martes, 28 de abril de 2020

Matutino en el cielo

¡Buenos días!

Otro divino y celestial matutino que me eleva a sus guarnecidos altares para desde allí, cual anímico maná, dispersarse por mi ser toda su esencia, ejerciendo su poderoso influjo, y por doquiera su libre albedrío les quiera llevar. La mañana, como la de ayer, sigue entre soleada y nubosa, escondiendo a ratos las nubes el poderío solar, evitando que nos fulmine en exceso. La máxima prevista para hoy será de unos muy agradables 18ºC.

Ayer por la tarde estuve viendo otro delicioso anime, que también os recomiendo porque me fascinó tanto como el anterior que vi. Se trató de "El castillo en el cielo" ("Tenkû no shiro Laputa", 1986), de Hayao Miyazaki, con guion también suyo basado en su propio manga homónimo. La primera película propiamente dicha del Studio Ghibli, creado en 1985, pues la anterior, "Nausicaä del Valle del Viento" ("Kaze no Tani no Naushika", 1984), aunque aceptada como tal por ser la fundacional del Studio, no lo es estrictamente por cuestiones de fecha.

Un dirigible vuela plácidamente en la noche por encima del mar de nubes cuando es atacado por unos piratas aéreos. Durante la confusión del abordaje, una chica custodiada por unos agentes secretos gubernamentales, trata de escapar por la ventana de su compartimento, pero se precipita al vacío. Durante la caída libre se desmaya y no se percata de que la piedra preciosa labrada que lleva como colgante, que tiene poderes mágicos, se ilumina y detiene su vertiginoso descenso, la hace flotar, posándose delicadamente en los brazos de un joven minero que estaba viendo la escena. La aloja en su casa, y cuando ella despierta a la mañana siguiente se da cuenta de que tanto los piratas como los agentes secretos la están buscando, aunque lo que en realidad desean es la piedra del colgante, luchando entre ellos por conseguirla mientras la persiguen. Ayudada por el joven minero emprende la huida mientras trata de averiguar el secreto de la gema, que en realidad es la llave para acceder a un recóndito castillo flotante en el cielo, escondido y protegido entre tormentosas nubes, y antiguo reino olvidado de unos poderosos seres que parecen haberse extinguido.

Otra sobresaliente historia del maestro Hayao Miyazaki (nota: 9), plenamente cuajada de las señas de identidad de su imaginario (pasión por la aviación a través de peculiares artefactos voladores, antibelicismo y ecologismo, y gusto por las heroínas adolescentes o preadolescentes), de fabuloso aparato visual y profunda sabiduría vital, que me dejó boquiabierto de nuevo, cual infante sorprendido y atónito ante la fascinante fantasía que se presentaba ante mis ojos. Apasionante peripecia la de la joven pareja protagonista que me tuvo embelesado todo el metraje.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, que espero ayuden a que no se enroquen nuestras entendederas mientras se elevan a más altas cotas:

 - "Amigos míos, pedid a Dios la alegría. Sed alegres como los niños, como los pájaros del cielo".  (Fiódor Dostoievski).

 - "Mucho saber del cielo y poco saber del suelo".  (Refrán).

 - "Si la prudencia te acompaña, ningún poder celestial te desamparará".  (Juvenal).

 - "Oro, poder y riquezas
muriendo has de abandonar,
al cielo sólo te llevas
lo que des a los demás".  (Eduardo Marquina).

Besos y abrazos,

Don.
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