No
sé si este nuevo matutino, retoño mío, será más extraordinario que los demás.
Yo creo que lo veré más o menos igual que a los anteriores desde el momento que
parta de mi lado para no volver, pero jamás con desapego aunque hayamos roto el
cordón umbilical. Por lo demás, este maravilloso día de otoño, calmado,
soleado, con 11ºC de máxima prevista, ya acabadas las lluvias de ayer, no se
sale tampoco de madre, de lo que es costumbre por estas fechas y lares, por
mucho que en un par de días vuelvan las lluvias, cada vez menos añoradas por
frecuentes.
Este
fin de semana estuve en el cine viendo "Madre", de
Rodrigo Sorogoyen, y con Marta Nieto, Jules Porier, Àlex Brendemühl, Anne
Consigny, y Frédéric Pierrot. Quinto largo de este director, y cuarto en
solitario, de quien había visto todos sus anteriores, "El reino" (2018), "Que Dios nos perdone" (2016), "Stockholm" (2013), y "8 citas" (2008), ésta codirigida con Peris Romano.
Secuela
del corto homónimo (2017) del propio director, incluido al inicio de este
largo. Una madre recibe la llamada de su hijo de seis años, de viaje de
vacaciones por la costa sudatlántica francesa con su padre, ex marido de ella,
y le dice que su padre no está, que está solo, perdido en un bosque cercano a
la playa. La angustiada madre, que salió pitando para allá, ya no volvió a
saber nada de su hijo. Diez años después, desanimada, desesperanzada, sigue en
la misma playa, trabaja en un restaurante de la zona y parece estar empezando a
salir del oscuro túnel de su inmenso dolor gracias a su nueva pareja. Pero todo
se va al traste cuando conoce casualmente a un adolescente que por allí veranea
y que le recuerda a su hijo perdido. Enseguida ambos establecerán una peculiar
relación de afecto que incomoda a todos los que le rodean.
Una
muy buena película (nota: 7), que vi con constante interés durante todo su
metraje, con un adrenalínico arranque (el corto), una muy intensa conversación
telefónica con mucha inquietud y suspense; años después, ya en el largo, todo
se calma, pero sigue la inquietud, cierto grado de incomodidad y tensión
latente de la que no parece tomar cuenta la desquiciada y obnubilada mujer.
Bellas maneras formales las de esta película, que se centra en los íntimos
sentimientos de la dolorida protagonista, aparentemente turbios y ambiguos, al
menos a los ojos de los demás, por mantener una relación con el adolescente
rayana casi que en lo edípico. En el fondo, va de pasar página, cuando
corresponde hacerlo, cuando así lo considere el afectado.
Ahora
unas citas de sabiduría ajena, con las que espero encontremos cierto alivio
ante los inevitables avatares vitales:
- "La madre es nuestra providencia sobre
la tierra en los primeros años de vida, nuestro apoyo más firme en los años
siguientes de la niñez, nuestra amiga más tierna y más leal en los años
borrascosos de la juventud".
(Severo Catalina).
- "Nada en la tierra puede compensar la
pérdida de alguien que te ha amado".
(Selma Lagerlöf).
- "En algún lugar del alma se extienden
los desiertos de la pérdida, del dolor fermentado; oscuros páramos agazapados
tras los parajes de los días".
(Sealtiel Alatriste).
- "Los hombres sabios no se entretienen
jamás en deplorar sus pérdidas, sino que buscan con ánimo alegre reparar los
golpes de la mala fortuna". (William
Shakespeare).
- "La auténtica felicidad está
relacionada con la capacidad de disfrutar, pero también de resistir y tolerar
las inevitables pérdidas y problemas".
(Martin Seligman).
Besos
y abrazos,
Don.
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