No
os miento si os digo que el besucón y abrazadero adiós de este matutino será lo
más breve posible, para que duela menos, y que la lejanía del siguiente se
acortará casi enseguida, pues en cuanto queramos darnos cuenta ya habrá otro
por aquí, reconfortándonos con su mera y muy grata presencia. Como la de este
otoño que en estos días quiere asemejarse al invierno, para que no le
extrañemos cuando nos diga adiós en el próximo solsticio, el del mes que viene.
Para hoy tendremos un día gris, sin lluvias, viento variable, entre calmado y
revuelto, según le dé la ventolera, muy fresco madrugar y 12ºC de máxima
prevista por los madriles.
Este
fin de semana estuve en el cine viendo "The farewell",
de Lulu Wang, y con Awkwafina, Tzi Ma, y Shuzhen Zhou. Segundo largo, y primero
que veo, de esta directora china afincada en Estados Unidos, basado en una
vivencia personal suya, en una mentira real, según dice la frase con que
comienza el filme.
Una
joven china, recién treintañera que vive en Nueva York desde que, cuando era
poco más que un bebé, sus padres emigraron allí, se siente muy unida a su
abuela, a la que ve muy de cuando en cuando, pues vive en China, y con la que
mantiene frecuentes charlas telefónicas. Cuando a esta le diagnostican un
cáncer terminal, toda la familia decide ocultárselo a la enferma (mentira
piadosa), para sorpresa de la atribulada y desnortada nieta, y toda la familia,
desperdigada por el mundo, decide acudir a verla y reunirse por última vez
simulando la boda de otro de sus nietos para hacerla feliz.
Estupenda
película (nota: 8) que me dejó un estupendo sabor de boca, esta
tragicomedia familiar que hace reír y reflexionar, de fino ingenio, que me
gustó especialmente por su mirada, su enfoque, con cierto contrapicado socarrón
y su puntito excéntrico sobre la vida en familia, y la vida en general y sus
absurdos. Nos habla además de refilón sobre desarraigo del emigrante, tanto si
va como si vuelve, sobre contrastes culturales entre oriente y occidente, por
muy semejantes que seamos en lo esencial en todas partes ante estas y otras
situaciones.
Ahora,
ya cerca de la despedida, hasta el siguiente matutino, toca la sabiduría ajena,
que espero nos reconforte del eventual pesar de este adiós, temporal o eterno,
según se mire:
- "La muerte sólo tiene importancia en la
medida en que nos hace pensar en la vida".
(André Malraux).
- "Las despedidas siempre duelen, aun
cuando haga tiempo que se ansíen".
(Arthur Schnitzler).
Besos
y abrazos,
Don.
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