comunista, idealista luchador de todo tipo de causas; y un
escéptico cascarrabias, conformista con todo lo que le toca vivir. Ambos se
autoengañan en lo referente a su ancianidad, pues se sienten como si todavía
fueran jóvenes. No se conocen, salvo por sus charlas en el parque a
consecuencia de las historietas que el primero se inventa.
Una
obra de teatro normalita (nota: 5) esta comedia que fue
de menos a más, que al principio no me decía gran cosa, pero gracias a alguna
que otra situación divertida e ingeniosos diálogos que daban que pensar, me fue
interesando más conforme avanzaba. A través de las charlas de ambos, especie de
Quijote y Sancho, y los encuentros con familiares y gente que pasa por el
parque, nos habla del trato que la sociedad dispensa a los ancianos, de hijos
que creen saber que es lo mejor para sus padres, y de vivir con ilusión hasta
casi el mismo momento en que nuestro cuerpo nos diga que hasta aquí hemos
llegado.
Ahora
unas citas de sabiduría ajena, con las que tengo la ilusión, nada vana, de que
sintonicen perfectamente con nuestras entendederas:
- "Amamos las catedrales antiguas, los
muebles antiguos, las monedas antiguas, las pinturas antiguas y los viejos
libros, pero nos hemos olvidado por completo del enorme valor moral y
espiritual de los ancianos, que no son otra cosa que humanos
antiguos". (Lin Yutang).
- "Los ancianos moderados, no exigentes y
de buen carácter, pasan una vejez tolerable; en cambio el fastidio y el mal
carácter resultan molestos a cualquier edad". (Marco Tulio Cicerón).
- "Nada me inspira más veneración y
asombro que un anciano que sabe cambiar de opinión". (Santiago Ramón y Cajal).
Besos
y abrazos,
Don.
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