lunes, 1 de octubre de 2018

A matutino finiquitado, otro parecido empezado

¡Buenos días!

Acabado el anterior matutino, en este reino mañanero en el que me recreo siempre que puedo, ya estoy pergeñando como sustituirle con el siguiente, y que no se note demasiado su ausencia, para lo cual me cuento mis propias películas tras el visionado de otra en una sala oscura de cine, casi como en el calderoniano sueño de mi propia vida. Lo mismo que sucede con estos días de otoño la mar de veraniego, que van y vienen uno tras otro sin apariencia de cambio, pero el caso es que poco a poco, casi imperceptiblemente y con exasperante lentitud, las temperaturas van deslizándose hacia el más grato frescor, aunque todavía lejos de precipitarse... tanto las temperaturas como las necesarias lluvias. De momento, para hoy por los madriles, tendremos 26ºC de máxima prevista y sol a raudales con apenas algunas nubes ensombreciendo su obsceno poderío lumínico, cual inútiles tapujos.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "El reino", de Rodrigo Sorogoyen, y con Antonio de la Torre, Mónica López, Josep Maria Pou, Nacho Fresneda, Ana Wagener, Bárbara Lennie y Luis Zahera. Cuarto largo de este director, y tercero en solitario, de quien había visto todos sus anteriores, "Que Dios nos perdone" (2016), la espléndida y recomendabilísima "Stockholm" (2013), y "8 citas" (2008), ésta codirigida con Peris Romano.

Un influyente y carismático político regional, el delfín del presidente autonómico de su partido, y con aspiraciones de dar el salto a la política nacional, vive una vida de lujo y fiesta constante... chunda-chunda, ¡qué chungo! Por una filtración sale a la palestra un caso de corrupción en el que se ve implicado su mejor amigo, al que trata de encubrir, pero él también está implicado y acaba no solo salpicado, sino además siendo el principal sospechoso de embolsarse, tanto él como todo su partido, montones de dinero destinado a subvenciones públicas, amén de contratos amañados, etc. La directiva nacional quiere que cargue con todas las culpas, pero él, orgulloso y desafiante, y desoyendo toda clase de consejos de correligionarios, amigos y familiares, se embarca en una frenética lucha, cual pollo descabezado, por conseguir hacer caer todo el entramado, del que tan solo es una pieza más del maquiavélico engranaje. Si cae él, caerán todos... o no.

Estupenda película (nota: 8) que os recomiendo, por la candente actualidad de lo que cuenta, y por estar espléndidamente narrada, con adrenalínico ritmo (y no solo el de su sincopada banda sonora) y tensión, que no decae y que engancha. Apasionante e intrigante thriller sobre la arraigada corrupción de este país y las cloacas de la política y sus puñaladas traperas que, cual armonioso collage, contiene los casos más señalados, pero sin citar ninguno, que en los últimos años no han cesado de gotear en los noticiarios. Sobre mentiras, miserias y ambigüedades morales de algunos, quien sabe si de la mayoría o de todos, tanto en la política como en la vida en general, que se vinieron muy arriba en la era de los pelotazos y que ahora, y quien sabe si siempre, rebotan, rebrotan y requetevotan tras los doloridos moratones.

Pues antes de derrocar a este matutino y encumbrar al siguiente, unas citas de sabiduría ajena, comenzando por el aforismo que aparece en el cartel de la película, que también es su leitmotiv:

 - "Los reyes caen, los reinos continúan".

 - "Cual es el rey, tal es la grey".  (Refrán).

 - " Engañóme porque no me mintió; que si me mintiera, engañarme no pudiera".  (Refrán).

 - "El tirano muere y su reino termina; el mártir muere y su reino comienza".  (Sören A. Kierkegaard).

 - "El poder absoluto fue y será siempre la causa de la decadencia y de las desgracias de los pueblos, que tarde o temprano llegan a padecer los mismos reyes".  (Barón de Holbach).

Besos y abrazos,

Don.
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