jueves, 5 de abril de 2018

Convincente elocuencia matutina

¡Buenos días!

Estos muy persuasivos matutinos me seducen cada mañana con su revoltosa palabrería, y "pacá" que me cuelo, entro en su juego y la verborrea disquisitoria me invade, y tecleo, tecleo y tecleo, cada vez más atinadamente, espero... hasta llegar, ya en silencio, a los besos y abrazos. La primavera sigue a lo suyo, con su embelesador discurso de nubes que a veces velan con sutileza el radiante discurrir solar, hoy de mayor templanza, pues la máxima prevista será de 19ºC.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Una razón brillante" ("Le brio"), de Yvan Attal, y con Daniel Auteuil y Camélia Jordana. De este director francés tan solo había visto una de sus anteriores películas, "Mi mujer es una actriz" ("Ma femme est une actrice", 2001).

Una joven de origen argelino del extrarradio parisino acude a su primer día de clase en una exclusiva facultad de Derecho. Llega un poco tarde y el profesor, un tipo misántropo, cínico y muy exigente, la toma con ella y en el rifirrafe verbal se excede en sus palabras, que toman tintes racistas. El video de la discusión enseguida se hace trending topic en internet y el pedante e intolerante profesor es llamado al orden puesto que no es la primera vez que le ocurre. El rectorado le ofrece como redención el que ayude a la alumna a prepararse para un prestigioso concurso de oratoria. Pero antes ambos deberán aprender a superar sus respectivos prejuicios.

Una muy buena película (nota: 7) que más que una dramedia romántica podría decirse que es una "pigmaloniana", muy agradable de ver, con la que reí y que me tocó sutilmente el flanco emotivo en unas pocas ocasiones. Obviamente, por parte de su tema, es una película muy locuaz, de largos monólogos argumentativos y retos verbales punzantes en los que la borrosa frontera entre tener la razón y la verdad no está clara. Bebiendo del mito de Pigmalión, se nos narra esta relación entre alumna y profesor, de generaciones y ambientes sociales radicalmente opuestos, que gracias al bien hablar pueden llegar a entenderse, pero en la que no necesariamente aprende más el discípulo de, ni es condicionado por, su mentor, sino viceversa. Os la recomiendo.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, brillantes razonamientos de otros que espero os convenzan:

 - "Los oradores utilizan algún señuelo con que distraer al auditorio para caer con más fuerza verbal por el flanco desguarnecido".  (Luis Landero).

 - "No es muy difícil atacar las opiniones ajenas, pero sí el sustentar las propias: porque la razón humana es tan débil para edificar como formidable ariete para destruir".  (Jaime Balmes).

 - "Nada más estúpido que vencer; la verdadera gloria es convencer".  (Víctor Hugo).

 - "Para decir la verdad, poca elocuencia basta".  (Sócrates).

Besos y abrazos,

Don.
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