martes, 21 de abril de 2020

El matutino de arriba la colina

¡Buenos días!

Desde aquí arriba oteo todo lo que mi vista alcanzar puede, y allende con mi florida mente, y lo plasmo en estas líneas donde dejo constancia de lo que está siendo y fue para que me impulse a lo que será. Y tan arriba estoy que casi veo por encima del hombro a estas muy grises nubes que hoy vuelven a chorrearnos sus humores, siempre buenos y hoy algo frescales, pues la máxima prevista será de 14ºC, breve contratiempo ya que desde mañana volveremos a rondar la veintena de nuevo.

Este fin de semana estuve viendo otra de anime del Studio Ghibli. Esta vez se trató de "La colina de las amapolas" ("Kokuriko-zaka kara", 2011), de Goro Miyazaki. Es el segundo largo y primero que veo de este director, hijo de Hayao Miyakzaki (coguionista con Keiko Niwa), cofundador del estudio junto con Isao Takahata, sublimes maestros ambos, ya veteranos, en esto del cine.

Japón en los meses previos a los Juegos Olímpicos de Tokio de 1964. Una estudiante de instituto, huérfana de padre, cuya madre trabaja en el extranjero, vive con su abuela y hermana pequeña, regentando una pequeña pensión con dos huéspedes en su casa familiar arriba de una colina con vistas al mar, lo que compagina con sus estudios. Conoce a un activo (y atractivo) estudiante de su instituto, que dirige la gacetilla escolar, y que lidera a otros estudiantes que se oponen a la demolición de un viejo caserón dentro de las instalaciones docentes, y donde desarrollan los diversos clubes sus actividades extraescolares, proponiendo su restauración. Entre ambos surgirá primero la amistad, y poco a poco el amor. Pero el casual descubrimiento de un secreto del pasado de ambas familias pondrá trabas a su relación.

Una buena película (nota: 6), con las habituales excelencia en la factura técnica y fotografía de gran belleza, tan propias del estudio, aunque esta vez lejos de la fantasía desbordante que suele haber en sus historias, aunque esta no me llegó a atrapar del todo. Melodrama romántico adolescente donde la usual sutileza y contención japonesa impide que ruede pendiente abajo hacia el folletín de baratillo. Nos habla de aprender a convivir con el pasado si queremos tener un esperanzador futuro.

Pues ya casi al pie de este matutino de altura, no queda más que dejar sembradas unas citas de sabiduría ajena, que espero florezcan en nuestras entendederas:

 - "No hay mañana para la gente que anhela el futuro y olvida el pasado".  (Hayao Miyazaki - Keiko Niwa).

 - "Reconsideras tu vida conforme la vas viviendo, de la misma forma que si estuvieras escalando una montaña y continuamente vieras los mismos paisajes desde distintos puntos de vista".  (Doris Lessing).

 - "El querer lo es todo en la vida. Si queréis ser felices lo seréis. Es la voluntad la que transporta las montañas".  (Alfred de Vigny).

 - "El que ha desplazado la montaña es el que comenzó por quitar las pequeñas piedras".  (Proverbio chino).

Besos y abrazos,

Don.
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