lunes, 20 de abril de 2020

Remembranza matutina

¡Buenos días!

¡Ya ni me acuerdo de cuando empezaron estos matutinos, ni de cuando comenzaron a cambiar sutilmente hasta llegar a ser lo que hoy son!... Bueno, en realidad sí que me acuerdo, pero me queda más nostálgicamente poético lo primero. No obstante, respecto a estos dias de revoltosa primavera, nada echo de menos, pues disfruto el día a día de lo que nos va ofreciendo según su capricho, como lo que hoy nos regala, sol, nubes, algún probable chubasco aislado, y 18ºC de máxima prevista por los madriles.

Descubrí hace poco que en Netflix está disponible todo el catálogo de películas del Studio Ghibli, mítico estudio de animación japonés del que había visto algunas de sus producciones (la mayoría de Miyazaki y Takahata), parte de las cuales considero magistrales. Así que este fin de semana he empezado a ver las que me quedan, sin prisas de "seriéfilo" ansioso por llegar al final, comenzando por "Recuerdos del ayer" ("Omohide poro poro", 1991), del maestro Isao Takahata, fallecido hace dos años, de quien había visto dos de sus anteriores, dos absolutas obras maestras del cine según mi entender: "El cuento de la princesa Kaguya" ("Kaguyahime no monogatari", 2013) y "La tumba de las luciérnagas" ("Hotaru no haka", 1988).

Una joven de 27 años de Tokio, que no sabe muy bien que hacer con su vida, va sola a pasar sus vacaciones de verano a la granja de la familia de su cuñado, en un pueblo en el que estuvo otra vez de veraneo cuando era una preadolescente y se lo pasó en grande. Durante el trayecto y en la estancia allí, que volverá a disfrutar con deleite, le dará por recordar pasajes de su vida infantil durante el curso escolar previo a aquel delicioso verano.

Estupenda película (nota: 8), otra delicia plena de la delicadeza y sutileza de hondos sentimientos tan propia de su director, que a través de su protagonista, en los dos cruciales momentos de su vida que nos muestra, matizados por dos tipos de dibujo marcadamente diferentes (cual sutiles acuarelas en su infancia, y un algo más abigarrado óleo en su vida adulta), se nos habla, con cierta pátina de melancolía, del paso a la madurez y de la búsqueda del propio ser, a pesar de los reveses, y de cómo las encrucijadas a las que entonces tuvo que enfrentarse quizá le puedan servir para salir de las que ahora se le presentan en su vida adulta. Otra exquisitez de Takahata, por quien siento reverendísima debilidad cinéfila, y del Studio Ghibli en general, lo que me anima a seguir viendo más anime de ellos.

Bueno, pues antes de que se me olvide, ahí os dejo unas citas de sabiduría ajena:

 - "Toda felicidad se compone de dos sensaciones tristes: el recuerdo de la privación en el pasado y el temor de perderla en el porvenir".  (Alphonse Karr).

 - "¿Debe afligirme una hermosa felicidad porque huyó rápidamente? Un breve encuentro y un largo recuerdo hace el alma rica y libre".  (Emanuel Geibel).

 - "Todo recuerdo es melancólico, y toda esperanza, alegre".  (Novalis).

 - "Dices que cada nueva mañana nos trae mil rosas; sí, pero ¿dónde están los pétalos de las rosas del ayer?".  (Omar Khayyam).

 - "Encuéntrate y sé tú mismo; recuerda que no hay nadie como tú".  (Dale Carnegie).

Besos y abrazos,

Don.
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