miércoles, 12 de mayo de 2021

Matutino imperdonable

¡Buenos días!

Imperdonable pues nada tengo que perdonarle, que ninguna ofensa me han hecho, hacen o harán, así que no hay día que no perdone uno solo de los matutinos que van surgiendo a mi paso tras cada recodo de mis circunvoluciones cerebrales, no renuncio a su inestimable compañía. Y tampoco nada tengo que perdonar a esta primavera con sus continuas veleidades, que es su ser natural y así lo tengo asumido, en este día de nubes y claros y alguna eventual y poco probable caída de gotitas, con 19ºC de máxima prevista por los madriles.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Yalda, la noche del perdón" ("Yalda", 2019), de Massoud Bakhshi, y con Sadaf Asgari, Behnaz Jaffari, y Babak Karimi. Es el segundo largo, y primero que veo, de este director iraní.

En el Irán de hoy en día una joven de 23 años ha sido condenada por un tribunal a la pena de muerte por haber matado accidentalmente a su marido, de 65 años. Según la ley islámica, si un familiar cercano del fallecido la perdona públicamente, quedará liberada de esa pena. El programa de mayor éxito en el país, de telerrealidad, ha conseguido que la condenada y la única hija del fallecido acudan allí, en directo, a escenificar ese perdón ante millones de espectadores durante la noche en que se celebra la tradicional festividad de Yalda, la del solsticio de invierno, la más larga del año. Pero durante el transcurso del programa todo lo previsto se va alterando en función de los acontecimientos que van sucediendo y cada vez está menos claro que el perdón llegue a producirse, para desesperación de los productores del programa y de la madre de la condenada.

Una muy buena película (nota: 7), con buen ritmo, que seguí con interés, intensa y angustiosa por momentos, con intriga y algún giro argumental, que nos va desvelando poco a poco los intereses ocultos de cada uno de los implicados, y que hurga en los intríngulis y vicisitudes del perdón, de lo difícil que es ejercerlo... y de la telerrealidad y sus miserias, como su mediática pornografía emocional, parece que mal endémico general, no solo en occidente, que ese programa existió realmente, y en el que no te jugabas ganar o perder una pareja, por ejemplo, sino la misma vida. Reflexiona sobre cuestiones morales, lo poco conveniente que es eso del ojo por ojo, y hace crítica social, tanto de la condición femenina en ese país donde la religión se inmiscuye en todo, como de la diferencia de clases sociales, entre otras.

Ya sabéis que en estos matutinos jamás perdono las citas de sabiduría ajena, así que si me perdonáis un momento, me pongo a buscarlas... y ahí os dejo las que encontré:

 - "El perdón es la fragancia que derrama la violeta en el talón de quien la aplastó".  (Mark Twain).

 - "A perdonar solamente se aprende en la vida cuando a nuestra vez hemos necesitado que nos perdonen mucho".  (Jacinto Benavente).

 - "No hay paz sin justicia, no hay justicia sin perdón".  (Juan Pablo II).

 - "La última y definitiva justicia es el perdón".  (Miguel de Unamuno).

Besos y abrazos,

Don.

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