martes, 12 de noviembre de 2013

Amoroso síndrome de cautiverio matutino

¡Buenos días!

Secuestrado me tienen estos amorosos matutinos, siempre con mi beneplácito, sin tener conciencia de padecer síndrome alguno, y de los que no quiero salir aunque me abran sus puertas para dejarme libre, supongo que porque me tienen sorbido el seso (y el corazón) y ya no parezco estar en mis cabales a poco que me acerco a ellos. Tampoco quiero que estos dulces días de otoño, suaves, agradables y soleados se vayan de mi lado, trato de retenerlos contra su voluntad, pero se me escaparán como el agua entre los dedos, y será lo que tenga que ser, que seguro se volverán ásperos y fríos en algún momento, y así lo asumiré naturalmente ... o volaré como los gansos más al sur, huyendo del invierno boreal que se acerca, hasta que regrese la próxima estación. La elección depende de mí.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Stockholm", de Rodrigo Sorogoyen, y con Javier Pereira y Aura Garrido. Es el segundo largo, éste en solitario, de este director, tras "8 citas" (2008), codirigida con Peris Romano.

En una noche de fiesta un chico conoce a una chica, él le dice que se ha enamorado de ella a primera vista, ella no le hace caso, pero él insiste, charlan y ella sigue esquivándole y él siguiéndola. Al final, ante su simpática perseverancia, ella, seducida, accede y acaban en la cama. Pero a la mañana siguiente todo lo que parecía la noche anterior se ha vuelto del revés y ni él ni ella son ahora quienes parecían ser.

Una estupenda película que os recomiendo, minimalista, de dos personajes que viven, en menos de 24 horas, una historia diferente a otras, de un ligue de una noche, seguramente con amor, y de su resaca, desde un punto de vista en las antípodas de las acarameladas irrealidades de otros films similares. Es toda una historia de un flechazo trabajado, que hacia la mitad, ya en la mañana, cambia radicalmente y deviene en especie de tortura amorosa, es como si viésemos el otro lado del espejo de la noche anterior, en un permanente sí pero no, y viceversa, a ambos lados (del espejo y él versus ella).

Ahora, para curarnos de cualquier enfermedad mental, nada como un poquito de sabiduría ajena:

- "El hombre no consigue el corazón de la mujer por sus propios sacrificios, sino por los que ella misma le ofrece".  (M. Barrière).

- "Tu cuerpo desnudo tan sólo debería pertenecer a aquellos que se enamoren de tu alma desnuda".  (Charlie Chaplin).

- "Quien en zarzas y amores se metiere, entrará cuando quiera, mas no saldrá cuando quisiere".  (Plutarco).

- "Los amores son como las setas, que no sabe uno si son venenosas hasta que ya las ha comido y es demasiado tarde".  (Tristán Bernard).

- "Tenía oído que algunos decían que el amor era todo regocijo, alegría y contento, mas, aquella noche, sentada en la playa, hubiera querido yo tener ante mí a aquellos sabios parlanchines para hacerles sentir con el filo de mi espada el regocijo, la alegría y el contento que ocasionaba el terrible dolor del amor. Era peor que una enfermedad, me decía atormentada, peor que una llaga corrompida. Era como beber ponzoña y tragar agujas. ¡Y todo por aquel rufián maleador cuyos rubios cabellos sólo podían tener competencia con los del sol!".  (Matilde Asensi).

Besos y abrazos,

Don.
_____

No hay comentarios: