Aunque
creo que absoluto debo tener el oído, sin ser músico, no lo debo tener fino,
escapándoseme las frecuencias auditivas marginales, cosas de la edad, supongo,
refrendado por los reconocimientos médicos, lo que no me impide atender a todo
lo que suena bien a mi alrededor y aplaudirlo cuando se tercie. Por lo demás,
el otoño sigue afinándose hasta lo excelso en esta soleada mañana, calmada, en
la que llegaremos, allende el mediodía, hasta los 10ºC, según lo previsto.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "La audición"
("Das vorspiel"), de Ina Weisse, y con Nina Hoss, Simon Abkarian,
Jens Albinus, Ilja Monti, y Serafin Mishiev. Es el segundo largo, y primero que
veo, de esta directora alemana.
Una
profesora de violín en un conservatorio, y concertista frustrada, insegura y
muy perfeccionista, en contra del criterio de sus colegas, aprueba el ingreso
de un joven muy tímido en el que aprecia un gran talento. Le instruye con suma
dedicación y exigencia, tanta que casi llega a la obsesión, desatendiendo a su
solícito y afectuoso marido, y a su propio hijo de diez años, que empieza a
sentir celos del alumno. Las relaciones familiares y el matrimonio empiezan a
tambalearse.
Película
que no me interesó gran cosa (nota: 4), cuya historia
apenas me dijo nada, y además me mantuvo con cierto grado de incomodidad. Sin
embargo, buenas maneras formales, y fascinante la actriz protagonista. Historia
de una mujer excesivamente autoexigente y exigente con los demás, fría
emocionalmente, tal vez consecuencia de la severa educación paternal que
recibió. Hay un estado latente de perturbadora inquietud entre los personajes,
al estilo Haneke, pero suavizado. Por esto, y otras cosas, recuerda a "La pianista" ("La pianiste", 2001) de
Michael Haneke. Además, por eso de la enfermiza autoexigencia perfeccionista,
también me recordó a "Cisne negro" ("Black swan", 2010) de Darren
Aronofsky; y por las penurias necesarias, casi hasta la tortura, para alcanzar
la excelencia musical, a "Whiplash" (2014) de Damien Chazelle. A mí no me gustó,
pero a lo mejor les encaja mejor a melómanos, profesionales o estudiantes
musicales.
Ahora
unas citas de sabiduría ajena, ¿las oís?:
- "La armonía más dulce de escuchar es el
sonido de la voz del ser amado".
(Jean de la Bruyère).
- "La educación es la habilidad de
escuchar cualquier cosa sin que pierdas los estribos o la seguridad en ti mismo". (Robert Frost).
Besos
y abrazos,
Don.
_____
No hay comentarios:
Publicar un comentario