lunes, 27 de abril de 2020

Aire puro matutino

¡Buenos días!

Eso es lo que respiro por aquí, libre de toda contaminación, al deambular, cuando no floto ingrávido, a mi aire en estos matutinos por los que bebo los vientos y que trato de que se dispersen cual esporas a su albur, y al filo del alba. Mañanita que se nos ha despertado soleada y algo nubosa, y en la que es posible algún pequeño chubasco primaveral, que seguro ayudará a germinar con mayor lozanía la vida que nos rodea bulliciosa. La máxima prevista para hoy será de 17ºC.

Este fin de semana estuve viendo otro anime, que desde ya os recomiendo que veais, que me entusiasmó. Se trató de "Nausicaä del Valle del Viento" ("Kaze no Tani no Naushika", 1984), de Hayao Miyazaki, con guion también suyo basado en su propio manga homónimo. No es propiamente una producción del Studio Ghibli, que se creó en 1985, pero está considerada como su película fundacional, pues buena parte del equipo que la realizó pasó a integrar el del Studio, y sus maneras estilísticas y argumentales dieron pie a las del resto de su filmografía. En un matutino posterior, cuando termine de ver las que me quedan del Studio, os relacionaré todas sus películas, ordenadas según mis particulares preferencias que, ya aviso, no son las de la mayoría.

En un futuro lejano, mil años después de un cataclismo medioambiental originado por los hombres con sus guerras, casi la totalidad de la Tierra se encuentra cubierta de bosques repletos de esporas venenosas y amenazadores insectos gigantes mutantes, extensión que no cesa de crecer, aunque resisten pequeños reductos en los que habitan los pocos humanos que quedan, agrupados en pequeños reinos, y que luchan contra el bosque tóxico y el resto de feudos. En uno de estos, el pacífico Valle del Viento, vive Nausicaä, su compasiva joven princesa, a la que le encanta volar en su planeador para explorar el entorno y que no ve al bosque ni a sus insectos tan amenazantes. Un día son invadidos por uno de los reinos vecinos con la idea de obligarles a unir sus fuerzas para arrasar el bosque contaminado.

Sobresaliente película (nota: 9), maravillosa en todos sus sentidos, que me gustó más que otras más afamadas y reconocidas del director, y del Studio Ghibli en general, de desbordante fantasía, fantásticos universos que en perfecta simbiosis mezclan, por ejemplo, castillos medievales con extravagantes aeronaves, y que rezuma antibelicismo a ultranza, ecológica conciencia medioambiental, y reverendísimo respeto por la naturaleza y su infinita sabiduría. Pero también tiene adheridos dos intrínsecos sellos de Hayao Miyazaki: su fascinación por volar, y por las resueltas heroínas adolescentes. Por entretenida, fascinante, y por su profundo conocimiento de las gentes y la vida en general, y su influencia posterior, no os la deberíais perder. ¡Ah, y la veo muy apropiada para estos tiempos de coronavirus!

Ahora, las consabidas citas de sabiduría ajena, que seguro ayudan a oxigenar nuestras entendederas y evitan que se puedan enturbiar:

 - "Quien siembra vientos, recoge tempestades".  (Refrán).

 - "La desgracia termina por amainar. Los vientos no siempre soplan del mismo cuadrante ni con igual fuerza".  (Eurípides).

 - "La multitud, como el mar, es por sí misma inmóvil, es tranquila o procelosa, según sean los vientos o las auras que las conmuevan".  (Tito Livio).

 - "La libertad es el aire respirable del alma humana".  (Víctor Hugo).

Besos y abrazos,

Don.

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