miércoles, 22 de abril de 2020

¡Porca miseria, no solo los matutinos tienen alas!

¡Buenos días!

¡Maldita sea!, estoy que me va a dar un siroco, ahora resulta que mi desbordante imaginación también puede volar sin necesidad de embarcarme en estos matutinos, aunque no me pondré rojo por este pequeño despiste... pelillos a la mar, que no gordas cerdas, que no flotan bien al viento. Por lo demás, más bien planean las grises nubes que nos siguen sobrevolando debido a la poca brisa que hoy hace en este primaveral día con 19ºC de máxima prevista por los madriles.

Antes de ayer estuve viendo otro anime del Studio Ghibli. Se trató de "Porco Rosso" ("Kurenai no buta", 1992), de Hayao Miyazaki. De este magistral y venerable director japonés había visto anteriormente seis más de sus largos de animación, a saber, "El viento se levanta" ("Kaze tachinu", 2013), "Ponyo en el acantilado" ("Gake no ue no Ponyo", 2008), "El castillo ambulante" ("Hauru no ugoku shiro", 2004), "El viaje de Chihiro" ("Sen to Chihiro no kamikakushi", 2001), "La princesa Mononoke" ("Mononoke-hime", 1997), y "Mi vecino Totoro" ("Tonari no Totoro", 1988); unas joyitas todas, pero me quedo con Chihiro y Ponyo. Ya me van quedando menos para verlos todos.

Porco Rosso, cuyo verdadero nombre es Marco (¿el de los Apeninos?), es el seudónimo de un veterano y mítico aviador (convertido en cerdo antropomórfico por un hechizo), as del aire durante la I Guerra Mundial, que vive en la Italia de 1929, tras el crack financiero mundial y donde el fascismo está en pleno auge. Desencantado del mundo que le toca vivir, y aislado del mundanal ruido en un recóndito islote del mar Adriático, aunque por las noches se deje caer por un bar regentado por una carismática, elegante y atractiva mujer, donde también paran piratas y demás gente de mal vivir; sin embargo, a bordo de su hidroavión rojo, es el azote de los piratas de la zona (también hidroaviadores) a los que impide constantemente que lleven a buen puerto sus fechorías, cobrando suculentas recompensas por ello. Hartos estos de él, contratan a un experimentado piloto norteamericano, un presuntuoso guaperas y ligón empedernido, para librarse de Porco Rosso.

Muy buena película en general (nota: 7), no es para menos tratándose del Studio Ghibli y el maestro Miyazaki, con algunos momentos maravillosos, aunque me gustó algo menos de lo que esperaba. Rara avis del Studio, con trasfondo de realismo histórico y fantasía desbordante, marca de la casa, pero no el que el protagonista sea un maduro varón, rojo y que podría recordar a aquel barón real, en lugar de una decidida jovencita, como suele ser, y que ahora es la jovial escudera del jetudo antihéroe. Destila sutil feminismo, antibelicismo, antitotalitarismo de todo pelaje y condición, a través de los espíritus libres que son sus protagonistas, tanto Porco Rosso como los piratas, los aviadores e ingenieros aeronáuticos en general, con sus códigos de honor. Film que respira aire crepuscular, con soterrada historia de amor incluida, que recuerda a muchas cosas (muchas referencias cinéfilas), pero sobre todo a una de cine negro de Humphrey Bogart cual sapo esperando un hechizante beso.

Ahora unas citas de sabiduría que espero den alas a nuestras entendederas y nos permitan ser mejores porqueros, no por cuidadores de puercos, sino por hacernos preguntas (por qué y demás):

 - "Prefiero ser un Sócrates dubitativo a un cerdo satisfecho".  (Martin Heidegger).

 - "Más vale ser un cerdo que ser un fascista".  (Hayao Miyazaki).

 - "Llovió tan fuerte que todos los cerdos se lavaron y todos los hombres se emporcaron".  (Georg Ch. Lichtenberg).

 - "El hombre, un ser un milímetro por encima del mono, cuando no un centímetro por debajo del cerdo".  (Pío Baroja).

 - "Todo es bello, o tiene su belleza. Hay que hablar de un cerdo como de una flor".  (Jules Renard).

Besos y abrazos,

Don.
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