miércoles, 6 de mayo de 2020

¡Miau, otro grato presente matutino!

¡Buenos días!

En el día de hoy, de preciosa primavera con agradables temperaturas (25ºC de máxima prevista) y sol empañado por tenues nubes, no dejo de agradecer a estos matutinos todos los dones que ponen a mis pies cada mañana... y ronroneo de gustirrinín.

Ayer por la tarde estuve viendo otro anime del Studio Ghibli. Esta vez se trató de "Haru en el reino de los gatos" ("Neko no ongaeshi", 2002), de Hiroyuki Morita, y basado en el manga homónimo de Aoi Hîragi. Es un spin-off de "Susurros del corazón" ("Mimi wo sumaseba", 1995) de Yoshifumi Kondô, pues uno de los personajes de esta (la figura de un gato en la estantería de una tienda de antigüedades que sirve de inspiración a la protagonista para escribir una novela) lo es también del film hoy glosado.

Haru es una adolescente algo insegura y despistada que está enamorada de un chico de su instituto... amor no correspondido pues ya tiene novia. Una mañana, camino de clase, salva de morir atropellado a un gato, y para su sorpresa este se pone en pie, le habla dándole las gracias por ello y sigue su camino. Esa noche se desvela de su sueño cuando oye jaleo gatuno en la calle. Se asoma a la puerta y una comitiva de gatos llega hasta ella. Se le dirige el rey del reino de los gatos y le agradece el haber salvado a su hijo de perecer esa mañana y le promete que la colmará de felicidad y regalos, invitándola a que vaya a su reino. Al día siguiente, agobiada por tanto agasajo gatuno decide visitarlos para pedirles que la dejen en paz. Una vez allí, se empeñan en casarla con el príncipe, a lo que se niega pues no es gata, pero hacen oídos sordos a su negativa y siguen con los preparativos de la boda.

La más floja (nota: 4) de las películas del Studio Ghibli vistas hasta ahora (ya solo me queda una más por ver), tanto por la más pobre técnica de animación y de dibujo, en relación a la mayoría de producciones del Studio, como por la historia, muy simplona e infantiloide, que quiere remedar el mundo de la Alicia de Lewis Carroll, con algunas situaciones similares y en lo del proceso de maduración que transforma al final a la jovencita protagonista, pero se queda muy a medias de todo.

Pues hemos llegado al reino de la sabiduría ajena, al que os invito a entrar, con estas muy agradecidas citas:

 - "A juicio de los gatos, las personas no somos más que muebles de sangre caliente".  (Jacquelyn Mitchard).

 - "Nunca convencerás a un ratón de que un gato negro trae buena suerte".  (Graham Greene).

 - "Venturoso aquel a quien el cielo dio un pedazo de pan sin que le quede obligación de agradecérselo a otro que al mismo cielo".  (Miguel de Cervantes).

 - "Ningún hombre digno pedirá que se le agradezca aquello que nada le cuesta".  (Terencio).

Besos y abrazos,

Don.
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