¡Buenos días!
Ya sabéis que bebo los
vientos por mis matutinos, en los que vivo con frecuencia, soñando a través de
ellos, tras haberme levantado de mis éteres morfeicos atascados de legañas,
tratando de hacerme la vida más hermosa. Y otro día más de variable y
frescachona primavera (máxima prevista para hoy de 20ºC), algo ventosa, siempre
revoltosa, con algunas nubes que pueden descargar algún eventual chubasco
vespertino, y en el que trato de dejar volar mi imaginación y disfrutar
plenamente de lo que la vida me trae al albur del viento, sea lo que sea.
Ayer por la tarde estuve en
el cine viendo un film de animación que desde ya os recomiendo que vayáis a
ver, pues me encantó, como todos los de su director. Se trató de "El
viento se levanta" ("Kaze tachinu"), de Hayao
Miyazaki, todo un genio de la animación, y del cine en general.
De este magistral y
venerable director japonés, aparte de capítulos sueltos de algunas de sus
afamadísimas series de televisión (como de "Heidi" y
"Marco", y de algunas más), he visto la mayoría de sus largos de
animación, seis con el visto ayer, a saber, "Ponyo en el acantilado"
("Gake no ue no Ponyo", 2008),
"El castillo ambulante" ("Hauru no ugoku shiro", 2004),
"El viaje de Chihiro" ("Sen to Chihiro no kamikakushi",
2001),
"La princesa Mononoke" ("Mononoke-hime", 1997), y "Mi vecino Totoro" ("Tonari no Totoro", 1988);
unas joyitas todas, pero me quedo con Chihiro y Ponyo. Ni que decir tiene que
bebo los vientos por los films de este mago de la animación. Además, hace pocos
años vi otra delicia animada, con guión de Miyazaki, "Arrietty y el mundo de los diminutos" ("Karigurashi no Arietty", 2010),
de Hiromasa Yonebayashi.
Un niño japonés sueña con
volar y diseñar hermosos aviones, inspirado en sus sueños por un famoso
diseñador aeronáutico italiano. Sin embargo su miopía le impide volar, por lo
que se centra en hacerse ingeniero aeronáutico. Al poco de graduarse se
convertirá en uno de los más prestigiosos, llegando a crear el mítico avión de
combate Zero, uno de los terrores de la II Guerra Mundial.
Con el inconfundible estilo
de Miyazaki, onírico y poético, esta especie de melodrama biográfico está
inspirado en la vida del ingeniero Jiro Horikoshi. Como siempre en este autor,
hermosísima y fascinante técnica y estética de animación. Sin embargo, al
principio no conseguía cazarme del todo, pero hacia la mitad, cuando entra en
acción la exquisita historia de amor trágico que la llena de hondura emocional,
con la delicadeza y sutileza que sólo los japoneses, y Miyazaki en particular,
son capaces de crear, me terminó de desarmar por completo, caí rendido. Una
delicia que os recomiendo, donde lo más importante que destila es que en
realidad nos habla de la vida, y sus sueños y maravillas, que hay que vivir
plenamente y con ilusión a pesar de todas sus dificultades (y cataclismos).
Ahora, cual soplo de aire
fresco, ahí os dejo unas citas de sabiduría ajena, que seguro nos ayudan a
tratar de mejor vivir, comenzando por una que es el leitmotiv del film glosado
hoy, que es citado al principio del film (y alguna vez más después), y que es
un verso de un poema de Paul Valéry (además, incluye el título de la película):
- "El viento se levanta. Hay que tratar
de vivir". (Paul Valéry)
- "El viento que corre muda la veleta,
mas no la torre". (refrán).
- "No hay ningún viento favorable para el marinero que no sabe adonde ir".
(Séneca).
- "La posibilidad de realizar un sueño es
lo que hace que la vida sea interesante".
(Paulo Coelho).
- "Vivir no es sólo existir, sino existir
y crear, saber gozar y sufrir, y no dormir sin soñar". (Gregorio Marañón).
- "Advertir la vida mientras se vive,
alcanzar a vislumbrar su implacable grandeza, disfrutar del tiempo y de las
personas que lo habitan, celebrar la vida y el sueño de vivir, ése es su
arte". (Doménico Cieri Estrada).
Besos y abrazos,
Don.
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