jueves, 7 de mayo de 2020

Puedo sentir los matutinos

¡Buenos días!

Conforme me acerco a los matutinos voy sintiendo con mayor fuerza su presencia, presintiendo el sereno placer que me proporcionarán en cuanto llegue a ellos. Y no es que pueda hacerlo, es que de hecho es así, la primavera entró por todos los poros de mi piel, a través de todos mis sentidos la percibo, e incluso me refluye en forma de adolescentes espinillas por doquiera parte corporal pueda imaginar. Hoy como ayer lo hace con sol y nubes de gasa, y con algo más de calor, con 27ºC de máxima prevista por los madriles.

Ayer estuve viendo el último anime que me quedaba por ver del catálogo del Studio Ghibli, el único no hecho para el cine, sino para la televisión. Se trató de "Puedo escuchar el mar" ("Umi ga kikoeru", 1993), de Tomomi Mochizuki, con guion de Keiko Niwa basado en la novela homómima de Himuro Saeko. Es la única película que he visto de su director.

Un joven regresa de Tokio a Kochi, la pequeña ciudad al borde del mar en la que vive con su familia, tras su primer año en la universidad. Recuerda cuando dos años antes llegó a mitad de curso a su instituto una hermosa joven procedente de Tokio, buena estudiante y deportista, aunque con dificultades de adaptación a su nuevo lugar, y de la que se enamoran él y su mejor amigo, lo que pondrá a prueba la amistad entre ambos.

Una buena película (nota: 6) este melodrama romántico sobre dos adolescentes que se gustan, sin reconocérselo el uno a la otra, y viceversa, aunque sí confesárselo sus respectivos íntimos amigos, y que discuten y se ayudan, se acercan y separan, en un vaivén de sentimientos contradictorios... pero terminarán por madurar. Me gustó más de lo que esperaba esta historia apenas melosa a pesar del dulce y más o menos convencional romance, que además tiene una muy buena animación con el sello Ghibli.

Ahora, prestad atención, escuchad lo que tienen que decirnos otras mentes con estas citas de sabiduría ajena:

 - "No puedo volver al ayer, porque ya soy una persona diferente".  (Lewis Carroll).

 - "Solamente si me siento valioso por ser como soy, puedo aceptarme, puedo ser auténtico, puedo ser verdadero".  (Jorge Bucay).

 - "La armonía más dulce de escuchar es el sonido de la voz del ser amado".  (Jean de la Bruyère).

 - "Hay personas que nos hablan y ni las escuchamos; hay personas que nos hieren y no dejan ni cicatriz; pero hay personas que simplemente aparecen en nuestra vida y nos marcan para siempre".  (Cecilia Meireles).

Besos y abrazos,

Don.
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