martes, 12 de mayo de 2009

Desbordante matutino

¡Buenos días!

Pues sí, esta esplendorosa ribera, con toda su flora y su pléyade de hadas y ninfas, hace que rebose mi imaginación y mi bienestar anímico. Hoy tenemos un día agradablemente fresco, nublado, pero sin lluvia, así que el río Arlanzón no tiene pinta de desbordarse lo más mínimo, que de hecho discurre con serena turbulencia aguas abajo, como discurre mi fantasía por entre los vericuetos ribereños, poblada de exuberantes hadas y ninfas de sonrientes ojazos derretidos.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Ponyo en el acantilado" ("Gake no ue no Ponyo"), de Hayao Miyazaki, veterano director de 68 años, una película de animación clásica, de la de papel y lapiceros de colores o acuarelas, de trazo sencillo, apta para todos los públicos, pero de verdad, no esa falacia que a veces nos cuelan y que solo es apta para niños (que en realidad son las menos aptas para ellos ... a tal efecto, ved la primera de las citas de Hayao Miyazaki de más abajo) o adolescentes descerebrados, según el caso. Apta, y necesaria, para todas las edades, desde cero hasta infinito. Esta joya de la animación ya la equiparo a otra maravilla suya, "El viaje de Chihiro", inspirada libremente en "Alicia en el país de las maravillas" de Lewis Carroll. De este director también he visto "El castillo ambulante", cuyo matutino y el de la anterior podéis ver pinchando aquí, y "La princesa Mononoke".

Pues bien, esta delicia, encantadora y fascinante, de desbordante imaginación, que rebosa sensibilidad con fundamento y sin ñoñerías (marca de la casa Miyazaki) os la recomiendo encarecidamente. Esta fábula infantil, ¿infantil?, ¡no!, para todas las edades, como ya dije, es una muy personal recreación del cuento de Hans Christian Andersen "La sirenita", aunque tiene toques de "20.000 leguas de viaje submarino" de Julio Verne, y "Buscando a Nemo", el film de animación por ordenador de la Pixar (John Lasseter, uno de los fundadores de Pixar, siempre manifiesta su admiración por Miyazaki).

Nos cuenta la historia de Sosuke, un niño que encuentra una inquieta y dicharachera pececita de color rojo, Ponyo, atrapada en una playa. Entablan una gran amistad, pero es recuperada por su padre, un semidiós humano, especie de rey de las profundidades (la madre es una divinidad marina). Tirando de su magia, Ponyo se convierte en niña y se vuelve a escapar para regresar junto a Sosuke ... lo que puede traer nefastas consecuencias cataclísmicas para la especie humana (la ira de las deidades marinas). Con toques ecologistas, nos habla de la relación entre el ser humano y la naturaleza y su equilibrio, así como de amistad y responsabilidad y de respetar a todo y a todos, sin discriminaciones, con independencia de su código genético (o nacionalidad), al estilo del respeto por toda la naturaleza que propugna el sintoísmo japonés.

Ahora, un poco de sabiduría ajena, comenzando por tres citas del propio Miyazaki:

- "No creo que los adultos deban imponer su visión del mundo a los jóvenes, creo que ellos tienen capacidad suficiente para crear su propia visión". (Hayao Miyazaki).

- "El niño parece que no se entera y nos está escuchando. Es un error creer que los niños no comprenden. Es la equivocación de los mayores, y ¡qué hondas son las impresiones que se reciben de niño, y cómo influyen para toda la vida!". (Jacinto Benavente).

- "Tenemos que estar abiertos a los poderes de la imaginación, que siempre aportará algo útil a la realidad". (Hayao Miyazaki).

- "No deberíamos obsesionarnos con la realidad de la vida diaria sino dejar más espacio a la realidad que habita en nuestro corazón". (Hayao Miyazaki).

- "Pretendemos comprender la vida a través de sus coherencias e identidades, cuando ciertamente éstas se explican por sí solas y no nos aportan nada. Deberíamos buscar la comprensión a partir de sus contradicciones, pues éstas sí nos aportan información de la vida y la realidad". (José Saramago).

- "Los cuentos de hadas son más que ciertos; no porque nos digan que los dragones existen, sino porque nos dicen que pueden ser vencidos". (G.K. Chesterton).

- "El mejor olor, el del pan; el mejor sabor, el de la sal; el mejor amor, el de los niños". (Graham Greene).

Besos y abrazos,

Don.
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